miércoles, 22 de noviembre de 2017

El "Juego de Tronos" en Arabia Saudí y su impacto en el precio petrolero

El Reino de los Saud ha acaparado en las últimas semanas la atención de la prensa y gobiernos de todo el mundo, cuando inició una campaña anticorrupción mediante la cual se ha detenido y encarcelado a más de 200 personas, entre príncipes, ministros y ex ministros, por un supuesto fraude que sobrepasa los 100 mil millones de dólares.
Esta es una de las últimas acciones que el príncipe heredero Mohamed bin Salman ha realizado en su afán por convertir a Arabia Saudita en un Estado "moderno"
Pero el fondo del asunto podría ser estrictamente geopolítico, en un marco de relaciones de poderes que se han vuelto turbias en la Casa Al Saud. 
En los mercados petroleros se percibe este señalamiento y varias agencias han indicado que esto ha tenido un efecto parcial en los precios petroleros.

¿En manos de quién está la corona?

Arabia Saudí es regida por el Rey Salman Bin Abdulaziz. 
Hermano del rey Fahd, fallecido en 2005, y hermano por parte de padre del rey Abdalá, fallecido en 2015. 
Todos integran la estirpe de la Casa Al Saud. 
No por casualidad Arabia Saudí lleva ese nombre. 
Esta monarquía absolutista tiene una prole de más de 5 mil príncipes y un complejo entramado de relaciones familiares.
Mohammed Bin Nayef, sobrino del rey Salman, había sido nombrado príncipe heredero de la corona en 2015, reemplazando al medio hermano del rey, el príncipe Muqrin, como sucesor. 
Desde ese punto, hubo un desbarajuste a las líneas y métodos tradicionales de sucesión y al parecer, desde estas instancias, se han visto mucho más frágiles los "consensos" entre las ramas familiares. 
Relaciones complejas que, según algunos analistas, han sido el hervidero de potenciales implosiones en el reino, donde convergen las aspiraciones de poder, la avaricia y las visiones en choque sobre el país y la sociedad saudita.
En junio de este año irrumpe Mohammed Bin Salman (hijo del Rey), con 32 años, desplazando a Bin Nayef de la sucesión. 
Es nombrado por el Rey, en otro movimiento inédito, fuera de las líneas tradicionales de sucesión. 
Nayef también "abandona" sus cargos de viceprimer ministro y ministro del Interior. 
Bin Salman se hace de una cuota de poder inédita, a muy corta edad ha tenido un papel visible en el gobierno y ha encabezado los esfuerzos del reino por dejar de depender del petróleo como parte de una estrategia económica anunciada el año pasado y denominada Visión 2030.
Como ministro de Defensa también ha dirigido la campaña militar saudí dirigida contra los rebeldes hutíes en Yemen, que ha causado la muerte de miles de civiles desde 2015 y dejado al país en una espiral de "colapso social, económico e institucional total", según la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El nombramiento de Bin Salman fue señalado en su momento por el New York Times como "un golpe", no sólo a las líneas de sucesión, sino de una rama de la casa Al Saud contra las otras. 
No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a circular rumores de que se estaba preparando un contragolpe contra Bin Salman. 
Y entonces, ahora, otro contragolpe habría quitado de la acción a todos los aspirantes a golpistas de la manera más espectacular.
Pepe Escobar, en referencia a los arrestos, exclamó lo siguiente: Esto es más serio de lo que parece.
 El arresto de los dos hijos del anterior rey Abdullah, los príncipes Miteb y Turki, fueron un error fatal. 
Esto ahora pone en peligro al Rey mismo. 
Era solo el respeto por el Rey lo que protegía a Mohammed Bin Salman. 
Ahora quedan muchos en el ejército contra él y están furiosos por el arresto de sus comandantes".
Tanto para Escobar como para otros analistas, como Basen Tajeldine, la última acción del príncipe es "una mampara", "un disfraz" que busca tapar las verdaderas contradicciones y problemas internos de Arabia Saudita, en particular, los relacionados con la "sucesión al trono" y la tarea de ocupar cargos importantes. 

Para Tajeldine, no hay duda de que Estados Unidos e Israel juegan un papel determinante en lo que sucede en Riad, donde brindan "protección a la monarquía".
Washington "debe parcializarse por una de las raíces familiares" y eso lo lleva a suministrar apoyo logístico e inteligencia a este sector de la familia reinante para "enfrentarse a otras"
Por eso han apoyado el plan del príncipe, señala Tajeldine. 
Las referencias apuntan a que EEUU podría estar protegiendo sus propios intereses en Arabia Saudita y, desde este punto, han puesto sus aspiraciones en un lado de la casa Al Saud y, en consecuencia, patrocinado un probable desplazamiento o erradicación de futuras amenazas al futuro Rey.
Los efectos en el mercado 

petrolero
Para James Corbett, lo que sucede en el reino con estas detenciones y ciclo de grave crisis política no es el fin, sino el "comienzo de un ciclo muy turbulento en la Casa Al Saud"
El impacto de este "Juego de Tronos" no limita su efecto a Arabia Saudí: alcanza un perímetro en todo el Oriente Medio y en el mercado petrolero.
Una guerra civil en Arabia Saudí podría llevar el barril de crudo a los 200 dólares
De iniciarse un ciclo de inestabilidad prolongada o una lucha interna abierta, el efecto sería catastrófico para el mercado mundial del crudo. 
Sobre esa expectativa y sobre la posibilidad de que se agrave la crisis saudita, los mercados han reaccionado con expectativas.
No obstante con el mapa actual de eventos, que no han trascendido a una guerra interna en Arabia Saudita, ¿es viable afirmar que la crisis saudí en su estado actual puede elevar el precio del crudo? Definitivamente no. 
La estabilidad en los mercados se preserva. Pero sí vale la pena señalar la situación-conjunto de inestabilidad en esta región como un elemento de alcance potencial.
Sobresale en este contexto la creciente tensión entre los saudíes e Irán. 
Tensión que tiene su punto de expresión más alto en Yemen, país que ha sido bloqueado y que está en una situación de "desastre humanitario" por las acciones bélicas de Arabia Saudita y sus aliados. 
También, el bloqueo a Qatar ejecutado principalmente por los Saud y Emiratos Árabes Unidos, por señaladas filiaciones entre este emirato e Irán y un supuesto "apoyo al terrorismo".
Por otro lado la detención del primer ministro del Líbano, Saad Hariri, en Arabia Saudita, como ingrediente clave en una política exterior que, sin dudas, se ha salido de control. 
Según las fuentes libanesas, los saudíes presionaban al primer ministro desde hacía semanas o meses para que adoptase una postura más hostil respecto a Irán y al Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá). 
Tras ver que no lo hacía, "aceleraron el proceso" y lo han detenido forzándolo a renunciar desde Arabia Saudita. 
El presidente libanés, Michel Aoun, calificó el arresto como un "acto hostil, violatorio de la Convención de Viena" contra su Jefe de Gobierno y declaró no aceptar la renuncia de Hariri, efectuada bajo presiones.
Pero, en definitiva, la recuperación que se ha visto en las últimas semanas en el precio petrolero, que ha superado momentáneamente la marca de los 60 dólares/barril tiene el factor saudita como un componente más de otras situaciones en ciernes.
Una de ellas es la expectativa de que países OPEP y no OPEP sostengan a finales de noviembre sus acuerdos de producción de crudo, cuestión que ha generado un efecto en los inventarios que empujaron los precios a la baja. 
Aunque los factores geopolíticos tengan un peso de relevancia en el comportamiento del precio del crudo, el factor determinante en la sostenibilidad de la evolución positiva de los crudos a más de 60 dólares por barril yace en la generación de nuevos equilibrios en el mercado.
Factores claves en la OPEP como Arabia Saudí y Venezuela, y otros fuera de la OPEP, como Rusia, continúan impulsando la extensión del acuerdo más allá del primer trimestre de 2018. 
Los 14 integrantes de la OPEP se reunirán en Viena, Austria, el 30 de noviembre para evaluar acciones que contribuyan a impulsar el precio del crudo y estabilizar el mercado.
Sin lugar a dudas, las políticas de contención de la producción de crudo por parte de los países productores ofrecen ahora resultados palpables
Esta decisión entró en vigencia a principios de 2017 y ha permitido elevar la cotización de esta fuente energética, con base al acuerdo suscrito entre la OPEP y 11 productores externos (entre ellos Rusia) de reducir en 1,8 millones de barriles al día la extracción de crudo.
Una vocería de la firma de análisis comercial Tradition Energy en New York dijo: "Todo está movido por la idea de que el recorte de producción está empezando a funcionar y que el reequilibrio está en marcha"
En esencia, la reducción de los excesos de inventario de crudo en EEUU auparían una mayor avidez en los mercados, y en consecuencia el petróleo recibiría este impulso luego de un prolongado ciclo de precios decaídos.
Delimitando el alcance de la crisis saudí en los precios, pero sin restar relevancia a la situación medular del país árabe en el mercado mundial, la conclusión es que hasta ahora no hay un efecto significativo de esta crisis en el mercado y en los precios, más allá de una reacción coyuntural que se maneja sobre expectativas de turbulencia dentro de Arabia Saudita y la región. 
No obstante, de evolucionar a nuevas instancias las diatribas en la Casa Al Saud, otro efecto será inmediatamente palpable.
Estimaciones apuntan a que una guerra civil en Arabia Saudí podría llevar el precio del crudo a no menos de 200 dólares por barril; y a no menos de 250 por barril, si los sauditas desatan una guerra abierta contra Irán.

TOMADO DE:   http://misionverdad.com
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