martes, 26 de julio de 2022

DOS VISIONES SOBRE NUESTRO CONTINENTE: BOLÍVAR Y MARIATEGUI

 














DOS VISIONES SOBRE NUESTRO CONTINENTE: BOLÍVAR Y MARIATEGUI

Mariátegui, como Bolívar, tuvo una visión internacional y continentalista de la lucha emprendida en estas tierras de América.

 


Por Gustavo Espinoza M.

Es una excelente iniciativa generar algunas reflexiones referidas a las visiones en nuestro continente, y hacerlo a partir de dos personalidades formalmente distintas, pero esencialmente iguales:  Simón Bolívar y José Carlos Mariátegui.

Decimos distintas porque Bolívar fue básicamente un hombre de guerra. 

Dirigió activamente la lucha por la independencia, y registró una actividad militar en buena medida insuperable; en tanto que Mariátegui fue propiamente un hombre de letras, un pensador social y un ideólogo. 

 Vivieron en distintas etapas de la historia, afrontaron diferentes retos y actuaron en escenarios propios, cada cual a su manera. 

Pero el sentido de su lucha, fue el mismo; y sus anhelos, resumieron la misma expectativa.

Y es que ambos tuvieron una visión continental, percibieron los problemas generales de nuestra región e incluso del mundo que les tocó vivir. Tuvieron ante sí aspectos cardinales del pensamiento y desarrollaron acciones que reflejaron un espíritu común y una misma acendrada voluntad de lucha. 

Por eso decimos que son esencialmente iguales

Cuando pensamos en Bolívar, habitualmente lo imaginamos con una espada enhiesta, el brazo en alto y sobre un brioso corcel al frente, siempre, de una batalla. 

En otras palabras, asociamos su figura con una acción militar: Carabobo, Pichincha, Junín o Ayacucho; recorriendo caminos, liberando pueblos.

Y no siempre reparamos que Bolívar fue mucho más que un militar afortunado, o un brillante soldado. Fue un hombre de ideas que enarboló ora el fusil y ora la imprenta, a la que consideró siempre “la artillería del pensamiento”.

Años después, aludiendo a la prensa, Lenin diría “cañón de largo alcance” y la calificaría como “la artillería pesada de la Revolución Mundial”  

No todos los que miran la estatua de Bolívar, esa que se levanta en la Plaza del Congreso de la Republica, saben que en 1810, cuando viajó a Londres en busca de apoyo a la lucha liberadora que había emprendido, lo que buscó fue una imprenta. 

Y pocos saben también que en 1817, en una carta que dirige a su colaborador Fernando de Peñalver, le solicita el envío urgente no de balas ni de fusiles, sino de una Imprenta, arma decisiva para asegurar su victoria. 

Y es que Bolívar no lucho sólo con el fuego, sino también con la idea.

Objetivamente, Bolívar fue consciente que la lucha por liberar América del yugo español rebasaba largamente el carácter de un operativo militar. 

Que se trataba de una batalla política y que por eso requería un complejo de ideas destinado a llenar la cabeza de la gente. 

Que para ganar la guerra, resultaba indispensable conquistar primero la conciencia de los ciudadanos originarios de este continente. Eso explica el afán de debatir los grandes problemas de la época, que fue el sentido que ideó Bolívar cuando, por ejemplo, redactó la Carta de Jamaica, en 1815.

Se trataba de un documento de fondo, de claro contenido ideológico, llamando a inducir a sus lectores a reflexionar en torno a la naturaleza misma de la acción emprendida y la necesidad de construir la unidad de América a partir de un contenido distinto, independiente y soberano. Un documento en buena medida comparable a la célebre Carta a los Españoles Americanos, de nuestro ilustre Juan Pablo Vizcardo y Guzmán

Por lo demás, Bolívar fue un periodista de pluma conceptuosa y calificada. 

Su primera experiencia en esa área se registró en “La Gaceta de Caracas” que fundada en 1813, a partir de 1814 estuvo al servicio de la causa independentista. 

Cuatro años después, en 1818, concretó una obra mayor: fundó un diario, el “Correo del Orinoco” en el que proclamo vibrante: “Somos libres, escribimos en un país libre y no nos proponemos engañar a nadie”. 

De  ese modo, no sólo ejerció noblemente una profesión esencial, sino sobre todo entregó un mensaje de honor, y de alta consideración ética que bien podría marcar el derrotero básico para los hombres de prensa aún en nuestro tiempo.

José Carlos Mariátegui anidó las mismas inquietudes. 

Hombre de otra época, revindicó el pensamiento como herramienta de combate y usó las palabras como balas para atravesar los muros de la conciencia humana.  

Su objetivo, como se recuerda, fue iluminar el camino por el que tenían que transitar nuestros pueblos viviendo en estas Repúblicas, esencialmente defraudadas.

Mariátegui, como Bolívar, tuvo una visión internacional y continentalista de la lucha emprendida en estas tierras de América. 

Eso unió sus mensajes, y mantiene actualizada su visión creadora.  

Los pueblos de América Española -sostuvo nuestro Amauta–  “se mueven en una misma dirección. La solidaridad de sus destinos históricos  no es una ilusión de la literatura americanista. Estos pueblos, realmente no son sólo hermanos en la retórica sino también en la historia. Proceden de una matriz única”.

Y perfilando con precisión el sentido de su política anti imperialista, subrayó un concepto derivado del de Bolívar. 

El caraqueño había dicho: “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar América de hambre y de miseria en nombre de la libertad”. 

El nuestro sostuvo:  “La nueva generación hispano-americana debe definir neta y exactamente el sentido  de su oposición a los Estados Unidos. Debe declararse adversaria del Imperio de Dawes y de Morgan; no del pueblo, ni del hombre norteamericano”. 

Un modo de entrelazar una acertada noción de clase, a fin de juzgar mejor los procesos sociales.       

Los dos –Bolívar y Mariátegui- sumaron su pensamiento y su acción para construir entonces una América independiente y soberana, Ambos recusaron al colonialismo hispanista, y se proclamaron siempre defensores de un sistema republicano de gobierno- Bolívar pudo intuir que construirlo, no sería en absoluto fácil por cuanto habría que vencer obstáculos de todo orden. 

Su prematura muerte –a los 46 años- no le permitió ver el escenario posterior.

Mariátegui, en cambio casi cien años después, alcanzó a enjuiciar a la República sosteniendo que no había cumplid con sus deberes esenciales. “A la República le tocaba elevar la condición del indio”,sostuvo el peruano, “Y contrariando este deber, ha pauperizado al indio, ha agravado su depresión   y ha exasperado su miseria. La República ha significado para los indios la ascensión de una nueva clase dominante que se ha apropiado sistemáticamente de sus tierras”añadióY no solo de sus tierras, sino virtualmente de países enteros, podríamos afirmar hoy.

Bolívar y Mariátegui fueron partidarios de la unidad continental. 

En noviembre de 1825, el Libertador aseguró: “nuestras republicas se ligarán de tal modo que no parezcan en calidad de naciones,  sino de hermanas unidas por todos los vínculos  que nos han estrechado en los siglos pasados”.

En esa misma circunstancia, acuñó un pensamiento muy similar al  que perfilara el Amauta un siglo más tarde. 

Bolívar dijo, oteando el porvenir: “Ahora vamos a abrazar una misma libertad con leyes diferentes y aún con gobiernos diversos, pues cada pueblo será libre a su modo y disfrutará de su soberanía, según la voluntad de su conciencia”.

Mariátegui, en septiembre de1928, aseguró:No queremos ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia, Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano. He aquí una misión digna de una generación nueva”.

Si hablamos entonces de una visión continental común debiéramos concluir señalando que estas dos prominentes figuras del pensamiento y la acción latinoamericana, visualizaron de manera trasparente y nítida la perspectiva planteada aún en nuestro tiempo como un reto para los pueblos de América: la suma de fuerzas, la unidad constante, la voluntad común, la alianza fecunda como un proceso en construcción.

Un proceso, sí; pero no cualquier proceso. Requerimos, el que esté ligado a la liberación humana, a la igualdad, la dignidad y la justicia; la verdadera democracia, la Independencia y la Soberanía de los Estados; la recuperación de las riquezas básicas y un  orden social inclusivo, y no excluyente

Este objetivo, no está sembrado en la tierra; ni habrá de caer, como el maná, del cielo. Tendrá que ser forjado con el sacrificio, la lucha y la conciencia de millones de hombres y mujeres que en cada uno de nuestros países, deberán derrotar a las oligarquías nativas y al Imperialismo en acción. 

Hoy lo hacen ya pueblos valerosos: Cuba, Venezuela y Nicaragua. 

Y perfilan el mismo derrotero Bolivia, Honduras y Colombia. También Chile y Argentina.

En cuanto se refiere a nosotros, hay quienes dicen: “no hay que perder la esperanza”. 

El problema, no radica en afincar esperanzas ni ilusiones, sino en el trabajo constante que nos convoca de modo cotidiano.  

Por eso, con el Amauta decimos: “Trabajan por el advenimiento de una sociedad nueva, los que todo el año, disciplinada y obstinadamente, combaten por el socialismo; no los que en esa u otra fecha, sienten un momentáneo impulso de motín o asonada”.

Muchas gracias   

Casa Mariátegui  /   Lima   /    21 de julio del 2022

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Petro les pone a los militares un ministro y un vigilante

 














Con Iván Velázquez, 

Petro les pone a los militares un ministro y un vigilante

“El Ministerio de Defensa lo vamos a dejar para lo último. Antes hay que conocer bien qué está pasando dentro de la fuerza pública para no herir susceptibilidades”


 

Santiago Rodríguez Álvarez/Juan Manuel Flórez Arias

La Silla Vacía, 24-7-2022

https://www.lasillavacia.com/

El presidente electo Gustavo Petro escogió como líder de las fuerzas armadas a un fiscal anticorrupción que las ha vigilado antes y criticado recientemente: Iván Velásquez, uno de los mayores investigadores del país, que ayudó a destapar la parapolítica en Colombia, investigó las redes del cartel de Medellín y luego sacó a la luz casos de corrupción en Guatemala. 

Con ese perfil, Petro envía un mensaje claro: su prioridad será una reforma de raíz a las fuerzas armadas, más que tender una bandera blanca con los sectores (civiles y militares) prevenidos con el giro a la izquierda en la Presidencia.

El nuevo Presidente apeló a un ministro de su entera confianza. 

Se conocen desde la década de los 2000, cuando investigaron los vínculos entre políticos y paramilitares: Petro desde el Congreso y Velásquez como coordinador de la unidad especial de la Corte Suprema sobre parapolítica.

 Milton Rengifo, que trabajó en el equipo de Petro en la época, dice que conocieron a Velásquez primero a través de los expedientes de sus investigaciones sobre parapolítica en Medellín en los noventa, y luego personalmente cuando estaba en la Corte Suprema. 

La investigación de Velásquez, a la que Petro aportó desde sus denuncias en el Congreso, llevó a la condena de más de 60 políticos, entre ellos el primo del expresidente Álvaro Uribe, Mario Uribe.

Pero justamente por eso, la designación de Petro pone al frente de la cartera de Defensa a alguien que es considerado enemigo declarado del uribismo, y rompe el puente que Petro tendió con ese sector al reunirse con Uribe. 

“El nombramiento es un desafío a la oposición y muestra una ausencia de garantías democráticas. 

Darle el ministerio de Defensa a un antiuribista pone en peligro nuestras vidas”, le dijo a La Silla la senadora Paloma Valencia.

Velásquez se sale del marco del Acuerdo Nacional de otros nombramientos de Petro, que buscaban figuras más conciliadoras como José Antonio Ocampo, en Hacienda. 

El nuevo ministro de Defensa no llega con el mandato de una transición moderada, sino de un cambio profundo como el que ayudó a generar en Colombia con el estallido de la parapolítica, y en Guatemala, donde con sus investigaciones obligó a la renuncia del presidente Otto Pérez Molina.

Velásquez buscará liderar las fuerzas armadas al tiempo que las vigila, pero con el riesgo de profundizar tensiones previas del nuevo presidente con los cuarteles.

Un ministro fiscal

El diagnóstico de Petro sobre las fuerzas armadas estaba claro desde la campaña: “Hay demasiada policía metida en las nóminas de las bandas multicrimen”, dijo en una entrevista antes de la primera vuelta . 

Su declaración fue parte de una seguidilla de críticas a la corrupción dentro de las fuerzas armadas, que incluyó un choque con el entonces comandante del Ejército, Eduardo Zapateiro, que (en un gesto que fue criticado por intervenir en política) lo acusó de hacer “politiquería” con la muerte de los soldados.

La discusión se dio tras una publicación donde Petro señaló los nexos entre militares y grupos criminales. 

“La cúpula (militar) se corrompe cuando son los politiqueros del narcotráfico los que terminan ascendiendo a los generales”, dijo.

Petro listó en su programa de Gobierno varios problemas más en las fuerzas armadas, como la impunidad en la justicia penal militar y la política de ascensos. 

Con ese diagnóstico, planteó una reforma estructural que ahora queda en manos de Iván Velásquez.

Los aliados políticos de Petro, como el presidente del Senado Roy Barreras, reforzaron esta idea tras el anuncio del nombramiento: “La maldición del narcotráfico ha penetrado el tejido social colombiano, el Congreso y también en no pocas ocasiones a las fuerzas militares y armadas en el pasado y en el reciente pasado.

 Un ministro de defensa impecable, jurista, defensor de DDHH responde a la tradición civilista”, dijo.

Otro de los protagonistas de la política de paz del nuevo gobierno, el senador Iván Cepeda, le dijo a La Silla sobre Velásquez: “Es un hombre que ha combatido la criminalidad y se ha identificado con la lucha contra la corrupción, ese cargo implica precisamente eso”.

Petro anticipó desde su empalme que esta sería su línea. 

Nombró como coordinador del sector defensa al general retirado de la Policía William Salamanca, quien como director de la Inspección General de esa institución investigó por tráfico de influencias al primer comandante de la Policía de Iván Duque, el general Óscar Atehortúa, quien sigue en juicio.

Durante su gestión Salamanca (2019-2020) elevó el número de denuncias que eran reportadas desde la Inspección ante la Fiscalía.

Una fuente cercana al empalme de seguridad, que pidió no ser citada, dijo que la elección de Velásquez responde al diagnóstico que coordinó Salamanca. 

“Es muy importante tener en cuenta que la decisión se toma con base en los informes del empalme y en qué estado está la cartera de Defensa”, dijo.

Salamanca considera que el nuevo ministro de Defensa podría aportar en la línea de lucha contra la corrupción. 

“Las fuerzas armadas no son la excepción (a la corrupción). 

Infortunadamente algunos de sus miembros se desvían del camino de la ética y la moral. 

Se tiene que actuar para entrar en defensa de la trayectoria, la historia y lograr mayor credibilidad de las fuerzas”, le dijo a La Silla.

La crisis de legitimidad de la Fuerza Pública es una prioridad dentro del programa de gobierno de Petro. 

Una evidencia de este problema se vio en mayo, cuando el paro armado del Clan del Golfo demostró la incapacidad de la Fuerza Pública de reaccionar y generar confianza en las zonas tradicionalmente dominadas por este grupo armado ilegal.

Esto ha sido reforzado por los presuntos vínculos del Clan con altos oficiales de la Fuerzas Militares, como Leonardo Barrero, que es acusado de haber colaborado con alias “Matamba”, quien llegó a ser uno de los cabecillas más importantes del Clan del Golfo.

Pero aunque Velásquez responde a la lectura de Petro sobre cuál es el principal problema del sector defensa, deja sueltos otros flancos que el presidente electo prometió atender en campaña.

Una decisión unilateral de Petro

La elección de Velásquez contradijo varias señales que Petro dio durante la campaña y en las últimas semanas, en el sentido de que buscaba un punto medio entre las reformas que quiere hacer y una figura menos distante de los militares.

Antes de la primera vuelta, por ejemplo, dio a entender que consideraba poner a un militar retirado: “Los ministros de defensa civiles han funcionado relativamente porque a veces se vuelven figuras decorativas”, dijo.

Armando Benedetti, que en la campaña manejó la agenda de Petro y se ha mantenido como uno de sus asesores más cercanos, también dio indicios de que buscaban a alguien cercano a los militares. 

“El Ministerio de Defensa lo vamos a dejar para lo último. 

Antes hay que conocer bien qué está pasando dentro de la fuerza pública para no herir susceptibilidades”, le dijo a La Silla tras la segunda vuelta.

Después de ser elegido Petro tendió puentes con sectores de los militares y policías retirados en medio de su estrategia de un Acuerdo Nacional.

 Y estos llegaron a proponerle un exuniformado para el ministerio: el sargento retirado del Ejército  y exsecretario de Paz de Cali, Danis Renteria, quien era el candidato de Veteranos por Colombia, la asociación de exmilitares que se acercó a Petro desde la campaña.

En el círculo de Petro, según dijeron dos fuentes que están cerca a la conformación del gabinete, esperaban a un general retirado o a una mujer civil con conocimiento del sector, como también anticipó Petro en algunas entrevistas.

“El Presidente tenía dos alternativas: la militar, que ya había mencionado, y un ministro como Iván Velásquez que era su opción b”, dijo una de las fuentes. 

La otra agregó: “Eso fue una decisión unilateral de Petro: no participaron ni Alfonso Prada, ni Luis Fernando Velasco”.

Por eso Velásquez tomó por sorpresa incluso a los aliados del nuevo Presidente.

 “El nombramiento sorprende un poco por la cartera, pero no por la persona que el Presidente ya había dicho que iba a participar en el Gobierno”, dijo el senador del Polo Democrático Iván Cepeda.

Y por el lado de los militares, aunque no rompió los puentes que han tendido con Petro, los dejó a la expectativa. 

“No es el nombramiento que esperábamos, creímos que sería una mujer. 

Pero nos llega este señor Iván Velásquez que sabe mucho de crimen transnacional y que ha atacado fuertemente al Ejército y a la Policía”, dijo el coronel (r) Jhon Marulanda, presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales Retirados (Acore), la más representativa de los altos mandos de la reserva y que se apoyaron en campaña a Rodolfo Hernández.

Velásquez ha criticado abiertamente a la Fuerza Pública por sus violaciones de derechos humanos durante el paro nacional del año pasado.

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EEUU, divide y vencerás













 

EEUU, divide y vencerás

La propuesta específica de EEUU de fragmentar a Rusia es, convertir algunos países en repúblicas independientes y autónomas.

EEUU, criminal compulsivo

 

EEUU, criminal compulsivo

las fuerzas armadas de ‎EEUU son directamente responsables de la muerte de 10 a 15 millones de personas

 
25 julio, 2022














Lic. José A. Amesty Rivera

Deseamos iniciar esta reflexión, con la máxima de Simón Bolívar, que reza: Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad”. Simón Bolívar, 05 de agosto de 1829. 

Carta al coronel Patricio Campbell redactada en Guayaquil, Ecuador.

De ella enfatizamos la expresiónplagar (infestar) ymiserias (desgracias). 

La primera, sin duda, dos siglos después, las acciones de EEUU se han convertido en la principal causa de muerte de los pueblos que desean ser libres. 

La segunda expresión denota, amenazas, desgracias, desventuras.

Estas desgracias y amenazas, se han traducido en la historia de América Latina y el mundo, en muertes. 

El Center for Research on Globalization, ha publicado un estudio de James A. Lucas, donde se muestran la cantidad de muertes por guerras, golpes de Estado y otras operaciones subversivas de EEUU, por ejemplo:

El profesor Michel Chossudovsky, director del “Center for Research on Globalization”, nos recuerda ‎que, siendo aliados de EEUU en la Segunda Guerra Mundial, Rusia y China, pagaron el más alto precio en vidas humanas por la ‎victoria sobre el Eje nazi fascista: 26 millones de soviéticos y 20 millones de chinos murieron en la ‎Segunda Guerra Mundial, mientras que EEUU perdía solo algo más de 400 000 vidas. ‎

Se agrega, según el estudio de Lucas, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (en 1945) hasta hoy, se estima que esa cifra se sitúa entre 20 y 30 millones de muertos, esto es, cerca del doble de muertos en la Primera Guerra ‎Mundial.

“Pero además de los muertos, hay que contabilizar los heridos, que a menudo quedaron mutilados ‎y físicamente impedidos por el resto de sus vidas. 

Algunos expertos calculan que por ‎cada persona muerta en guerra, hay otras 4/5 personas heridas. 

Eso significa que el número de personas ‎heridas en las guerras estadounidenses pasan de los cien millones”.

El estudio agrega, a esos estimados, una cantidad indeterminada de muertes, probablemente millones, provocadas desde 1945 hasta nuestros días, por los efectos indirectos de ‎las guerras (hambrunas, epidemias, migraciones forzosas, esclavismo y explotación), daños al ‎medioambiente, sustracción de recursos a las necesidades vitales de las poblaciones para ‎dedicarlos a cubrir los gastos militares. ‎

En otro orden de ideas, “el estudio documenta las guerras y golpes de Estado que EEUU ha realizado en más de ‎‎30 países de Asia, África, Europa y Latinoamérica y revela que las fuerzas armadas de ‎EEUU son directamente responsables de la muerte de 10 a 15 millones de personas, ‎muertes provocadas por las guerras más grandes, las de Corea y Vietnam y las dos guerras ‎contra Irak. 

Entre otros 10 y 14 millones de personas han muerto en las guerras que ‎EEUU ha estimulado y librado a través de fuerzas aliadas, entrenadas y dirigidas por los ‎estadounidenses, en Afganistán, Siria, Angola, el Congo, Sudán, Guatemala y tantos otros países”.

“La agresión de EEUU contra Vietnam, guerra que se extendió a Cambodia y Laos, dejó una ‎cantidad de muertes que se estima en 7,8 millones, además de una enorme cantidad de heridos y ‎daños genéticos a varias generaciones debido a la dioxina que EEUU regaba con aviones ‎en esos países”. ‎

“En los años 1980, la CIA organizó la guerra por intermediarios en Afganistán, donde esa agencia de inteligencia estadounidense entrenó y ‎armó, con la cooperación de Osama Bin Laden y de Pakistán, más de 100 000 muyahidines para ‎luchar contra las tropas soviéticas (que apoyaban al gobierno afgano legítimo y progresista)”.

“El más sangriento de los golpes de Estado fue el que la CIA organizó, en 1956, en Indonesia. 

La CIA entregó a los escuadrones de la muerte indonesios los nombres de los primeros ‎‎5 000 comunistas que debían eliminar físicamente. 

Se estima que el número de personas ‎asesinadas está entre medio millón y 3 millones de personas”.

Para seguir recalcando lo anterior, el sitio web El Destape, revela una investigación del Cline Center de la Universidad de Illinois, quien señala que “desde 1982 hasta 2019, Estados Unidos participó en 350 intentos de golpe de Estado, de los cuales 150 fueron exitosos”.

El estudio analiza, a su vez, “el período en el que John Bolton ejerció el cargo de asesor en Seguridad Nacional y cruzó esa línea temporal con los golpes de Estado, en los que Washington tuvo participación. 

La primera conclusión, a la que llegó el analista Philip Bump, es que de los 350 golpes que intentó Estados Unidos, 191 ocurrieron mientras Bolton ocupaba algún cargo en el Gobierno”.

Finalmente, “el periodista de The Washington Post armó entonces una lista que va desde la invasión de Afganistán a los intentos de hacer un golpe en Venezuela bajo la administración de Trump. 

En octubre de 1989, hubo un intento de derrocar al dictador panameño Manuel Antonio Noriega.

 Fue destituido del poder luego de una invasión estadounidense en diciembre. 

En 1992, un golpe de estado en Afganistán condujo de manera similar a la destitución del líder del país, un aliado de mucho tiempo de la Unión Soviética. 

También hubo intentos de golpe en varios otros países mientras Bolton sirvió bajo el presidente George W Bush, incluidos Filipinas, Azerbaiyán, Bangladesh y Rumania, donde el secretario general Nicolae Ceausescu fue derrocado”.

“Además de la invasión de Afganistán, el golpe más significativo, según el estudio de Cline Center fue la destitución en marzo de 2004 de Jean-Bertrand Aristide como presidente de Haití, bajo el gobierno de Bush. 

“En 2018, Bolton se convirtió en el tercer asesor de seguridad nacional de Trump. 

Fue durante este período que intentaron más de una vez sacar del poder al líder venezolano Nicolás Maduro, sin éxito”.

Para finalizar esta ola de crímenes, asesinatos y homicidios, deseamos ver la opinión del abogado Rolando Prudencio Briancon, en su escrito, “El imperialismo yanqui en su fase terminal prepara una escalada de Guerras de Poder”, quien enfatiza que, “según documentos exclusivos y entrevistas con más de una docena de funcionarios gubernamentales actuales y anteriores, desde 2018 a 2020, el gobierno de Estados Unidos llevó a cabo actividades de contraterrorismo en 85 países; tal como revela investigaciones realizadas por la Universidad de Brown. 

Estas operaciones incluyen ataques aéreos y con drones, combates en tierra y los llamados programas de la “Sección 127e”, en los que las fuerzas de operaciones especiales de EE. UU. planifican y controlan las misiones de los ejércitos aliados”.

“Una declaración de Joseph Votel, un general retirado del Ejército de EE. UU., quien dirigió tanto el Comando de Operaciones Especiales como el Comando Central de EE.UU., confirmó la existencia de estas operaciones no reveladas anteriormente en: Egipto, El Líbano, Siria, y Yemen, describiéndolas como esfuerzos de “contraterrorismo” de EE.UU. 

Además, fue implementado en Túnez otro programa de la serie 127e, cuyo nombre en código es Obsidian Tower que nunca ha sido reconocido por el Pentágono”.

Agregando, además, estas “operaciones consideradas Guerras de Poder es la que precisamente EE.UU., ha está ejecutando a través del reclutamiento de miembros de Daesh en Siria, para enviarlos a luchar en Ucrania contra Rusia”.

“Estas Guerras de Poder, previamente las preparan, como en el caso de Rusia, considerada una “amenaza” y China un “desafío” rodeándolas por bases norteamericanas. 

Según el viceministro de defensa ruso, Anatoli Antonóv afirmó que alrededor de unas 400 bases militares estadounidenses. 

Una similar estrategia ha empleado contra la China, que bajo el concepto de la OTAN de: “desafío sistémico”, la ha rodeado también, usando a Taiwán como punta de lanza”.

Tomado de: https://werkenrojo.cl/

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