martes, 31 de mayo de 2016

¿Iría Venezuela hacia una guerra 


civil con intervención de fuerzas 


extranjeras?

  • Defender a Venezuela es defender la dignidad

Defender a Venezuela es defender la


 dignidad


Por Marcelo Colussi
HISPANTV - jueves, 26 de mayo de 2016 10:31









Venezuela está bajo asedio. Todas las fuerzas de la derecha conspiran contra la Revolución Bolivariana. 
Los acontecimientos están tomando un giro que puede desencadenar en algo trágico (guerra civil con intervención de fuerzas extranjeras). Pero ¿por qué?
Podrían apuntarse dos elementos: uno nacional, otro internacional (totalmente interconectados el uno con el otro): tanto para la oligarquía venezolana como para la clase dirigente de Washington, la aparición de un gobierno que habla un lenguaje populista y que se permitió reflotar ideas socialistas (“socialismo del siglo XXI”), constituyeron siempre una insoportable afrenta.

Por otro lado –quizá esto es determinante– el país caribeño alberga inconmensurables reservas de petróleo, de momento las más grandes conocidas del mundo. Para la geoestrategia del imperio esos hidrocarburos son vitales; que estén bajo un subsuelo que no es el propio es casi un accidente: tarde o temprano querrán apropiárselos.

La combinación de esos factores (gobierno “díscolo” para la visión de derecha y fuente petrolera fabulosa) han puesto las cosas al rojo vivo estos últimos años.

Venezuela viene viviendo desde 1998 un proceso bastante especial: sin ser una revolución socialista ortodoxa, con la llegada de Hugo Chávez al poder político comenzaron a darse una serie de cambios importantes en las correlaciones de fuerzas sociales. 
El “pobrerío” empezó a experimentar sustanciales mejoras en sus niveles de vida, y el país en su conjunto entró en un período de transformación, de movilización político-social. 
Los altos precios internacionales del petróleo permitieron esos movimientos.

La aparición de Chávez y la Revolución Bolivariana (con una clara intención popular) permitió la sobrevivencia de Cuba, que venía sufriendo su tremendo “período especial”, y alentó la propagación de gobiernos de relativa centro-izquierda en Latinoamérica. 
A partir de ella, fue ganando fuerza la idea de una nueva integración de la región por fuera de los marcos del salvaje neoliberalismo. 
Así fue como la propuesta del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) –un gran tratado de libre comercio para todo el continente liderado por Estados Unidos– fue desechado, reemplazándoselo por ideales de una nueva integración más progresista. 
Ello no impidió que Washington pudiera poner en marcha, no obstante, tratados comerciales binacionales, pero no pudo avanzar el proyecto original que convertía a todo su “patrio trasero” en una virtual colonia, controlada militarmente por más de 70 bases desplegadas en la región con tecnologías bélicas de punta.

Esa
“piedra en el zapato” que representó la Revolución Bolivariana para los planes geoestratégicos de la gran potencia del Norte marcaron las relaciones de la Casa Blanca con todos los gobiernos progresistas de la región, pero especialmente con Venezuela: tales experiencias quisieron ser barridas desde el inicio porque constituían un “mal ejemplo” para otros pueblos.

Dicha tensión imprimió su sello en las relaciones políticas estos últimos años, siendo Venezuela el principal enemigo a vencer. Intentos para detener el proceso bolivariano hubo innumerables, desde golpe de Estado a paros petroleros, manipulación para movilizar a sectores antichavistas a “calentar la calle”, llamados a la desobediencia civil, provocaciones varias, escaramuzas militares en la frontera con Colombia, difusión de la imagen del presidente Maduro como un tonto intrascendente, generación de climas de ingobernabilidad. 
Desde algún tiempo, la guerra económica fue la principal arma. 
El mercado negro y el consecuente desabastecimiento generalizado así como la inflación inducida han marcado el ritmo del gobierno de Nicolás Maduro. 
De ese modo la economía cotidiana se ha visto profundamente trastocada, haciendo cada vez más difícil del día a día de los venezolanos. Ello, obviamente, complica las cosas. 
Y las complica mucho. El objetivo es lograr la desesperación de la población, para forzar salidas igualmente desesperadas (algo así se hizo en Chile en 1973, durante la presidencia de Salvador Allende, preparando las condiciones para el sangriento golpe de Estado de Augusto Pinochet).

Con la salida de Cristina Fernández viuda de Kirchner en Argentina reemplazada por el conservador Mauricio Macri y con el golpe palaciego dado en Brasil contra la presidenta Dilma Roussef para sacar del medio las propuestas progresistas del Partido de los Trabajadores, el camino comienza a despejarse para acometer de lleno contra la Revolución Bolivariana. 
Ahora el discurso de la derecha se siente ganador: “las izquierdas están derrotadas”, es su canto triunfal. Se está preparando el aislamiento internacional del gobierno de Maduro, presentándolo como un dictador enfrentado al Congreso, mientras aparecen voces que llaman a la intervención de la OEA para detener este presunto “estado calamitoso” del país.

De acuerdo al documento 
“Operation Venezuela Freedom-2” del Comando Sur de Estados Unidos, firmado por su titular el almirante Kurt Tidd, filtrado recientemente y aquí presentado en su traducción española (http ://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/operacion-venezuela-freedom-2-el-documento ), la injerencia de Estados Unidos es total en este plan de desestabilización.

“Es indispensable destacar que la responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial (sobre todo en esta fase-2) de la Operación Venezuela Freedom-2 en los actuales momentos descansa en nuestro comando[Comando Sur de los Estados Unidos
: SOUTHCOM], pero el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD [Mesa de la Unidad Democrática, la oposición de derecha] involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de Maduro”. (…) “Para arribar a [la] fase terminal, se contempla impulsar un plan de acción de corto plazo (6 meses con un cierre de la fase 2 hacia julio-agosto de 2016); como señalamos, hemos propuesto en estos momentos aplicar las tenazas para asfixiar y paralizar, impidiendo que las fuerzas chavistas se pueden recomponer y reagruparse. 
Hay que valorar adecuadamente el poderío del gobierno y su base social, que cuenta con millones de adherentes los cuales pueden ser cohesionados y expandirse políticamente. 
De allí nuestro llamado a emplearnos a fondo ahora que se vienen dando las condiciones. Insistir en debilitar doctrinariamente a Maduro, colocando su filiación castrista y comunista (dependencia de los cubanos) como eje propagandístico, opuesta a la libertad y la democracia, contraria a la propiedad privada y al libre mercado. 
También doctrinariamente hay que responsabilizar al Estado y su política contralora como causal del estancamiento económico, la inflación y la escasez”.

Más claro: ¡imposible! Se habla incluso de plazos concretos, el próximo julio o agosto. 
El plan está en marcha desde hace largo tiempo. Ya en el 2013 un informe del Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, James Clapper, lo enunciaba palmariamente: “Explotar la alta inflación del país, la carencia de alimentos, la escasez de energía y los galopantes índices de delincuencia.” 
Algunos años después vemos los efectos de estas iniciativas. Sin dudas la población (incluso la chavista) está desesperada. 
La escasez, la inflación, la falta de energía eléctrica o de agua potable no dan tregua. No sabemos qué vendrá ahora exactamente, pero los tambores de guerra no auguran nada bueno. 
Más aún si vemos las inmediatas reacciones de Rusia y China brindado apoyo militar al gobierno bolivariano en el medio de estas provocaciones. Es evidente que la Guerra Fría nunca terminó.

Por una cuestión de dignidad mínima, debemos oponernos enérgicamente a esta maniobra de la derecha, más internacional que venezolana.
 
Si cae la Revolución Bolivariana podemos

 asistir a un baño de sangre dentro del 

país, y ni se diga si el conflicto se 

expande fuera de sus fronteras. 
El odio de clase acumulado y las revanchas políticas pueden estallar en una horrible carnicería de proporciones desconocidas dentro de Venezuela. Por ello mismo no podemos permanecer callados ante lo que se está fraguando.

Pero por otro lado el intervencionismo extranjero es un nefasto mensaje para los pueblos del mundo: ratifican que el gran capital manda omnímodo y hace lo que le plazca (en este caso llenándose la boca con las altisonantes palabras de “libertad” y “democracia”… y quedándose las empresas privadas con el petróleo venezolano). 
Pero por último, y peor aún, si esos planes de desestabilización sucedieran, la derecha podrá cantar victoriosa mostrando que el socialismo es un “experimento fracasado”, con lo que una vez más podría reeditar aquello de “la historia ha terminado”, no dejando alternativas al campo popular.

Por todo ello, en defensa de los más elementales principios de dignidad humana, opongámonos rotundamente a estas arteras maniobras y denunciemos los planes de desestabilización que se gestan contra la República Bolivariana de Venezuela.



Marcelo Colussi

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La Historia y la “guerra no convencional” contra la Revolución Bolivariana


por Hugo Morales Karell 
Hugo Morales Karell










Hugo Morales Karell
Doctor en Ciencias Jurídicas, especialista en Derecho Penal e investigador de temas vinculados con Seguridad Nacional.

24 mayo 2016 | CUBADEBATE

Un grupo de opositores festejan la jornada electoral con banderas de EE.UU por las calles de Caracas el 6 de diciembre de 2015. Foto: Carlos Becerra/ BloombergUn grupo de opositores festejan la jornada electoral con banderas de EE.UU por las calles de Caracas el 6 de diciembre de 2015. Foto: Carlos Becerra/ Bloomberg

Desde finales de la segunda mitad del pasado siglo, los tanques pensantes se han afanado en teorizar sobre las diferentes formas de agresión. 
En tal sentido, han formulado las más diversas teorías sobre cómo lograr sus propósitos guerreristas, tratando de “dejar a un lado” las usanzas de las guerras convencionales que se practican desde el antiguo imperio romano.

Así fue que cobraron fuerza, en los últimos 15 años los más diversos términos y teorías, entre los que se pudieran citar: “Revoluciones de colores”, “Poder Inteligente”, “Golpes Suaves”, “Guerra No Convencional”, “Guerra Irregular”, “Guerra de Cuarta Generación” y “Guerra Cibernética”. 

Si hurgamos en la semántica de los términos, tendríamos que entablar un arduo debate con políticos y filólogos, pero lo cierto es que no importa el adjetivo que se utilice para calificar las guerras, todas son iguales: laceran sentimientos humanos, dividen naciones, devastan pueblos y culturas, e incluso acaban con civilizaciones.

Durante su visita a La Habana, el presidente estadounidense Barack Obama con “palabras almibaradas” convocó a olvidar el pasado, e incluso dijo: “He venido aquí para enterrar el último resquicio de la Guerra Fría en el continente americano”. 
Nada más lejano a la realidad: ni olvidan el pasado y continúan con una guerra, que de fría solo tiene el nombre, ya que han convertido al continente americano en un “caliente” balón de ensayo de sofisticadas estrategias de agresión.

¡Quién tenga dudas! solo estudie pormenorizadamente las agresiones a la revolución bolivariana. No obstante, si el tiempo o la falta de información no se los permitiera, trataré a grandes rasgos de explicárselo. 
La “Guerra No Convencional” que hoy enfrenta Caracas no es solo un fenómeno del presente, sino que es la respuesta del Imperio y sus aliados de la derecha internacional a sus fracasos en el pasado.

La historia pudiera haber comenzado a finales del pasado siglo, exactamente el 13 de diciembre de 1994, cuando por primera vez Hugo Chávez Frías visitara Cuba y fuera recibido en la escalerilla del avión por el Comandante en Jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz. 
Desde ese preciso instante, las huestes imperiales presagiaron que Fidel había identificado algo en el joven estudioso de Bolívar. 
La historia después se lo develó: un carismático estadista antiimperialista de talla mundial.

Al comentar el suceso -diez años después, en ocasión de conmemorar la intervención de Chávez en el Aula Magna de la Universidad de La Habana- Fidel dijo: “Al referirse al hecho de que yo lo esperase en el aeropuerto, expresó con increíble modestia: “Cuando recibí la inmensa y agradable sorpresa de ser esperado en el aeropuerto internacional «José Martí» por él mismo en persona, le dije: ‘Yo no merezco este honor, aspiro a merecerlo algún día en los meses y en los años por venir’. 

Lo mismo les digo a todos ustedes, queridos compatriotas cubano-latinoamericanos: Algún día esperamos venir a Cuba en condiciones de extender los brazos y en condiciones de mutuamente alimentarnos en un proyecto revolucionario latinoamericano, imbuidos, como estamos, desde siglos hace, en la idea de un continente hispanoamericano, latinoamericano y caribeño, integrado como una sola nación que somos”.[1]
Precisamente, por merece
r el honor de ser recibido en reiteradas oportunidades en Cuba y por convertirse en el mejor de sus amigos, fue incorporado en la lista de los líderes más “hostiles”, y por ende objeto directo de un expediente para aplicarle durante sus mandatos presidenciales los más variados métodos de “Golpe Suave” o “Mecha lenta” como en este último caso, él solía llamarle.[2]

El 6 de diciembre de 1998 Chávez gana las elecciones presidenciales con el 56.2% de los votos contra el 40% de su más cercano contendiente ¡Una soberana paliza! Como es lógico, no ha sido olvidado.

¿Qué recibió Chávez de la oligarquía venezolana proyanqui de turno? “Una economía con carencias macroeconómicas y sociales. El porcentaje de personas en situación de pobreza extrema se ubicaba en 20.3%, […] la inflación promedio del sexenio precedente fue del 57.6%, […] solo el 43.3% de la población accedía a la educación preescolar y el 21.6% a la educación media superior, 37% de desnutrición infantil, 21% de mortalidad infantil y 30% de deserción escolar”.[3]

A partir de ese momento, comenzó la construcción del proyecto del socialismo del siglo XXI. Ese sistema político el Imperio ya lo conocía, o al menos había oído hablar de él: se dice que una pequeña isla del Caribe a 90 millas de distancia de sus costas había construido un sistema enfocado en esa dirección, y su pueblo vive en paz. Como es evidente, no se le podía permitir tal atrevimiento.

No importa, pero como Chávez estaba hecho de la fibra de los grandes guerreros siguió en la batalla y en tan solo unos catorce años en el poder, sacó de la pobreza a millones de venezolanos; erradicó prácticamente la desnutrición; incrementó el gasto per cápita en sanidad de los 176 dólares de 1998 a los 663 dólares en 2012; en educación garantizó que la Unesco declarara al país libre de analfabetismo, así como fomentó proyectos sociales en las áreas de salud, cultura y deporte para devolverles a los venezolanos la dignidad humana que durante la Cuarta República era vulnerada diariamente. Tampoco se lo perdonaron y mucho menos lo han olvidado hasta el día de hoy.

En 1999, los venezolanos, en muestra de la más ferviente prueba de democracia, aprobaron en referendo la nueva Constitución Bolivariana, que por primera vez en la historia de esa nación se logró con el 71,21% de los votos. Este pasaje de la historia, tampoco lo olvidaron, y en el 2002, la oposición, con el respaldo de una intensa campaña mediática, llevó a cabo un golpe de estado contra los poderes constitucionales. Una vez más, se impuso la razón y la voluntad popular, y en menos de 72 horas reinstalan a Chávez en su cargo. 
El 14 de abril de 2002 llega al palacio presidencial de Miraflores y asume de nuevo la Presidencia. Coincidentemente en ese propio mes, pero del año 1961, en aquella pequeña islita del Caribe que les comenté, el imperialismo sufrió una gran derrota, en lo que ellos mismos han reconocido como una acción de Guerra No Convencional, y casualmente en menos de 72 horas.

A pesar del fracaso en Venezuela volvieron a insistir en su derrocamiento, y en diciembre del propio año, comenzó el “paro petrolero”, demandando una vez más la renuncia de Chávez, la que igualmente terminó con resultados infructuosos. 
La derrota hizo a la oposición “replegarse” por un tiempo para tejer nuevas intrigas. Tal es así, que en el 2004 inician una campaña para un referendo revocatorio contra Chávez, al que este se somete, en respeto absoluto a la institucionalidad. Como es lógico, los “defensores de la democracia y el Estado de Derecho”, tampoco lo han podido olvidar.

En 2006, otra victoria se suma al palmarés de Chávez, y con más del 62% de los votos gana las elecciones presidenciales para el período 2007-2013 y comunica la creación del Partido Socialista Unido de Venezuela. 

En ese mandato anunció que se nacionalizaría todo lo que había sido privatizado; toma el control operativo de las actividades primarias relacionadas con los hidrocarburos en la Faja del Orinoco, a través de la estatal PDVSA, y alcanza un rotundo triunfo al aprobarse en referendo la reelección ilimitada del Presidente, que le daba la posibilidad de presentarse a un nuevo mandato en 2012, el que también gana, en esta oportunidad al hombre de Washington en Venezuela, Henrique Capriles Radonski. 

Esta victoria tampoco fue olvidada y por ende todas las fuerzas contrarias a los postulados de la Revolución Bolivariana trataron de frenar su auge, para lo que agudizaron el sabotaje económico, la guerra psicológica, el financiamiento multimillonario a sus opositores y a sicarios para que atentaran contra la vida de Chávez, así como trataron por todas la vías y métodos posibles de fraccionar la unión cívico militar.

Tampoco le perdonan ni olvidan que impulsara la integración regional y la creación de organizaciones como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), así como que educara en sus principios a un “busero”, quien se convirtiera en el primer Presidente obrero de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, contra quien han agudizado las agresiones para tratar de que no continúe con el legado de Chávez.

Hoy se reclama que Venezuela busque una salida constitucional a la “difícil situación interna” y que convoque un referendo revocatorio. No obstante, todo parece indicar que al no poder lograr esos propósitos de manera legal, se afanan en recurrir a lo que mejor saben hacer: la violencia contra las instituciones legítimas del poder.

Recientemente, sitios digitales dieron a conocer elementos de la agenda del Comando Sur contra Caracas, bajo el título: “Operación Venezuela Freedom-2”. El documento refiere varias recomendaciones entre las que destacan: “Con los factores políticos de la MUD hemos venido acordando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada, […] el referéndum o la enmienda se impulsa en tanto cobertura, […] la responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial de la Operación Venezuela Freedom-2 en los actuales momentos descansa en nuestro comando, pero el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para sacar a Maduro ”. 

Agregan: “[…] Mantener la campaña ofensiva en el terreno propagandístico, fomentando un clima de desconfianza, incitando temores, haciendo ingobernable la situación. […] Particular importancia tiene la explotación de los temas como la escasez de agua, de alimentos y de electricidad, […] reforzando la matriz mediática que ubica la crisis eléctrica como responsabilidad exclusiva de Maduro”.

Es por ello que al estudiar nuevamente los documentos programáticos del Gobierno de Estados Unidos sobre la Guerra No Convencional, no se puede dejar de encontrar “casuales coincidencias” con las acciones que hoy se emplean contra la revolución bolivariana. En tal sentido, razones sobran para reiterar que la Guerra No Convencional seguirá siendo el principal instrumento para perpetuar el dominio imperial, y que por el momento, seguirá siendo la más convencional de las guerras.

Referencias
[1]   Palabras pronunciadas por el Presidente de la República de Cuba Fidel Castro Ruz, en el acto de condecoración con la Orden “Carlos Manuel de Céspedes” al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, en el X Aniversario de su primera visita a Cuba. Teatro “Carlos Marx”, 14 de diciembre de 2004.
[2] Término utilizado por el presidente Chávez durante su intervención en el programa “Aló Presidente” el 6.7.2007.
[3] Gracia M. y Reyes R. (2008): “Análisis de la Política Económica en Venezuela. 1998-2006”, Oikos No 26,25-47, Escuela de Administración y Economía, Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH), Santiago de Chile. [http://edicioesusch.cl/oiks/]

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Venezuela y el poder del capital 


internacional

 

Por Ilka Oliva Corado
Kaos en la Red - Publicado en: 29 mayo, 2016

La única razón por la que sigue vigente el Decreto que firmó Obama contra Venezuela hace dos años, es prepararle el camino a Hillary Clinton para que ordene una invasión militar
Por eso las declaraciones de Joe Biden en las que acusó al gobierno de Maduro de violar los derechos humanos.

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Rafael Correa fue claro al exponer en la IV cumbre de mandatarios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) proponiendo reemplazar a la Organización de Estados Americanos (OEA) y que sea la CELAC la que tome su lugar. 

Una propuesta atinadísima. Recordemos que la CELAC es un organismo que fue creado en el 2011 por iniciativa de Hugo Chávez, mismo que sugirió el reemplazo de la OEA por una entidad con los mismos miembros pero sin Estados Unidos.

Las razones son obvias: Latinoamérica no es el patio trasero de Estados Unidos y mucho menos su estercolero, tiene la capacidad para formar un ente con su propio modelo de desarrollo, lejos de injerencias que llamen a golpes de Estado e invasiones militares por parte del capital internacional. 
El trabajo de la OEA es desestabilizar gobiernos progresistas en Latinoamérica, manipular y darle continuidad a la agenda injerencista que tiene Estados Unidos en cada país. 
No tiene nada que ver con la democracia, es en absoluto un ente conspirador.
Tiene su historial galán en injerencias pero se lleva el trofeo por su insistencia con Venezuela, la derecha latinoamericana no quita el dedo del renglón, quiere ver al país sumido en la pobreza y convertido en lastre: quiere que vuelva al pasado. 

No hay razón alguna para activar la Carta Democrática en el país, lo que sí hay es una guerra económica y un terrorismo mediático propulsado por el capital internacional contra Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana: pulmón de Latinoamérica.

Con invitación de la derecha venezolana llegó Albert Rivera de visita a Venezuela, líder de Ciudadanos, fiel prototipo de la derecha española: llegó con sus once ovejas a hablar de derechos humanos y exigiendo la liberación de asesinos intelectuales como Leopoldo López. ¿Con qué moral habla Albert Rivera de derechos humanos, estando vigente la Ley Mordaza en su país que niega la libertad de expresión a los españoles? 
Y encima pide libertad para un asesino y conspirador que debería estar pagando cadena perpetua por el dolor que causó a tantas familias y por traición a la patria. 
¿Acaso este español cree que Venezuela sigue siendo un país esclavo? El genocidio español en Latinoamérica ya no tiene cabida.

¿Por qué no fue a Guatemala, Colombia, Honduras o México a hablar de derechos humanos? ¿A Perú, Paraguay y Argentina? ¿Por qué precisamente a Venezuela y ahora? ¿Por qué no fue a Brasil a denunciar el golpe de Estado contra Dilma? Digo, porque si de opresión de gobiernos hablamos en Latinoamérica hay un ramillete de trúhanes… Venezuela vive un ataque constante, mediático y económico y hay que tener la cabeza fría para no dejarse llevar por la manipulación de los medios.

Es el capital internacional contra Venezuela. Ni siquiera es la derecha latinoamericana, (Uribe y retahíla) en consorcio con Estados Unidos, es el capital internacional. 
Es todo un imperio, el monopolio contra el modelo de la Revolución Chavista. Es la oligarquía mundial contra un pueblo en desarrollo, y buscará todos los medios para hundirlo. 
La guerra económica se explica por sí misma: de ella se dividen la ola de asesinatos, las manifestaciones injerencistas, los saqueos, el intento de activar con urgencia la Carta Democrática. 
El periodismo mundial al servicio de la manipulación.

La única razón por la que sigue vigente el Decreto que firmó Obama contra Venezuela hace dos años, es prepararle el camino a Hillary Clinton para que ordene una invasión militar.
 Por eso las declaraciones de Joe Biden en las que acusó al gobierno de Maduro de violar los derechos humanos intimidando y silenciando a los opositores. Y pidió la liberación inmediata de Leopoldo López y Ledezma. 
En las que se refirió a la escasez de alimentos, agua y medicina y a la violencia desatada que incluye homicidios.

¿Qué es lo que tiene que decirle Biden a los familiares de las víctimas de las guarimbas propiciadas por Leopoldo López, la derecha internacional y Estados Unidos? ¿Qué es lo que tiene que decir de quien orquestó un golpe de Estado contra Maduro? ¿Qué haría Biden si Ledezma llega a su país a propiciar un golpe de Estado contra Obama? ¿Si Leopoldo López organiza una revuelta contra el gobierno estadounidense en territorio estadounidense y esto deje como saldo varias personas asesinadas? 
De buena gente Maduro los tiene nada más encarcelados, porque respeta los derechos humanos, Estados Unidos después de pasarlos por Guantánamo ya los hubiera asesinado, y los hubiera presentado al mundo como terroristas.

¿Qué habla Biden de derechos humanos si en su país la policía asesina afro descendientes todos los días en crímenes de odio racial?¿Si su gobierno sigue aplicando La Ley de Ajuste Cubano para desestabilizar Cuba?¿Si no quita el bloqueo a Cuba? ¿Si sigue deportando miles de indocumentados latinoamericanos y ha creado el Plan Frontera Sur y Maya Chortí, entre México y Honduras para violentar –asesinar y desaparecer- migrantes en tránsito desde la militarización de la región? Para seguir desangrando México con el genocidio. 
Disfrazado todo esto de una guerra contra el narcotráfico. 
Que se ocupe de la política interna de su país y deje de meter las narices en Venezuela.

Ningún gobierno de corte neoliberal y capitalista tiene autoridad moral para hablar de derechos humanos y mucho menos para propiciar injerencias en tierras que buscan su propio desarrollo desde la emancipación.

Venezuela no vive bajo ninguna dictadura, Maduro no es un dictador. 
Aquí la historia nos la están contando al revés, es precisamente por el desarrollo que trajo a Venezuela la Revolución Chavista que el capital internacional quiere fulminarla y dejar al país en la miseria, para que el oro y el petróleo regrese a manos de empresas transnacionales y de la oligarquía mundial. 
Para implementar de nuevo un sistema opresor y extractivo. 
Para que vuelva la represión a la libertad de expresión y desaparezcan líderes políticos y comunitarios. Para propiciar de golpe un retroceso de décadas en el país para que no tenga cómo desarrollarse ni pelear por sus derechos.

No es por gusto que Macri ha autorizado una base militar estadounidense en Argentina, que Perú pidiera la instalación de una base del FBI en su territorio.
 De ganar Keiko Fujimori la presidencia de Perú se afianzaría más el neoliberalismo en la región que para nada es un libre mercado, como nos lo quieren hacer ver. 
Abriría el espacio para más bases militares en la región y cercaría a Venezuela. 
Lo mismo en Brasil si ese golpe contra Dilma la sacara por completo de la presidencia y asumiera un gobierno de corte neoliberal hasta nuevas elecciones.

Lo más triste de todo esto es que los más perjudicados serán los que siempre fueron golpeados por el sistema de oligarquías y castas. 
Ese odio burgués, clase mediero y apático de toda la vida que no quiere que el que nunca ha tenido nada recupere su dignidad con un gobierno que los visibiliza y ofrece recursos para un desarrollo integral: un plato de comida, un salario justo, sistema de salud, sistema de educación. 
Un gobierno que invierte en infraestructura, cultura y deporte. 
Son logros de la Revolución Chavista que están ahí, pero que la mediatización se ensaña en ocultar. Y son logros que están siendo atacados desde la raíz por la derecha internacional y por la imparable e incansable guerra económica. 
Las cosas por su nombre. El gobierno de Maduro no es perfecto, hay muchas cosas cuestionables y que se pueden mejorar, pero no es dictador.

No seamos ajenos, no pretendamos no ver, no darnos cuenta de la lucha de ese pueblo venezolano por continuar por la senda de la liberación, porque le ha demostrado a Latinoamérica y al mundo que la Revolución Chavista es la sangre hirviente de los que otrora fueron mancillados. 
No seamos ingratos solapando con nuestro silencio, con nuestra indiferencia y con nuestra doble moral. 
Que lo que le pase al otro también nos duele en carne viva y nos mueva a involucrarnos, a cuestionar y a la acción: movilización.
Porque aunque no lo sepamos aún o no lo queramos aceptar, si cae Venezuela caemos todos. 

No van por Maduro, van por los logros de

 la Revolución Chavista.
 
No van por Venezuela, van por la Patria 

Grande. 
Que el poder del capital internacional sepa que si tocan a Venezuela nos tocan a todos: debería ser nuestra consigna contra el neoliberalismo en el continente, y cuidarnos unos a otros como hermanos que somos. No olvidemos que la Venezuela Chavista siempre ha sacado la cara por nosotros.

“El yankee teme, que tú te levantes, América Latina obrera, no sé, ¿por qué no lo haces? El yankee teme, a la revolución, el yankee teme, al grito ¡Yankee go home! ¡Yankee go home!” –América Latina obrera. Alí Primera.

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com
27 de mayo de 2016.
Estados Unidos.
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Medios privados minimizan alerta del


 Papa Francisco


El Nacional, Globovisión y La Patilla informaron a medias las declaraciones del Sumo Pontífice sobre su preocupación por golpes blandos en América Latina.


El Nacional, Globovisión y La Patilla informaron a


 medias las declaraciones del Sumo Pontífice


 sobre su preocupación por golpes blandos en 


América Latina. -

 Credito: CiudadCCS


Por: CiudadCCS | Miércoles, 25/05/2016 08:32 AM | Aporrea

25 mayo 2016 - Tras la preocupación del papa Francisco expresada en la Comisión Episcopal Latinoamericana (Celam), donde manifestó el pasado domingo que en Venezuela, Brasil y Bolivia podría estar en curso un “golpe de Estado blando”, diversos medios privados del país como El Nacional, Globovisión, La Patilla, se dedicaron a omitir y censurar las palabras del Sumo Pontífice.

Mediante un comunicado de prensa de la Celam se informó sobre el discurso que dio el Santo Padre, quien expresó el temor por las necesidades de los pueblos en varias regiones del continente que hoy se ven afectadas por la inestabilidad democrática.

“El Santo Padre mostró su preocupación por los problemas sociales que se están viviendo en América Latina en general. 
Le preocupan las elecciones en Estados Unidos por la falta de una atención más viva a la situación social de los más pobres y excluidos”, indica el documento oficial.

Medios privados como el portal web del diario El Nacional, conocido por su postura ultraderechista y sus constantes ataques a la Revolución Bolivariana, descontextualizó el tema principal del Papa, donde hace énfasis en su preocupación por los “golpes blandos” en Latinoamérica, no sobre una crisis política en Venezuela.

“El papa Francisco expresó esta semana a la directiva de la Comisión Episcopal Latinoamericana su preocupación por la crisis política, económica y social que enfrenta Venezuela”, reseñó el medio manipulando la información a su conveniencia.

Por su parte, el portal digital de Globovisión se sumó a informar a medias la noticia al titular: “Papa Francisco preocupado por conflictos políticos y económicos de Venezuela”.

A este último se le suma el sitio web de La Patilla, que también invisibilizó parte de las declaraciones emitidas por el líder católico quien –según el comunicado– expresó que “se entusiasma cuando comienza a hablar de la Patria Grande que es América Latina y de los esfuerzos que no deben cesar para lograr la integración de nuestros pueblos”
En ese sentido, el Gobierno Bolivariano a lo largo de estos 17 años de Revolución ha trabajado en la unión de los pueblos, un ejemplo de esto es la creación de organismos internacionales como la Unasur y la Celac.

No es la primera vez que estos medios privados de la derecha, a través de sus portales digitales, buscan desestabilizar el país con sus carteles mediáticos, jugando con la información para crear la duda en la opinión pública venezolana.

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