jueves, 31 de agosto de 2017

Razones para la intervención: Venezuela ingresa al "Eje del Mal"



Venezuela armó una arquitectura de relaciones diplomáticas, financieras y políticas para enfrentar el asedio de Estados Unidos.
Para EEUU, desajustar ese tablero geopolítico y geoeconómico es fundamental para recapturar su antigua gasolinera cautiva, así que las turbulencias no se harán esperar.
No será una cuestión sencilla, confluyen derivaciones múltiples que para la política estratégica de EEUU se traducen en acciones de urgencia para hacer caer a Venezuela.

2017: año de un poderoso ciclo

 de conflictos geopolíticos

En el año 2017, al emprenderse sanciones abiertas por parte de la administración Trump al conjunto de la economía venezolana, el país ingresa formalmente al denominado "Eje del Mal". Bloque político antiestadounidense sobre el cual pesa el asedio frontal y directo por parte de EEUU y sus aliados.
Esta situación-contexto concurre aderezada con la amenaza militar que Donald Trump efectúa como un recurso político para intentar generar condiciones militares para desplazar al chavismo. 
Cuestión que alcanza su punto clímax en agosto de 2017 luego de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que por consecuencia lógica es un proceso de disputa política definitorio para el conflicto que desmovilizó la violencia callejera, cerrando un ciclo de conflictividad interna. Ésta quedó confinada a las acciones terroristas quirúrgicas y teledirigidas.
Al momento de que Donald Trump firmara la Orden Ejecutiva del 25 de agosto de 2017 contra la economía venezolana, en paralelo Rusia, China, Irán y Corea del Norte eran titulares en las noticias por ser objeto de sanciones económicas por parte de EEUU, descatando el caso ruso en el que oficialmente le fue declarada una guerra comercial energética. 
Sanciones que por cierto iban en situación de escalamiento por haberse iniciado durante la administración de Barack Obama.
Ese no es un dato menor. El mundo también se estremece en ese momento con la apertura de frentes simultáneos: invasión saudita en Yemen; bloqueo diplomático, aéreo y económico de países del Golfo contra Qatar por sus relaciones con Irán; las escaramuzas aún vigentes del conflicto armado en Ucrania que se iniciara desde el Euro-Maidán y la continuidad de las guerras mercenarias en Libia y Siria. 
Conjugándose de esa manera una fluida "actividad" en lo que el Pentágono ha denominado como su zona "Arco de Inestabilidad", un conjunto de países y regiones confinadas al conflicto patrocinado y ampliado para perpetuar las formas de saqueo y mecanismos de acumulación capitalista de las principales corporaciones globales.
En ese contexto concurren sanciones económicas y amenazas militares contra Venezuela. 
En consecuencia, la orientación estratégica del país se reperfila para consolidar un entramado de relaciones que ya venían en curso desde inicios del mandato del presidente Hugo Chávez: la diversificación de las asociaciones venezolanas, la consolidación de alianzas políticas en la región y la visión de multipolaridad en las relaciones internacionales.

Acciones y arquitectura 

internacional de defensa: 

capítulo regional + China

Frente a la situación de economía bajo asedio, Venezuela ha instrumentado recursos claves en el frente externo:
La cuestión regionalLa continuidad y firmeza de las relaciones entre este conjunto de países, le permitió a Venezuela durante 2017 enfrentar las acciones de asedio moduladas por EEUU y sus socios regionales en la Organización de Estados Americanos (OEA), tratando de aprobar sin éxito la Carta Democrática Interamericana. 
Fue ese el conato para propiciar una asfixia política que pudo evolucionar en acciones-conjunto dirigidas al hecho económico.
Pero más allá de superar el asedio político-institucional, las relaciones económicas en el marco de este eje se mantuvieron sin que se ralentizara el intercambio de bienes y servicios, desde y hacia Venezuela, pese a la coyuntura petrolera y el ciclo de bajos precios que ha impactado al país petrolero desde 2014.
Las alianzas regionales y transcontinentales con Venezuela son clave
La cuestión regional es clave en este punto. 
Las afrentas en 2017 fueron consistentes en otros marcos de asociación económica como el Mercado Común del Sur (Mercosur), del cual Venezuela fue suspendida en agosto de 2017 por la acción directa del vasallaje norteamericano, entiéndase, el gobierno neoliberal de Mauricio Macri en Argentina, el gobierno de facto de Michel Temer en Brasil y el gobierno derechista de Paraguay de Horacio Cartes.
En esa diatriba, Tabaré Vázquez, presidente de Uruguay, país que hasta ese momento había tenido una postura ambivalente sobre Venezuela, confiesa públicamente que presiones directas de Brasil y Argentina fueron claves para que finalmente Uruguay aprobara la suspensión indefinida de Venezuela del bloque, hasta que "se reestableciera el hilo democrático" en el país. De esa manera, el Mercosur amputa de su cuerpo político y económico a la nación con más reservas de petróleo en el mundo, el país con las reservas gasíferas más grandes del continente y con reservas ingentes de minerales estratégicos.
 Una paradoja económica resultado de la infamia política.
El eje ALBA-Petrocaribe. Venezuela continuó fortaleciendo su marco de relaciones a expensas de serias turbulencias económicas y presiones directas a algunos países integrantes de esta alianza. 
Se destacan entre esas presiones la que hiciera públicamente el senador estadounidense Marco Rubio en junio de 2017, artífice de las acciones directas contra Venezuela, quien amenazó directamente a El Salvador, Haití y República Dominicana, de no prestarles más apoyo financiero desde el gobierno gringo si seguían apoyando la postura venezolana en la OEA
Estos países no cedieron durante las presiones financieras y diplomáticas, y eso vale la pena subrayarlo para la historia.
Los suministros de crudo a Petrocaribe durante 2017 se mantuvieron por encima de los 80 mil barriles diarios, por otro lado los servicios sociales provistos por Cuba y los productos de manufactura nicaragüense, ecuatorianos y bolivianos, continuaron haciendo contribuciones al abastecimiento venezolano.
Ampliación de relaciones con China. Las relaciones con China durante la coyuntura económica venezolana que sobrevino desde 2014 han sido piedra angular del sostenimiento de Venezuela. 
Se basan estas relaciones en la continuidad de asociaciones financieras, productivas y energéticas, con cualidades complementarias, expresión de un marco de relaciones de contraofensiva.
Sobre esa línea, en junio de 2017 el Gobierno venezolano tenía programado el aumento de su producción en el sector petrolero, agrícola e industrial con su par de China, luego del trabajo realizado por la Secretaría Técnica de la Comisión Mixta de Alto Nivel de ambas naciones.
El vicepresidente de Planificación venezolano, Ricardo Menéndez, quien presidió durante 2017 por el país suramericano la Comisión Mixta de Alto Nivel China-Venezuela, fue el encargado de ofrecer detalles sobre las reuniones sostenidas en junio con empresas chinas en Pekín.
La Comisión Mixta de Alto Nivel China-Venezuela empieza a dar frutos
"Podemos decir que la jornada ha sido muy exitosa. Una jornada esperanzadora para nuestro pueblo y sobre todo para aquellos que pretenden que no exista futuro", declaró Menéndez en esa oportunidad.
En el caso del sector petrolero, se firmaron acuerdos para incrementar la producción conjunta de crudo a 325 mil barriles diarios. Indicó que el acuerdo de la refinería Nanhai (China) viene acompañado de otros convenios que ayudarán al interés estratégico del país, entre ellos, alianzas junto a Sinovensa, Petrosima y Petrorica, empresas mixtas chino-venezolanas que incrementarán sustancialmente las inversiones en materia petrolífera y recolección de pozos al occidente del país.
En el caso de la agricultura, Menéndez informó que se evaluó sumar, con apoyo de Pekín, más de 100 mil hectáreas de cereales.
Además, adelantó que la cartera agrícola se ha planteado el cultivo de más de 80 mil hectáreas de algodón, también con el apoyo de China, uno de los países que le da mayor valor económico a este rubro.
En el marco de la Secretaría Técnica de la Comisión Mixta de Alto Nivel se evaluó el desarrollo de nuevas fuentes de financiamiento y se abrió un espacio para las compañías del gigante asiático interesadas en invertir en proyectos productivos en Venezuela. 

Las sanciones: sus 

implicaciones y el factor ruso

Un elemento clave de 2017 y que se destaca por su importancia estratégica en el marco de las sanciones a la economía venezolana instrumentadas por Donald Trump, son las negociaciones por el proceso de recompra de bonos de la economía venezolana que serían efectuados por China. 
La medida de Trump intenta boicotear y afectar las vías de financiamiento alternativas de Venezuela.
El significado de esta acción tendría la implicación no sólo del oxigenamiento financiero de Venezuela, también reviste de importancia la ruptura de Venezuela con el circuito financiero inherente al mercado de bonos regido desde Wall Street, que es el que tradicionalmente ha modulado el comportamiento de los papeles de deuda venezolana, anclado en los designios de las tradicionales calificadoras de riesgo, las operadoras del mercado segundario de bonos y las presiones de fondos buitre, que siempre acechan los compromisos venezolanos.
Profundización de las alianzas con Rusia. Luego del proceso de sanciones de Donald Trump que colocaron a Venezuela en el "Eje del Mal", la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajarova, aseguró que su país no admite las sanciones unilaterales contra Estados soberanos y que las medidas de presión financiera contra Venezuela agravan el desequilibrio de la situación en el país y profundizan los problemas económicos.
Zajarova afirmó que las sanciones de EEUU tienen como objetivo "un agravamiento de las tensiones", ya que se han introducido en un momento en el que aparecían "señales de una relativa estabilización interna" en Venezuela después de las elecciones a la ANC.
A pesar de las sanciones financieras, Rusia no dejará de cooperar estratégicamente con Venezuela
"Las anunciadas sanciones sectoriales contra los sectores financiero y petrolero de Venezuela apuntan claramente a agravar el desequilibrio de la situación en el país, profundizando los problemas económicos", señala un comunicado.
Asimismo, el texto subrayó que "las acciones de los autores están impregnadas de cinismo" y sólo estimulan a aquellos irreconciliables que no ven la realización de oportunidades políticas sin la destitución del poder de las autoridades venezolanas.
Pese a ello, advirtió a Washington que sus sanciones no impedirán a Moscú "desarrollar y fomentar su cooperación" con Venezuela. "Estamos dispuestos a contribuir a la solución de la crisis en Venezuela en función de la dinámica de la política interna en ese país. 
Rusia analizará las consecuencias de las sanciones impuestas por EEUU, pero ya podemos notar que estas no serán capaces de influir en nuestra disposición a desarrollar y fortalecer la cooperación con la hermana Venezuela y su pueblo", sostuvo la diplomática en el informe.
Las alianzas entre Venezuela y Rusia son políticas, financieras, militares, energéticas y han evolucionado al sector agroalimentario, con la consagración de un acuerdo de suministro de trigo ruso por el orden de las 60 mil toneladas mensuales a la nación caribeña, cuestión que será medular para la reversión de las asimetrías de abastecimiento de ese rubro sensible y que es totalmente importado por Venezuela.
No obstante, la posibilidad de expansión de las asociaciones con Rusia no es una sorpresa en el marco de las agresiones estadounidenses. Pdvsa y Rosneft son expresión de relaciones sólidas en materia petrolera, a su vez que la incursión de Gazprom en el cinturón gasífero del Caribe venezolano es, en sencillas cuentas, el proyecto más importante de la gasifera rusa fuera de su área de influencia geoeconómica, comparable sólo a las explotaciones que estos realizan en el Mar Caspio.
Estos factores son claves en la recomposición del tejido económico venezolano, a la vez que marcan una pauta esencial en la construccion de relaciones geopolíticas de nuevo tipo que colocan a Venezuela como bastión clave en los intereses estratégicos de los países emergentes del bloque Brics, donde se encuentran los tres principales socios de la actividad petrolera venezolana luego de EEUU: a saber, China, Rusia e India.

Incursión turbulenta

El tránsito de entrada de Venezuela por la puerta grande al "Eje del Mal" parte de referentes que debemos observar: se trata de una nación rica en recursos, a sólo pocas millas náuticas de EEUU, y que además es un factor de referencia en la influencia geopolítica regional como actor intermedio, con peso determinante en la composición del tablero geopolítico subcontinental.
Esos factores adquieren mucha más relevancia, una vez que Venezuela se consolida como factor modulador del equilibrio o no, al acceso a la energía y las materias primas por parte de las potencias emergentes y los países en vías de desarrollo para el mediano y largo plazo. 
De las asociaciones venezolanas depende eso
Para EEUU, desajustar ese tablero geopolítico y geoeconómico es fundamental para recapturar su antigua gasolinera cautiva, así que las turbulencias no se harán esperar.

No será una cuestión sencilla, confluyen derivaciones múltiples que para la política estratégica de EEUU se traducen en acciones de urgencia para hacer caer a Venezuela.
El estremecimiento de Venezuela en su contexto pasa a ser ahora, con mucha más contundencia, un juego de potencias en pugna.
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Más bases y ejercicios: la opción (para)militar contra Venezuela en marcha

La "opción militar" aludida por el presidente estadounidense contra Venezuela ha estado en marcha desde antes de sus declaraciones. En un escenario de guerra no convencional no son de esperarse acciones militares convencionales. El caldo de cultivo es la "crisis humanitaria" promovida por agentes nacionales e internacionales del antichavismo.

Ejercicios inusuales y 

extraordinarios

La cantidad de ejercicios militares comandados por EEUU es cada vez más creciente y aborda varios aspectos de la acción bélica, sin embargo llama la atención que el elemento "humanitario" está siempre presente, aún cuando se desconoce el aporte sustantivo de las fuerzas militares estadounidenses ante eventos naturales con consecuencias trágicas. 
Lo ocurrido en Houston (Texas, EEUU) es una evidencia.
En junio pasado se realizó en Barbados un ejercicio combinado "para mejorar las capacidades colectivas de las fuerzas de defensa y policía, contrarrestar la delincuencia organizada transnacional y llevar a cabo operaciones de ayuda humanitaria / de desastre". 
El ejercicio multinacional de seguridad marítima y respuesta a desastres en el Caribe Tradewinds 2017 acogió a 20 países, entre ellos México, en Bridgetown, capital de Barbados.
En julio concluía el ejercicio marítimo multinacional anual más largo del mundo, UNITAS 2017, en el que fuerzas navales de 19 países se reunieron en Lima, Perú, entre ellos Brasil, Paraguay, Argentina, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, Panama, México, España y Estados Unidos. 
Las fuerzas estadounidenses estuvieron bajo el control operacional del Comandante de la Fuerza de Tarea (CTF) 138 / Comando Sur de las Fuerzas Navales de los Estados Unidos / 4ta Flota de los Estados Unidos (USNAVSO / FOURTHFLT), Sean Buck, al mando de 30 buques y 28 aviones, así como varios submarinos y vehículos anfibios para completar seis ejercicios de fuego vivo y 37 eventos marítimos combinados.
Los cuerpos militares actuaron en dos fases: UNITAS Pacific (operaciones de guerra naval) y UNITAS Amphibious (operaciones de asistencia humanitaria y socorro), que ocurren simultáneamente para "mantener el acceso, mejorar la interoperabilidad y construir asociaciones duraderas para mejorar la seguridad regional y promover la paz, la estabilidad y la prosperidad en el Caribe, Centro y Sudamérica".
También en julio pasado, 42 pilotos, tripulantes, paracaidistas y personal de logística de la Fuerza Aérea Colombiana participaron en el Mobility Guardian del Comando de Movilidad Aérea (CMA), primer ejercicio internacional de operaciones humanitarias en la simulación de la guerra y entornos de desastres naturales.
Más de 650 militares de 30 países, incluyendo Brasil, y 3 mil miembros del servicio militar estadounidense se concentraron en las cuatro competencias básicas del CMA: transporte aéreo, reabastecimiento aéreo, evacuación aeromédica y apoyo a la movilidad aérea.
 Dice la nota del Departamento de Defensa que "Estados Unidos no va a la guerra sin aliados, por lo que es importante que Mobility Guardian desarrolle la capacidad de proyección de poder".
AMAZONLOG17 es el cuarto ejercicio militar que se realiza en el continente, se trata de una operación de logística que está en marcha en la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú, específicamente en Tabatinga, estado de Amazonas, Brasil. 
En la web del ejército brasilero se informa que estas acciones combinadas de tropas y agencias de los tres países se enfocarán en acciones humanitarias y de preservación ambiental. Asimismo, un componente comercial que consistirá en una exposición tecnológica de empresas del sector de Seguridad y de Defensa y de otros segmentos tanto de la industria brasileña como de otros países.
 Las fuerzas armadas de 16 países participarán con observadores, así como Estados Unidos con apoyo logístico, aclaran.
Las fases del AMAZONLOG17 inician entre el 28 de agosto y el 1º de septiembre (esta semana) con un ejercicio de planificación en Manaos, del 26 al 28 de septiembre habrá un Simposio de Logística Humanitaria y una Exposición de Material Militar.
 El ejercicio propiamente dicho será entre el 6 y el 13 de noviembre con la instalación de una Base Logística Multinacional Integrada en Tabatinga, hacia donde han movilizado equipamiento desde Río de Janeiro, a 3 mil 545 kilómetros.

Hacia una diplomacia desde las 

bases… militares

El eje liderado por Colombia, México, Brasil y Argentina estableció una estrategia no diplomática de agresión contra el Gobierno venezolano que se develó en la llamada Declaración de Lima.
Esa fachada diplomática terminó de tejer un entramado de acciones que se comenzaron a intentar desde la OEA, que al no lograr una mayoría para una intervención mediante la Carta Democrática Interamericana.
Dicho acto de asedio se realizó una semana luego de las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). 
Los cancilleres de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y México suscribieron un documento que afirma que Venezuela "ya no es una democracia" pero declaran un "enérgico rechazo a la violencia y cualquier opción que involucre el uso de la fuerza".
Aún cuando existen mecanismos regionales como la Celac y Unasur, dichos países realizaron un documento informal en el que acordaron medidas como la de no apoyar ninguna candidatura venezolana a mecanismos y organizaciones regionales e internacionales.
 Además, llamaron a detener la transferencia de armas hacia Venezuela, sobre la base de los artículos 6 y 7 del Tratado sobre el Comercio de Armas, por lo que los ejercicios ya descritos parecieran estar preparando a este grupo de países para una fase no diplomática en la que el supuesto debilitamiento de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) es importante.
No es casualidad que dentro de cada ejercicio militar comandado por EEUU estén los mismos países que impulsaron la Declaración de Lima; la presencia militar de EEUU en México, Colombia, Perú, Honduras y Brasil es de larga data. 
En el caso de México, se habla de una escalada de la intervención militar de EEUU desde la firma de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte y de la Iniciativa Mérida, con el pretexto de la colaboración en la "guerra contra el crimen". 
Su subordinación e integración a los planes militares de EEUU está combinado con el tráfico de armas que fluyen hacia el narcotráfico y generan ganancias en el Complejo Industrial-Militar estadounidense.
En Perú el Comando Sur de EEUU (U.S. Southern Command) y la empresa Partenon Contratistas E.I.R.L. firmaron en 2016 el proyecto de instalación del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Amazonas.
El COER es un caso que analistas califican de intervención disfrazada de ayuda humanitaria. También se conoce que fuerzas peruanas aumentan la cantidad de ejercicios militares conjuntos con EEUU para "fortalecer sus estrategias de defensa frente a agresiones externas". Uno de ellos es el Ejercicio de Fuerzas Silentes (Siforex, por sus siglas en inglés), que se realiza cada dos años en el Mar de Grau.
Por su parte las bases militares estadounidenses en Colombia son parte de la estrategia de "aseguramiento estratégico" de esa potencia en el hemisferio suramericano. 
También en 2015 amplió su presencia militar en la base aérea de Soto Cano en Honduras donde ya organizaba ejercicios multilaterales y otras operaciones junto a la Joint Task Force Guantánamo, con sede en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba), a cargo de "operaciones de detención e interrogatorios en el marco de la guerra contra el terrorismo"; y la Joint Interagency Task Force South, con sede en Key West (Florida, EEUU), para coordinar las "operaciones antidrogas" en toda la región.
El riesgo que significa ese modo de intervención para la existencia de los Estados-nación, así como para la soberanía y la estabilidad latinoamericana es evidente.
En el caso de Colombia, los escritores Diane Lefer y Héctor Aristizábal analizaron que las intervenciones militares están enfocadas en desestabilizar la región. 
"Sí, países sudamericanos han tenido sus escaramuzas en la frontera y breves conflictos armados, pero una presencia importante de los EEUU en las bases colombianas crea un escenario para lo que potencialmente podría ser una guerra de importancia en el continente", opinaron.

La excusa humanitaria 

como combustible

Mientras autoridades y medios colombianos fabrican incursiones por parte de cuerpos de seguridad venezolanos en territorio vecino, el pasado 27 de agosto hubo un enfrentamiento en el fronterizo estado Táchira con paramilitares del grupo Los Rastrojos, dejando un saldo de seis irregulares muertos y una detenida con municiones y uniformes del ejército colombiano con grado y jerarquía. 
Este y otros grupos ejercen concomitantemente el control político y económico en la zona fronteriza. Misión Verdad ha descrito cómo se enmarcan dentro de la intensificación de provocaciones dirigidas por EEUU.
Los medios internacionales junto a los gobiernos que se han declarado contra Venezuela retoman el relato de "crisis humanitaria" en Venezuela para profundizar la intervención como ejercicio de salvación más que como agresión.
Está claro que detrás de cada "ayuda humanitaria" de las potencias occidentales está una toma y ordenamiento del territorio para sus intereses geopolíticos: así pasó en la cercana Haití tras el terremoto de principios de 2010.
La fachada del "campo de refugiados" es conveniente para el establecimiento de "zonas seguras" con protección y apoyo militar extranjero que "resguarde a la población asediada por la dictadura de Maduro", como ocurrió en las lejanas Libia y Siria. 
Analistas como Manlio Dinucci afirman que la amenaza de Trump sobre la "opción militar" pudiera concretarse mediante la infiltración de "fuerzas especiales y de mercenarios que echan leña al fuego de las tensiones internas provocando enfrentamientos armados; acusaciones de que el gobierno está masacrando a su propio pueblo y una 'intervención humanitaria' que lleve a la creación de una coalición armada liderada por Estados Unidos".
El escenario que permitiría reoxigenar a la MUD es el colapso socioeconómico total que apuntale la crisis humanitaria, es uno de los ejes del plan de intervención del Comando Sur: así lo expresó el almirante Kurt Tidd, comandante del Comando Sur el pasado 6 de abril durante una audiencia en el Senado. 
"La creciente crisis humanitaria en Venezuela podría hacer necesaria una respuesta regional", dijo.
La nueva ronda de sanciones financieras de la administración Trump contra Venezuela y el reconocimiento de su liderazgo por parte de la MUD ofrecen elementos reales y concretos para entender la estrategia real. 
Las medidas contra Pdvsa son la continuación al asedio económico que se dirige desde Panamá, Bogotá, Madrid y Miami a traves de las mafias cambiarias fronterizas, calificadoras y oligopolios que financian el caos social.
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