Derechos sexuales y derechos reproductivos en Venezuela
Dra. Nancy L. Bello Barreto (Médica-Psiquiatra-Psicoterapeuta) /
Dra. Nancy L. Bello Barreto (Médica-Psiquiatra-Psicoterapeuta) /
Mujeres por los Derechos, MUDERES.
Publicado en el El Correo del Orinoco el domingo 09/07/2017
https://www.facebook.com/mujeresporlosderechos/posts
Es indiscutible el avance legislativo en esta materia.
Comenzando con el rango constitucional alcanzado en 1999, luego la Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia(2007) develó la violencia obstétrica, también se promulgó la Ley de promoción, protección y apoyo a la lactancia materna ese mismo año.
En 2013 conquistamos la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadoras y las Trabajadores, por nombrar cuatro instrumentos cardinales.
No obstante, en la práctica cabalgamos sobre ingentes contradicciones, hoy exhibimos indicadores que apuntalan una cruenta realidad: las cifras de mortalidad materna se encuentran en rangos que no son admisibles con el grado de desarrollo humano del país, el índice se encuentra en 130,70/100.000 nacidos vivos, según datos publicados por el MinSalud para el año 2016.
La mayor parte de estas muertes ocurren debido a cuatro complicaciones obstétricas: hemorragia, sepsis, hipertensión y abortos inseguros.
No obstante, en la práctica cabalgamos sobre ingentes contradicciones, hoy exhibimos indicadores que apuntalan una cruenta realidad: las cifras de mortalidad materna se encuentran en rangos que no son admisibles con el grado de desarrollo humano del país, el índice se encuentra en 130,70/100.000 nacidos vivos, según datos publicados por el MinSalud para el año 2016.
La mayor parte de estas muertes ocurren debido a cuatro complicaciones obstétricas: hemorragia, sepsis, hipertensión y abortos inseguros.
El 80% de las muertes se dan después del parto y durante el puerperio inmediato.
El 98 % de los partos son atendidos en hospitales/maternidades.
El embarazo adolescente sigue siendo un problema de salud pública ocupando el segundo puesto de la región.
Tales indicadores de inequidad son la punta del iceberg que devela que el cuerpo de la mujer sigue siendo el lienzo donde se dirime la doble lucha de género y de clase.
El embarazo adolescente sigue siendo un problema de salud pública ocupando el segundo puesto de la región.
Tales indicadores de inequidad son la punta del iceberg que devela que el cuerpo de la mujer sigue siendo el lienzo donde se dirime la doble lucha de género y de clase.
Lucha desigual en tanto ocurre en épocas de mayor vulnerabilidad en la vida de las mujeres como son el embarazo, parto y puerperio, agravado cuando estos procesos ocurren durante la niñez y/o adolescencia.
Ambos indicadores tienen en común que ocurren en las más pobres.
La apropiación del cuerpo y procesos de las mujeres por la hegemonía del paradigma médico, sumado a la falta de control, acompañamiento y supervisión sobre la gestión por parte del Estado, donde descansan las políticas públicas en materia de atención de las mujeres, es el terreno fértil para tales inequidades, por acción: se realizan 53% de cesáreas en maternidades/hospitales, públicos y 98% en clínicas privadas, imponiendo un procedimiento con mayor potencial de complicaciones (infecciones y hemorragias) si la comparamos con el parto humanizado.
La apropiación del cuerpo y procesos de las mujeres por la hegemonía del paradigma médico, sumado a la falta de control, acompañamiento y supervisión sobre la gestión por parte del Estado, donde descansan las políticas públicas en materia de atención de las mujeres, es el terreno fértil para tales inequidades, por acción: se realizan 53% de cesáreas en maternidades/hospitales, públicos y 98% en clínicas privadas, imponiendo un procedimiento con mayor potencial de complicaciones (infecciones y hemorragias) si la comparamos con el parto humanizado.
Por omisión: ruleteo, enlentecimiento de toma de decisiones por parte del personal médico, falta de insumos y materiales y personal de enfermería insuficiente.
¿Qué son los derechos sexuales y los derechos reproductivos?
El desarrollo de la sexualidad y de la capacidad de procreación está directamente vinculado a la dignidad de la persona y el libre desarrollo de la personalidad y es objeto de protección a través de distintos derechos fundamentales, destacadamente, de aquellos que garantizan la integridad física y moral, al mismo tiempo que resguardan la intimidad personal y familiar.
Son derechos de las personas tener control respecto de su sexualidad, a decidir libre y responsablemente sin verse sujetos a la coerción, la discriminación y la violencia; el derecho de todas las parejas e individuos a decidir de manera libre y responsable el número y espaciamiento de sus hijos e hijas y a disponer de la información, la educación y los medios para ello, así como a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva.
Así definieron los derechos sexuales y reproductivos tanto en la Conferencia sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994) como la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995).
¿Cuáles son los derechos sexuales y derechos reproductivos?
• Derecho a conocer, respetar, disfrutar, cuidar y amar nuestro cuerpo.
• Derecho a rechazar cualquier práctica que vaya en contra de mi voluntad y a no ser víctima de maltrato, abuso y violencia sexual.
• Derecho a que se respete mi intimidad.
• Derecho a decidir cuándo, cómo, con quién y con qué frecuencia tener relaciones sexuales, sin presión ni violencia de ningún tipo.
• Derecho a expresar sexualmente mis emociones.
• Derecho a la libre elección sobre mi maternidad o paternidad y a obtener información sobre la anticoncepción.
• Derecho a recibir información, orientación para el ejercicio de una sexualidad libre placentera y responsable.
• Derecho a tomar las mejores decisiones sobre aspectos relacionados con mi salud, vida y sexualidad.
• Derecho a que se respete mi orientación sexual e identidad sexual y a no ser discriminado por esos motivos.
• Derecho a recibir información adecuada sobre el VIH y SIDA, los mecanismos de transmisión y sobre el uso correcto del condón.
• Derecho a hacerme la prueba del VIH, a recibir asesorías antes y después de la prueba y a recibir atención integral de calidad.
La posición desigualitaria en relación al poder entre las mujeres y los hombres, tiene repercusiones tanto en a la capacidad para transformar la realidad social, como para decidir cuestiones que afectan tanto a la salud sexual y reproductiva individual, como a la de la población en general.
La falta de poder de las mujeres derivada de su posición de subordinación en la sociedad supone una serie de riesgos para su salud y que sus derechos sean vulnerados.
Además implica que tengan pocas oportunidades a la hora de intervenir en la vida pública y en el poder político donde se toman las decisiones sobre las políticas de salud sexual y reproductiva. Es necesario que la mujer se empodere para que pueda controlar sus procesos y ritmos corporales y ejercer su derecho a decidir, a la salud, a la intimidad, a la información adecuada y oportuna y a que se modifiquen las costumbres discriminatorias en su contra.
TOMADO DE:
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