La guerra económica y la mano visible del mercado
Por: Luis Britto García
Lunes, 12/12/2016
1.- La guerra, sentenció Clausewitz, es la continuación de la
política por otros medios. Podemos añadir que la política es la continuación de
la economía, por otras vías, así como ésta es la prolongación de la cultura en
otros ámbitos. Toda guerra comienza como conflicto económico, y termina
arrojando consecuencias financieras. Antes de que comiencen a caer bombas,
empiezan a llover titulares.
2.- Para ahorrarnos redactar una Historia del Mundo,
recordemos que las dos Guerras Mundiales en realidad se libraron para evitar
que la potencia industrial más desarrollada de Europa dominara el mundo
mediante alianzas que le hubieran asegurado los recursos humanos y naturales de
Asia y de África. La Guerra Fría fue una contienda económica de medio siglo que
terminó quebrando la economía soviética. Desde 1959 avanza otro conflicto
contra Cuba llamado Bloqueo. Otro más destrozó la distribución de bienes en
Chile y sirvió de pretexto para interminable dictadura neoliberal. Un bloqueo
precipitó la derrota electoral del sandinismo. No es casual que las principales
guerras de las últimas décadas se hayan librado en países con recursos
energéticos o con pasos estratégicos hacia ellos. Todos estos conflictos
comenzaron como guerras simbólicas. En todas se legitimó el genocidio como
cruzada por la libertad, la pureza racial, la democracia y la economía de
mercado. En todas las atrocidades de los agresores fueron ocultadas o
disimuladas e inventadas o exageradas las transgresiones de los agredidos. La
mayoría fueron legitimadas por atentados de falsa bandera, en los cuales se
presentó como atacantes a los atacados. En todas se procedió a una reescritura
de la Historia para lograr la conformidad de vencedores y vencidos con el
resultado.
3.- ¿Qué habrán sido, me pregunto, el cierre patronal
convocado por Fedecámaras y el sabotaje perpetrado por la
"meritocracia" de Petróleos de Venezuela SA en 2000 y 2003, que
costaron al país pérdidas superiores a los 15.000 millones de dólares y un
abrupto descenso en el PIB? ¿Será casual, me interrogo, la brutal caída de los
precios de la energía fósil, causada por la simultánea entrada en el mercado
del petróleo de Irak manejado por los estadounidenses, la inundación de crudo
barato de los sauditas aliados de Estados Unidos y el salto de ese país a la
condición de primer productor de hidrocarburos del mundo a costa de
desmesuradas inversiones contaminantes en petróleo de esquistos o lutitas y
convencional? ¿O corresponde a una ofensiva para hacer quebrar a los países no
alineados de la OPEP, comprar por miserias sus industrias petroleras y luego
resarcirse con el monopolio planetario de los hidrocarburos? ¿Será por eso que
el nuevo Satanás mediático es el Islam; que del horizonte de los eventos se ha
desterrado el concepto de Lucha de Clases para sustituirlo por el de Conflicto
entre Civilizaciones?
4.- El arte de la guerra, decía Sun Tzu, se basa en el
engaño. Los símbolos son los proyectiles de la guerra de mentiras. La mejor
estrategia del Diablo es fingir que no existe. La manera de ganar una guerra es
pretender que no la hay. Para no tener que censar el estado del planeta,
elijamos como muestra el botón de Venezuela. Los medios de comunicación
privados, en su mayoría voceros asalariados de los empresarios, han emprendido
una campaña para esconder la agresión que todos padecemos. Para desmentir sus
coartadas utilizamos los datos compilados por Pasqualina Curcio Curcio en su
contundente trabajo La
mano visible del mercado: Guerra económica en Venezuela (2016,
Caracas, Ediciones Somos los mismos).
5.- Primer artículo de Fe de la Guerra Simbólica que barre el
planeta es la afirmación de que el capitalismo funciona y el socialismo no.
Mienten los grandes empresarios venezolanos y sus portavoces al afirmar que las
medidas socialistas traban la producción. Demuestra Pasqualina Curcio que en
Venezuela el producto interno bruto (PIB) total ha aumentado 43% desde 1999
hasta 2015, que el PIB agrícola se incrementó 27% entre 1999 y 2014. Señala
también que el PIB total del año 2015, cuando se registró un nivel de escasez
superior al 30%, fue 34% mayor que el del año 2004 que registró niveles de
escasez sólo de 7%. Y que el PIB agrícola el año 2014 fue 14% mayor que el del
2004.
6.- Segundo artículo de Fe de la Guerra Económica es que hay
que negar todos los derechos a los trabajadores para que la economía funcione.
Calumnian los empresarios y sus pasquines que los derechos de estabilidad
laboral, antigüedad e indemnización por cesantía concedidos a los trabajadores
venezolanos acarrean cierre de industrias y desempleo masivo. Pero la tasa de
desempleo disminuyó 62,5% entre 1999 y 2015, ubicándose en 6%, su nivel
histórico más bajo.
7.- Tercer artículo de Fe de la Guerra Económica es que las
medidas socialistas impiden el ingreso al país de bienes indispensables.
Engañan los empresarios y sus turiferarios afirmando que hay caída de las
importaciones. Pero en realidad éstas crecieron 129% desde 1999 hasta 2014, y
las de ese último año fueron 91% mayores que las del 2004, año en el cual
ascendieron a 16.000 millones de US$, mientras que en 2014, ascendieron a
31.000 millones de US$.
8.- Cuarto artículo
de Fe de la Guerra Simbólica es que sólo la empresa privada produce riqueza.
Pero en gran parte de los países del mundo, y particularmente en Venezuela,
esta medra gracias a la protección del Estado. Embaucan los empresarios y sus
medios alegando que la tardanza del gobierno en otorgarles dólares
preferenciales impide la importación de alimentos. Es necesario explicar que en
Venezuela los empresarios reciben del Estado estos dólares preferenciales
primero a seis, y luego a diez bolívares por dólar, para luego vender en
mercados paralelos las mercancías así adquiridas así como si las hubieran
comprado a las tasas de 1.000, 1.500 y hasta 2.000 Y 4.000 bolívares por dólar
del mercado negro. Pero el año 2014 la asignación de dólares preferenciales
ascendió a 7.700 millones de US$, 259% mayor que en 2004, cuando fue de 2.100
millones de US$. En 2004 se importaron $ 608.000 millones en medicamentos,
mientras que en 2014 se importaron 2.400 millones de US$, con un incremento que
ascendió a 309%. Lo que la Guerra Simbólica nunca aclara es que obtener del
Estado dólares a una tasa de diez bolívares para negociarlos o vender los
productos adquiridos por ellos a tasas superiores a 2.000 bolívares por divisa
constituye un margen de utilidades superior al del narcotráfico y al de la más
desatada especulación financiera.
9.- Quinto artículo de Fe de la Guerra Económica es que el
proteccionismo es malo, salvo cuando beneficia a los grandes capitales.
Insisten los empresarios y sus pasquines en que la escasez se debe a que el
gobierno no les asigna los codiciados dólares preferenciales. Demuestra
Pasqualina Curcio que desde la instauración del control cambiario en 2003, a la
empresa privada se le han entregado 338.341 millones de dólares para la
importación de bienes y servicios (BCV, varios años). Y señala que en 2004,
cuando no hubo desabastecimiento, le fueron asignados 15.750 US$, mientras que
en 2013, cuando escasean los productos básicos, la cantidad asignada se duplicó
a 30.859 US$. En 2007 y 2008 se llegó a asignar cerca de 40.000 millones de
US$, respectivamente.
10.- Sexto artículo de Fe de la Guerra Económica es que la
Mano Invisible del Mercado regula la economía, y que debemos resignarnos a sus
bofetones visibles, que son, como el destino, inevitables e impersonales. Pero
demuestra Pasqualina Curcio con gráficos irrecusables que en Venezuela cada vez
que se aproxima una consulta electoral o una confrontación política aumenta
inexplicablemente la escasez de bienes básicos. La escasez responde única y
exclusivamente a esta variable: no se relaciona ni con el Producto Interno
Bruto, ni con el Producto Interno Bruto Agrícola, ni con la Tasa de Desocupación,
ni con el Total de las Importaciones, ni con la Asignación de Divisas al Sector
Privado, ni con la Producción de Bienes Básicos. Pero sí hubo picos de escasez
inmediatamente antes y durante el Cierre Patronal y Sabotaje Petroleros de
2002-2003; durante el Referendo para revocar al Presidente Chávez (que resultó
confirmatorio) en 2004; durante las elecciones Regionales en 2008, durante las
elecciones Parlamentarias, Regionales y Municipales en 2010, durante las
elecciones Presidenciales en 2012; tras el fallecimiento de Hugo Chávez Frías y
la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales en 2013; y desde luego,
durante la oleada terrorista de 2014 y las elecciones parlamentarias en 2015.
Tras éstas, el pico de escasez no bajó: el estrangulamiento económico del
pueblo escatimándole los bienes cuya compra el Estado subsidió con dólares
preferenciales le reportó a la oposición capitalista el ganar un Poder del
Estado: desde entonces aprieta los tornillos esperando que el hambre del pueblo
les entregue el poder total.
11.- No tienen realidad los espantajos esgrimidos por la
guerra simbólica. No hay entonces ni disminución de producción o importación ni
cierre de empresas, ni desempleo ni falta de asignación de dólares
preferenciales. El problema es mucho más sencillo: los grandes importadores y
productores de bienes básicos constituyen un oligopolio de una docena de
empresas, el cual crea un tapón de acaparadores e intermediarios interpuesto
entre los bienes subsidiados por el Estado y el pueblo consumidor. Sin
necesidad de invasión foránea ni de conflicto armado, un ejército de
especuladores va destruyendo impunemente el proyecto socialista bolivariano. Es
la vanguardia enemiga a atacar y neutralizar si queremos sobrevivir.
12.- Decía también Sun Tzu: "Si conoces a tu adversario y
te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a tu
enemigo pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no
conoces a tu adversario ni te conoces a ti mismo, en todas las batallas estarás
en peligro". Conozcamos al enemigo, conozcámonos, y siempre venceremos.
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