El conflicto de Gaza forma parte del sistema de control
israelí sobre los palestinos
Yehuda Shaul
NewStatesman, 26/05/2015
Hace once años, me dieron el alta del servicio militar como
combatiente de la Brigada Nahal de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
A
continuación, fundé la organización Rompiendo el Silencio junto con varios
amigos.
Desde
entonces, he hablado con centenares de soldados sobre su servicio militar en
los territorios [ocupados en 1967].
Nunca me
encontré con normas tan permisivas como las que describieron decenas de
soldados y oficiales que participaron en la operación Margen Protector de 2014.
Sus
testimonios muestran cómo actuó el ejército y pueden explicar, en gran medida,
por qué hubo un número tan elevado de víctimas civiles.
Pero los
testimonios de la operación Margen Protector no cuentan toda la historia.
No cuentan, por ejemplo, que la
operación de ese verano fue solo la última de una serie de operaciones llevadas
a cabo por las FDI en Gaza en los últimos años (la operación Plomo Fundido del
invierno de 2008-2009, la operación Pilar Defensivo de 2012 y ahora la
operación Margen Protector del verano de 2014).
También olvidan explicar por qué es
evidente que es cuestión de tiempo que se desarrolle una nueva operación
militar.
Esta sucesión de operaciones en Gaza es la expresión de una estrategia que los oficiales de las FDI denominan “cortar el césped”.
Esta sucesión de operaciones en Gaza es la expresión de una estrategia que los oficiales de las FDI denominan “cortar el césped”.
Quienes defienden esta estrategia
dicen que es una respuesta necesaria a las amenazas terroristas con las que se
enfrenta Israel.
Estos oficiales presentan esta
estrategia como una herramienta defensiva diseñada para socavar la capacidad de
los grupos terroristas para amenazar la seguridad de Israel.
Dicen que, puesto que las amenazas a las que se enfrenta Israel son
constantes y nunca pueden ser completamente evitadas, Israel debe “cortar”
periódica y cíclicamente las capacidades de las organizaciones terroristas y
debilitar su preparación para el combate.
Realizar una operación cada dos o tres años es una expresión de esta
lógica fría y calculadora, en absoluto banal.
Pero la última operación, al igual que las que le precedieron, no
solo ha dañado la infraestructura de Hamas y de otros grupos armados.
Las principales víctimas de la política
de “cortar el césped” han sido civiles palestinos, cuya población está siendo
desgarrada por la agonía de la guerra.
Pensemos en lo que le sucede a una sociedad
cuando centenares de niños mueren en un plazo de dos meses, junto con la
destrucción de 18.000 casas.
Es imposible no discernir si lo que las
FDI están “cortando” cada dos años son las capacidades de grupos terroristas o
la capacidad de toda una sociedad para desarrollarse y sobrevivir.
En efecto, la política de “cortar el césped” no es más que otro
componente del sistema israelí de control de la población palestina que se ha
impuesto en Gaza y Cisjordania.
Con el fin de preservar este control, Israel hace todo lo necesario
para que los palestinos permanezcan débiles y vulnerables.
Como
soldado, tomé parte en gran cantidad de operaciones cuyo objetivo era humillar
y someter a los civiles palestinos de Cisjordania.
Muchos otros soldados han hecho y
siguen haciendo lo mismo.
Las patrullas a todas las horas del día y de
la noche por las calles de las ciudades palestinas, las redadas y registros de
casas elegidas al azar, los puestos de control en el corazón de áreas
palestinas densamente pobladas…
todas estas acciones tienen como objetivo
mostrar a los palestinos que los soldados israelíes están siempre presentes en
todos los sitios y crear un clima de persecución.
Otras operaciones, como los toques de
queda en un pueblo o el arresto de todos sus hombres por tiempo indefinido,
permiten apuntalar el miedo entre la población y, con ello, fortalecer el
control sobre ella.
La diferencia entre las misiones de los soldados en Cisjordania y
en Gaza se debe a las diferentes características del control que Israel ejerce
en los dos territorios.
Cisjordania
ha estado bajo control militar directo y diario y control civil parcial durante
los últimos 48 años.
En la
Franja de Gaza, Israel no ha implementado un control militar directo desde
2005.
Pero,
hasta el momento, sigue controlando los aspectos más básicos de la vida diaria
de Gaza.
Controla
el espacio aéreo y marítimo de Gaza, así como el registro de su población y la
entrada y salida de personas y mercancías.
Los
conflictos periódicos en Gaza no son más que otra herramienta más del sistema
de control indirecto de Israel sobre la población y es, también, otro medio
para desmembrar la sociedad palestina.
Debemos recordar que cuando
“cortamos” la libertad de los palestinos para elegir cómo desean vivir sus
vidas y su derecho a vivir seguros, con un techo sobre sus cabezas, nos estamos
“cortando” a nosotros mismos.
Estamos recortando nuestros valores y
nuestra humanidad, así como nuestra seguridad y la esperanza de vivir sin
pensar en la siguiente guerra.
Si no actuamos para detener este permanente “corte de césped” de
Israel, tanto en Gaza como en Cisjordania, no podemos esperar otra cosa que
muerte y destrucción en ambos lados.
Solo una lucha política decidida para
poner fin al control israelí puede evitar la siguiente guerra y traer la paz y
la seguridad a los pueblos de la región.
Solo la libertad de los palestinos
puede garantizar la libertad y la seguridad de los israelíes.
Yehuda Shaul es cofundador y miembro de Rompiendo el Silencio, una organización de unos mil
veteranos israelíes que trabajan para poner fin a la ocupación israelí.
Traducción: Javier Villate (@bouleusis)
TOMADO DE: http://blog.disenso.net/
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