Las farmacéuticas: la peor mafia
Maryssa Ruiz*. LQSomos. Agosto 2017
La industria farmacéutica es la más corrupta y poderosa del mundo
y mata más gente que todas las guerras que tenemos activas en el mundo, pero a
largo plazo. Están más interesados en enfermar a la gente que en curarla.
Una
mafia que maneja a la sociedad de una forma consentida y legalizada y que juega
con la salud de todos para beneficiarse económicamente.
Como dije días atrás
voy a ir subiendo en varios escritos cierta información para que todos sepamos
a lo que estamos expuestos y lo haré en diversas publicaciones debido a la gran
cantidad de datos que hay sobre este tema aunque a los días desaparezcan como
`por arte de magia´ las publicaciones que hago sobre esto.
Hoy puntualizo solo
algunos casos de estafa de algunas marcas conocidas, más adelante seguiré
detallando más; espero que sea una información fructífera para vosotros.
Fraudes farmacéuticos:
– Pfizer acepta un acuerdo con el
Departamento de Justicia de Estados Unidos por valor de 2.300 millones de
dólares.
Se trata del mayor acuerdo judicial por fraude en el ámbito sanitario de la historia del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Una filial de Pfizer se declaró
culpable por el mal etiquetado de los fármacos “con intención defraudadora o
engañosa”, y se acusó a la empresa de la promoción ilegal de cuatro fármacos:
Bextra (valdecoxib, un fármaco para la artritis que fue retirado del mercado en
2005), Geodon (ziprasidona, un antipsicótico), Zyvox (linezolid, un
antibiótico) y Lyrica (pregabalina, un antiepiléptico).
Las acusaciones de que
Pfizer sobornaba y tenía generosos detalles con los médicos para que recetaran
estos cuatro fármacos acabaron con un acuerdo por valor de 1.000 millones de
dólares, además de 102 millones más para los seis denunciantes del caso.
Su antibiótico, el Zyvox, era ocho veces más caro que la vancomicina, e incluso Pfizer reconocía que ésta era mejor que el Zyvox.
Sin embargo, Pfizer mintió a los médicos afirmando lo contrario.
Incluso después del aviso de la FDA de que dejasen de
realizar declaraciones infundadas que provocaban serios conflictos sanitarios
(ya que la vancomicina se receta a enfermos en condiciones críticas).
– Novartis llega a un acuerdo con el
Departamento de Justicia de Estados Unidos por valor de 423 millones de
dólares.
Este acuerdo nacía de la acusación de responsabilidad civil y penal por marketing y promoción ilegal del Trileptal (oxcarbazepina, un antiepiléptico aprobado para tratar crisis epilépticas focales, pero no para su uso psiquiátrico o contra el dolor, entre otros). Novartis promocionó ilícitamente el Trileptal y otros cinco fármacos más, por lo que se presentaron denuncias de fraude en los programas del sistema sanitario.
Los denunciantes, todos antiguos empleados de Novartis, recibieron
más de 25 millones de dólares de la compañía, y la empresa firmó el Acuerdo de
Integridad Corporativa.
– Roche convence a los Gobiernos de una
compra masiva de Tamiflu.
Roche no ha publicado la mayor parte de los datos de sus ensayos clínicos, y se ha negado a compartirlos con los investigadores independientes de la Colaboración Cochrane.
La farmacéutica ha afirmado (aunque basándose en ensayos no publicados) que el Tamiflu (profármaco antiviral selectivo contra el virus de la gripe) reduce las hospitalizaciones en un 61%, las complicaciones secundarias en un 67%, y las infecciones de las vías respiratorias bajas que requieren tratamiento con antibióticos en un 55%.
Curiosamente, Roche convenció a la Agencia Europea del
Medicamento (EMA) para que aprobara el fármaco para la prevención de
complicaciones gripales, y el resumen de las características del producto que
elaboró la agencia decía que reducía de 12,7 al 8,6% las complicaciones en las
vías respiratorias bajas (p = 0,001).
Por el contrario, la
FDA hizo llegar a Roche un comunicado advirtiéndoles de que no debían afirmar
que el Tamiflu reducía la gravedad y la incidencia de las infecciones
secundarias, y solicitó que añadieran el siguiente aviso de exención de
responsabilidades en la ficha técnica del fármaco: “No se ha demostrado que el
Tamiflu tenga un efecto positivo en las consecuencias potenciales (como la
hospitalización, la mortalidad o el impacto económico) de los casos de gripe
estacional, aviaria o pandémica”.
No existen pruebas claras de que el Tamiflu evite las complicaciones gripales, ni de que reduzca la transmisión de la enfermedad.
Uno de los escritores fantasma que trabajaban para Roche declaró: “Estábamos obligados a incluir ciertas frases clave para la promoción del Tamiflu; estas frases salían del departamento de marketing, por lo que teníamos que rendir cuentas ante ellos”.
El Tamiflu reducía la duración de la gripe unas 21 horas como máximo, es decir, lo mismo que otros fármacos más baratos, como la aspirina y el paracetamol.
Además, el Tamiflu provocaba daños
importantes, pero Roche ocultó esta información hasta tal extremo que incluso
los investigadores de Cochrane fueron incapaces de documentarlos para la
revisión Cochrane.
– Johnson & Johnson, multado con 1.100 millones
de dólares.
Un jurado dictaminó que Johnson & Johnson y su filial Janssen habían minimizado y ocultado los peligros asociados con su antipsicótico, Risperdal (risperidona) y el juez contabilizó hasta 240.000 infracciones de la legislación antifraude de Arkansas contra Medicaid.
Los miembros del jurado fallaron a favor del Estado, que argumentó que Janssen mintió acerca de los efectos secundarios potencialmente mortales del fármaco, entre los que figuraban (como en otros antipsicóticos) la muerte, infartos cardiovasculares, crisis epilépticas, aumento de peso y diabetes.
A pesar de que la FDA había ordenado a Janssen que mandara una carta a los médicos que corrigiera la que había enviado anteriormente y que decía que el Risperdal no aumentaba el riesgo de padecer diabetes, después del juicio Janssen siguió afirmando que no había incumplido la legislación.
Existen sentencias
anteriores que fallaron en contra de la farmacéutica sólo unos meses antes, y
que imponían una sanción de 327 millones de dólares.
Lo peor del caso es que estas prácticas delictivas también afectaron a niños.
Más de una cuarta parte de los tratamientos con Risperdal se realizaron en niños y adolescentes, incluyendo indicaciones no aprobadas, por lo que un comité de expertos farmacéuticos federales concluyó que se estaba abusando del fármaco.
Joseph Biederman, un reconocido psiquiatra infantil de Harvard, lo recetó para tratar a una gran cantidad de niños, además de extorsionar a la farmacéutica.
Los
correos electrónicos internos mostrados durante el juicio revelaron que Biederman
estaba furioso con Johnson & Johnson después de que la empresa denegara una
solicitud que realizó el psiquiatra para obtener una beca de investigación de
280.000 dólares.
Las acusaciones
formuladas establecían que Johnson & Johnson pagaba sobornos para que
Omnicare, la mayor cadena de establecimientos farmacéuticos para clínicas
privadas, comprara y recomendara el tratamiento con Risperdal y otros fármacos
de la empresa.
¿En manos de quién estamos?………
Tomado de: http://matrizur.org/
Y
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