domingo, 10 de enero de 2016

El COLECTIVO PSICÓLOGOS Y PSICÓLOGAS POR EL SOCIALISMO 

acuerda expresar su más profundo rechazo a los actos de agravio, descalificación de nuestros símbolos encarnados en los retratos del padre de la patria Simón Bolívar y nuestro comandante Hugo Chávez ocurridos en el hemiciclo de la Asamblea Nacional por su actual presidente, representante de la Mesa de la Unidad.
Con su característico estilo de actuar y de hablar expresó nuevamente su desprecio por los millones de ciudadanos y ciudadanas que aman y reconocen al Padre de la Patria Simón Bolívar en las innumerables imágenes que muestran su figura. El desconocer el trabajo científico y minucioso realizado en el año 2010 para recrear el verdadero rostro de nuestro Libertador es una expresión más de soberbia y desconocimiento a priori de las acciones del campo gubernamental.
Sacar y maltratar las fotografías de nuestro amado líder también implica el irrespeto a un pueblo que conoció, acompañó, construyó y construye los pensamientos de Hugo Chávez y sus ideales en acciones concretas y reconocidas en todo el mundo, como logros sociales, políticos y humanos sin precedentes en nuestro continente.
El rechazar la imagen de Nicolás Maduro, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela no es más que el desacato y el no reconocimiento de la voluntad de un pueblo. Es el irrespeto a la institucionalidad y al Estado de Derecho pero principalmente al pueblo mismo que ha sido desestimado, descalificado por siempre por estos sectores fascistas que aúpan la violencia y la guerra.
Hechos violentos como estos, que quieren golpear a nuestros símbolos patrios y a la historia heroica que representan el orgullo colectivo de los venezolanos y venezolanas como nación, tienen varias intenciones. Por un lado, pretenden socavar la memoria histórica, la autoestima, el ánimo, la imagen, el orgullo y la moral de millones de personas, pero también pretenden provocar acciones violentas en respuesta a esta agresión infame que toca la fibra patriota de millones. Tales acciones son parte de los planes desestabilizadores que responden a sectores nacionales e internacionales que ven afectados sus intereses y proponen la salida de un gobierno democrático, constitucionalmente electo por la mayoría del pueblo venezolano, que se propone construir una manera de vivir, de trabajar y de conquistar derechos a través de una visión del mundo que debe ser respetada por todos.
Querer confrontar poderes para romper la paz y pretender confrontar al pueblo con el pueblo es la intención final de personajes y agrupaciones políticas como estas, que en realidad son instrumentos de alianzas internacionales que defienden intereses imperialistas cuyos valores e ideología son bien conocidas por todos.
Es llamativo que aquellos que han llamado a la reconciliación, a la tolerancia y al respeto sean los que impulsan la guerra, la violencia, el irrespeto y el odio por los compatriotas que aman su historia, la reconocen y se enorgullecen de esta como elemento de identidad. Como profesionales de la Psicología reconocemos la diversidad de pensamientos e ideologías y en tal sentido, aceptamos que haya venezolanos y venezolanas que no comparten los referentes del chavismo, ni su ideología, ni los significados que tienen estos símbolos. Sin embargo, estas diferencias no otorgan el derecho a la descalificación, al desprecio ni a la agresión.
La Asamblea Legislativa no constituye un poder para derrocar los demás poderes o para confrontarlos. Tiene sus funciones y acciones propias, las cuales deben estar en coherencia y concordancia con la constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Maltratar a la población, sus iconos, su historia, sus símbolos no es una de ellas.
El pueblo venezolano es valiente y consciente del papel que juega en el devenir histórico, no caerá en provocaciones, y no abandonará su papel protagónico y participativo, defenderá con convicciones sus ideales, principios y objetivos históricos.
Hacemos un llamado a la población que no comparte los valores del bolivarianismo y del socialismo, a que estas diferencias ideológicas, y políticas no los lleven a irrespetar las convicciones de quienes sí las comparten. El llamado es el mismo a quienes comparten estos valores: las diferencias de concepción ideológica y política no deben ser base de desarrollo de violencia verbal ni mucho menos física. La paz del país depende del respeto mutuo y de la justicia social.
Caracas, 10 de enero de 2016
Colectivo Psicólogos y Psicólogas por el Socialismo

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