Sexta República: cómo combatir las leyes
que vienen
En Venezuela las leyes se dictan o promulgan
en la Asamblea Nacional, esa instancia que hoy está en manos de los poderes
proempresariales y prohegemónicos. Los
revolucionarios de este país deberíamos estarnos preparando para analizar esas
eventuales leyes y desconocerlas, en caso de que superen el filtro de la
aprobación presidencial.
Sería
incongruente y trágico aceptar dócilmente una legalidad que nos hiciera
regresar a la ignominia de la Cuarta República, ese mamotreto de la historia
que puede quedar superado en perversidad y decadencia por un engendro en
proyecto: la Sexta República.
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Aquí arriba se dijo: "en caso de que (las
leyes que vienen) superen el filtro de la aprobación presidencial", porque
la cosa es así. La Asamblea emite leyes y las envía al Poder Ejecutivo. Éste
las devuelve aprobadas o con observaciones. De la misma manera, el Ejecutivo
debe solicitar el visto bueno de la Asamblea para poder ejecutar algunas
acciones de Gobierno. Si cada una de esas instancias del Estado se mantiene firme
en su decisión de no permitirle a la otra cumplir su rol, en Venezuela será
técnica y procedimentalmente imposible legislar (misión de la Asamblea) y
gobernar (misión del Ejecutivo). Estaremos entonces a las puertas de una
situación en la que el tercer actor, el más importante y decisivo de los
factores del Estado (el Poder
Popular, los ciudadanos, usted y yo)
deberá fijar posición respecto a la legitimidad de las acciones de sus
mandatarios.
Por ahí ya algunos analistas burgueses han
comenzado a hablar de una eventual "crisis
de Estado". Cada quien
llama a las cosas con el nombre que mejor le parece.
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En los ámbitos de la comunicación y de la
política a nadie, o a muy poca gente, le gusta admitir que hay momentos en que
la única opción decente es ponerse al margen o en contra de las leyes. Demasiadas clases o explicaciones acerca de lo
que son la moral y su escurridiza hermana, la ética; muchas invocaciones del castigo terrenal o
divino que le espera al que infringe las leyes y normas, han hecho que nos
olvidemos de un detallazo: la historia no se movería, las sociedades se habrían
anquilosado, las revoluciones no hubieran sido posibles, de no ser porque hubo
personas y colectividades que decidieron romper un día con las malditas normas
y las malditas leyes.
La esclavitud era la norma, lo legalmente
establecido, en la Venezuela colonial; por ponerse en contra de ese estado de
cosas fueron ejecutados José Leonardo Chirino y muchos otros. En su época los
llamaban delincuentes; tuvo que llegar otra sociedad para que esos delincuentes
fueran reivindicados como paladines de nuevos tiempos.
El caso es que nadie, o muy poca gente, anda
por ahí diciendo "Eh, mírenme, yo soy un delincuente, ando haciendo cosas
ilegales". Pero si los promotores, gestores o germinadores de la Sexta
República comienzan a hacer de las suyas y a imponer leyes contra el pueblo,
habrá que declararse ilegal y actuar en consecuencia. En contra de las leyes.
De ser activadores y constructores de instituciones pasaremos a ser criminales;
probablemente ya nos espera el calificativo de terroristas. Habrá quienes
estemos preparados para ese momento y esa circunstancia, y habrá quienes opten
por amoldarse a lo que digan las "nuevas" leyes. La estrofa que
truena "la ley respetando" es un lastre que pesa mucho sobre nuestro
comportamiento ciudadano.
"La ley
respetando" es un lastre que pesa mucho sobre nuestro comportamiento
ciudadano
Decir "Me meo en tus leyes" puede sonarle muy feo incluso a gente que se
considera revolucionaria sin saber o haber entendido exactamente qué cosa es
una Revolución. Hoy los chavistas apoyamos por unanimidad y con entusiasmo el
proyecto de Estado Comunal propuesto por Chávez. ¿Cuántos
estamos dispuestos a seguir construyendo ese Estado Comunal incluso cuando la
AN elimine de un plumazo la Ley de Consejos Comunales y la Ley de Comunas? ¿Tendremos fuelle para seguir construyendo la
otra sociedad en la clandestinidad e ilegalmente, o nos plegaremos a las leyes
burguesas que nos ordenarán cederle todo el aparato productivo a la empresa
privada?
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Hemos hablado de un fantasma llamado "Sexta República" como si eso existiera. Ya sabemos que el
nacimiento de ese monstruo sólo será posible si sus activadores asesinan al
neonato que estamos levantando, llamado según la periodización de Chávez Quinta
República. Digamos que, como sucede en la industria cinematográfica, la Sexta
todavía no está en cartelera pero ya andan por ahí rodando los
"trailers". Y esos trailers anuncian una película de espanto.
Alguna gente cree que lo peor que ha pasado
por el Gobierno han sido los adecos (del lado de allá dicen que lo peor somos
los chavistas). Esa gente
debería prepararse para descender a los infiernos de un Gobierno de empresarios
y norteamericanos.
No de
chapuceros palabreadores marginales que le hacen el trabajo a los gringos y
empresarios (eso fueron AD-Copei), sino
de empresarios y ejecutores norteamericanos en el control directo de las
instituciones y el aparato represivo-militar.
No hemos visto llaga; hace muchos años que los venezolanos no presenciamos o padecemos
en nuestro territorio desapariciones en masa ni genocidios.
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Como estos combates donde quedará
inevitablemente lesionada la majestad del ordenamiento jurídico no se limitan
al ámbito de la palabra o los movimientos tribunalicios, el año que comienza le
plantea al pueblo chavista y a su Gobierno unos desafíos concretos, y en
general bastante dramáticos, no aptos para amantes del confort. Estos desafíos deberían formularse sin complejos,
a la luz de algunas evidencias provenientes de la República Argentina y de la
jeta infecta de Ramos Allup y Julio Borges.
Creo que esos desafíos, misiones y tareas se comprimen y desarrollan en dos:
1) Defensa
del Gobierno Bolivariano, COMO SEA.
2)
Creación y/o fortalecimiento de estructuras comunales/populares autosustentables,
al margen del Estado.
El punto 1) está en marcha con toda la
potencia de un Estado y un partido. El segundo es el más interesante de
desmenuzar.
La creación o consolidación de formas
productivas/organizativas dentro del esquema o concepto Estado Comunal debe
seguir siendo prioridad del Gobierno, y por supuesto de nosotros, el pueblo
chavista. La historia menuda de estos años nos está dando algunas lecciones, y
una de ellas se titula: "NO PODEMOS SEGUIR ALIMENTANDO Y BLINDANDO
ORGANISMOS DESTINADOS A PERMANECER DENTRO DEL ESTADO, PUES ÉSTE ES SUSCEPTIBLE
DE CAER EN MANOS DEL ENEMIGO".
¿Para cuándo la
discusión acerca de la real operatividad del gobierno del pueblo?
Los argumentos más visibles en favor de esa
lectura tal vez se llamen Ávila TV, Antv, Telesur. Creamos esas poderosísimas
armas y hemos tenido que hacer maniobras leguleyas para que no caigan en manos
de nuestro adversario histórico, autóctono o transnacional.
. El fragmento del
Estado tradicional que todavía está en manos del chavismo debería acelerar la
creación de ese Estado u ordenamiento paralelo. Ese Estado en formación ya
tiene parlamentos, bancos comunales y unos cuantos bienes patrimoniales. Parece
que ninguno cuenta con una estructura militar o de seguridad suficiente para
defender por las malas lo que por las malas vendrán a desbaratar las fuerzas de
la reacción.
¿Para
cuándo la discusión acerca de la real operatividad de las milicias del pueblo?
¿Para
cuándo una transferencia masiva de bienes, medios de producción y
organizaciones desde el Estado hacia el pueblo y sus formas organizativas?
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Las Comunas deberían ser estructuras capaces
de sobrevivir al margen del Estado y del Gobierno, e incluso seguir funcionando
como ámbitos de retaguardia y resistencia, a la hora de un colapso
institucional, cuando el Gobierno Bolivariano cese en funciones constitucionalmente
o por la fuerza.
Deberíamos ser capaces entonces de crear y
consolidar estructuras autosustentables y autosuficientes.
Estamos en una etapa muy temprana de nuestra
historia comunera, y esta es la razón por la que todavía existe un ministerio
encargado de financiar el arranque de los proyectos productivos de las Comunas.
Pero en un futuro sería una aberración que las
Comunas y otras organizaciones y medios de producción siguieran dependiendo del
financiamiento del Estado u otras entidades.
Recuerdo a un Chávez furioso porque el
administrador de uno de los gigantescos hatos de Apure recuperados por el
Gobierno le solicitó recursos para
pagar la nómina. La
réplica de Chávez fue más o menos en estos términos: "Hermano, el hato que
usted administra debería estar tributándole al Gobierno con su producción
lechera y cárnica".
Por cierto que los terratenientes y
latifundistas ya están haciendo lobby y metiendo
presión para que sea derogada la Ley de Tierras,
con lo cual los hatos rescatados por el Gobierno comenzarán a transitar el
proceso de su "devolución" a familias y grupos de poder. ¿Aceptaremos
ese retroceso histórico? Peor: ¿estaremos preparados para reivindicar las leyes
de la Revolución y defender de cuerpo presente a los campesinos (que si con
leyes a favor han sido masacrados imagínense ahora con leyes en contra)?
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Post data. Desde hace años es evidente el proceso de
proscripción y criminalización del chavismo en las tribunas políticas,
económicas y mediáticas internacionales.
En estas últimas se está dando, también desde
hace tiempo, un simpático formato de promoción de figuras insignificantes e
inorgánicas, a quienes se promueve en la prensa más influyente de Europa y EEUU
como grandes pensadores y analistas, con el único fin de darle validez a
cualquier teoría enferma que formule contra el chavismo y contra los
venezolanos.
Chávez nos propuso
ser voceros y participantes, no representantes ni representados
Esto ocurrió en diciembre pasado en las páginas deNewsweek en español. Un maldito racista nazi, idiota de
academia, quien es profesor de la Universidad Simón Bolívar y hace un lustro
andaba autopromoviéndose como "intelectual de izquierda", ha sido
entrevistado a propósito de sus opiniones sobre los resultados electorales del
6 de diciembre, y a propósito también de lo que él define como la destrucción
del chavismo. Dice este bobo que el chavismo se ha dividido en tres pedazos:
uno dirigido o encabezado por los ex ministros Navarro y Giordani, además del
club Marea Socialista; otro conformado por los militares con Arias Cárdenas al
mando (dime tú). Y el tercer grupo (y aquí vamos a autorizar para que suelten
la carcajada incluso a aquellos que nos detestan, pero que al menos conocen el
país en que vivimos), representado por quien escribe este artículo y por
"El Cayapo, Misión Boves, colectivos, organizaciones populares". Dice
el estúpido en cuestión que "Este grupo es el más inefectivo
políticamente, pero el más peligroso socialmente porque no acepta de buen grado
los principios de la democracia representativa".
Atención con la maniobra: todo el mundo en Venezuela sabe que ni
Giordani ni Arias Cárdenas ni el hijo de Ezio Duque somos dirigentes ni
representantes de nada trascendente o "peligroso" en nuestro país. Pero cuando usted da unas
declaraciones en la revista más consultada de nuestro idioma en Estados Unidos,
y es presentado por la entrevistadora como un "influyente catedrático
venezolano", la declaración de este pequeño hijo de puta deja de ser un
chiste inofensivo y pasa a ser una delación, un fichaje, un señalamiento que le
servirá de material de consulta a lo peor de la más grande industria del
aniquilamiento de personas.
Volvemos arriba y redondeamos: ¿de verdad somos TAN peligrosos
por opinar que las leyes burguesas deben ser desconocidas y confrontadas en el
seno del pueblo? Chávez nos propuso ser voceros y participantes, no representantes ni
representados. Entonces ya somos millones los peligrosos, los rebeldes, y esos
millones no aceptaremos (tampoco) la representación de ningún echador de
discursos.
TOMADO DE: http://misionverdad.com/
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