¿CUÁLES SON LAS INQUIETUDES SOBRE EL TALIBÁN LUEGO
DE LA TOMA DE KABUL?
La lección es que Estados Unidos y la OTAN no pueden entrenar un ejército en doctrina de combate y protección del país, en cambio instruyeron solo en el mero uso de las armas.
La ausencia de ideología y motivación fue evidente en la toma de la capital afgana, así como lo fue en la ciudad del norte iraquí que cayó bajo los ataques del "Estado Islámico" y sus aliados.
Estados Unidos está avergonzado por el control talibán de Kabul, habitado por más de entre 4 y 6 millones de personas.
18 Ago 2021
Soldados
estadounidenses dispararon contra civiles afganos el domingo 15 de agosto en el
aeropuerto de Kabul, capital de Afganistán (Foto: AFP)
Toda la atención regional e internacional está
sobre los acontecimientos en la capital afgana, Kabul, arrebatada por el
Talibán luego de que el presidente Ashraf Ghani, su delegado Omarullah Saleh y
otros funcionarios estatales huyeron del país.
El escape de los líderes afganos provocó que el ex
presidente Hamid Karzai pidiera al Talibán que controlase la capital.
Pero ¿Qué es tan novedoso que ha causado un gran
impacto al mundo, un mundo que estaba esperando que Estados Unidos y fuerzas
internacionales (OTAN) salieran en dos semanas?
¿Es la temprana salida, o el hecho de que el
Talibán de hoy pueda ser diferente del de los noventas?
¿Y qué
pasará con las minorías y los derechos humanos?
Después de haber ondeado durante 20 años, la
bandera estadounidense fue arriada de la embajada en Kabul -la cual el
presidente Joe Biden describió como el cementerio de todos los imperios- con la
entrada del Movimiento Talibán a la ciudad sin librar ninguna batalla ni
derramar sangre.
La falta de resistencia encontrada por el Talibán
impactó al mundo y, en particular, a la administración estadounidense, que
esperaba que el ejército afgano combatiera y mantuviera sus posiciones durante
al menos seis meses.
Este es un obvio indicativo de la catastrófica
imprecisión y fracaso de los servicios de inteligencia estadounidenses que
fueron expuestos no hace mucho tiempo por el presidente Joe Biden.
Él tuvo las esperanzas puestas en los "300 mil
soldados afganos" que, dijo, "estaban mejor armados y entrenados por
las fuerzas estadounidenses, mientras que el Movimiento Talibán tiene solo 70
mil combatientes", dispersos en un área geográfica igual al doble del tamaño
de Gran Bretaña.
Este control no anticipado de Kabul por el Talibán
asombró al mundo.
Ahora debemos intentar anticipar el futuro.
La gran pregunta es: ¿Ahora qué, luego de la toma
de Afganistán por parte del Talibán?
No se esperaba que las fuerzas talibanas
controlaran la capital afgana tan rápido.
Su delegación llegó a Doha, Catar, en la misma
mañana que Kabul se rindió (el avance fue a las 17:20, hora local) para
reunirse con la delegación del presidente afgano Ashraf Ghani, bajo el auspicio
catarí-estadounidense.
Con la reunión se esperaba que se llegara a un
acuerdo que estableciera un gobierno de transición que incluiría a todos los
partidos y grupos étnicos influyentes en Afganistán.
Sin embargo, se han esparcido rumores vigorosamente
de la llegada a Kabul por parte del Talibán, causando pánico en la capital,
tras el control de la base aérea Bagram y la liberación de más de 5 mil prisioneros de la cárcel Pul-e-Charkhi.
Se estimaba que la prisión era la más grande en
Afganistán y comprendía un bloque de celdas de máxima seguridad para muchos
prisioneros de Al-Qaeda y del Talibán.
Este temor a la reacción del Talibán una vez en la
capital rápidamente provocó que las fuerzas de seguridad y la policía evacuaran
de sus puestos y se retiraran de las calles.
La ausencia de fuerzas de seguridad posibilitó que
algunos ladrones aprovecharan la oportunidad y saquearan muchos negocios.
Ello dio pie para que el ex presidente Hamid Karzai
contactara al Presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional Abdulá Abdulá y al dirigente pashtún Gulbuddin Hekmatyar para que contactase a los
líderes talibanes y le pidiera que proveyeran seguridad y protección para el pueblo.
La salida del presidente Ghani a Taskent,
Uzbekistán, dejó al ejército afgano sin propósito para combatir y cedió su
posición de defensa de la ciudad.
El palacio presidencial fue entregado a los líderes
talibanes en una movida acordada con el presidente Ashraf Ghani, como parte de
un proceso pacífico donde no hubo actos de sabotaje ni derramamiento de sangre.
Este entendimiento no previno la masiva bandada de
Kabul: miles de afganos se dirigieron al aeropuerto, especialmente aquellos que
creían en la validez de los rumores que circularon de que cualquiera que
llegara al aeropuerto podría ser trasladado a un país europeo o cualquier
miembro de la OTAN.
Las fuerzas de los países de la OTAN estaban
interesadas en evacuar, en coordinación con el comando militar estadounidense,
a sus connacionales y diplomáticos de Afganistán al principio, y a más de 60
mil colaboradores afganos y sus familias después.
El Talibán permitió que la evacuación tomara lugar
sin problemas.
El Talibán quería que todas las fuerzas extranjeras
se fueran, incluidas las de Turquía, miembro de la OTAN, a pesar de la vieja
relación entre los dos países.
Todos los colaboradores afganos fueron absueltos
para que se quedasen y se les dio la opción de irse libremente si así lo
deseaban.
El Talibán les pidió a todos los que colaboraron con Estados Unidos que se quedaran en casa y no abandonaran el país porque no tenían nada que temer.
La dinámica de estos eventos en rápido desarrollo
no se ha establecido.
Hay muchos desafíos que el Talibán enfrentará luego
de tomar Afganistán.
El hecho de que el Talibán tomara el control de las
fronteras con países vecinos detuvo la ruleta económica en las últimas semanas
y previno que las importaciones llegaran al país.
Lo que
provocó la subida de los precios de los bienes en más de 40 a 50%.
No obstante, el Talibán permitió que camiones
cruzaran dentro y fuera de Afganistán el segundo día luego de tomar la capital.
Esta medida alivió la presión económica, aun sin
prevenir el deterioro de la moneda local respecto al precio del dólar
estadounidense.
El Talibán estaba interesado en sugerir que había
cambiado a como era en 1996, cuando se aisló a sí mismo y ganó muchos enemigos
de países vecinos y entre la comunidad internacional.
Dice que actualmente quiere establecer buenas
relaciones con todos los países basado en el respecto a la soberanía común.
Comenzó declarando a una amnistía general -por
tercera vez en una semana- para todos los empleados estatales como un gesto
indispensable para prevenir el colapso del sistema ventiañero.
Realmente es muy temprano para juzgar al
"nuevo Talibán" y sus prácticas hasta dentro de muchos meses luego de
la toma del poder y luego de examinar la forma en que los talibanes gestionan
los asuntos estatales.
¿Cómo
lidiará con las minorías, respetando los derechos ciudadanos, y con la práctica
de los ritos religiosos, especialmente aquellos de los Hazaras en
Mazar-i-Sharif y otras provincias?
Hay pasos necesarios que preocupan en primer lugar
a los nuevos dirigentes talibanes. Estos pueden ser los siguientes:
1.
El primer paso es un proceso de
inclusión que debería comenzar por el reconocimiento de todas las fuerzas
securitarias que mantuvieron el orden y todos los grupos que pelearon junto a
las fuerzas estadounidenses.
2.
El segundo paso es el proceso de
construcción nacional. Significa la reunificación y uso de las capacidades del
país para formar un buen y efectivo gobierno de todos los grupos étnicos con
los que la comunidad internacional no rechace y acepte entablar relaciones.
3.
El tercero se trata de construir
confianza con los países vecinos primero, para no aislar a Afganistán. Luego el
Talibán tiene que establecer una relación con los países occidentales, en este
momento preparados para no reconocer al Talibán como el gobernante de
Afganistán, y que podrían imponer "sanciones" si la nueva ley afgana
no está conforme con la visión y los objetivos de Estados Unidos.
Es obvio que, incluso luego de 20 años, Estados
Unidos ha fracasado en imponer estabilidad en Afganistán y formar un ejército
que pudiera, con su proporción, entrenar y armar, confrontar el peligro o la
amenaza del Talibán.
El resultado del entrenamiento estadounidense ha
sido un fallo total como se experimentó en Kabul, incluso cuando estuvo en
Mosul, Irak.
En ambos casos, el ejército local colpasó y fracasó
en hacer su trabajo tras la primera confrontación seria con el enemigo.
La lección es que Estados Unidos y la OTAN no
pueden entrenar un ejército en doctrina de combate y protección del país, en
cambio instruyeron solo en el mero uso de las armas.
La ausencia de ideología y motivación fue evidente
en la toma de la capital afgana, así como lo fue en la ciudad del norte iraquí
que cayó bajo los ataques del "Estado Islámico" y sus aliados.
Estados Unidos está avergonzado por el control
talibán de Kabul, habitado por más de entre 4 y 6 millones de personas.
Sin embargo, el Talibán ya ha tomado posesión de
más de 20 de 34 provincias en las últimas semanas.
El presidente Biden ha enfatizado en una entrevista
televisiva que Estados Unidos no pudo salir de Kabul como ocurrió en Saigón
(Vietnam) hace 45 años, y que el ejército afgano, con su volumen, armamento y
entrenamiento, es capaz de resistir y salir victorioso por al menos seis meses.
Pero esta declaración "no funcionó bien del
todo", por decir lo menos, y el liderazgo talibán está permitiendo el
suficiente tiempo a los Estados Unidos y la OTAN para que salgan del aeropuerto
de Kabul sin objeción.
El Talibán está presente ante las puertas del sitio
sin irrumpir dentro.
Los dirigentes talibanes están confiscando
pertenecientes a la gente en la capital -justo como hizo cuando tomó el control
de Kabul en los noventas- para prevenir abusos y proveer estabilidad, quizás
por primera vez en 20 años.
La capital fue presentada al Talibán en bandeja de
plata y la presencia estadounidense en el país ahora se limita al aeropuerto de
Kabul, esperando por que se completen las evacuaciones.
Luego de trasladar el equipo consular a la capital
afgana, Irán, Rusia y otros países no occidentales mantuvieron sus embajadas en
Kabul.
Ello indica que estos países anticipaban de manera
positiva, y esperaban pacientemente, por los nuevos pasos del Talibán.
Mucha gente y países del Asia Occidental estaban
encantados de ver humilladas a las fuerzas estadounidenses en una rápida salida
así como evacuaron Asia Occidental.
La felicidad no es por el control talibán de
Afganistán.
Se trata de ver a Estados Unidos largarse de Irak,
como segundo paso.
Esto se debe
a la hegemonía estadounidense que solo ha cosechado destrucción y exterminio,
seguido de mayores "sanciones" para hambrear y quebrar la voluntad de
las poblaciones del Medio Oriente.
Las fuerzas estadounidenses estaban previstas para
partir a inicios de año, como fue anunciado por el ex presidente Donald Trump.
Pero el acceso de Biden al poder retrasó el retiro
porque la administración estadounidense creyó que podía obtener ganancias
adicionales a través de las negociaciones en Doha con el Talibán.
Sin embargo, fueron sorprendidos por la tormenta
huracanada que los buques del Tío Sam no pudieron aguantar.
En efecto, el escape del presidente afgano y el
fracaso de su ejército en combatir aceleraron y presionaron la retirada de las
fuerzas OTAN de Afganistán dos semanas antes de la fecha puesta por la
administración Biden.
La rápida salida de Estados Unidos y la pérdida total de control de todo lo creado en Afganistán en los últimos 20 años son significativas y ofrecen una lección a los países donde aún están desplegadas las fuerzas estadounidenses.
Para comenzar, Afganistán enfrenta un importante
desafío, la formación de un nuevo gobierno y curar las heridas luego de la
salida estadounidense no será fácil.
La ocupación de Afganistán costó a Estados Unidos
más de 2 billones de dólares y 25 mil muertos y heridos entre las fuerzas de la
OTAN.
Pero Estados Unidos aún tiene armas poderosas en
las "sanciones", el no reconocimiento
de la autoridad del Talibán y el endurecimiento del boicot internacional de
Afganistán.
Sin embargo, esto no preocupará a Irán, China y
Rusia, que han ganado mirando la humillación de la repentina partida de Estados
Unidos.
Ignorarán las "sanciones"
estadounidenses -de haberlas- y se espera que abran sus puertas al
gobierno talibán si toma la decisión de actuar como un estado y adhiere a sus
nuevos compromisos.
Es el comienzo de un camino difícil para el
Talibán, regado de desafíos económicos, políticos y diplomáticos en un país que
por décadas no ha conocido estabilidad.
Lo que el Talibán prohibió de acuerdo a la Ley
Islámica en los noventas no será permitido en 2021.
En cambio, quizás ha aprendido la lección de lo que
ocurrió cuando se cerraron sobre sí mismos y declararon su hostilidad ante el
mundo.
La pelota está en la cancha talibán, y solo el
tiempo dirá si puede convertirse en una fuerza para la estabilidad y la
coexistencia étnica y religiosa.
Solo luego la esperanza y la seguridad inspirarán
al pueblo afgano a reconstruir su propio país.
Este
artículo fue publicado originalmente en el blog de Elijah J. Magnier el 18 de agosto de 2021, la traducción fue realizada
por Ernesto Cazal.
Tomado de: https://misionverdad.com/
Y Publicado en: http://victorianoysocialista.blogspot.com,
En: Twtter@victorianoysocialista
En:Google; libertadbermeja..victorianoysocialista@gmail.com
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