¿Por qué Estados Unidos fracasó en Afganistán?
Las tropas de EE.UU. nunca cumplieron
el anunciado propósito de vencer al movimiento Talibán. | Foto: RT
Publicado 16 agosto 2021
Veinte años después de iniciar su "guerra contra el
terrorismo", EE.UU. deja Afganistán con más problemas que los que halló.
En octubre de 2001, el
entonces presidente de Estados Unidos (EE.UU.), George W. Bush (2001-2009),
anunció que tropas de ese país habían lanzado ataques contra el Talibán en
Afganistán.
El mandatario
argumentó que se iniciaba una campaña militar contra ese movimiento por apoyar
a la red extremista Al Qaeda y a su líder, Osama bin Laden, a los que EE.UU.
atribuyó la autoría de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001
contra el World Trade Center (Nueva York) y la sede del Pentágono (Virginia),
en los que murieron unas 3.000 personas.
Al intentar persuadir a la opinión pública sobre la necesidad de aquella guerra, W. Bush subrayó que era para derrotar al terrorismo e impedir que Afganistán se convirtiera en refugio de extremistas que pudiesen causar daño a otros países.
Con
posterioridad, representantes de la Casa Blanca aseveraron que dotarían a la
nación centroasiática de lo que denominaron una democracia moderna y
prepararían un ejército para defenderla de cualquier amenaza.
Veinte años
después de aquellos hechos, la reciente toma de Kabul y el control del Gobierno
por parte del Talibán suscribe que EE.UU. fracasó en la nación centroasiática y
su “retirada” deja atrás un país con más problemas de los que halló.
Nunca hubo victoria política y militar
Aunque la
invasión de EE.UU. condujo a la caída del Talibán del poder en diciembre de
2001, ese movimiento prosiguió sus acciones contra los ocupantes y las fuerzas
gubernamentales desde otros territorios.
El objetivo político-militar de derrotar al Talibán nunca se cumplió pese a que el país era sostenido militarmente por EE.UU., valora el analista internacional Sergio Rodríguez Gelfenstein.
A su juicio,
Washington pretendió implantar por la fuerza en Afganistán una democracia al
estilo occidental sin
comprender y respetar sus condiciones históricas y culturales.
Según el presidente
estadounidense Joe Biden, su país gastó allí 1.2 billones de dólares en el
entrenamiento de 300.000 soldados.
Sin embargo, en muchos
casos las fuerzas gubernamentales se retiraron sin combatir, y entregaron
sus posiciones y su armamento, cuestión que Rodríguez Gelfenstein cataloga como
derrota contundente de la Casa Blanca.
Para otro experto en
temas internacionales, Guadi Calvo, la retirada de Washington manifiesta su
falta de moral y de respeto por los pueblos.
Cataloga el repliegue como “nuevo desastre organizado por EE.UU.” y “acto bien meditado”, pues deja a países como Rusia, China, Irán y Paquistán ante el desafío de gestionar la paz y la estabilidad regional con el Talibán en el poder.
En su opinión, el
Talibán ha aprendido políticamente en estas dos décadas y no parece interesado
en exportar el terrorismo, pero su victoria militar podría revitalizar a grupos
yihadistas con base en naciones vecinas.
Medios de prensa recuerdan que EE.UU. negoció la paz con el Talibán sin dar participación al Gobierno afgano en el diálogo.
A inicios de
agosto, durante una intervención ante el Parlamento, el expresidente afgano,
Ashraf Ghani, responsabilizó a EE.UU. de la situación de su país.
El
exmandatario dijo que “la razón detrás de nuestra situación actual fue que esta
decisión (la retirada de Estados Unidos) se tomó de forma abrupta.
Le dije al
Presidente de Estados Unidos que aunque respeto su decisión (...) sabía que
tendría consecuencias y que esto recaería sobre el pueblo afgano”, acotó.
Guadi Calvo
también valoró que EE.UU. deja a su suerte a 37 millones de afganos y ante
la interrogante si el Talibán reimpondrá su estricta interpretación de la ley
islámica, que en el pasado atentó contra derechos de los ciudadanos, en
particular las mujeres y las niñas.
Economía en caos
De acuerdo
con un servicio de análisis sobre inseguridad alimentaria de la Agencia para el
Desarrollo de Estados Unidos (Usaid), el 73 por ciento de la población afgana
vive bajo el umbral de pobreza y 6.8 millones de personas corren riesgo de
padecer inseguridad alimentaria aguda.
Según datos
del Banco Mundial, en 2019 la mitad del presupuesto del país se conformaba a
partir de financiamiento exterior.
El organismo
financiero apunta que con la guerra crecieron las actividades ilícitas en el
país, especialmente la producción de opio.
El Informe
Mundial sobre Drogas 2019, difundido por la Oficina de Naciones Unidas contra
la Droga y el Delito (Onudd), reveló que para 2017, Afganistán era el mayor productor de opio del
mundo, con 86 por ciento del volumen total.
A juicio de
expertos, con las actividades ilícitas también creció la corrupción
administrativa, que provocó la fuga de cuantiosos fondos que EE.UU. e
instituciones internacionales planeaban dedicar a la reconstrucción y fomento
económico del país.
En un estudio, la Universidad Brown (EE.UU.) difundió que el conflicto costó al presupuesto estadounidense 2.26 billones de dólares.
Costo humano de la "guerra contra
el terrorismo"
De acuerdo
con estadísticas de la ONU tomadas a partir de 2009, cuando comenzó a
documentar las bajas entre la población, alrededor de 110.000 civiles han
muerto o resultaron heridos en el periodo de presencia militar de EE.UU.
A su vez,
las víctimas entre las fuerzas de seguridad ascienden a 69.000 soldados y
policías afganos, mientras que por lado talibán ascienden a 51.000 fallecidos.
Según la
Universidad Brown, más de 2.400 militares estadounidenses han muerto y una
cifra superior a 20.000 quedaron heridos o mutilados.
También
perecieron 1.100 soldados aliados, entre ellos 450 británicos.
Tomado de: https://www.telesurtv.net/
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