Numa: “Negar la comida no es cristiano”
El párroco de la iglesia San Francisco repudió que al pueblo se le dificulte acceder a los bienes por culpa de algunos empresarios
May 26, 2016
El sacerdote Numa Molina manifestó su rechazo a la actitud anticristiana e inescrupulosa de empresarios y comerciantes proveedores de alimentos al dificultar que, por distintas vías, el pueblo pueda abastecerse de alimentos.
Molina denunció que tanto Lorenzo Mendoza, propietario de empresas Polar, como otros grandes productores son los principales responsables de que en el país no se pueda obtener de manera expedita los bienes a que tienen legítimo derecho los ciudadanos, puesto que prefirieron negociarlos de manera fraudulenta con los bachaqueros, “para que eso generara una guerra económica”.
Durante la transmisión el pasado lunes de su programa Vida y Conciencia, a través de la señal de Radio Nacional de Venezuela, la autoridad eclesiástica expuso sus reflexiones sobre el hambre en el mundo, lo que consideró necesario, “porque ese es uno de los golpes más duros que afecta al pobre de hoy, a las sociedades, a las masas, a los hombres y mujeres migrantes que abandonan su tierra para ir en busca de pan”, teniendo como agravante el que muy pocos tienen comida “hasta para botar”, mientras millones de seres se mueren de hambre.
A los efectos, presentó un audio en el que el papa Francisco se refiere a esta problemática: “Duele constatar que la lucha contra el hambre y la desnutrición se ve obstaculizada por la prioridad del mercado y por la preeminencia de la ganancia, que han reducido los alimentos a una mercancía cualquiera, sujeta a especulación, incluso financiera”, manifestó el Sumo Pontífice.
El padre jesuita comentó sobre la postura de Francisco: “Da dolor encontrarnos con que la lucha contra el hambre y la desnutrición se vea torpedeada y saboteada por la prioridad del mercado, porque lo que interesa es la ganancia. Cuando el Papa está hablando de la prioridad del mercado está hablando de eso”.
En ese sentido, el párroco de la iglesia San Francisco puso especial interés en la crisis alimentaria a que ha sido sometida la mayor parte de los venezolanos y en especial las clases más necesitadas producto del sentido mercantilista que a un aspecto tan importante le han dado los empresarios.
Aseveró que es doloroso que la producción de alimentos se circunscriba al otorgamiento de las divisas por parte del Gobierno.
“Si no me dan divisas, no hago comida y dejo al país pasando hambre”, refirió sobre el argumento común del empresariado.
Enfatizó que, por ejemplo, no podría tratarse el mercado de los alimentos de la misma forma que el mercado de los juguetes.
En su condición de católico practicante, consideró conveniente leer parte de lo que señala el Evangelio según Mateo 25 sobre la palabra de Jesús cuando alguien le proporciona comida a quien tiene hambre y cuando se le niega el alimento al prójimo: “Tuve hambre y me diste de comer; vengan, benditos de mi padre, porque ustedes se ocuparon de mí”; pero también hay otra porción en la que dice “maldito de mi padre, vayan al fuego eterno, porque tuve hambre y no me dieron de comer”.
En ese sentido, el padre Numa sostuvo que en este momento se pueden conseguir en el país hombres y mujeres luchadores que se han organizado, por ejemplo, bajo la figura de los Comités Locales de Producción y Abastecimiento (CLAP) y otras alternativas comunales, para que la gente tenga comida en esta situación de escasez.
“A ellos seguramente que Jesús les dirá: vengan, benditos de mi padre, porque había escasez, porque yo tenía hambre, en ese niño, en esa madre, en esa familia, y tú te ocupaste de organizarme y de organizarte para que llegara el pan a mi hogar”, dijo.
También afirmó que existe en Venezuela la otra cara de la moneda: aquellos que se han dedicado a esconderle la comida al pueblo.
“Hay otros que perversamente están haciendo una guerra, que es política, por medio de lo económico, por medio del desabastecimiento. A ellos también le viene la palabra de Jesús, quien les dirá: ‘Vengan, malditos de mi padre, porque yo tenía hambre y tú me escondiste la comida, porque yo tenía hambre y tú guardaste en enormes galpones lo que me correspondía a mí para comer, porque yo tenía hambre y tú la contrabandeaste llevándotela para el país vecino’, y a ellos le dirá: ‘Vayan al fuego eterno, preparaos para el diablo y para sus compañeros”, refirió al respecto.
El párroco acotó que, aunque estas palabras puedan parecer muy duras, están escritas en el Evangelio, pues si Jesús viviera hoy “también nos diría lo mismo; también felicitaría a quienes estemos en la lucha para que el pueblo tenga comida, para que los niños tengan comida, para que la gente tenga alimentos y tenga medicinas”.
En el caso contrario, Molina afirmó que, enfocado en el contexto social venezolano, Jesús los mandaría al fuego eterno, “porque teniendo medicinas se la escondieron al pobre y no pudiera curarse de sus enfermedades”.
Por si esto fuera poco, se refirió a lo que se está haciendo con el agua potable, también vital para la subsistencia del ser humano, y al respecto denunció que en la semana en curso un garrafón de 20 litros ya se está vendiendo en una exorbitante suma que oscila entre los 600 y los 700 bolívares.
“¿Cómo es posible que tú seas capaz de venderle un botellón de agua a un pobre en 700 bolívares? ¿Y es que las reservas freáticas usan ahora un combustible para sacar el agua de la superficie?
¿Es que ahora hay que emplear un combustible muy caro para poder extraer el agua? ¿O es que a ti te subieron la gasolina al precio europeo para transportar esa agua”, se preguntó el religioso en tono irónico.
Añadió que el problema no es solo el elevado precio del vital líquido, sino que no se están cumpliendo las medidas sanitarias mínimas para el consumo humano.
Manifestó haber recibido denuncias de objetos encontrados dentro de los botellones, por lo que hizo un llamado a la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) y al Ministerio de la Salud para que hagan una supervisión a las plantas embotelladoras.
HAY QUE HONRAR LA PALABRA DE CRISTO
En vista de esta situación, el padre Molina hizo un llamado a la reflexión a los responsables del desabastecimiento alimentario, en cualquiera de sus formas y causas, para cambiar su actitud y honrar el precepto cristiano de ayudar al prójimo.
“Yo llamaría a esas personas que están haciendo ese acto perverso, miren: muchos de ustedes se hacen llamar cristianos. A Lorenzo Mendoza lo he visto yo en eucaristías en lujosas iglesias del este. Es un fiel devoto. ¿De qué vale eso, si después esa eucaristía no la vives porque vas y juegas con la comida del pueblo?”, planteó.
El sacerdote no solo se limitó a comentar la actitud de Mendoza, sino que también extendió el reclamo a otros capitalistas.
“No solo a él, sino a tantos otros bandidos que tienen escondida la comida en cualquier parte, en cualquier galpón, porque la están llevando al exterior. Entonces, si no practicas el cristianismo no te llames cristiano”, exhortó.
Añadió, para ampliar el contexto al plano internacional, que “es inconcebible que países occidentales que se dicen cristianos en su mayoría derrochan la comida, derrochan el alimento y se olvidan del pobre que no tiene nada que comer” y, al respecto, enfatizó que “el tema del hambre es algo serio, con el hambre del pueblo no se juega, es un pecado grave”.
No obstante, Molina dijo que estas personas aún tienen la oportunidad de enmendar sus errores y con ello reivindicarse ante el pueblo y ante Dios.
“Tienes la posibilidad de cambiar; tú puedes ser hoy un diablo y mañana ser un santo, ser una persona que hace mucho bien. Mi invitación es a eso, a que se arrepientan del mal que han hecho.
Nadie está fuera de cometer un error”, expresó.
Finalmente manifestó que “el tema de la avaricia a todos puede atacarnos y hacernos mucho daño. Piensa que la avaricia no solo puede causarte daño a ti, sino que va a hacerle mucho daño a tus hijos, a los que vengan después, a las generaciones venideras. No le hagas eso al país, porque si se lo haces al país, te lo estás haciendo a ti mismo. Tarde o temprano, en las encrucijadas de la vida, encontramos la decadencia y hacia allá no estamos llamados a caminar, porque nosotros somos seguidores de un Dios que nos da vida”.
REINALDO J. LINARES ACOSTA/CIUDAD CCS
TOMADO DE: http://ciudadccs.info/
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