domingo, 3 de mayo de 2015

Auge de la extrema derecha en Europa: 


"Nos dirigimos hacia un nuevo Tercer Reich"


Publicado: 17 mar 2015 09:16 GMT - RT

«Auge de la extrema derecha en Europa:

El mundo es testigo de una recreación de la Alemania nazi a través de una generación de extremistas blancos que aspiran a la supremacía y una Europa más 'pura', lo que extiende además el sentimiento antiislámico, asegura la analista política Catherine Shakdam. 

La situación actual de Europa "se parece a la Alemania de los 1930, cuando el Tercer Reich ganaba impulso", aseguró la experta a RT, refiriéndose a movimientos antiislamistas actuales como PEGIDA, que realizó la semana pasada una marcha en la ciudad alemana de Wuppertal.

En opinión de Shakdam, para hallar las raíces de esta tendencia "hay que volver al 11-S y al tipo de narrativa que salió de Washington" para extenderse luego desde Londres a Berlín, Madrid, y a toda Europa.

"El islam ha estado asociado con el terrorismo", y los musulmanes se han convertido de forma inherente en "los radicales y terroristas" que inspiran miedo y descontento, explica Shakdam.

Para encontrar al culpable de las actuales tensiones –prosigue la analista– hay que mirar a quienes están al servicio de esos movimientos y ayudaron a crear el radicalismo. Se trata, en primer lugar, de EE.UU., "ya que son ellos los que crearon, reconociéndolo, Al Qaeda".
La decisión de Washington de utilizar a los radicales en la guerra de Afganistán ha resultado contraproducente. "Desde entonces hemos visto a esos radicales ganar impulso no solo en toda Europa, sino en Oriente Medio y en el mundo islámico en general", sostiene la experta.

"Tenemos que preguntarnos a nosotros mismos si queremos ver una repetición del Tercer Reich. Me temo que es hacia donde nos dirigimos", asevera Shakdam.

A su juicio, "la gente tiene que entender que aunque todo comenzó como un sentimiento antimusulmán y antiislámico en toda Europa, esas personas –al igual que Alemania nazi– no se detendrán solo en los musulmanes".

Se trata "básicamente de un movimiento extremista blanco. Aspiran a la supremacía blanca, ya que llaman a las minorías étnicas a marcharse, ya sea en Alemania, Grecia, Francia, o donde sea", señala la analista.

"Lo que están buscando es, fundamentalmente, volver a una Europa más pura. Y de nuevo regresamos al tipo de narrativa de Alemania de la década de 1930", advierte.


Los neonazis alemanes llaman a "asaltar el 


Reichstag" durante el Día de la Victoria


Publicado: 2 may 2015 03:42 GMT - RT

Los extremistas de derecha alemanes al  

REUTERS/Fabian Bimmer
Los miembros de distintas organizaciones alemanas de extrema derecha están llamando a participar en una manifestación delante del Reichstag en Berlín el 9 de mayo, día del 70.º aniversario de la liberación de Europa del fascismo. 

Los ultraderechistas buscan reunir durante el Día de la Victoria a más de 1.000 activistas neonazis enfrente del Reichstag, el edificio del Parlamento alemán, situado en el centro de Berlín, anunciaron este jueves los representantes del Ministerio del Interior del país citados por el periódico 'Berliner Zeitung'.

La solicitud para organizar la marcha ha sido enviada a las autoridades locales por un miembro del Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD, por sus siglas en alemán). Se informa de que la manifestación reunirá tanto a activistas de partidos y movimientos nacionalistas como a hinchas de fútbol.

La portavoz del partido Die Linke ('la izquierda'), Ulla Jelpke, anunció que la acción prevista es una provocación. "Una manifestación neonazi delante del Reichstag el día del 70.º aniversario de la liberación del fascismo es una vergüenza para todos los pueblos amantes de la libertad".

Escritor: EE.UU. sigue los pasos del Tercer Reich


Publicado: 2 nov 2014 14:04 GMT | Última actualización: 3 nov 2014 08:35 GMT - RT

El escritor estadounidense John Stanton cree que ha llegado el momento de hablar abiertamente sobre la trayectoria nazi que tomó desde mediados del siglo pasado la política del Gobierno de EE.UU. a través de las agencias de Inteligencia. 

En los primeros años del siglo XXI resultaba incómodo hablar sobre los lazos que EE.UU. tenía con los nazis. El lanzamiento del libro de Eric Lichtblau 'Los nazis de al lado: ¿cómo se convirtió EE.UU. en un refugio seguro para los hombres de Hitler' ('The Nazis Next Door: How America Became a Safe Haven for Hitler's Men') y la obra de Ben Urwand 'La colaboración: el pacto de Hollywood con Hitler' ('The Collaboration: Hollywood's Pact with Hitler') supusieron un punto de inflexión a esa tendencia, escribe en su artículo John Stanton, escritor norteamericano especializado política y seguridad estadounidense.

Estas cuestionables relaciones acaban de ser confirmadas por el propio Gobierno de EE.UU., que contribuyó "al derrocamiento de un líder elegido a nivel nacional en Ucrania, Víktor Yanukovich, y apoyó abiertamente a los grupos neonazis en gran parte responsables de ese episodio", escribe Stanton. El autor no cree que se tratara de una coincidencia cuando "el jefe de la CIA, John Brennan, visitó a los usurpadores neonazis no mucho después del golpe de Estado" en Ucrania. 

El escritor indica que los vínculos de EE.UU. con los nazis tienen una larga historia que comenzó al menos en 1953, cuando Dwight D. Eisenhower fue elegido a la presidencia y en calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas estadounidenses inició la construcción de un complejo militar, policial, industrial y de inteligencia inspirado directamente por la ideología nazi y sus conocimientos tecnológicos. Además, las agencias estatales de EE.UU. de manera directa o indirecta contrataron a numerosos antiguos funcionarios policiales nazis y a colaboracionistas de Europa del Este que fueron manifiestamente culpables de crímenes de guerra, asevera el autor. 

Parece que EE.UU. todavía no ha abandonado la trayectoria nazi a día de hoy, escribe Stanton. Así lo confirmó William Binney, exempleado de la NSA, cuando denunció que esa agencia "es una máquina totalitaria comparable con una dictadura". El exdirector técnico de la agencia comparó la NSA y el Gobierno de EE.UU. con el Tercer Reich, concluye el escritor. 


Pensamiento crítico

Vicenç Navarro

El resurgimiento del nazismo en europa: causas y consecuencias

27 abr 2015

Vicenç Navarro
Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra. Ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

Las políticas neoliberales impuestas a la población por el establishment europeo (el Banco Central Europeo, el Consejo Europeo y la Comisión Europea) y los gobiernos de la Eurozona, hegemonizados por partidos de sensibilidad conservadora, liberal y supuestamente socialdemócrata (bajo el dominio de la coalición liderada por la canciller alemana) están creando una enorme inseguridad entre amplios sectores de las clases trabajadoras, que sienten en carne propia las consecuencias sumamente negativas de tales políticas. Las reformas laborales, iniciadas, entre otras, por las reformas del canciller alemán socialdemócrata Schröder, y seguidas por la mayoría de partidos gobernantes, han determinado un elevado desempleo, una baja ocupación y un notable deterioro del mercado laboral, con gran disminución de los salarios y, por lo tanto, de la capacidad adquisitiva de los trabajadores.  Esta situación se ha hecho incluso menos tolerable por el desmantelamiento de la protección social y del Estado del Bienestar, contribuyendo a que incremente todavía más esta inseguridad económica y social que caracteriza la situación de amplios sectores de las clases populares.

La inseguridad se atribuye correctamente a las intervenciones públicas que sistemáticamente favorecen a grupos económicos y financieros, y que se justifican bajo el lema de que tales políticas son las únicas posibles. Tales intervenciones impopulares se presentan erróneamente como resultado de unos dictados de agentes externos al país, bien sean de la Troika, del gobierno alemán, o de las siempre presentes multinacionales (y aquí en Catalunya se incluye también a Madrid). La externalización de las responsabilidades es una de las características de la narrativa dominante, promovida por los partidos gobernantes.

No es, pues, sorprendente que este discurso cree una respuesta en el sentido opuesto, queriendo recuperar una identidad y una soberanía perdida en manos de poderes extranjeros, una recuperación que lleva a una llamada a la dignidad nacional frente a intereses foráneos y extranjeros y a sus aliados nacionales. Este sentimiento –como el mismo nacionalismo que genera- puede ser o no  un movimiento positivo, pues puede significar la llamada a una soberanía e identidad perdida, que se presente erróneamente por la sabiduría convencional como consecuencia inevitable de la globalización. El nacionalismo, sin embargo, también puede convertirse en negativo cuando se incluye entre “los de fuera”, no sólo a los establishments políticos, financieros y mediáticos responsables de las políticas de austeridad, sino también a las poblaciones de estos u otros países, como son los inmigrantes, canalizando el enfado popular hacia ellos (sentimiento estimulado por el mundo empresarial, así como por aquellos establishments, pues consigue con ello dividir y, por lo tanto, debilitar a las clases populares). Este sentimiento de “nosotros” y “ellos” es el caldo de cultivo del nacionalismo de tipo excluyente, bases del nazismo (y su versión latina, el fascismo).

De ahí que la única respuesta a este indeseado riesgo sea que se dirija este enfado hacia los grupos gobernantes que impusieron aquellas políticas, con el establecimiento de alianzas entre las clases populares frente a sus gobernantes. Es, en otras palabras, el nacionalismo de tipo incluyente (opuesto al de tipo excluyente) que desea la suma de las diferentes comunidades nacionales frente a un adversario común, en el que se debe incluir al nacionalismo de tipo excluyente, que es utilizado por las élites gobernantes para perpetuar sus intereses, dividiendo así a las clases populares. La interpretación que promueve el establishment alemán de que la crisis humana griega es debido a una supuesta incapacidad de los griegos a ser disciplinados y a poder gobernar, traduce este nacionalismo excluyente que está estimulando en Alemania el desarrollo de nuevo del nazismo en aquel país. La versión del partido fundado por Le Pen, que ve al inmigrante como el enemigo, es otro ejemplo de este nazismo.

La pérdida de legitimidad de los partidos políticos
Una tercera característica es el enorme desengaño de las clases populares hacia los partidos políticos que históricamente representaron sus intereses, tales como la socialdemocracia y los partidos comunistas (y más tarde los partidos verdes). La acomodación de tales partidos a la dinámica de la vida parlamentaria, que es en sí poco democrática y representativa (y muy limitada en los países periféricos de la Eurozona), y la adopción de los partidos socialdemócratas a la ideología neoliberal, ha causado una pérdida de legitimidad del sistema representativo. Un elemento clave para esta pérdida de legitimidad es que ninguna de las políticas neoliberales impuestas a la población, incluso por los partidos que históricamente eran los instrumentos de tales clases populares, tenían un mandato popular. En ninguna parte las políticas de austeridad, por ejemplo, aparecían en los programas electorales de los partidos gobernantes. De ahí el sentimiento antipartido, y que no puede considerarse como antidemocracia.

Pero, aunque no debería confundirse, existe el peligro de que sí se confunda. Y de ahí la gran importancia de diferenciar los movimientos progresistas de los movimientos regresivos que conducen al fascismo y al nazismo. Estos últimos son profundamente antidemocráticos. Su propia esencia es el caudillismo, acompañado de un nacionalismo excluyente, basado en el racismo y etnicismo. El nazismo y el fascismo son antipartidos y antidemocracia.

Pero frente a esta versión represora hay la versión progresista, que quedó plasmada en el movimiento 15-M en España, que exige una democracia real, participativa, que va más allá de la vía representativa, que por muy representativa que sea (y en España lo es muy poco) requiere que sea complementada por fórums de democracia directa, como los referéndums, a todos los niveles. Es el derecho a decidir sobre todo. La vocación democrática es que cada persona tenga la misma capacidad de decidir en la gobernanza de los distintos niveles de responsabilidad institucional, y en todos los espacios, sean estos económicos, sociales, culturales o políticos. Este planteamiento es el opuesto al nazismo. Y en la medida que se trabaje para un proyecto en que los recursos se distribuyan según las necesidades (definidas colectivamente, además de individualmente) y se produzcan según sus habilidades, el proyecto se construirá sobre una larga tradición histórica que bajo distintos nombres ha sido, en gran parte, responsable del progreso humano. De ahí que estos nuevos movimientos en Europa sean los únicos que puedan parar al nazismo en Europa. Para ello se necesita que amplíen sus alianzas con aquellas fuerzas de vocación democrática que ellos mismos están radicalizando.

TOMADO DE:  http://noticiasuruguayas.blogspot.com/

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