Declaracion de Gloria Gaitán sobre el documento memoricida "Proceso de Paz"
Agencia de Noticias Nueva Colombia-ANNCOL
Escrito por Gloria Gaitán/ Radio Macondo
Martes, 27 Septiembre 2016 02:54
Martes, 27 Septiembre 2016 02:54
Como cuchillada en el corazón leí la llamada Declaración sobre el proceso de paz que invita a votar SÍ en el plebiscito, que firman numerosas organizaciones de derechos humanos del continente y el mundo [1].
La declaración es un ejemplo contundente del resultado de la sistemática campaña de MEMORICIDIO que, a partir del día mismo en que asesinaron a mi padre Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, viene adelantándose desde la Academia, el Estado y el País Político y que ha logrado su efecto devastador, dando como producto que se ignore y pretenda ocultar el hecho cierto de que “la crisis humanitaria y de derechos humanos”, de que habla la Declaración, la padece el país desde 1946, cuando de manera premeditada, sistemática y generalizada el gobierno de entonces adelantó el genocidio al Movimiento Gaitanista.
Son setenta (70) años de crisis humanitaria y no 50, como ha pretendido hacerlo creer esta declaración, ocultando que este doloroso viacrucis se inició en 1946 bajo el gobierno genocida llamado de Unión Nacional, encabezado por el presidente de ese entonces, Mariano Ospina Pérez, a quien mi padre señaló con el dedo de la ignominia en su famosa Oración por la Paz.
Horrorizada y adolorida he leído cómo señalan en la Declaración que el acuerdo firmado entre el gobierno y las FARC “…representa, además de la finalización del conflicto armado entre las partes, un paso importante en el proceso de Memoria, Verdad, Justicia y Reparación histórica y social en un país que ha vivido una crisis humanitaria y de derechos humanos durante los últimos 50 años” (sic).
¿Y qué de nosotros los que venimos padeciendo desde 1946 hasta hoy el proceso sistemático y reiterativo de DESMEMORIA, MENTIRAS, INJUSTICIA y EXCLUSIÓN HISTÓRICA ?
¿No somos acaso colombianos?
¿No somos merecedores de que se respete nuestra dignidad y derechos humanos?
¡Cómo puede ser que se reconozca esta crisis humanitaria y de derechos humanos solo para quienes la han padecido durante estos “últimos 50 años”!
¿Acaso no fue Manuel Marulanda, comandante histórico de las FARC, quien en su biografía, escrita por Arturo Alape, dijo textualmente: “La familia de nosotros era gaitanista.
Uno les oía comentar… que con el triunfo de Gaitán – al tío se le aguaba la saliva en la boca -, se desarrollaría en el país una política de colonización para los sin tierra y los sin trabajo, que les darían muchos créditos para el derrumbe de montañas.
El árbol de la ilusión quedó cortado de raíz con el asesinato de Gaitán, las palabras cogieron rumbo tras la montaña”.
¿Pretenden, entonces, borrar de la historia el inicio de las guerrillas en Colombia y, concretamente, el comienzo de la lucha de Manuel Marulanda?
¿Qué buscan con eso?
Es posible que piensen que ya todos estamos muertos y que no hay nadie que reclame por las víctimas del período de 30 años que pretenden sepultar con el memoricidio.
¡¡¡Pues no!!! Seguimos vivos y no hemos perdido la memoria.
Es posible que piensen que ya todos estamos muertos y que no hay nadie que reclame por las víctimas del período de 30 años que pretenden sepultar con el memoricidio.
¡¡¡Pues no!!! Seguimos vivos y no hemos perdido la memoria.
Por eso mi tesis de grado sobre la maestría en defensa de los derechos humanos, que curso en la Universidad Santo Tomás, versa sobre el MEMORICIDIO.
Simultáneamente estoy escribiendo un libro que he titulado:
EL CRIMEN PERFECTO: GENOCIDIO, MAGNICIDIO, MEMORICIDIO”.
Porque no solo la rama judicial comete impunidad.
También es culpable la opinión pública Memoricida.
Muchos como yo, víctimas del asesinato de nuestros seres queridos y blanco de la persecución, que en este proceso venimos siendo marginados nos abstendremos de votar en el plebiscito, ya que hemos sido expulsados de la vida nacional y de la historia de Colombia.
GLORIA GAITÁN JARAMILLO
Bogotá – Colombia
(1) [1] El documento está firmado por:
Abogadas y Abogados para la Justicia y los Derechos Humanos – México
Abuelas de Plaza de Mayo – Argentina
Acción Solidaria en VIH/sida – Venezuela
Ágora Espacio Civil – Paraguay
Asistencia Legal por los Derechos Humanos A.C. (ASILEGAL) – México
Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) – Regional Asociación Otras Voces – Colombia
Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) – Perú
Aula Abierta – Venezuela
Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello – Venezuela Centro de Derechos Reproductivo – Internacional Centro de Documentación en Derechos Humanos “Segundo Montes Mozo S.J.” (CSMM) – Ecuador
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) – Argentina
Centro de Justicia y Paz (Cepaz) – Venezuela
Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) – Regional Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género, Corporación Humanas – Chile
CIVILIS Derechos Humanos – Venezuela
Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” (CCAJAR) – Colombia
Colectivo MECoPa (Migrantes y Exiliados Colombianos por la Paz) – Argentina Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (CAREF) – Argentina
Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) – Colombia
Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU) – Ecuador
Comision Mexicana de Defensa y Promocion de los Derechos Humanos – México Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (CODHEZ) – Venezuela Comité de Familiares de las Víctimas (COFAVIC) – Venezuela
Conectas Direitos Humanos – Brasil
Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES) – Colombia Consultorio Jurídico Internacional de la Facultad de Derecho de la Universidad Santo Tomás – Colombia
Convite AC – Venezuela
Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay ( Codehupy) – Paraguay Coordinadora Nacional de Derechos Humanos – Perú
Defensa de Niñas y Niños – Internacional (DNI) – Costa Rica
Dejusticia – Colombia
Egyptian Initiative for Personal Rights (EIPR) – Egipto
El Centro para la Paz y los DDHH de la Universidad Central de Venezuela (UCV) – Venezuela
El Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) – Venezuela
Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús – Honduras
Espacio Público – Venezuela
Familiares de desaparecidos y detenidos por razones politicas – Argentina Fundación Memoria Histórica y Social – Argentina
Fundación Myrna Mack – Guatemala
Fundación para el Debido Proceso (DPLf) – Regional Grupo de Mujeres de San Cristobal Las Casa, A. C – México
Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay (IELSUR) – Uruguay
Instituto Internacional de Derecho y Sociedad (IIDS) – Perú
Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos – Internacional Ipas Centro America –
Internacional Kenya Human Rights Commission – Kenya
KontraS – Commission for “the Disappeared” and Victims of Violence – Indonésia Laboratorio de Paz (LabPaz) – Venezuela
LRC Legal Resources Center – South Africa Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora – Argentina
Mesa de Víctimas del Conflicto Interno Colombiano en Argentina – Argentina
MNCI Via Campesina – Argentina
Movimiento Autónomo de Mujeres – Nicaragua
Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes – Venezuela
Paz y Esperanza – Perú
Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo (PIDHDD) – Regional REDIM Red por los derechos de la infancia en México – México REDLAMYC Red latinoamericana y caribeña por los derechos de niñas niños y adolescentes – Regional Seguridad en Democracia (SEDEM) – Guatemala
Sisma Mujer – Colombia
StopVIH – Venezuela
Terra Mater – Ecuador T
ransparencia Venezuela – Venezuela
Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social (UNITAS) – Bolivia West African Human Rights Defenders Network (ROADDH /WAHRDN) – Regional Washington Office on Latin America (WOLA) – Regional
El memoricidio en los acuerdos de la Habana
Por Jorge I. Salcedo G.Kaos en la Red - Publicado en: 26 septiembre, 2016
Gran polémica ha desatado la declaración de Gloria Gaitan, hija de Jorge Eliecer Gaitan, “el Negro”, asesinado el 9 de abril de 1948, en lo que se conoce como el inicio de la violencia en Colombia, aunque es justo decir, que la violencia venia campante desde tiempo atrás.
Como bien lo dice Gloria Gaitán el asunto no empezó en el 1964 sino en 1946, cuando para garantizar cambiar la correlación de fuerzas electorales en solo cuatro años se empezaron a cometer toda clase de desafueros y violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
Al respecto el académico Miguel Angel Beltrán, perseguido por rondar la verdad, avanza al respecto y señala que como para entender la historia de las FARC hay que abandonar la fecha de su hito fundacional (1964) y mirar algunos años para atrás. El profesor Beltrán sugiere el año de 1950 a lo que propongo, atendiendo, a la historia y a las advertencias de Gloria Gaitán ir un poco más atrás.
El contexto nacional de 1946 se resume diciendo que Mariano Ospina Pérez había llegado al poder siendo minoría frente la mayoría que constituía el partido liberal sumados los votos de Jorge Eliecer Gaitán y Gabriel Turbay y para lograr que en las elecciones de 1950 los conservadores fueran mayoría y ganaran como sucedió (Laurenao Gómez llegó al poder sin tener que vencer a ningún candidato opositor) debieron pasar cosas muy graves, entre ellas el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán.
Para lograr tan grande cambio de fuerzas electorales en tan poco tiempo (4 años), el gobierno de Mariano Ospina Pérez recurrió a la fuerza institucional (el ejército) que tuvo en Rojas Pinilla al gran artífice del cambio de correlación de fuerzas electorales en el Valle y a la fuerza extrainstitucional, los paramilitares de entonces llamados “pájaros” que también fueron amnistiados (como ahora se hace con los pájaros de hoy en los Acuerdos de La Habana).
Al respecto, me remito a los estudios de Dario Betancourt y sugiero repasar la historia del “Cóndor”, Ángel María Lozano, el indulto que le concediera ya en el poder Rojas Pinilla y la amnistía general (en otro frustrado intento de paz mezquina con la verdad como el presente) concedida por el mismo general que excluyó a los “comunes” o comunistas.
Sin embargo, a pesar de la tan terrible arremetida conservadora apenas anunciada en este escrito, para las élites conservadoras y las liberales que no querían a Gaitán, se evidenció que todo el uso ilegítimo de la fuerza institucional y la extrainstitucional no serían suficientes para atajar al “negro” Gaitán” que, a pesar de todo, ya había logrado las mayorías en el Congreso y se perfilaba como el futuro presidente, por lo que la única manera de atajarlo era eliminándolo.
Marcado por un destino macabro (del cual aún no logramos sacudirnos), el momento histórico colombiano de 1948, coincidió con que en Europa se había acabado de terminar la segunda guerra mundial con un gran avance del bloque soviético y el pánico del mundo occidental ante este histórico acontecimiento.
El avance del comunismo internacional implicó que se instaurará la Doctrina Truman (después el concepto evolucionó al de “la seguridad nacional” de las naciones occidentales).
El gran acto de presentación de la nueva doctrina se dio a través de los dos atentados terroristas más graves de la historia universal que hoy siguen impunes.
Las dos únicas bombas nucleares usadas contra seres humanos en Hiroshima y Nagasaki fueron lanzadas no para vencer a Japón, que ya estaba vencido, sino para atajar al ejército ruso que ya avanzaba para tomarse a Japón como ya lo había hecho con media Europa.
Tal acto de los rusos – tomarse a Japón – hubiese sido “legitimo” ya que en Yalta, Roosevelt había pactado con Stalin que en entre los dos vencerían a Japón, en el que se considera el más grave error estratégico cometido por el presidente enfermo.
Muerto Roosevelt, su reemplazo Harry Truman ya no podía desconocer el pacto y lo único que podía hacer para no tener que repartirse a Japón – como terminó pasando con Corea – era lograr inmediatamente la rendición del imperio japonés ante el imperio norteamericano, por lo que impúdica y miserablemente decidió asesinar a más de medio millón de civiles inocentes en el lapso de tres días, del 6 al 9 de agosto de 1945, y lograr la inmediata e incondicional rendición del imperio del Japón al imperio norteamericano.
En medio de semejante paranoia anticomunista que implicó la ejecución de los dos actos terroristas más asquerosos y miserable de la historia, Jorge Eliecer Gaitán se presentaba en América Latina como un hombre con un discurso – si no abiertamente comunista – si antioligárquico y antisistémico lo que para el imperialismo yanki era lo mismo, por lo que era preciso eliminarlo.
En medio de este contexto internacional el general George Marshall, héroe de la segunda guerra mundial, llegó a Bogotá a la Conferencia Panamericana con el visible e inequívoco objetivo de consagrar al anticomunismo como la doctrina oficial americana y, con el oculto, pero también inequívoco, objetivo de eliminar a Jorge Eliecer Gaitán, con la complicidad de las élites conservadoras y liberales, como bien lo señala Gloria Gaitán.
Es pues este un pedazo de la historia (apenas esbozado en este escrito) el que el “memoricidio” de La Habana pretende echar al olvido, con la nefasta consecuencia de tener que repetir la historia hasta que nos la aprendamos.
El asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en América fue el ingreso de la doctrina Truman en América, como lo fueron las bombas atómicas en el lejano oriente.
Los imperios saben – y no tienen reparos en hacerlo – cuando deben matar a un hombre y cuando a miles.
Cuando mataron a Gaitán se consolidó el genocidio del movimiento gaitanista que había ya empezado como lo denunció el mismo Gaitán en Manizales en el entierro de unos copartidarios y en Bogotá con su famosa “oración por la paz”.
Desde las bases en rebelión de la UP, siempre hemos dicho que no se puede resolver el genocidio cometido contra este partido sin que se resuelva el genocidio cometido contra el gaitanismo.
La reciente y ridícula petición de perdón, “en el marco de los Acuerdos de La Habana”, de Juan Manuel Santos por la “omisión” del estado de acciones para evitar la “tragedia” de la UP, negando el genocidio y a la participación activa del estado en el mismo, es parte del memoricidio que denuncia Gloria Gaitán.
¡POR UNA PAZ VERDADERA, CON TODA LA VERDAD!
¡ANULACIÓN CONSCIENTE DEL VOTO EN EL PLEBISCITO DEL “SI” O EL “NO”!
Por: Jorge I. Salcedo G. (UP – Bases en Rebelión).
Pd. Se anexa el enlace de la declaración de Gloria Gaitán sobre los Acuerdos de La Habana.
http://kaosenlared.net/colombi
TOMADO DE: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/
y
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