Hoy se cumplen 217 años del natalicio de Luisa Cáceres de Arismendi
25/09/2016
Hoy se cumplen 217 años del natalicio de Luisa Cáceres de Arismendi, heroína y una de las más destacadas y aguerridas mujeres de nuestra lucha independentista.
Por sus respuestas al jefe español Urreiztieta, en momentos en que está prisionera en las bóvedas del Castillo de Santa Rosa, en La Asunción y espera el nacimiento de un hijo, es el mejor retrato moral de su personalidad, la más elocuente definición de su papel, en la historia de Venezuela: "Jamás lograréis de mí que le aconseje a mi esposo a faltar sus deberes." dijo Luisa Cáceres
Luisa Cáceres de Arismendi nació el 25 de septiembre de 1799, hija primogénita del matrimonio formado por el distinguido pedagogo José Domingo Cáceres, de origen canario, y su esposa Doña Carmen Díaz.
Su padre fue profesor de latín, se ocupó de enseñarle a leer y escribir, así como los principios y normas morales puestos a prueba durante los años de cautiverio y destierro de la joven patriota.
Tuvo dos hermanos que la seguían, se llamaban Félix y Manuel Cáceres.
El autor de la primera biografía que se escribió sobre Luisa Cáceres, don Mariano Briceño, recuerda que iniciándose el año de 1814, Luisa Cáceres que acababa de cumplir quince años empezó a figurar en los grupos sociales de la clase social a que pertenecía y de Inmediato se distinguió porque "en su cuerpo competían lo acabado de sus formas con la sencilla gentileza de su porte, y a las bellas facciones de su rostro daban expresión particular la pureza de su alma y los cándidos Pensamientos de su Infancia."
Luisa Cáceres fue educada para ejercer el sagrado ministerio de esposa y de madre.
Por el atraso en que se encontraba la instrucción pública en esa época, su espíritu no fue cultivado, aprendiendo solamente a leer y a escribir y todas aquellas normas de sociabilidad que trasmitían los padres a los hijos desde lejanos tiempos.
Pero a pesar de su escasa instrucción, Luisa pudo elevarse a su destino y perfeccionarse moralmente durante su infancia y desde muy joven fue una ferviente partidaria de la patria.
En el año de 1814, antes de cumplir los quince años de edad, fue pedida en matrimonio ante sus padres por el coronel patriota Juan Bautista Arismendi, 24 años mayor que ella con quien procreó 12 hijos.
El año de 1814 fue un año adverso para la naciente República y también para la familia Cáceres; el 6 de marzo las tropas del realista Francisco Rosete asaltaron la guarnición de Ocumare y matan al padre de Luisa quien se encontraba allí por invitación de su amigo el general Juan José Toro.
La Comandancia Militar, en Caracas, a cuyo frente se encontraba el coronel Juan Bautista Arismendi, organiza una expedición de jóvenes estudiantes y acude el día 14 en auxilio de los patriotas sitiados en Ocumare; entre los soldados de la expedición estaba Félix Cáceres, hermano de Luisa.
Las tropas de Arismendi son derrotadas y Félix es hecho prisionero y ejecutado el 16 de marzo.
Por otra parte las sucesivas derrotas y la ofensiva de José Tomás Boves y de su “Legión infernal” obligan a las fuerzas patriotas a abandonar la plaza de Caracas;
el 7 de julio de 1814 se emprende la retirada a oriente comandada por Simón Bolívar y José Félix Ribas (hecho conocido en la historia venezolana como Emigración a Oriente);
entre los emigrados marcha la familia Cáceres, durante la travesía mueren 4 familiares de Luisa y sólo quedan ella, su madre y un hermano menor.
Los emigrados pasan por Barcelona y se dirigen a Cumaná a donde llegan a fines de agosto, pero la calma será por poco tiempo ya que Boves toma la ciudad.
Muchos de ellos consiguen pasar a Margarita donde Arismendi puede ofrecerles alguna seguridad.
El coronel Arismendi busca a la familia Cáceres, a quienes había conocido y frecuentado por algún tiempo en Caracas en la Navidad de 1813, les proporciona vestido, alojamiento y demás recursos necesarios.
El día 4 de diciembre de 1814 Luisa Cáceres contrae matrimonio con el coronel Juan Bautista Arismendi.
Para el 9 de abril de 1815 Arismendi es Gobernador provisional, momento en que a la isla de Margarita arribó el General Pablo Morillo al frente de una escuadra realista como se había visto en las costas de Venezuela.
Arismendi se rinde sin entrar en combate ante la superioridad del enemigo y Morillo decreta una amnistía general.
El acoso español se inició por todo el territorio de la República, durante algunos meses los Arismendi viven en las afueras de La Asunción bajo el espionaje y la presión que las autoridades españolas mantienen sobre los simpatizantes de la causa patriota en la isla.
En septiembre de 1815 se ordena apresar a Arismendi. Éste escapa y se oculta con uno de sus hijos en las montañas de Copey; un día antes de su cumpleaños el 24 de septiembre Luisa, quien se encontraba embarazada, es tomada como rehén para doblegar a su esposo y encerrada bajo la vigilancia en la casa de la familia Amnés, días después es trasladada a un calabozo del Castillo Santa Rosa en la Asunción.
Era un calabozo oscuro y sin luz, maltratada con salvaje furor, un centinela vigilaba hasta sus menores movimientos y es obligada a comer el rancho que le dan como único alimento, es obligada a permanecer sentada noche día y noche sin moverse para no llamar la atención del celador.
Aquella criatura angelical, abandonada a los ultrajes de sus verdugos, sin más amparo que la enérgica austeridad de la virtud, eleva a Dios su alma y resiste con suprema energía, las horas espantosas de su largo suplicio, sintiendo palpitar en su seno la inocente criatura como ella condenada a expiar el heroísmo del caudillo insular.
Un día, el capellán de la fortaleza, de regreso de sus oficios, pasa por su puerta y se queda contemplando a aquella mujer en actitud de vencida, de humillada.
Movido a compasión por su estado logra que le lleven comida de su propia casa, que le supriman el centinela y que le coloquen una luz que ilumine el calabozo durante la noche.
A las frecuentes intimidaciones del jefe español Urreiztieta, llenas de encono y amenazas, para que alcance del General Arismendi el sometimiento de la isla, los cuales nunca cedió contestando siempre con heroísmo: "Jamás lograréis de mí que le aconseje a mi esposo faltar a sus deberes."
Las acciones militares de Arismendi le permiten hacer prisioneros a varios jefes españoles entre ellos al comandante Cobián, de la fortaleza de Santa Rosa por lo cual el jefe realista Joaquín Urreiztieta propone a Arismendi canjear esos prisioneros por su esposa.
Tal ofrecimiento no es aceptado y el emisario recibe por respuesta: «Diga al jefe español que sin patria no quiero esposa».
A partir de aquel momento empeoran las condiciones del cautiverio y se desvanece la posibilidad de libertad al fracasar los patriotas en un intento de asalto de la fortaleza llevado a cabo un mes después de su apresamiento.
Una gran alarma en la noche avisa del posible asalto al cuartel.
Al amanecer, cuando todo está en calma, sólo oye los lamentos de los moribundos y de los heridos de la refriega.
Horas más tarde los soldados la sacan de su prisión para pasearla sobre la explanada del cuartel, donde han sido fusilados los prisioneros.
El objetivo de sus verdugos era que se paseara entre los cadáveres de los patriotas fusilados.
La sangre derramada va a desembocar en el aljibe de la prisión y Cáceres de Arismendi es obligada a beber de esa agua, 26 de enero de 1816 dio a luz en su celda de prisionera a su primera hija, en el Castillo margariteño una niña que nació muerta, "a causa seguramente de los malos tratos que durante todo su embarazo recibió su madre".
Fue trasladada desde el fortín de Pampatar a la prisión de La Guaira el 22 de marzo de 1816, finalmente la pasan al convento de la Inmaculada Concepción en caracas, donde ingresa como prisionera, incomunicada y sin noticias de sus familiares.
Los triunfos de las fuerzas republicanas comandadas por Arismendi y por el General José Antonio Páez en Apure determinaron que el brigadier Moxó ordenara el traslado de Luisa a Cádiz, por tal razón es llevada de nuevo a la prisión de La Guaira el 24 de noviembre de 1816 y embarcada el 3 de diciembre.
En alta mar son atacados por un buque corsario que se apodera de todo el cargamento y los pasajeros son abandonados en la isla de Santa María de las Azores.
Imposibilitada de regresar a Venezuela, Luisa llega a Cádiz el 17 de enero de 1817.
Es presentada ante el Capitán General de Andalucía, quien protesta por el trato al que fue sometida por las autoridades españolas de América, y le da la categoría de confinada, asignándole además una pensión de 10 reales en vellón diarios.
Lucia de Arismendi se negó a firmar un documento donde debía manifestar su lealtad al rey de España y renegar de la filiación patriota de su marido, a lo cual respondió que el deber de su esposo era servir a la patria y luchar por libertarla.
El destierro transcurre sin noticias de su madre y su esposo.
En marzo de 1818 el teniente Francisco Carabaño y el inglés Mr. Tottem se ofrecen para ayudarla a trasladarse a América; se hacen todos los preparativos pertinentes para la fuga y la joven promete que su esposo pagará todos los gastos al arribar a tierra margariteña.
Se despide de la familia Morón y emprende viaje a bordo de una fragata de bandera norteamericana.
El 3 de mayo de 1818 llega a Filadelfia donde conoce a los familiares del almirante patriota Lino de Clemente, emigrados a Estados Unidos, quienes le brindan amistad y apoyo.
El coronel Luis Rieux, comisionado por Arismendi, visita a Luisa y se encarga de su traslado a Margarita a donde llega el 26 de julio de 1818, cuatro años después de haber sido apresada.
En todo este tiempo, Cáceres nunca confesó nada que pudiese ayudar a descubrir los planes de los independentistas.
En Margarita es recibida con el justo homenaje de un pueblo que la veía como un símbolo de fe, de valentía, la Patria encarnada en una mujer.
A partir de entonces, mantuvo esa justa preeminencia de fundadora de la patria, de máxima heroína y se mujer sabia, atenta a intervenir en los grandes acontecimientos con su presencia, su influencia y su palabra, siempre certera, acatada y respetada. 19 de septiembre de 1819, el Consejo de Indias dicta una resolución que le concede absoluta libertad y facultad de fijar su residencia donde desee.
Murió en Caracas el 2 de junio de 1866, después de haber visto a su patria libre y la bandera de la libertad ondeando en la América anteriormente española.
Sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional el 24 de agosto de 1876, convirtiéndose en ser la primera mujer cuyos restos reposan en el más alto altar de la Patria.
El retrato de Luisa Cáceres de Arismendi obra de Emilio Mauri fue el inspirador del motivo principal del anverso del billete de 20 Bolívares fuertes emitido originalmente en fecha 20 de marzo de 2007 impreso por De La Rue Currency.
Y con reemisiones de fechas 3 de septiembre de 2009 y 3 de febrero de 2011 y una variante de fecha de emisión 19 de diciembre de 2008.
TOMADO DE: https://www.facebook.com/maisanta.maisanta/
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