lunes, 2 de marzo de 2015

Falcón, Navarro y Giordani: tres divinas

 personas y un solo progresismo

Al principio de esta acontecida aunque obviada por la palangre y sus amos– semana aniversaria de la guarimba facha, Navarro y Giordani, capciosos y semiclandestinos, flotaron en el sopor sin aire acondicionado de una tarde falconiana de Henry  –el impunemente infiltrado en la gobernación por el PSUV Lara, e intentaron desvirtuar a diestra y siniestra este devenir político que millones en la República Bolivariana de Venezuela y en el mundo asumimos Revolución Chavista para defenderla, así en la paz como en la guerra, orientados por Chávez y su brillante estrategia de revolución pacífica pero armada.
Pacífica pero armada es nuestra consigna de contrataque socialista, materia en la cual según Fidel, el filósofo nuestroamericano del siglo XX, somos imbatibles y lo hemos corroborado durante estos últimos dieciséis cortos años, cada uno de los cuales ha sido más aleccionador que el otro porque la Historia es así, involucra, y en su transcurrir nos obliga a hacerla, para que otros la escriban en tiempos propicios… ¿Voy bien, Alí?
Resulta que mientras esto escribía, amaneció 12 Día de la Juventud: día de Robert y María; día de muchachos asesinados por muchachos armados con guayas, cocaína, dólares y arrechera caprilera; día de Maduro entrompar la muerte después de la lluvia, frente a las cámaras, y parecerse de verdad verdad a Chávez, cantándonos las cuatro sin sobreprotegernos, sin subestimarnos, sin driblearnos el chute directo a la sinapsis. Otro día de victoria antiimperialista, anticapitalista, antifascista; día de juventud chavista y nuestro aunque soplemos noventa velas el próximo cumpleaños.
Resulta que mientras esto tecleaba, se develaron "de golpe" instintivas inquietudes semiológicas, y revelaron sus arterías los Navarro, los Giordani y los culequeros que ni corren ni se encaraman, porque aún en la República Bolivariana disfrutan de prebendas heredadas de su activar puntofijista y militante de izquierdas; tal sustrato seudomarxiano acudió presto al cónclave antimadurista, justo cuando estamos derrotando y desenmascarando la guerra económica y su crueldad burguesa; días después de la visita de tres tristes expresidentes enjaulados en su propio descrédito; días después del ABC de Leamsy Salazar, y entretanto se desarrollaba en tiempo real el guión golpista y magnicida develado ante el bravo pueblo este glorioso 12 de febrero.
Somos imbatibles y lo hemos corroborado durante estos últimos dieciséis cortos años, cada uno de los cuales ha sido más aleccionador que el otro
Se me ocurre la conjetura es libre cuando la traición acecha– que el progresismo larense, confiado, ahora sí, en "La Salida", pensaba aprovechar el carnaval para activar desde Barquisimeto su base operativa de transición, su comando electoral, su sala situacional presidencial, contando con el apoyo intelectual de los descontentos, los eternos chavistas sin Chávez y sin Maduro, más las dos ultras despechadas de sí mismas. Tal vez mediante su aburrido aquelarre, los progres y los profes pretendían despojarse de su miedo al chavismo, que para ellos es más fuerte que el miedo a la muerte y el temor a Dios… ¿Voy bien, Carlos Bahr?
Caballeros de fina estampa progresista, con sus citas citables bajo el sobaco, aprovecharon la oportunidad brindada en bandeja de Falcón para aceptar mil bolívares fuertes por cada ejemplar del libro del hijo de Macorís, bautizado con pétalos de rosa y sudor de clase media proletaria, emergida de los favores de esa misma renta petrolera en la cual chapotean a placer, y a quienes dedico esta divinura de Diego Sequera: "Esa indigestión ideológica es la que la pone más a la deriva, y más expuesta al uso del enemigo, treinta veces más hábil en darle la vuelta a discursos tan vulnerables, tan con demasiadas costuras. Pisaron el peine de esa versión de la autocrítica que tanto complace a la CIA, porque a eso lleva la deshonestidad política. Porque si no quieres ver en realidad dónde coño estás parado en este momento de la historia, te va a colocar el enemigo donde le dé la puta gana".
La academia docta es enemiga, per se, de esa juntera cayapa que no se viste en Zara porque hace muchísimo tiempo aprendió a quitar con piel el frío y a cambiar cada cuerda, cada verso, por un saco de balas… ¿Voy bien, Silvio?
Resulta, además, que Navarro siempre se las arregla para hacer mucho ruido con su extremada grisura, sobre todo como edecán de Giordani el didáctico, el que nunca dilucida del todo: el que maulló cual perverso gatito de peluche, aquel 11 de abril en Palacio, y luego ronroneó ante el Veguero inmortal: "Más que amor, frenesí".
Algunas consideraciones al respecto se archivan para otra oportunidad, cuando la autocensura no inhiba sabanearle progresismos a José Vicente Rangel y su Corte de los Milagros Televen; porque resulta que mientras esto escribía, me sorprendió, me conmovió, me sacudió Nicolás, y lo sentí crecido hasta en su figura ya crecida, y no me importó que termine en "m" todas las palabras, que se pegue y repita y tartamudee; así es como es él, y así se le quiere en genio y figura.
Te quiero Nicolás, como a Chávez. Hasta empiezo a tutearte y todo; como a Chávez.

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