El gobierno de URUGUAY
se integró al TISA en
secreto
Es la peor versión del TLC (Tratado de Libre Comercio) que Estados Unidos quería firmar en materia de servicios”,
El gobierno se integró al Acuerdo de Comercio de
Servicios (TISA) en secreto
Uruguay ingresó al Trade in Services Agreement (TISA) “en secreto y sin pasar por el Parlamento”, dijo a Rompkbzas el economista Antonio Elías quien calificó este acuerdo comercial como “muy preocupante”.
Elías denunció que ni siquiera los principales referentes del Frente Amplio en materia de política exterior desconocían la existencia de este acuerdo que tiene más desventajas que beneficios. “Nos están cocinando como a las ranas, a fuego lento”, sentenció.
¿Por qué Uruguay se integró al
Trade in Services Agreement en secreto?
Antonio Elías (*)
“Una vez que los espacios de la periferia fueron incorporados a las relaciones capitalistas de producción, el imperialismo siguió avanzando más allá de los límites impuestos por la geografía mediante la mercantilización de sectores de la vida económica y social antaño preservados al margen de la dinámica predatoria de los mercados, como los servicios públicos, los fondos de pensión, la salud, la educación, la seguridad, las cárceles y otros por el estilo”. Atilio Boron (1)
Uruguay ingreso al Trade in Services Agreement (TISA) sin que exista una discusión nacional sobre la conveniencia o inconveniencia de este acuerdo de libre comercio de servicios. Una medida que demuestra las grandes debilidades del gobierno de José Mujica en lo que refiere a su política de inserción internacional y a la transparencia de sus acciones. Teniendo en cuenta el modelo económico que se aplica en el país y lo señalado en artículos anteriores sobre el TISA (2).
En febrero del 2015, en la página del Ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá se publicó la siguiente noticia: “Nos complace anunciar que los países miembros del TISA han dado la bienvenida a Uruguay en las negociaciones. En la actualidad hay 24 países que participan en las negociaciones TISA: Australia; Canadá; Chile; Taipei Chino; Colombia; Costa Rica; la Unión Europea; Hong Kong (China); Islandia; Israel; Japón; Liechtenstein; Nueva Zelanda; Noruega; México; Pakistán; Panamá; Paraguay; Perú; Corea del Sur; Suiza; Turquía; los Estados Unidos; y Uruguay.”(3)
Uruguay fue aceptado – luego de que el Congreso de Estados Unidos diera luz verde para que así lo hiciera - y participó de las negociaciones a partir del 9 de febrero. Es decir, Uruguay empezó a participar en las negociaciones aceptando los acuerdos realizados hasta el momento de su incorporación. Acuerdos cuyo contenido se desconoce y que comprometen el futuro de todos los uruguayos.
La primera noticia pública sobre este tema se tuvo el 02/05/2014 cuando la Agencia EFE informó, desde Bruselas, que Uruguay había solicitado ingresar el TISA en setiembre de 2013 y que el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht manifestaba que "La Unión Europea celebra el interés de Uruguay por unirse a las negociaciones del TISA y respalda firmemente su participación de ahora en adelante". Afirmó, además, que el ministro uruguayo de Exteriores, Almagro Lemes, ha garantizado que su país "comparte los objetivos de las negociaciones del TISA" y que "respetará los resultados de la negociación logrados por otros participantes si se une" a ellas.”(4)
Dicha declaración entra en contradicción con lo sostenido por el canciller Almagro en múltiples instancias en las que declaró que sí Uruguay es admitido se tomará conocimiento “del material de base sobre el cual se está negociando y de las respectivas ofertas”, y se estará “en condiciones de evaluar la conveniencia de entrar”.
El canciller en esa misma entrevista afirmó, utilizando un discurso elogioso e impreciso que el TISA tiene como objetivo “establecer un régimen de comercio más amplio, flexible y predecible… lo suficientemente claro para no impedir que cada gobierno ejerza su propia soberanía para regular ciertos sectores… que las disposiciones del acuerdo estarán sujetas a excepciones generales, a excepciones relativas a la seguridad y a excepciones prudenciales en el caso de los servicios financieros” y que Uruguay podrá incluir sectores que quieran proteger “en listas de excepción”.
El gobierno uruguayo ingreso al TISA inmediatamente después de ser aceptado lo cual implica que adhirió a tapas cerradas, lo que es muy poco probable, o conocía y acepó el contenido de dichos acuerdos que siguen siendo secretos.
Los principales referentes del Frente Amplio en el senado sobre asuntos internacionales consultados en aquel momento - Enrique Rubio, Eduardo Lorier, Alberto Couriel - desconocían el tema y el asesor de la presidencia del FA en política exterior - José Bayardi - afirmó que no sé había discutido en la coalición.
Si fue sorprendente que el gobierno uruguayo hubiera solicitado participar en esas negociaciones sin informar públicamente, la sorpresa es mucho mayor ahora, cuando ya se ingresó al TISA, y es notorio que todos aquellos que tomaron conocimiento del tema no hicieron lo necesario para generar un proceso de discusión amplio y abierto que convalidara o cuestionara lo que estaba haciendo el gobierno.
Debe destacarse que sí bien no existen voces discrepantes en el ámbito político, el movimiento sindical resolvió: “Rechazar el ingreso de nuestro país a estos tratados, ya que esto pondría en riesgo el patrimonio y la soberanía nacional, ya que la intención es de liberalizar y desregularizar los mercados” (5). La Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores Estatales (CLATE) se expresó en el mismo sentido, al igual que lo hizo la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) (6). Por su parte la Internacional de Servicios Públicos (ISP) desarrolla una campaña contra el TISA en varios continentes (7).
Ante un hecho de tan extraordinaria importancia cabe preguntar: ¿Por qué el gobierno de José Mujica no informó de los pasos que se recorrieron para integrarse al TISA? ¿Cuáles son los motivos para integrarse a un acuerdo multilateral que limita fuertemente las potestades de decisión del gobierno y la soberanía nacional? ¿El gobierno de Tabaré Vázquez asumirá y continuará con esta política? Sí así lo hiciera ¿someterá estas decisiones al conjunto de la nación o continuaran con el secreto de estado?
En la siguientes rondas de negociaciones, la próxima es en abril, Uruguay deberá presentar su lista de excepciones con los sectores de servicios que desea proteger y, por defecto, todos los demás sectores que quedarían sometidos a la liberalización con su consiguiente impacto sobre trabajadores, empresarios, cooperativistas y usuarios. ¿Quién o quiénes y con qué derecho van a tomar esa resolución? Nadie de los involucrados en estas negociaciones debería olvidar que la democracia directa ha sido el arma utilizada por el pueblo para evitar el desborde de los gobernantes.
(*) Director del Instituto de Estudios Sindicales Universindo Rodríguez (INESUR), miembro de la REDIU.
(1) “América Latina en la geopolítica del imperialismo”, Ed. Luxemburg, Buenos Aires, 2012, p. 23
(2) “¿Por qué Uruguay solicito integrarse al TISA”, Semanario “Voces”, 10/07/2014 y 24/07/2014.
(3) http:// www.international.gc.ca/ trade-agreements-accords-co mmerciaux/topics-domaines/ services/ tisa-acs.aspx?lang=eng.
(4) Natalia Uval, “Abierto a todo”, “La Diaria”, 17/07/2014
(5) PIT-CNT, Mesa Representativa Nacional Ampliada, 17/03/14
(6) “El TISA intenta eliminar o reducir al máximo las fronteras económicas internacionales, los sistemas regulatorios que preservan los derechos de los trabajadores y el papel de las empresas y servicios públicos. Todo lo cual genera pérdidas significativas de soberanía nacional y derechos democráticos. Montevideo, 20/08/2014
(7) http://www.world-psi.org/ es/ informe-especial-de-la-isp- el-tisa-frente-los-servici os-publicos
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El gobierno se integró al Acuerdo de Comercio de
Uruguay ingresó al Trade in Services Agreement (TISA) “en secreto y sin pasar por el Parlamento”, dijo a Rompkbzas el economista Antonio Elías quien calificó este acuerdo comercial como “muy preocupante”.
Elías denunció que ni siquiera los principales referentes del Frente Amplio en materia de política exterior desconocían la existencia de este acuerdo que tiene más desventajas que beneficios. “Nos están cocinando como a las ranas, a fuego lento”, sentenció.
¿Por qué Uruguay se integró al
Trade in Services Agreement en secreto?
Antonio Elías (*)
“Una vez que los espacios de la periferia fueron incorporados a las relaciones capitalistas de producción, el imperialismo siguió avanzando más allá de los límites impuestos por la geografía mediante la mercantilización de sectores de la vida económica y social antaño preservados al margen de la dinámica predatoria de los mercados, como los servicios públicos, los fondos de pensión, la salud, la educación, la seguridad, las cárceles y otros por el estilo”. Atilio Boron (1)
Uruguay ingreso al Trade in Services Agreement (TISA) sin que exista una discusión nacional sobre la conveniencia o inconveniencia de este acuerdo de libre comercio de servicios. Una medida que demuestra las grandes debilidades del gobierno de José Mujica en lo que refiere a su política de inserción internacional y a la transparencia de sus acciones. Teniendo en cuenta el modelo económico que se aplica en el país y lo señalado en artículos anteriores sobre el TISA (2).
En febrero del 2015, en la página del Ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá se publicó la siguiente noticia: “Nos complace anunciar que los países miembros del TISA han dado la bienvenida a Uruguay en las negociaciones. En la actualidad hay 24 países que participan en las negociaciones TISA: Australia; Canadá; Chile; Taipei Chino; Colombia; Costa Rica; la Unión Europea; Hong Kong (China); Islandia; Israel; Japón; Liechtenstein; Nueva Zelanda; Noruega; México; Pakistán; Panamá; Paraguay; Perú; Corea del Sur; Suiza; Turquía; los Estados Unidos; y Uruguay.”(3)
Uruguay fue aceptado – luego de que el Congreso de Estados Unidos diera luz verde para que así lo hiciera - y participó de las negociaciones a partir del 9 de febrero. Es decir, Uruguay empezó a participar en las negociaciones aceptando los acuerdos realizados hasta el momento de su incorporación. Acuerdos cuyo contenido se desconoce y que comprometen el futuro de todos los uruguayos.
La primera noticia pública sobre este tema se tuvo el 02/05/2014 cuando la Agencia EFE informó, desde Bruselas, que Uruguay había solicitado ingresar el TISA en setiembre de 2013 y que el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht manifestaba que "La Unión Europea celebra el interés de Uruguay por unirse a las negociaciones del TISA y respalda firmemente su participación de ahora en adelante". Afirmó, además, que el ministro uruguayo de Exteriores, Almagro Lemes, ha garantizado que su país "comparte los objetivos de las negociaciones del TISA" y que "respetará los resultados de la negociación logrados por otros participantes si se une" a ellas.”(4)
Dicha declaración entra en contradicción con lo sostenido por el canciller Almagro en múltiples instancias en las que declaró que sí Uruguay es admitido se tomará conocimiento “del material de base sobre el cual se está negociando y de las respectivas ofertas”, y se estará “en condiciones de evaluar la conveniencia de entrar”.
El canciller en esa misma entrevista afirmó, utilizando un discurso elogioso e impreciso que el TISA tiene como objetivo “establecer un régimen de comercio más amplio, flexible y predecible… lo suficientemente claro para no impedir que cada gobierno ejerza su propia soberanía para regular ciertos sectores… que las disposiciones del acuerdo estarán sujetas a excepciones generales, a excepciones relativas a la seguridad y a excepciones prudenciales en el caso de los servicios financieros” y que Uruguay podrá incluir sectores que quieran proteger “en listas de excepción”.
El gobierno uruguayo ingreso al TISA inmediatamente después de ser aceptado lo cual implica que adhirió a tapas cerradas, lo que es muy poco probable, o conocía y acepó el contenido de dichos acuerdos que siguen siendo secretos.
Los principales referentes del Frente Amplio en el senado sobre asuntos internacionales consultados en aquel momento - Enrique Rubio, Eduardo Lorier, Alberto Couriel - desconocían el tema y el asesor de la presidencia del FA en política exterior - José Bayardi - afirmó que no sé había discutido en la coalición.
Si fue sorprendente que el gobierno uruguayo hubiera solicitado participar en esas negociaciones sin informar públicamente, la sorpresa es mucho mayor ahora, cuando ya se ingresó al TISA, y es notorio que todos aquellos que tomaron conocimiento del tema no hicieron lo necesario para generar un proceso de discusión amplio y abierto que convalidara o cuestionara lo que estaba haciendo el gobierno.
Debe destacarse que sí bien no existen voces discrepantes en el ámbito político, el movimiento sindical resolvió: “Rechazar el ingreso de nuestro país a estos tratados, ya que esto pondría en riesgo el patrimonio y la soberanía nacional, ya que la intención es de liberalizar y desregularizar los mercados” (5). La Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores Estatales (CLATE) se expresó en el mismo sentido, al igual que lo hizo la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) (6). Por su parte la Internacional de Servicios Públicos (ISP) desarrolla una campaña contra el TISA en varios continentes (7).
Ante un hecho de tan extraordinaria importancia cabe preguntar: ¿Por qué el gobierno de José Mujica no informó de los pasos que se recorrieron para integrarse al TISA? ¿Cuáles son los motivos para integrarse a un acuerdo multilateral que limita fuertemente las potestades de decisión del gobierno y la soberanía nacional? ¿El gobierno de Tabaré Vázquez asumirá y continuará con esta política? Sí así lo hiciera ¿someterá estas decisiones al conjunto de la nación o continuaran con el secreto de estado?
En la siguientes rondas de negociaciones, la próxima es en abril, Uruguay deberá presentar su lista de excepciones con los sectores de servicios que desea proteger y, por defecto, todos los demás sectores que quedarían sometidos a la liberalización con su consiguiente impacto sobre trabajadores, empresarios, cooperativistas y usuarios. ¿Quién o quiénes y con qué derecho van a tomar esa resolución? Nadie de los involucrados en estas negociaciones debería olvidar que la democracia directa ha sido el arma utilizada por el pueblo para evitar el desborde de los gobernantes.
(*) Director del Instituto de Estudios Sindicales Universindo Rodríguez (INESUR), miembro de la REDIU.
(1) “América Latina en la geopolítica del imperialismo”, Ed. Luxemburg, Buenos Aires, 2012, p. 23
(2) “¿Por qué Uruguay solicito integrarse al TISA”, Semanario “Voces”, 10/07/2014 y 24/07/2014.
(3) http://
(4) Natalia Uval, “Abierto a todo”, “La Diaria”, 17/07/2014
(5) PIT-CNT, Mesa Representativa Nacional Ampliada, 17/03/14
(6) “El TISA intenta eliminar o reducir al máximo las fronteras económicas internacionales, los sistemas regulatorios que preservan los derechos de los trabajadores y el papel de las empresas y servicios públicos. Todo lo cual genera pérdidas significativas de soberanía nacional y derechos democráticos. Montevideo, 20/08/2014
(7) http://www.world-psi.org/
Viernes 27 • Marzo • 2015
Ábrete, Sésamo
FA sin “información oficial” sobre integración de Uruguay al TISA, que podría eliminar los monopolios de las empresas públicas.
“Esto viene complicado. Por el bien del país, hay que tratar de pararlo”. La frase, pronunciada por un parlamentario del Frente Amplio, sintetiza la sensación que tienen en estos momentos varios legisladores de la coalición de izquierda respecto del Tratado de Comercio de Servicios (TISA, por su sigla en inglés).
El nombre del tratado no le suena a nadie, y ésa es la primera complicación para abrir el tema a la discusión pública. La segunda es que las negociaciones transcurren en absoluto secreto. La primera ronda de conversaciones del TISA se produjo en marzo de 2013, convocada por Estados Unidos y la Unión Europea en el marco del grupo “Verdaderos amigos de los servicios”, con un fuerte impulso de la Coalición de Industrias de Servicios de Estados Unidos. La negociación se realiza al margen de la Organización Mundial de Comercio (OMC) e incorpora sectores como servicios profesionales, transporte aéreo y marítimo, comercio electrónico, telecomunicaciones, servicios financieros, servicios postales, compras públicas, medioambiente, energía y salud. En junio del año pasado, WikiLeaks difundió algunos contenidos de las discusiones de un acuerdo que procura liberalizar el comercio de servicios para las partes que lo suscriban; hasta el momento 24 participan de las negociaciones, entre ellos Chile, Colombia, Estados Unidos, México, Paraguay, Perú, la Unión Europea y Uruguay. Nuestro país pidió ingreso al acuerdo en setiembre de 2013, y participó por primera vez en la ronda de negociaciones en febrero de este año. Hasta el momento se han realizado diez rondas en Ginebra y se planificaron cuatro para 2015.
Según supo la diaria en base a fuentes del gobierno anterior, en las próximas negociaciones, que se realizarán entre el 11 y el 15 de abril, Uruguay deberá presentar sus ofertas, que tendrán que incluir compromisos específicos de acceso a mercados en los distintos sectores e incorporar la lista de excepciones de los sectores que el país busca preservar. Según un documento elaborado por un ex jerarca del gobierno de José Mujica, en el TISA se liberaliza el comercio en tres sectores sensibles para Uruguay: telecomunicaciones, compras públicas y servicios públicos. Respecto del primer sector, un borrador en discusión elaborado por Chile, Colombia y Japón establece que cada país “deberá esforzarse por permitir la participación total de extranjeros en los servicios electrónicos y de telecomunicaciones”. Otro presentado por Estados Unidos y Noruega dispone que ningún país “deberá imponer requerimientos a los joint ventures o limitar la participación del capital extranjero”, por ejemplo estableciendo límites respecto del porcentaje máximo de participación del capital extranjero en empresas que brinden servicios de telecomunicaciones.
En cuanto a las compras públicas, según el documento mencionado, el TISA propone el “acceso no discriminatorio”, y en servicios públicos, se incorporan cláusulas que “instalan dinámicas de mayor apertura al mercado, no más estatización”. Se establece por ejemplo que, una vez que un mercado se ha liberalizado, no se puede volver a nacionalizar. “TISA se dirige a compromisos más ambiciosos que los generalmente vigentes en formato TLC”, concluye el documento.
Esperando información
El PIT-CNT fue el primero en plantear públicamente su preocupación sobre el tema. Hoy pondrá sobre la mesa el asunto en la reunión que mantendrá con el presidente Tabaré Vázquez, y una semana atrás solicitó una reunión con el canciller Rodolfo Nin Novoa, y rechazó mediante un comunicado las negociaciones en el marco del TISA. Un mes y medio antes, el 6 de febrero, junto a la organización Redes Amigos de la Tierra, la central obrera había enviado una carta al entonces canciller Luis Almagro expresándole su preocupación. Allí sostenían que el acuerdo “afecta en gran medida la posibilidad de establecer políticas nacionales diferenciales para promover a las empresas nacionales de servicios y fortalecer a nuestras empresas estatales de servicios (ya que se le tendría que dar el mismo trato a las empresas transnacionales que podrían operar en el país)”. Además, en el TISA se asumen compromisos de liberalización en todos los sectores de servicios existentes y por crearse, y se impide crear nuevas regulaciones, por ejemplo en materia financiera.
“Comparto totalmente la preocupación del PIT-CNT. Es la peor versión del TLC (Tratado de Libre Comercio) que Estados Unidos quería firmar en materia de servicios”, evaluó el diputado socialista Roberto Chiazzaro, en diálogo con la diaria. Exigió “transparentar la información” para saber “qué se está negociando”, y sostuvo que harán un pedido de informes a las actuales autoridades. “Abrir el país a una negociación sobre servicios sin tomar las precauciones del caso puede ser muy perjudicial para la economía del país. Nos preocupa también en la medida en que pueda afectar nuestro relacionamiento con el Mercosur”, indicó Chiazzaro.
El diputado Daniel Caggiani (Movimiento de Participación Popular) advirtió que la bancada no tiene “información oficial de los avances en el tratamiento del tratado”, y que su sector está esperando que Almagro vuelva a Uruguay para reunirse con él por este tema. “Vamos a observar con mucho detenimiento los pasos a seguir. Es un tema muy importante que incumbe a la industria y a la soberanía nacional”, señaló.
El secretario general del Partido Comunista, Eduardo Lorier, dijo que por el momento no hará declaraciones. “Pero después voy a hablar”, prometió.
En tanto, no está claro para los legisladores oficialistas hasta dónde Uruguay está comprometido a firmar el TISA. En julio de 2014, el entonces canciller Luis Almagro declaró a la diaria que una vez que se aceptara el ingreso de Uruguay a las negociaciones, se tomaría conocimiento “del material de base sobre el cual se está negociando y de las respectivas ofertas”, y se estaría “en condiciones de evaluar la conveniencia de entrar”. Sostuvo que Uruguay podrá incluir sectores que quiera proteger “en listas de excepción” y siempre tendrá la posibilidad de no aceptar “el paquete final” y no ratificar el acuerdo. Según se recordó en una columna publicada ayer en el semanario Voces y firmada por Antonio Elías, una nota de la agencia Efe publicada en mayo de 2014 consignaba declaraciones del comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, en las que el jerarca sostenía que Almagro garantizó que Uruguay “comparte los objetivos de las negociaciones del TISA” y se comprometió a “respetar los resultados de la negociación logrados por otros participantes” hasta ese momento.
La carta elaborada por el PIT-CNT y Redes sostiene que “es ilusorio pensar que Uruguay podrá incidir mayormente en las negociaciones del TISA, menos aún cuando se le exige como condición de ingreso a las negociaciones que acepte (sin siquiera haberlos visto, estudiado y evaluado) los textos ya aprobados por los miembros actuales” del acuerdo. Y advierte que esto consta en “innumerables comunicaciones de la misión permanente de Uruguay ante la OMC a la cancillería a lo largo de 2014”.
Natalia Uval
TOMADO DE: http://elmuertoquehabla.blogspot.com/
FA sin “información oficial” sobre integración de Uruguay al TISA, que podría eliminar los monopolios de las empresas públicas.
“Esto viene complicado. Por el bien del país, hay que tratar de pararlo”. La frase, pronunciada por un parlamentario del Frente Amplio, sintetiza la sensación que tienen en estos momentos varios legisladores de la coalición de izquierda respecto del Tratado de Comercio de Servicios (TISA, por su sigla en inglés).
El nombre del tratado no le suena a nadie, y ésa es la primera complicación para abrir el tema a la discusión pública. La segunda es que las negociaciones transcurren en absoluto secreto. La primera ronda de conversaciones del TISA se produjo en marzo de 2013, convocada por Estados Unidos y la Unión Europea en el marco del grupo “Verdaderos amigos de los servicios”, con un fuerte impulso de la Coalición de Industrias de Servicios de Estados Unidos. La negociación se realiza al margen de la Organización Mundial de Comercio (OMC) e incorpora sectores como servicios profesionales, transporte aéreo y marítimo, comercio electrónico, telecomunicaciones, servicios financieros, servicios postales, compras públicas, medioambiente, energía y salud. En junio del año pasado, WikiLeaks difundió algunos contenidos de las discusiones de un acuerdo que procura liberalizar el comercio de servicios para las partes que lo suscriban; hasta el momento 24 participan de las negociaciones, entre ellos Chile, Colombia, Estados Unidos, México, Paraguay, Perú, la Unión Europea y Uruguay. Nuestro país pidió ingreso al acuerdo en setiembre de 2013, y participó por primera vez en la ronda de negociaciones en febrero de este año. Hasta el momento se han realizado diez rondas en Ginebra y se planificaron cuatro para 2015.
Según supo la diaria en base a fuentes del gobierno anterior, en las próximas negociaciones, que se realizarán entre el 11 y el 15 de abril, Uruguay deberá presentar sus ofertas, que tendrán que incluir compromisos específicos de acceso a mercados en los distintos sectores e incorporar la lista de excepciones de los sectores que el país busca preservar. Según un documento elaborado por un ex jerarca del gobierno de José Mujica, en el TISA se liberaliza el comercio en tres sectores sensibles para Uruguay: telecomunicaciones, compras públicas y servicios públicos. Respecto del primer sector, un borrador en discusión elaborado por Chile, Colombia y Japón establece que cada país “deberá esforzarse por permitir la participación total de extranjeros en los servicios electrónicos y de telecomunicaciones”. Otro presentado por Estados Unidos y Noruega dispone que ningún país “deberá imponer requerimientos a los joint ventures o limitar la participación del capital extranjero”, por ejemplo estableciendo límites respecto del porcentaje máximo de participación del capital extranjero en empresas que brinden servicios de telecomunicaciones.
En cuanto a las compras públicas, según el documento mencionado, el TISA propone el “acceso no discriminatorio”, y en servicios públicos, se incorporan cláusulas que “instalan dinámicas de mayor apertura al mercado, no más estatización”. Se establece por ejemplo que, una vez que un mercado se ha liberalizado, no se puede volver a nacionalizar. “TISA se dirige a compromisos más ambiciosos que los generalmente vigentes en formato TLC”, concluye el documento.
Esperando información
El PIT-CNT fue el primero en plantear públicamente su preocupación sobre el tema. Hoy pondrá sobre la mesa el asunto en la reunión que mantendrá con el presidente Tabaré Vázquez, y una semana atrás solicitó una reunión con el canciller Rodolfo Nin Novoa, y rechazó mediante un comunicado las negociaciones en el marco del TISA. Un mes y medio antes, el 6 de febrero, junto a la organización Redes Amigos de la Tierra, la central obrera había enviado una carta al entonces canciller Luis Almagro expresándole su preocupación. Allí sostenían que el acuerdo “afecta en gran medida la posibilidad de establecer políticas nacionales diferenciales para promover a las empresas nacionales de servicios y fortalecer a nuestras empresas estatales de servicios (ya que se le tendría que dar el mismo trato a las empresas transnacionales que podrían operar en el país)”. Además, en el TISA se asumen compromisos de liberalización en todos los sectores de servicios existentes y por crearse, y se impide crear nuevas regulaciones, por ejemplo en materia financiera.
“Comparto totalmente la preocupación del PIT-CNT. Es la peor versión del TLC (Tratado de Libre Comercio) que Estados Unidos quería firmar en materia de servicios”, evaluó el diputado socialista Roberto Chiazzaro, en diálogo con la diaria. Exigió “transparentar la información” para saber “qué se está negociando”, y sostuvo que harán un pedido de informes a las actuales autoridades. “Abrir el país a una negociación sobre servicios sin tomar las precauciones del caso puede ser muy perjudicial para la economía del país. Nos preocupa también en la medida en que pueda afectar nuestro relacionamiento con el Mercosur”, indicó Chiazzaro.
El diputado Daniel Caggiani (Movimiento de Participación Popular) advirtió que la bancada no tiene “información oficial de los avances en el tratamiento del tratado”, y que su sector está esperando que Almagro vuelva a Uruguay para reunirse con él por este tema. “Vamos a observar con mucho detenimiento los pasos a seguir. Es un tema muy importante que incumbe a la industria y a la soberanía nacional”, señaló.
El secretario general del Partido Comunista, Eduardo Lorier, dijo que por el momento no hará declaraciones. “Pero después voy a hablar”, prometió.
En tanto, no está claro para los legisladores oficialistas hasta dónde Uruguay está comprometido a firmar el TISA. En julio de 2014, el entonces canciller Luis Almagro declaró a la diaria que una vez que se aceptara el ingreso de Uruguay a las negociaciones, se tomaría conocimiento “del material de base sobre el cual se está negociando y de las respectivas ofertas”, y se estaría “en condiciones de evaluar la conveniencia de entrar”. Sostuvo que Uruguay podrá incluir sectores que quiera proteger “en listas de excepción” y siempre tendrá la posibilidad de no aceptar “el paquete final” y no ratificar el acuerdo. Según se recordó en una columna publicada ayer en el semanario Voces y firmada por Antonio Elías, una nota de la agencia Efe publicada en mayo de 2014 consignaba declaraciones del comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, en las que el jerarca sostenía que Almagro garantizó que Uruguay “comparte los objetivos de las negociaciones del TISA” y se comprometió a “respetar los resultados de la negociación logrados por otros participantes” hasta ese momento.
La carta elaborada por el PIT-CNT y Redes sostiene que “es ilusorio pensar que Uruguay podrá incidir mayormente en las negociaciones del TISA, menos aún cuando se le exige como condición de ingreso a las negociaciones que acepte (sin siquiera haberlos visto, estudiado y evaluado) los textos ya aprobados por los miembros actuales” del acuerdo. Y advierte que esto consta en “innumerables comunicaciones de la misión permanente de Uruguay ante la OMC a la cancillería a lo largo de 2014”.
Natalia UvalEl nombre del tratado no le suena a nadie, y ésa es la primera complicación para abrir el tema a la discusión pública. La segunda es que las negociaciones transcurren en absoluto secreto. La primera ronda de conversaciones del TISA se produjo en marzo de 2013, convocada por Estados Unidos y la Unión Europea en el marco del grupo “Verdaderos amigos de los servicios”, con un fuerte impulso de la Coalición de Industrias de Servicios de Estados Unidos. La negociación se realiza al margen de la Organización Mundial de Comercio (OMC) e incorpora sectores como servicios profesionales, transporte aéreo y marítimo, comercio electrónico, telecomunicaciones, servicios financieros, servicios postales, compras públicas, medioambiente, energía y salud. En junio del año pasado, WikiLeaks difundió algunos contenidos de las discusiones de un acuerdo que procura liberalizar el comercio de servicios para las partes que lo suscriban; hasta el momento 24 participan de las negociaciones, entre ellos Chile, Colombia, Estados Unidos, México, Paraguay, Perú, la Unión Europea y Uruguay. Nuestro país pidió ingreso al acuerdo en setiembre de 2013, y participó por primera vez en la ronda de negociaciones en febrero de este año. Hasta el momento se han realizado diez rondas en Ginebra y se planificaron cuatro para 2015.
Según supo la diaria en base a fuentes del gobierno anterior, en las próximas negociaciones, que se realizarán entre el 11 y el 15 de abril, Uruguay deberá presentar sus ofertas, que tendrán que incluir compromisos específicos de acceso a mercados en los distintos sectores e incorporar la lista de excepciones de los sectores que el país busca preservar. Según un documento elaborado por un ex jerarca del gobierno de José Mujica, en el TISA se liberaliza el comercio en tres sectores sensibles para Uruguay: telecomunicaciones, compras públicas y servicios públicos. Respecto del primer sector, un borrador en discusión elaborado por Chile, Colombia y Japón establece que cada país “deberá esforzarse por permitir la participación total de extranjeros en los servicios electrónicos y de telecomunicaciones”. Otro presentado por Estados Unidos y Noruega dispone que ningún país “deberá imponer requerimientos a los joint ventures o limitar la participación del capital extranjero”, por ejemplo estableciendo límites respecto del porcentaje máximo de participación del capital extranjero en empresas que brinden servicios de telecomunicaciones.
En cuanto a las compras públicas, según el documento mencionado, el TISA propone el “acceso no discriminatorio”, y en servicios públicos, se incorporan cláusulas que “instalan dinámicas de mayor apertura al mercado, no más estatización”. Se establece por ejemplo que, una vez que un mercado se ha liberalizado, no se puede volver a nacionalizar. “TISA se dirige a compromisos más ambiciosos que los generalmente vigentes en formato TLC”, concluye el documento.
Esperando información
El PIT-CNT fue el primero en plantear públicamente su preocupación sobre el tema. Hoy pondrá sobre la mesa el asunto en la reunión que mantendrá con el presidente Tabaré Vázquez, y una semana atrás solicitó una reunión con el canciller Rodolfo Nin Novoa, y rechazó mediante un comunicado las negociaciones en el marco del TISA. Un mes y medio antes, el 6 de febrero, junto a la organización Redes Amigos de la Tierra, la central obrera había enviado una carta al entonces canciller Luis Almagro expresándole su preocupación. Allí sostenían que el acuerdo “afecta en gran medida la posibilidad de establecer políticas nacionales diferenciales para promover a las empresas nacionales de servicios y fortalecer a nuestras empresas estatales de servicios (ya que se le tendría que dar el mismo trato a las empresas transnacionales que podrían operar en el país)”. Además, en el TISA se asumen compromisos de liberalización en todos los sectores de servicios existentes y por crearse, y se impide crear nuevas regulaciones, por ejemplo en materia financiera.
“Comparto totalmente la preocupación del PIT-CNT. Es la peor versión del TLC (Tratado de Libre Comercio) que Estados Unidos quería firmar en materia de servicios”, evaluó el diputado socialista Roberto Chiazzaro, en diálogo con la diaria. Exigió “transparentar la información” para saber “qué se está negociando”, y sostuvo que harán un pedido de informes a las actuales autoridades. “Abrir el país a una negociación sobre servicios sin tomar las precauciones del caso puede ser muy perjudicial para la economía del país. Nos preocupa también en la medida en que pueda afectar nuestro relacionamiento con el Mercosur”, indicó Chiazzaro.
El diputado Daniel Caggiani (Movimiento de Participación Popular) advirtió que la bancada no tiene “información oficial de los avances en el tratamiento del tratado”, y que su sector está esperando que Almagro vuelva a Uruguay para reunirse con él por este tema. “Vamos a observar con mucho detenimiento los pasos a seguir. Es un tema muy importante que incumbe a la industria y a la soberanía nacional”, señaló.
El secretario general del Partido Comunista, Eduardo Lorier, dijo que por el momento no hará declaraciones. “Pero después voy a hablar”, prometió.
En tanto, no está claro para los legisladores oficialistas hasta dónde Uruguay está comprometido a firmar el TISA. En julio de 2014, el entonces canciller Luis Almagro declaró a la diaria que una vez que se aceptara el ingreso de Uruguay a las negociaciones, se tomaría conocimiento “del material de base sobre el cual se está negociando y de las respectivas ofertas”, y se estaría “en condiciones de evaluar la conveniencia de entrar”. Sostuvo que Uruguay podrá incluir sectores que quiera proteger “en listas de excepción” y siempre tendrá la posibilidad de no aceptar “el paquete final” y no ratificar el acuerdo. Según se recordó en una columna publicada ayer en el semanario Voces y firmada por Antonio Elías, una nota de la agencia Efe publicada en mayo de 2014 consignaba declaraciones del comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, en las que el jerarca sostenía que Almagro garantizó que Uruguay “comparte los objetivos de las negociaciones del TISA” y se comprometió a “respetar los resultados de la negociación logrados por otros participantes” hasta ese momento.
La carta elaborada por el PIT-CNT y Redes sostiene que “es ilusorio pensar que Uruguay podrá incidir mayormente en las negociaciones del TISA, menos aún cuando se le exige como condición de ingreso a las negociaciones que acepte (sin siquiera haberlos visto, estudiado y evaluado) los textos ya aprobados por los miembros actuales” del acuerdo. Y advierte que esto consta en “innumerables comunicaciones de la misión permanente de Uruguay ante la OMC a la cancillería a lo largo de 2014”.
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