domingo, 28 de febrero de 2016

Simón Bolívar y los Estados Unidos (6)

GERÓNIMO PÉREZ RESCANIERE


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OPINIÓN
Transcribimos en artículo anterior de esta serie que en comunicación dirigida por Vergara, miembro del Consejo de Estado de Colombia y muy adicto al Libertador, a Moore, sucesor de Harrison como embajador en Colombia, se acusará a éste de haber entrado en relaciones con personas “…notoriamente desafectas» al Gobierno…/…No nos queda duda de que sostuvo buena correspondencia con los conjurados y asesinos de septiembre, a los cuales califica en su nota de 27 de Mayo, de “excelentes patriotas, de hombres arrojados y de espíritus capaces de oponerse a las enormidades que venían cometiéndose”, y a quienes en despacho anterior había señalado a su gobierno como “la parte inteligente del pueblo y como amantes de los Estados Unidos y de sus instituciones”.»
Efectivamente, en la nota en referencia, de 27 de Mayo de 1829, asienta Harrison su percepción de que la elección de diputados al Congreso Constituyente está marcada por el fraude:
«A usted podrá parecerle extraño que con anticipación se sepa lo que hará un cuerpo de hombres que todavía han de elegirse por el pueblo de un vasto país. Pero la sorpresa cesará cuando se sepa que los electores que han de escoger los miembros de la Convención, así como los mismos miembros, son todos designados por las mismas personas que han escogido la senda que los últimos adoptarán y que la masa del pueblo de Colombia tendrá que ver con esas medidas tan poco como las de Ohio».
El embajador continuaba muy visitado por el inversionista Leiderdorff, de quien escribe: “…está mejor informado que ninguna otra persona de los secretos de la historia política de este Gobierno. En realidad, rara es la determinación de que por uno u otro conducto no llega él a tener conocimiento”.
A ese estar informado de todo alguien llamaría ser espía, y se le titularía de conspirador si, como el inversionista Leiderdorff, se ha participado en el atentado contra la vida de Bolívar del año anterior, 1828. Si a eso se añaden sus frecuentaciones a la casa del embajador norteamericano, que comenta el admirativo embajador, se podría pensar que participa en una nueva conspiración, con intenciones parecidas.
El 28 de julio escribe Harrison: “En Antioquia ha surgido un gran feeling antimonárquico”, y el 21 de julio en carta a Van Buren:
“Antioquia y Popayán han elegido personas partidarias de un gobierno libre, entre ellos Sucre y Córdova, mientras que Ambato no envía diputados porque ya escogió a Bolívar emperador”.
Esta inclusión de Sucre entre los adversarios de Bolívar será desmentida por los hechos, por su paradigmática lealtad al héroe máximo pero probablemente las fuentes que informaban a Harrison tomaban por tal alineación la característica moderación del mariscal de Ayacucho en la muy tensa vida política de Colombia y en particular sus antecedentes de colaboración estrecha con Córdova, particularmente en la batalla de Ayacucho. 
Y siendo el dicho Córdova la máxima esperanza de Harrison para encabezar una revolución militar contra el Libertador y gran frecuentador de la embajada, era lógico que dijera contar con Sucre. 
Y más que eso, que lo creyera, porque le convenía psicológicamente creerlo y porque no era muy talentoso. Era un militar valientísimo, prestigioso, que es otra cosa.
“Es preciso cortarle en tiempo el revesino”.
Muy por el contrario, en la comunicación del general Rafael Urdaneta contentiva de noticias acerca de los momentos inmediatamente posteriores a la batalla de Tarqui, que vino en artículo anterior, se comenta que Sucre se propuso nombrar príncipe de Tarqui al general Flórez. 
Y precisaba acerca de Córdova: “Por mis conversaciones con O’Leary sé que Córdoba está muy disgustado, haciéndose que está muy ligado con Obando y todos los facciosos de Pasto, y que tiene entre manos un plan de separar la Nueva Granada. 
Esto se ratifica por cartas de los jefes de los cuerpos que he visto, y una carta de Mosquera, su jefe de Estado Mayor, que acabo de leer, lo confirma. O’Leary informó al Libertador desde Pasto, y mañana voy a despachar a Zárraga con mis informes y con prevención de hablar con Whittle y otros en Pasto. Estas son calaveradas de Córdova, pero es preciso cortarle en tiempo el revesino».
El embajador narra haber asistido a una fiesta de graduación de un curso de teología y haber allí un general Herrán tomando la palabra para brindar a la salud del general Bolívar. Dijo, según Harrison, que le daba lo mismo si el general Bolívar era rey, Libertador o presidente vitalicio. 
Añade que circula un texto titulado Ojeada al mapa de América española, cuya autoría se atribuye al Libertador y que explicita acerbas “críticas a los gobiernos libres (pronorteamericanos) de México y Argentina” y propone regímenes más fuertes.
El sistema de ideas que se desprende de la Ojeada… –que sí era redacción de Bolívar– venía de antes. 
En su discurso de Angostura y posteriormente en la Constitución de Bolivia, Bolívar había dado a conocer sus ideas en punto a gobierno. Temían más de la monarquía constitucional, tal como se practicaba en la Gran Bretaña, que de las ideas esparcidas en el mundo por la revolución francesa o por la de los Estados Unidos, por cierto prudentes y conservadoras.
 No eran sólo del Libertador, pensamientos monárquicos o semimonárquicos habían brotado en las demás secciones del continente hispanoamericano, mucho en Argentina, por ejemplo, y también en la América del norte, donde Jefferson había siempre calificado a Washington y a Hamilton como monarquistas disfrazados.
 La síntesis del pensamiento de Bolívar estaba en su proposición: presidencia vitalicia para él, derecho de nombrar su sucesor, que sería también vitalicio, un Senado hereditario, cuyos miembros serán elegidos por él. 
En los mismos días en que publica anónimamente la Ojeada y al parecer indignado por las críticas o resistencias que salen a su proyecto, Bolívar escribe “que no quiere nada, que si quieren federación hagan federación, si quieren la Constitución de Cúcuta con 20 provincias que la hagan, que si no querían monarquías, ni vitalicias ni aristocracias, podían de una vez ahogarse en el estrepitoso y alegre océano de la anarquía” y en julio 6, ya más calmado, responde a sus ministros que manejan el tema, eliminando la palabra “protección” pero señalando que sin eso, “la anarquía devorará a Colombia”.
“Los Estados Unidos, que parecen destinados de plagar a la América de miserias a nombre de la Libertad”.
Desde Guayaquil, donde combatía un levantamiento peruano dirigido por el cónsul norteamericano Tudor, el Libertador remite en agosto 5 de 1829 una carta dirigida “Al Sr. coronel Patricio Campbell, Encargado de Negocios de Su Majestad Británica” que ha sido famosísima por sus citas parciales, recortadas por historiadores interesados en proteger hipócrita o sinceramente la memoria del Libertador. Se ofrece aquí porque pinta el momento político de una manera perfecta y porque es tiempo de romper mentiras piadosas respecto a la posibilidad y necesidad inclusive de que el Libertador ejerciera un poder de emperador sobre Colombia y sobre América española:
…/…Lo que Ud. se sirve decirme con respecto al nuevo proyecto de nombrar un sucesor de mi autoridad que sea príncipe europeo, no me coge de nuevo, porque algo se me había anunciado con no poco misterio, y algo de timidez, pues conocen mi modo de pensar.
No sé qué decir a Ud. sobre esta idea que encierra mil inconvenientes. Ud. debe conocer que por mi parte no habría ninguno, determinado como estoy a dejar el mando en este próximo Congreso: mas, ¿quién podrá mitigar la ambición de nuestros jefes y el temor de la desigualdad en el bajo pueblo? ¿No cree Ud. que Inglaterra sentiría celos por la elección que se hiciera de un Borbón? ¡Cuánto no se opondrían los nuevos Estados americanos y los Estados Unidos, que parecen destinados a plagar la América de miserias a nombre de la Libertad!
El general Harrison continuaba en su casa de Bogotá trabajando, el conde de Bresson laboraba también en la misma ciudad. Continuará.
De Cristóbal Colón a Hugo Chávez Frías, vol. 1. Caracas, Ediciones Ipasme. 2011, Palabroria, 2012..
geronimoperescaniere@gmail.com
TOMADO DE: http://ciudadccs.info/

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