martes, 27 de octubre de 2015

523 años después De los espejitos de colores a las semillas patentadas





El cuento de los espejitos de colores podría parecer un mito más de la historiografía moderna. Sin embargo, es tan real como la existencia de Colón, el mismo que relató, de puño y letra, el encuentro con los habitantes originales de América. Un capítulo pasado... aunque, como dicen, la historia es cíclica.

Lucio V. Pinedo / @luciovpinedo  / El Ciudadano

Cristóbal Colón, en su primer viaje a América, llevó consigo un diario (Diario de a bordo), como era la costumbre. Ese texto está publicado por diversas editoriales. Aquí te ofrecemos un fragmento del 12 de octubre de 1492.
12 de octubre
Puestos en tierra vieron árboles muy verdes, y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio como él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha Isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escrito. Luego se juntó allí mucha gente de la Isla. 
Esto que se sigue son palabras formales del Almirante, en su libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias:
«Yo (dice él), porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a Nuestra Santa Fe con Amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que tuvieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos a donde nos estábamos, nadando. Y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuenticillas de vidrio y cascabeles. 
En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad. Mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y tanbién las mujeres, aunque no vide más de una harto moza. Y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vide de edad de más de 30 años. 
Muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras. Los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos, y cortos. Los cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. 
De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios, ni negros ni blancos, y de ellos se pintan de blanco, y de ellos de colorado, y de ellos de lo que fallan. Y dellos se pintan las caras, y dellos todo el cuerpo, y de ellos solos los ojos, y de ellos solo la nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo, y se cortaban con ignorancia. 
No tienen algún hierro. Sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pece, y otras de otras cosas. Ellos todos a una mano son de buena estatura de grandeza y buenos gestos, bien hechos. Yo vi algunos que tenían señales de heridas en sus cuerpos, y les hize señas que era aquello, y ellos me mostraron como allí venían gente de otras islas que estaban cerca y los querían tomar y se defendían. 
Y yo creí y creo que aquí vienen de tierra firme a tomarlos por cautivos. Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decía. Y creo que ligeramente se harían cristianos, que me pareció que ninguna secta tenían. Yo, placiendo a Nuestro Señor, llevaré de aquí al tiempo de mi partida seis a Vuestra Alteza para que aprendan a hablar. Ninguna bestia de ninguna manera vi, salvo papagayos en esta Isla».
En estos pocos siglos, el método fue variando pero el saqueo continuo gracias a una ensalada de seudodemocracias,dictaduras, deuda externa, con el mismo resultado que antaño, pueblos sometidos, recursos naturales sobre explotados, trabajos mal pagados etc., convirtiéndose en un saqueo permanente, una sangría continua.
 
La única diferencia es que hoy los saqueadores son otros, antes fue la corona española, hoy son las transnacionales, de los Estados Unidos de Norteamérica, de la mano de los gobiernos locales de malinches.

El último y más reciente invento está demostrando ser el mas potente, hasta al momento, aún mejor que el Fondo Monetario Internacional. 

Les presentamos las semillas patentadas. ¿Cómo funcionn? Muy simple: están obligando a los campesinos latinoamericanos a endeudarse de por vida con empresas transnacionales, quedando a su merced, y viéndose obligados a comprarles toda clase de productos, o perder sus tierras y fuentes de ingresos. 

Imponiendo sus semillas a cambio de tratados ofrecidos por el gran embajador de toda empresa transnacional, el presidente Obama, quien en base a promesas de generación de empleo y riquezas, engaña a los pueblos, ayudado por los gobernantes malinches, y los condena a un saqueo permanente.

Lucio V. Pinedo / @luciovpinedo

TOMADO DE: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/

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