sábado, 17 de octubre de 2015

Jeremy Corbyn: ¿persecución al hereje británico?


Publicado: 28 sep 2015 03:39 GMT - RT

por Carlos Santa María


Después que los ex presidentes Aznar, González, Piñera, Fox, entre otros, continúan buscando el negocio del billón en Venezuela el cual no ha resultado pese a su apoyo desinteresado a la oposición ultra  (lo que los tiene muy enojados), su admiración a Pinochet y las críticas a la "pena infernal" dada al pacífico opositor López, los ha envalentonado destapando la furia contra los independentistas y soberanistas en el mundo.

Parece ser, entonces, que existe una organizada estrategia de persecución a todo líder que proponga algo diferente al neoliberalismo, los programas de austeridad, las guerras. La idea es la muerte social para hacer vivir al capital.

Y en el Reino Unido ha surgido otra figura europea con un pensamiento avanzado frente a las políticas retrógradas de anquilosados dirigentes que aún siguen insistiendo en que consumir, tener dinero, expoliar y asesinar, son requisitos esenciales para la felicidad. 
Así, la reciente elección de Jeremy Corbyn como líder del Partido Laborista ha despertado la esperanza en gran parte de la población británica, pues sus propuestas engarzan el espíritu libertario con los derechos  a hacer de la patria un espacio de bienestar efectivo, igualitario, y donde las riquezas nacionales no sean vendidas a transnacionales que como única meta tienen ganar dinero a costa de los sectores menos favorecidos.
Sin embargo, ha cometido tres pecados mortales según la Corporatocracia y cuyos representantes, los políticos y empresarios, han mostrado sus garras hasta el punto que el ministro británico de Defensa, Michael Fallon, haya manifestado públicamente que el dirigente representa una amenaza a la seguridad nacional británica y de seguir con su ideario pondría en riesgo al país, la economía y la familia, debilitando la defensa nacional, incrementando los impuestos y favoreciendo el desempleo, coincidente con un discurso similar contra Podemos, Syriza, los catalanes independentistas y todo aquel que ose desafiar al imperio noble.

El primer pecado mortal fue luchar denodadamente para que Augusto Pinochet fuese juzgado por un jurado internacional y no enviado a Chile, regreso del cual sí algunos expresidentes neoliberales de la nación sureña y autodenominados "de izquierda" son responsables, basados en un informe médico confidencial. Especialmente vívido para el mundo fue cuando el dictador bajó del avión y se paró ágilmente de su silla de ruedas demostrando "la precaria salud física y la imposibilidad de caminar", además de la burla compartida al mundo jurídico por parte de la autoridad chilena en connivencia con el gobierno británico, agradeciendo el apoyo dado a Margaret Thatcher contra Argentina en el caso las Malvinas.

El segundo pecado es sostener un ideario ligado a un pensamiento soberano, auténtico, libertario, planteando la necesidad de apoyar los sindicatos y favorecer la estabilidad laboral además de la organización en defensa de los trabajadores. 
Si se une a la renacionalización de las empresas de gas y ferroviarias, tenemos un atentado a figuras del sector financiero que podrían ordenar medidas peligrosas. Reformar el sistema tributario y aumentar los impuestos a las fortunas, las que son privilegiadas y pagan una proporción ínfima de las ganancias, es delicado también. Así, el tema de las nacionalizaciones estratégicas de gas y electricidad junto a la minería del carbón son un nodo complejo pues afectan a propietarios alemanes, escoceses, franceses y españoles.

El tercer pecado ha sido plantear la necesidad de hacer la política de otra forma, transparente y representando fielmente a las organizaciones de base tanto como las clases medias, así como una sólida postura antibélica e integradora, opuesto a los recortes sociales e incrementando el presupuesto para las necesidades básicas o gasto social integrado.

Esto ha significado su rechazo a la implicación de la corona británica en una guerra eventual contra Siria bajo el pretexto de combatir a los extremistas del Estado Islámico, rechazar las políticas de represión en Yemen, establecer relaciones con Hamas, cuestionar el papel que desempeña la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN),  oponiéndose al reemplazo del sistema nuclear del país conocido como Trident, incluso a las políticas de austeridad de la Unión Europea (UE). Si se conjuga con la solicitud de juzgar al ex primer ministro Tony Blair por su participación en la invasión de Irak, la propuesta es integral en el anti belicismo.

Las críticas a su postura han sido severas y no exentas de agresión mediática y falsedad documental. Las élites cercanas a la guerra, a la expoliación laboral, a la reverencia monárquica, los círculos de negocios y de la prensa tradicional, han tildado a Corbyn de extremista o radical de izquierda. La propuesta de propiedad pública estatal, fuente de la prosperidad europea, hoy se convierte en un anatema: privatizar es la meta sana.
La opción de establecer sistemas compartidos de administración con Argentina (tal como Gibraltar o Hong Kong), ha sido calificada por los conservadores como una afrenta a la patria al ceder soberanía sobre las Malvinas, lo que ha llevado a declarar incluso que podría causar una guerra civil.

La disputa con David Cameron por su ataque directo a los sindicatos es otro nodo de divergencia, puesto que un proyecto de ley presentado por los conservadores busca controlarlos, dificultar el derecho a huelga, debilitar su organización, estimular el uso de esquiroles, multar a los asociados, en esencia, "flexibilizar" las condiciones de trabajo para reducir salarios y condiciones materiales. La táctica del terror se ha hecho presente nuevamente pues el periódico 'The Sunday Times' ha manifestado que si se lograse un gobierno dirigido por Corbyn, la Armada Británica podría decidir una rebelión, especialmente si decidiera retirarse de la OTAN, cuyas declaraciones proceden de un general británico de alto nivel que ha dicho esto ¡"bajo condición de anonimato"!

Sin embargo, parece que la idea de Jeremy Coybyn de poner la política al servicio de los pueblos y realizar los proyectos socio económicos como fuente de desarrollo integral, han configurado un nuevo espectro donde las vías alternativas parecen encontrar un eco cada vez mayor, especialmente cuando la esperanza de cambios y vida mejor se percibe más cerca en el horizonte.

¡Algo bueno debe llevarse entre manos para tener tanta jauría persiguiéndolo! 

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
TOMADO DE: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/

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