"Rusia pone fin al viejo orden
mundial dominado por EE.UU."
'Der Spiegel':
Publicado: 12 oct 2015 09:39 GMT - RT
El presidente ruso Vladímir Putin durante una entrevista / Reuters / RIA Novosti
El viejo orden mundial, en el que EE.UU. interpretaba el papel de líder, ha llegado a su fin debido a las recientes acciones de Rusia, país que Occidente se jactaba de haber aislado del resto del mundo, asegura 'Der Spiegel".
Las últimas medidas tomadas por Moscú en el ámbito internacional marcan el inicio de una nueva era. La época de la dominación de Occidente ha quedado atrás y EE.UU. ya no establece el orden mundial, escribe la revista 'Der Spiegel'.
"Durante meses las potencias occidentales han repetido como un mantra que Rusia había quedado aislada internacionalmente, pero la política mundial ya no gira en torno a Europa y Washington, que ha perdido gran parte de su influencia. Cada vez más países se niegan a tratar a Moscú como el malo de la película", agrega la publicación.
Por el contrario, continúa la revista, las nuevas potencias emergentes como la India o China tienen estrechos lazos con Moscú, incluso el ministro de Defensa de Arabia Saudita, aliada de EE.UU., ha viajado recientemente a la capital rusa en dos ocasiones para llegar a acuerdos con el Kremlin a pesar de sus diferencias respecto a Siria.
Según la publicación, las viejas estructuras de seguridad del siglo pasado ya no son apropiadas, aumentar su propia seguridad o esfera de influencia a expensas de los demás solo conduce a la inestabilidad internacional. El mundo necesita un nuevo acuerdo sobre seguridad y cooperación que vele por la inviolabilidad de las fronteras y la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, finaliza.
El principio del fin de la hegemonía estadounidense en Medio Oriente
Publicado: 11 oct 2015 13:57 GMT - RT
Soldados estadounidenses en la base militar Imam Ali, Irak / REUTERS
Estados Unidos está perdiendo la hegemonía en Medio Oriente, donde durante décadas el país norteamericano jugó un papel especial. Según medios estadounidenses, las razones son el agotamiento de los recursos, la profunda fatiga por la guerra y el éxito del operativo ruso antiterrorista en Siria.
Durante décadas Estados Unidos disfrutó del status de principal poder en Medio Oriente, sin embargo, el país norteamericano empieza a perder su hegemonía, opina el periodista del diario 'The Wall Street Journal' Yaroslav Trofimov. Según los expertos citados por Trofimov, EE.UU. "nunca ha sido tan despreciado tanto por sus aliados, como por sus enemigos en Medio Oriente, desde la Segunda Guerra Mundial".
"Si nos fijamos en el 'corazón' del Medio Oriente, donde antes estaba EE.UU., vemos que en nuestro lugar, ahora está Irán, representantes chiítas de Irán, el Estado Islámico y los rusos", afirma Ryan Crocker, exembajador estadounidense en Afganistán, Irak, Siria, el Líbano y Pakistán. "Cedimos a nuestros adversarios lo que antes había sido el lugar de Estados Unidos", agrega.
De acuerdo con algunos analistas, el operativo ruso en Siria, resultó en que Moscú consiguió aumentar su influencia en la región, que ahora es superior a la que la tenía la Unión Soviética entre los años 1970 y 1980.
Otra razón de la retirada de las fuerzas de EE.UU. de Medio Oriente es la profunda fatiga de guerra y los compromisos que agotan los recursos económicos del país desde el ataque terrorista del 11-S y la consecuente invasión de Irak en 2003. Según el Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU., citado por Yaroslav Trofimov, desde el año 2001 Estados Unidos gastó al menos 1,6 trilliones de dólares y 6.900 soldados estadounidenses perdieron vida en la región.
"No deberíamos haber ido a Irak, no solo no funcionó, sino que empeoró las cosas. Eso es lo que debemos tener en cuenta cuando se trata de Siria", afirma Jeremy Shapiro, exfuncionario del Departamento de Estado de EE.UU.
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Siria y la visión geopolítica de Putin
Por: Angel Guerra Cabrera
8 octubre 2015 | CUBADEBATE
No obstante la feroz propaganda occidental en contra, la operación de la fuerza aérea y, más recientemente, la armada rusas, contra importantes posiciones de mando, comunicaciones, armamento y logística del autodenominado Estado Islámico(EI), se ha caracterizado por su alta efectividad.
Igualmente, por la transparencia y la rendición de cuentas sobre sus resultados, al pueblo ruso y a los pueblos del mundo. Ello, en llamativo contraste con la extraña, oscura y fracasada guerra aérea con que enfrentan Estados Unidos y sus aliados, desde hace más de un año, al también autodenominado “califato”.
Es evidente que los rusos, previamente a la campaña, han realizado un cuidadoso trabajo de inteligencia humana a través del Ejército Árabe Sirio, además de la inteligencia satelital, de drones y de intercepción de comunicaciones. De modo que ni los pilotos ni los misiles vuelan a ciegas sino teniendo claramente definidos y corroborados de antemano los blancos a abatir en cada misión.
El hecho de operar en cooperación con el ejército sirio les permite un máximo de efectividad dado el íntimo conocimiento por este del terreno y de la problemática local.
Con excepción de los kurdos y, por supuesto, los legendarios combatientes de Hezbolá, cualquiera de las otras fuerzas irregulares en Siria e Irak parecen carecer de estrategia y unidad de mando. Como los miembros del EI, han sido entrenados por Washington y sus aliados occidentales y financiados por Arabia Saudita y Quatar con objetivos geopolíticos múltiples que no necesariamente son los mismos de cada uno de estos estados. En primera instancia consisten en el derrocamiento de Bashar al-Assad y el consiguiente debilitamiento de Irán, pero estratégicamente apuntan contra Rusia y al control de hidrocarburos y oleoductos. Eso sí, sus lealtades pueden cambiar de la noche a la mañana y muchos de ellos serían soldados de fortuna más que piadosos creyentes. Los “rebeldes moderados” parecen solo existir en el discurso de los medios occidentales.
Putin ha llamado a una coalición internacional contra el EI que lo llevó a evocar la alianza antihitleriana y los jefes militares rusos afirman que quieren verse cara a cara con sus colegas estadunidenses en Moscú para discutir una serie de problemas prácticos y operativos que están encontrando.
Qué otra cosa lógica y razonable podría hacer Washington, para reparar, si fuera posible, la imagen genocida e imperialista que ha labrado a pulso entre los pueblos árabes y musulmanes.
El Kremlin, con la visión estratégica proverbial de Putin, no se ha lanzado a una aventura disparatada como le ocurrió a la Unión Soviética con la intervención militar en Afganistán. Previamente dio todos los pasos políticos y diplomáticos que eran necesarios como el intercambio al más alto nivel con Israel Arabia Saudita, Estados Unidos y el memorable discurso de Putin en la Asamblea General de la ONU, cuya fidelidad a los hechos reales y sus meditados razonamientos contrastaron de manera notable con los de un Obama, que sabemos talentoso, pero que puede llegar a un grado de fantasía en sus afirmaciones que lo hacen quedar muy mal parado.
Ergo, eso de presentarse como adalid de la paz y la concordia en el mundo y, en particular en el área del Medio Oriente, después de los sangrientos daños y la terrible destrucción ocasionados por Estados Unidos y sus aliados a los pueblos de la región sin el más elemental respeto por el derecho internacional.
Mientras la mafia mediática seguía el guión propagandístico antirruso de Washington sin presentar una sola prueba de los supuestos civiles muertos por Moscú, la aviación yanqui deshacía ante los ojos del mundo el hospital afgano de Kunduz y mataba a 22 pacientes y miembros de Médicos sin Fronteras(MSF), cuya dirección califica la acción de crimen de guerra. Existe la agravante de que MSF había dado las coordenadas del hospital días antes a los mandos estadounidense y afgano y volvió a hacerlo al iniciarse el bombardeo, que no obstante se prolongó casi una hora.
Para colmo, Israel, asesina palestinos inermes cada vez con más descaro e impunidad, mancilla los lugares sagrados del Islam en Jerusalén y amplía sus ilegales asentamientos en ese holocausto y despojo colonial en cámara lenta que no cesa desde 1948.
Crímenes sólo posibles por el colosal apoyo financiero, militar y doplomático que le brinda Estados Unidos con la complicidad de la Unión Europea.
Rusia, es evidente, actúa de acuerdo con el derecho internacional y en defensa propia en Siria. Al cerco de sus fronteras terrestres por la OTAN ha respondido en Ucrania con la recuperación de Crimea, paso geopolítico que ahora completa fortaleciendo su presencia en el país árabe a petición de Damasco y, por consecuencia, en el Mediterráneo. Muchos integrantes del EI proceden del Cáucaso ruso y allí pretenden volver a hacer su “guerra santa”. Algún día sabremos cuánto ha apostado la CIA a esta carta para lograr el desmembramiento de Rusia.
El objetivo de Moscú es lograr una solución negociada al conflicto en Siria y estas acciones militares son lo único que parecería poder sentar a la mesa de diálogo a todas las partes interesadas. No será nada fácil. Tampoco lo era el acuerdo nuclear con Irán y ya es un hecho.
Twitter: @aguerraguerra
TOMADO DE: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/
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