El 6D hay que restearse con el chavismo
Por: Sergio Briceño García |
NOTA:
Quizás en lo personal no esté de
acuerdo en todo lo expuesto por el Compatriota o tal vez en su forma de expresarse;
Pero en lo que si estoy totalmente de
acuerdo y lo apoyo, es: No podemos así estemos arrechos o molestos, darle la
oportunidad a la derecha apátrida y parasitaria, tomar el poder y control del
Parlamento; sería un retroceso de todos los beneficios obtenidos durante la Revolución,
así como volver al pasado. Cualquier crítica
o inconformidad se puede por los canales regulares, hacérsela saber al Gobierno
Central y no caer en la estupidez pensando en un supuesto voto castigo dale el
poder a los que siempre nos han explotados. Hay que pensar en la familia, por
muchos problemas siempre son la Familia a los que hay que proteger y no atacándolos
o traicionándolos.
No hay otra
opción lógica para quienes tenemos una formación política revolucionaria que ir
a votar por el chavismo.
Estamos
conscientes de hacerlo en el marco de la democracia burguesa porque ésta es la
única vía que nos han dejado las clases dominantes para hacer vida política.
En la década
del sesenta fue derrotada la lucha armada y años más tarde, el 4 de Febrero del
92, volvimos a tener otro revés.
El otro camino, el de la vía pacífica,
es esta engañifa de las elecciones burguesas y tenemos que participar en ellas
o nos conformarnos con el romanticismo aislados de la realidad social.
Desde
1998 se voltio la tortilla y por primera vez los resultados electorales
empezaron a ser adversos a la derecha.
Tan
simple como eso, lo demás es querer buscarle las cinco patas al gato.
Quienes
ejercemos la crítica revolucionaria sin compartir las posiciones populistas,
reformistas y soberbias del gobierno no
podemos hacer como Poncio Pilatos en estas elecciones porque eso sería
indirectamente inclinar la balanza hacia la ultraderecha.
Podemos discrepar de la política económica socialdemócrata de Maduro
pero no ponerlo en el mismo lugar de un Rómulo Betancourt ni de un Carlos
Andrés Pérez.
Maduro es un
hombre de izquierda cuyo gobierno no ha pasado de ser reformista o populista
con traje socialista.
La verdadera
derecha está representada por Leopoldo
López, Capriles, María Machado, Julio
Borges,
Ledezma, Ramos Allup y otros carcamales de la
oposición.
Ellos representan
a la burguesía y al imperialismo.
Son ellos los
ideólogos del neoliberalismo y el
fascismo contra quienes hay que votar.
No hay que perder de vista que el chavismo es el
objetivo que está en la mira del pentágono, de la CIA,
del Departamento de
Estado, de las bases militares y
del Comando Sur de los EEUU.
Con esta fuerza invasora del imperialismo ha cerrado
filas toda la derecha internacional, el Sionismo y el
fascismo.
A la inversa, los gobiernos
progresistas del mundo
que luchan contra la hegemonía del poder imperial
norteamericano apuestan a un triunfo del chavismo el
6D.
Como si esto fuera poco en 18 de los 19
procesos
electorales anteriores la mayoría de los trabajadores,
de los
excluidos, de los desposeídos y de los humildes
han acompañado al chavismo con
las banderas del
socialismo.
Éste es el
carácter y la composición de clase del chavismo aunque su dirigencia, en los
dos últimos años, ha dado pasos equivocados en la política económica.
No es posible que el descontento popular impulsado
por la burguesía, reforzado por
los errores del gobierno, pueda
confundir a los revolucionarios.
La lucha
contra la corrupción, el burocratismo, el populismo, el reformismo, la
ineficiencia y la soberbia del gobierno no se puede dar con la complicidad de
la burguesía y el imperialismo porque estaríamos cometiendo los mismos errores
que le criticamos al gobierno cuando trata de construir el socialismo con las
armas melladas…
La lucha crítica es en el campo de la
revolución, entre
revolucionarios y debe pararse ya para continuarla
después
del 6D al lado del pueblo por un gobierno
mejor que dé un viraje a la
izquierda.
La coyuntura electoral no puede servir para otra cosa
que derrotar al fascismo, al neoliberalismo de Lorenzo
Mendoza y cerrarle el
paso a la conspiración político
militar del Pentágono contra Venezuela.
Los revolucionarios no podemos caer en
el error de
confundir más a los confundidos con arrepentimientos
y
lamentaciones.
La única opción
democrática, la única por ahora, es
votar sin remordimiento el 6D por
cualquiera de las
tarjetas del chavismo.
Este no es un camino fácil para los
indignados,
los inconformes, los insatisfechos, los críticos y
los socialistas
radicales pero ese es el camino
revolucionario en esta coyuntura electoral.
El país está
colapsado por las colas en un ambiente pacífico de cansancio y obstinación que
la burguesía no ha podido llevar al caos de la violencia y los saqueos. Las
masas descontentas se mantienen con orden y disciplina haciendo alarde de una
paciencia infinita.
La victoria popular subyace en la
profunda
huella dejada por el liderazgo de Chávez y se
potencia en la
conciencia política de los
descontentos para lograrla.
TOMADO DE: http://www.aporrea.org/
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