Marsolaire Quintana
10/11/2015
En viste de haberme agradado la forma de identificar y
tratar una de los tantos detalles de nuestra idiosincrasia, La cual nos caracteriza y nos diferencian del resto de
los suramericanos; la publico tal cual me llego, solo aclare un modismo y agregue algunas fotos alusivas
al texto.
Las Tetas de María Guevara
Las de María lionza
La de Niquitao
Las de mi vecina
Ayer en el Subte un amigo me dice:(El Subte de Buenos Aires es la red de subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires, compuesta de seis líneas ―A, B, C, D, E y H― con una extensión total de 58,8 km y 83 estaciones en operación).
"Aquella mujer es paisana tuya. La reconozco por el
escote". En efecto, al escuchar a la señora en cuestión
un acento propio de Carúpano me hizo pensar en cuánto
poder de observación tienen los hombres de estos
pagos últimamente.
Mis amigos argentinos han comprendido que la ley de
la gravedad existe en todas partes, menos en el escote
de las venezolanas.
Mis amigas argentinas, por su parte, han aprendido a
pedir corpiños con push-up, producto impensable antes
de la actual migración venezolana.
Puedo asegurarles que Buenos Aires se ha
tropicalizado tanto que ya tenemos aquí los tres tipos
de lingerie existentes en Caracas: nacional, importada y
colombiana.
En Venezuela el sistema político real es la #Tetacracia y
el Himno Nacional es “Sólo quiero cocos (aka Cocos y
Melones)”, entonado por Guillermo Dávila.
En Venezuela hay un culto a la teta: Así le decimos a los
cerros (por ejemplo, las Tetas de María Guevara o las de
Niquitao), a los helados caseros y a los negociados
burocráticos.
En Venezuela la #Tetacracia tiene su propio culto
mítico/religioso: María Lionza, la diosa con los pechos
al aire.
No tuvo tanto éxito la Venus de Tacarigua porque era
talla 32-A: en nuestro país el tamaño de la copa es lo
importante.
La psicoanalista Melanie Klein escribió sobre el impacto
de la teta buena y la teta mala en la psiquis infantil; en
ese orden de ideas, la #Tetacracia venezolana ha
superado la etapa oral, aunque la inflación nos hace
estar mamando a todos. Decir “pelando bolas” es
contrario a la ideología#Tetacrática, por razones obvias.
La #Tetacracia venezolana es el poder tras el poder. No
en balde se dice que, en política, el que no llora no
mama. Por eso creo que si María Corina Machado
hubiera enseñado el escote a Bush Jr., en vez de los
pies en la Casa Blanca, los Marines llegaban ipso facto
a La Guaira. Eso le pasa por no creer sinceramente en el
poder popular endógeno.
Como todo sistema venezolano, la #Tetacracia también
es bolivariana: Matea es la única mujer llevada a la
cripta de los Bolívar, en la Catedral de Caracas, por ser
nodriza.
Pero hay que recordar que Bolívar también mamó de su
madrina, la señora Mijares, cubana de origen. De allí
proviene, y lo digo sin mala leche, la conchupancia con
Cuba.
La #Tetacracia venezolana también es víctima de la
guerra asimétrica: no hay dólares suficientes para
prótesis siliconadas.
Pero en su lucha contra el imperialismo y el
neoliberalismo que intentan dominarla, constreñirla y
asfixiarla, la #Tetacracia vivirá y vencerá.
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