¿Golpe reeditado? Las semejanzas de la situación política actual en
Venezuela con la de 2002
Publicado:
28 oct 2016
Un
llamado a paro nacional, una convocatoria al Palacio de Miraflores y la
negativa a entablar un diálogo con el chavismo son las últimas acciones
anunciadas por la oposición venezolana, que se asemejan a las posturas asumidas
durante el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002.
"Están repitiendo el esquema de 2002
completico, igualito, es increíble", dijo ayer el presidente de
Venezuela, Nicolás Maduro, a la oposición.
La sentencia no es gratuita. Maduro hizo esa aseveración después
que la derecha decidiera rechazar la propuesta de diálogo y diera dos anuncios
que despertaron suspicacias: el llamado a un paro nacional para este viernes y
a la toma del Palacio de Miraflores el próximo 3 de
noviembre.
"Señores del gobierno: el domingo no vamos a
Margarita",
sentenció el vocero opositor Henrique Capriles
para echar
próximo 30 de octubre y que se realizaría
con la
mediación del Vaticano. Maduro reiteró la
invitación: "yo
voy a asistir porque quiero la paz del
país".
Por eso Venezuela pareciera tener un 'déjà
vu'. El 11 de abril de 2002, cuando la derecha perpetró el golpe de Estado en
contra del entonces presidente Hugo Chávez, el guión comenzó con un llamado a
tomar el palacio de gobierno con una marcha, siguió con una patada a la mesa de
negociaciones y continuó con la convocatoria a un paro nacional.
La batalla final
La mañana del 11 de abril de 2002, el diario El
Nacional
sacó una edición extra que abrió con el titular "La batalla
imprimió antes de que
la derecha anunciara que iba a
desviar su marcha desde el este de la ciudad
hasta el
centro de Caracas, donde está ubicada
la sede de
gobierno. Era
parte de un plan que se revelaría horas
más tarde.
Ayer, muchos de los partidarios opositores
asistieron animados por el llamado de Capriles: "iremos a donde tengamos que ir,
¡no se descarta Miraflores!". Mientras que otros
se congregaron con la ilusión de que fuese verdad la promesa de Lilian Tintori: "No debemos movernos hasta que
Maduro renuncie". Pero nada ocurrió y
los dirigentes de derecha "pospusieron" su deseo para la semana que viene.
"El día 3 de noviembre vamos a Miraflores pacíficamente a
notificarle a Nicolás Maduro el veredicto popular. Son apenas ocho días a
partir de hoy", aseguró por su parte el presidente de la Asamblea
Nacional, Henry Ramos Allup, quien se ha convertido en el principal artífice de
una maniobra política que pretende hacer un "impeachment" al
Presidente, aunque esa figura es inaplicable en
Venezuela según la Constitución.
La amenaza de asaltar el Palacio ha sido
tomada en serio por el chavismo, que se ha apostado en los alrededores de la
sede de gobierno con concentraciones en lo que va de semana.
Paro nacional
Este viernes la derecha ha convocado a una "huelga general". El secretario de la alianza opositora,
Jesús Torrealba, informó ayer que sería un paro de doce horas: "Todo el mundo a
sus casas" desde las seis de
la mañana hasta las seis de la tarde.
Con esos mismos llamados la oposición
protagonizó, a finales de 2002 y principios de 2003, un paro patronal que
afectó principalmente a Petróleos de Venezuela y le causó pérdidas a la nación por más de 20.000 millones de
dólares.
En ese entonces, la "condición" que ponían para levantarlo era que el
Consejo Nacional Electoral (CNE) convocara a un referendo.
Las prerrogativas de la oposición en esa época eran claras: "Si la Mesa de
Negociación y Acuerdos resuelve convocar al referendo consultivo; si la AN
(Asamblea Nacional) convoca al referendo consultivo; si se produce la renuncia
del Sr. Hugo Chávez Frías a su cargo de Presidente de la República y si la
Coordinadora Democrática considera conveniente cualquier otro acuerdo" ellos levantaban el paro. Hoy las exigencias son casi las
mismas.
Patear el diálogo
La oposición ha recrudecido la pugna con el
gobierno desde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) decidiera suspender la
recolección de las firmas para la activación del referendo revocatorio contra
Maduro, debido a las denuncias de fraude admitidas por ocho tribunales penales
de todo el país.
Para la oposición, la resolución del Poder Electoral constituyó
un "golpe de Estado" orquestado por Maduro. La
respuesta de la derecha fue convocar una sesión exprés en el Parlamento para
tratar de iniciar un "juicio político" al mandatario, mecanismo
inexistente en la Constitución. Y el chavismo respondió furibundo.
"Este es un intento chimbo, burdo, de
copiar el golpe de Estado que ocurrió en Brasil, en Paraguay y en
Honduras", denunció el domingo el diputado socialista, Héctor Rodríguez.
Sin embargo, Maduro insistió en el diálogo y adelantó gestiones junto al
Vaticano y el secretario general de la MUD para que se explorara una vía de
entendimiento, una apuesta que despertó rencillas en los sectores más radicales
de la oposición.
Ayer fue la estocada final a esa iniciativa
y la derecha decidió no asistir al diálogo después de desautorizar a su
secretario general, expulsar a tres alcaldes que respaldaron una medida de
Maduro y hacerle un desplante al vocero
del Vaticano que había viajado a
Venezuela para intentar mediar.
El panorama es similar al de 2002. En ese
entonces, Chávez hizo un llamado al diálogo -con participación de la
Organización de Estados Americanos (OEC)- justo después de retomar el poder
usurpado por la derecha mediante el golpe de Estado.
La oposición acudió a la invitación pero
después pateó la propuesta y decidió emprender la aventura de un paro nacional,
que derivaría en otro fracaso al año siguiente.
Los venezolanos, por ahora, parecen
sumergidos en una especie de 'revival' político.
Nazareth Balbás
TOMADO DE: https://actualidad.rt.com/
y en Libertad Bermeja//Facebook
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