Solidaridad con Haití, ¡Fuera la MINUSTAH!
Latinoamérica y el Caribe, 7 octubre 2016 – Desde Jubileo Sur/ Américas compartimos la presente carta que estamos dirigiendo a la ONU, con el objetivo de reclamar una vez más por el fin de la MINUSTAH y la reordenación de los llamados esfuerzos de la comunidad internacional. Invitamos a sumar sus adhesiones, haciendo clic aquí.
Mientras el pueblo y estado haitiano enfrenta la terrible devastación humana y material del huracán Matthew – unos de los peores a pasar por el Caribe en el último siglo – el Consejo de Seguridad se prepara a votar, el jueves 13 de octubre, sobre la recomendación del secretario general que es la de renovar la presencia de la MINUSTAH – sin cambios- hasta abril 2017, mientras EE.UU. prepara un ingreso mayor de Canadá, ya que esta ha mantenido oficiales en inteligencia y la comandancia general.
Es de vital importancia en estos momentos, hacer sentir todas las acciones de solidaridad que podamos movilizar en apoyo al pueblo y organizaciones populares haitianas. Entre otras, mismo entregando la presente en las sedes locales de la ONU, gobiernos y embajadas antes del día de la votación (jueves 13 de octubre 2016).
De la misma manera invitamos a sumar sus adhesiones, haciendo clic aquí, y compartir la presente con las distintas redes y organizaciones en la región.
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Al Secretario General de la ONU Ban-ki Moon
Al Presidente del Consejo de Seguridad y demás Estados integrantes
A los gobiernos de los Estados que contribuyen tropas a la MINUSTAH
A la comunidad internacional y la opinión pública en general
El huracán Matthew acaba de asolar a Haití, provocando la pérdida de vidas e inmensos daños que impactarán para largos años en los derechos humanos de una población que aún enfrenta grandes desafíos para superar el desastroso terremoto de enero de 2010. ¡Más de 55.000 haitianas y haitianos buscaban resguardarse de los poderosos vientos y el aguacero todavía desde carpas y refugios provisorios!
Pedimos que colaboren activamente con el gobierno, las instituciones y organizaciones populares haitianas, para posibilitar la ayuda de urgencia necesaria.
Pero más que eso, pedimos que este nuevo desastre, no tan “natural” como a veces se quiere hacer pensar, sirva para cambiar radicalmente el trato y las prioridades que la comunidad internacional ha venido marcando con Haití, sobre todo a partir de la instalación de la MINUSTAH en 2004.
Este digno pueblo no constituye una amenaza para la seguridad hemisférica, como el Consejo de Seguridad afirma cada año para renovar su injerencia. Haití no necesita la presencia de tropas extranjeras ni tutela internacional. Lo que necesita es el respeto de sus derechos fundamentales de soberanía y autodeterminación, el pago de las deudas históricas, sociales y ecológicas que siguen acumulándose con el país y su pueblo, y la reparación de los crímenes perpetrados en su contra.
Es hora que la ONU, la comunidad internacional, reconozcan el fracaso de sus estrategias y pongan fin a una intervención que, después de 12 años, no solo ha malogrado los objetivos oficialmente planteados sino que en muchos sentidos ha contribuido alevosamente a empeorar la situación. Entre otras, la coyuntura electoral actual pone de manifiesto las consecuencias nefastas de la manipulación extranjera tolerada, cuando menos, por la MINUSTAH. Quién quiere puede oír el grito desahuciado de las mujeres y hombres de todas las edades, víctimas de las violaciones y el abuso sexual, la represión y muerte perpetradas directamente por la MINUSTAH, así como también víctimas de los desplazamientos, contaminación, saqueo y explotación provocados por el modelo económico que su tutela busca acrecentar. Y como si eso fuese poco, la criminal introducción del cólera seguido por seis años de negación e impunidad de parte de quienes se plantean los defensores de los derechos humanos.
Este año, la misma ONU que aprueba un presupuesto de USD 346 millones para mantener en Haití a una fuerza multilateral de ocupación, confiesa que apenas logra juntar promesas de USD 8 millones para contribuir a asegurar el derecho humano de la población de acceso a agua potable y saneamiento.
¡Basta! Es hora que la ONU encamine una redefinición completa de las relaciones con Haití sobre la base del respeto, la defensa y la promoción integral de su soberanía y autodeterminación, la vida y el bienestar de su población y la convivencia solidaria entre todos los pueblos y países. En ese sentido, hacemos nuestras las demandas de muchas organizaciones y movimientos populares haitianos y reclamamos que:
- Retiren ya a todo el personal militar extranjero de Haití;
- Dejen de calificar a Haití como una amenaza a la seguridad hemisférica y empiecen a reconocer y respetar la dignidad y capacidad de su pueblo;
- Rechacen toda renovación de la MINUSTAH así como cualquier forma de ocupación o tutela sobre Haití;
- Reconozcan la responsabilidad jurídica de la ONU y los países participantes por las violaciones a los derechos humanos cometidas en el marco de la MINUSTAH, incluyendo en particular la introducción del cólera, sancionando a los responsables y formando una comisión especial para asegurar la indemnización y reparación de las víctimas y/o sus familias;
- Redirijan el presupuesto ahora asignado a la MINUSTAH al apoyo necesario para erradicar el cólera y garantizar el derecho humano al agua potable y saneamiento.
-América Latina y el Caribe, octubre 2016
Primeras firmas:
Jubileo Sur / Américas – Plataforma Haitiana de Incidencia para un Desarrollo Alternativo PAPDA – Diálogo 2000-Jubileo Sur Argentina – Rede Jubileu Sul Brasil – Comuna Caribe, Puerto Rico –
Para sumar apoyos, hasta el 11 de octubre, hacer clic aquí.
Horror en Haití: Aumenta a 842 los muertos tras el paso del huracán 'Matthew'
07-10-16.-Cuantos más escombros se retiran, más carreteras se abren y más ríos comienzan a rebajar sus cauces, más devastación y horror se descubre que ha dejado el huracán Matthew a su paso por Haití. Las cifras de muertos (842 confirmados por las autoridades), ya cercana a las 1000 personas, son tan provisionales como cada una de las anteriores acciones tarda en producirse. Se cayeron casas, árboles, hubo corrimientos de tierras y se inundó todo en medio de un absoluto caos en el que el enloquecido viento arrasó cada metro de terreno que atravesaba.
"Los vientos eran terribles y se han llevado por delante las chabolas de muchas personas. Además subió la marea y se llevó todas las casitas del litoral", explica a EL MUNDO desde Puerto Príncipe, capital de Haití, Federica Badocco, delegada de Médicos del Mundo en el país.
La responsable de esta ONG que tiene clínicas en las zonas más afectadas por el huracán, explica en una complicada conversación telefónica lo ocurrido: "Se hizo un buen trabajo por parte de los equipos de protección civil avisando de la llegada del tifón y pidiendo a la población que se desplazara de las zonas más peligrosas, pero mucha gente no quiso marcharse porque son personas muy humildes. Esas cabañitas es todo lo que poseen y tenían miedo a perder sus únicas pertenencias".
Médicos del Mundo alerta ahora del después, tan peligroso como todo el antes: "Hacen falta medicamentos para contener el cólera y llevar agua potable. Estamos ya trabajando Gobierno, agencias internacionales y ONG en recopilar material y dirigirnos a zonas que ahora con el derrumbe de un puente están incomunicadas. Haití es el país más pobre de América Latina y tiene muchas fragilidades en infraestructuras. Otra vez le ha vuelto a golpear fuerte un desastre natural", dice Badocco
La NASA explica en 3D la evolución del huracán Matthew
Según un comunicado de la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el paso del tifón "ha afectado a un millón y medio de personas y hay al menos 350.000 personas pendientes de recibir ayuda". El jefe de la misión. Enzo di Taranto, explicó que "si el tiempo lo permite, un equipo de evaluación de desastres saldrá a examinar el terreno y establecer dos centros de operaciones: uno en el municipio de Les Cayes y el otro en Jérémie".
Los dos municipios señalados por la ONU están al sur del país donde sigue habiendo zonas incomunicadas por el derrumbe del puente al que se refería Badocco.
Allí los vientos, que fueron de hasta 300 kilómetros por hora, se cree que al golpear la isla el huracán alcanzó la categoría 5, la máxima posible, han dejado un panorama que el principal periódico local, Lenouvelliste, titula así: "Jérémie: el horror durante y después de Matthew".
Una bomba atómica de viento asola el país
"El aeropuerto está casi destruido, no hay agua, ni comida, el teléfono no funciona, ni hay electricidad, ni los medicamentos que tanto se necesitan. Una sola palabra describe la situación de Jérémie: desolación", comienza la crónica del periódico. "El agua acabó con todo lo que teníamos, no nos queda nada, nos vamos a morir de hambre", explican los pobladores que tienen sus ya antes míseras pertenencias enterradas en el fango.
Esa es de hecho ahora la batalla del Gobierno y de las organizaciones sociales, intentar que los efectos del huracán no se conviertan en más dañinos que su propio paso. El ministro del Interior, Francois Anick Joseph, declaró el jueves el estado de catástrofe. "Toda la zona sur está devastada", dijo el responsable político de un Gobierno que debía renovarse este domingo en unas elecciones generales que han sido suspendidas.
"El dilema de la ayuda", decía el editorial de ayer de Lenouvelliste: "Mientras las estadísticas explotan sobre el número de muertes tras el paso de Matthew, redescubrimos los estragos del huracán (...) Estamos abrumados al igual que en 2010 (...) No aprendimos".
Es imposible para todos los actores que intervienen en la actual catástrofe no recordar el terremoto que hace sólo seis años se llevó por delante más de 300.000 vidas y destruyó el país, de la condena que vive la isla, el país más pobre del hemisferio norte, con los desastres naturales y unas infraestructuras de vivienda que se derribarían con temblores y vientos mucho menores de los que sufre Haití. "No son casas, son espacios muy humildes, chabolas que se sujetan ya débilmente", explica Badocca para tratar de explicar el enorme destrozo que ha causado el viento.
Ahora el escenario es de total batalla, como si una poderosa bomba le hubiera vuelto a caer al país. No se ha salvado de la destrucción tampoco la zona turística de Port Salut, uno de los escasas zonas comerciales desde las que reconstruir la débil economía haitiana en la que el 80% de la población sobrevive bajo el umbral de la pobreza. "Tras la inundación de la playa de Pointe Sable, la mayoría de hoteles o han sido destruidos o están terriblemente dañados. Nuestras habitaciones están inundadas y completamente destrozadas", señala Jacques Anthony Nazaire, propietario del Naz-Inn.
"La gente de Haití ha perdido lo poco que tenía"
Una nueva catástrofe natural, el huracán Matthew, vuelve a golpear un país que todavía trata de recuperarse de los estragos del terremoto de 2010. Trabajadores de ONG españolas alertan de la grave situación a la que se enfrenta la población haitiana.
SERGIO LEÓN - Público - Publicado: 07.10.2016 19:44
MADRID.- La naturaleza ha vuelto a cebarse con Haití. Más de 800 personas han muerto como consecuencia del paso del huracán Matthew, que, según las primeras estimaciones, ha causado daños en el 80% de las viviendas de la zona sur y ha dejado más de un millón de afectados. El ciclón, con vientos de más de 200 kilómetros por hora y lluvias torrenciales, ha golpeado con especial virulencia un país que todavía lucha por sobreponerse del devastador terremoto de 2010.
Las ONG presentes en la isla temen que se agrave la crisis humanitaria en la isla ─el 80% de la población sobrevive bajo el umbral de la pobreza─ y por eso, y ya antes del huracán, se han puesto manos a la obra para intentar paliar las consecuencias del fenómeno meteorológico. Cruz Roja ha calculado que son necesarios seis millones de euros para poder combatir la situación de emergencia en las zonas más devastadas, donde miles de personas necesitan de forma urgente ayuda humanitaria.
Cruz Roja calcula que son necesarios seis millones de euros para poder combatir la situación de emergencia en las zonas más devastadas, donde miles de personas necesitan de forma urgente ayuda humanitaria
"Haití es muy frágil y está muy expuesto a desastres naturales. Estamos llevando a cabo evaluaciones para analizar los daños y poder adaptar la respuesta", comenta a Público Hugo Gimbernat, jefe de la delegación de Cruz Roja España en el país, que recalca que lo más urgente es poder hacer llegar comida, kits de higiene y garantizar puntos de acceso a agua potable. "De momento, ante los problemas de logística, estamos haciendo los repartos por helicóptero, lo que supone un desafío aún mayor", subraya.
El huracán, uno de los más fuertes en la historia reciente del Caribe, ha provocado inundaciones que han dejado incomunicadas a las poblaciones más afectadas debido al derrumbamiento de las principales estructuras que comunican las diferentes áreas de la isla. A esas zonas trata de llegar Maria José Agejas, de Oxfam Intermón, según explica en conversación telefónica con este diario. "Sin haber llegado todavía a las zonas más afectadas, ya estamos viendo una muestra de lo que nos vamos a encontrar", detalla Agejas, que alerta de la destrucción, por culpa del agua caída, de multitud de cosechas.
De hecho, según el delegado de Cruz Roja España, Haití ha perdido toda la producción agrícola de este año. Ante ello, incide Gimbernat, es necesario apoyar a este sector y al de la pesca, que también ha sufrido importantes pérdidas. Haití ante este panorama, advierte Agejas, se asoma a la amenaza de una hambruna. "La gente está en una situación de bastante necesidad. El país todavía no se ha recuperado del terremoto que causó unos 300.000 muertos. Antes del huracán ya había más de 60.000 personas viviendo en campamentos de desplazados. Ahora con todo el agua que ha caído, con las inundaciones en las zonas bajas, la gente ha perdido lo poco que tenía", se lamenta.
"El cólera nunca se ha ido y ahora se va a producir un repunte. Lo más urgente es repartir purificadores de agua, jabones, cubos... elementos básicos, pero que aquí salvan vidas"
La trabajadora de Oxfám Intermón hace hincapié en uno de los mayores desafíos que habrá que hacer frente tras el huracán: las enfermedades relacionadas por la falta de saneamiento del agua, como el cólera o las diarreas, y las derivadas de las picaduras de mosquitos, casos del zika o la malaria. "El cólera ─tras el brote surgido en 2010─ nunca se ha ido y ahora se va a producir un repunte", avisa Agejas. "Lo más urgente es repartir purificadores de agua, jabones, cubos... elementos básicos, pero que aquí salvan vidas", defiende. En este punto, Gimbernat, de Cruz Roja, recuerda que el ciclón ha dañado multitud de instalaciones y ha dejado inutilizables el acceso a agua limpia.
Todas las organizaciones coinciden en que lo primordial es el abastecimiento de agua, el saneamiento y prevenir enfermedades como el cólera. Entre otras cosas para proteger a los menores, la población más vulnerable. Según datos de UNICEF de 2012, la tasa de mortalidad de menores de cinco años en el país supera el 75%. Se calcula que medio millón de niños viven en las zonas más golpeadas por el huracán y, de momento, se desconoce cuántos necesitan asistencia de emergencia. Aplazadas hasta nuevo aviso elecciones haitianas
TOMADO DE: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/
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