Cómo la epidemia secesionista acabó con la URSS: las crónicas de la caída del gigante comunista
Por Denis Lukyanov
25.12.2020
El 25 de diciembre de 1991 el presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, pronunció un discurso televisado en el que anunció que dejaba su cargo. Esa intervención marcó el fin de la existencia de la Unión Soviética. Sputnik recuerda cómo fueron los 'últimos suspiros' del gigante comunista.
Las opiniones en cuanto al mandato del primer y último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, en los antiguos países de la Unión varían considerablemente.
Según un sondeo realizado en 2016 en Rusia por la encuestadora FOM, solo el 9% de los encuestados tienen una "buena" percepción del último líder de la URSS, mientras que el 42% son "indiferentes" y el 39% tiene una percepción "negativa" de Gorbachov.
Pero ¿a qué se debe la gran percepción negativa hacia el exmandatario soviético? Para muchos —en gran medida, para las personas adultas y de la tercera edad— Gorbachov es el culpable de la disolución del país comunista.Al fin y al cabo, la perestroika y los procesos secesionistas en las repúblicas de la Unión resultaron en la disolución del país y la aparición de 15 países independientes.
La mejora en las relaciones con EEUU y la caída de la Unión Soviética tuvieron como consecuencia la derrota de Moscú en la Guerra Fría.
No obstante, sería incorrecto decir que la perestroika solo tuvo consecuencias negativas.
Esto explica por qué hay muchas personas indecisas a la hora de evaluar las acciones de Gorbachov.
La perestroika trajo consigo valores democráticos y muchas libertades a los ciudadanos del país que estaba a punto de desintegrarse. Justo por estos logros de la política de Gorbachov hay quienes incluso tienen una relación positiva hacia el último dirigente de la nación comunista. Aun así, también hay quienes creen que fue posible modernizar el país, traer valores democráticos y preservar la integridad de la Unión, todo a la vez. Pero Gorbachov no lo logró, dicen.
La independencia, pese a la voluntad del pueblo
La caída de la Unión Soviética fue condicionada por la insubordinación de los líderes de las repúblicas constituyentes.
El conflicto entre el dirigente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, Borís Yeltsin, quién con el paso de tiempo se convertiría en el primer presidente de Rusia, y el presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, fue bien conocido por muchos y tuvo un carácter abierto.
Yeltsin y los líderes de Ucrania y Bielorrusia, Leonid Kravchuk y Stanislav Shushkévich, firmaron el 8 de diciembre de 1991 —dos semanas y media antes del discurso de Gorbachov— el Tratado de Belovezha, que efectivamente oficializó la disolución de la Unión Soviética.
Los tres líderes tomaron una decisión sin hacer caso a la voluntad de las cúpulas gobernantes de algunas otras repúblicas de la Unión y sin hacer caso a la voluntad de los pueblos de la URSS.
Y el pueblo de la Unión Soviética sí había expresado su voluntad.
El 17 de marzo de 1991 se celebró el referéndum sobre el futuro de la Unión Soviética.
La pregunta que se planteó ante los votantes fue: "¿Usted considera necesaria la preservación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como una federación renovada de repúblicas soberanas iguales en la que serán garantizados plenamente los derechos y las libertades de una persona de cualquier etnia?".
El 77,8% de los votantes expresaron su
deseo de preservar la URSS en una nueva forma de federación, es decir, la mayoría de los habitantes de la nación comunista no querían que sus repúblicas se separasen.
Solo el 22,2% de los votantes se mostraron en contra.
El voto a favor de la preservación de la Unión fue más fuerte en las repúblicas constituyentes de la región de Asia Central.
Las repúblicas bálticas, Moldavia, Georgia y Armenia no participaron en la votación.
En verano boreal de 1991 las autoridades soviéticas elaboraron un proyecto de la creación de la nueva URSS —Unión de Repúblicas Soberanas Soviéticas— o UES —Unión de Estados Soberanos—.
Estaba previsto que este sería un Estado unido en forma de una federación más descentralizada en comparación con la antigua URSS.
Sin embargo, todos los planes resultaron ser en vano porque el proceso de la reorganización fue saboteado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario