Bolivia reconoce oficialmente la medicina de sus pueblos
originarios
El
pasado fin de semana se celebró la “Primera Feria de Medicina Tradicional”
organizada por sabios amautas, kallawayas, yatiris y kapakacheras,
quienes ahora cuentan con el apoyo oficial de las autoridades de La Paz,
Bolivia.
Se trata de
prestigiosos herbolarios que ejercen su medicina ambulante y cuyos antepasados
asesoraban a la elite inca, trataban a los españoles durante la colonia y a quienes se les debe el descubrimiento de la quinina, recordó el municipio de La Paz.
Los sanadores
indígenas expusieron su saber para curar males como la pérdida del “ajayu”
(parte espiritual de los seres) o el “susto”, parecido a una depresión aguda,
el “mal de aire” que deforma el rostro y problemas digestivos y los
“maleficios”. Ellos se consideran “elegidos” por haber sobrevivido al impacto
de un rayo.
Las expertas en
parteras, quienes han traído centenares de bebés al mundo y son muy requeridas
en las altitudes andinas de Bolivia, también estuvieron presentes compartiendo
su saber. Ellas suelen trabajar en las zonas más pobres del país, donde no hay
centros médicos.
El director de
Gobernabilidad, Pedro Susz, destacó que se abre una opción para los habitantes
de la ciudad que tienen reticencias con “la medicina occidental”.
De esta forma,
se le da a elegir al paciente a qué tipo de medicina acudir, a la milenaria
medicina indígena o a la tradicional medicina occidental. Ambas válidas y en
muchos casos también complementarias.
Al explicar su
medicina, los curanderos andinos, cuyas lenguas maternas son el aimara o el
quechua, combinan sus conocimientos prácticos sobre hierbas con la psicología y
los rituales religiosos.
Uno de los expertos aborígenes rechazó de forma rotunda
que se les considere “brujos” porque, según dijo, este término conlleva un
prejuicio sobre sus antiguos conocimientos.
La chamán
aimara, Máxima Aleja de Ticonala, dijo a Efe que es una sanadora elegida al
haber sobrevivido al impacto de un rayo, pero que también aprendió del
conocimiento transmitido por generaciones.
El incidente
del rayo, según Máxima Aleja, ocurrió hace diez años en la ciudad de El Alto,
vecina de La Paz, y fue considerada una “señal” para iniciarse en el camino de
dar salud a otras personas.
Considera que
hay enfermedades que la medicina tradicional nunca podrá curar porque solo ven
lo superficial y carecen de ritos de connotaciones sobrenaturales y oraciones a
las deidades.
En
la feria también participó un grupo de los reconocidos kallawayas, miembros de
una cultura designada como patrimonio Oral y Cultural Intangible de la
Humanidad por la Unesco en el año 2008.
TOMADO
DE: http://www.elciudadano.cl/
No hay comentarios:
Publicar un comentario