La esperada encíclica del papa Francisco
denuncia la responsabilidad de las
multinacionales en el calentamiento global y la
inacción política al respecto
El Vaticano presentó este jueves de forma oficial la encíclica
del papa Francisco titulada
“Laudato si” (Alabado Seas), donde el pontífice profundiza acerca del medio
ambiente y de los problemas sociales, políticos y morales que conlleva la explotación
impune de los recursos naturales que
llevan a cabo las grandes multinacionales, entre otras cuestiones.
El documento reclama una “revolución cultural valiente” para salvar
al planeta de la devastación a la que el ser humano le ha sometido los últimos
años.
El pontífice critica la falta
de regulación y de
responsabilidades ante la destrucción del medio ambiente: “La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada
vez más en un inmenso depósito de porquería. Muchas veces se toman medidas sólo
cuando se han producido efectos irreversibles para la salud de las personas“, relata la encíclica papal.
Es necesario, subraya el pontífice, que
la sociedad global tome conciencia de la “necesidad
de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para
combatir este calentamiento o, al menos, las causas humanas que lo producen o
acentúan“.
Bergoglio, a través de este documento, condena laresponsabilidad
directa del hombre en el
calentamiento global del planeta pues, señala, la concentración de gases de
efecto invernadero “se ve
potenciado especialmente por el patrón de desarrollo basado en el uso intensivo
de combustibles fósiles, que es el corazón del sistema energética mundial“.
El papa Francisco critica que el
calentamiento global no se detiene, pues a pesar de las evidencias
científicas de sus consecuencias, las prácticas nocivas continúan: “¿Es realista esperar que quien se obsesiona por
el máximo beneficio se detenga a pensar en los efectos ambientales que dejará a
las próximas generaciones?“, planea el documento.
“El
ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio ambiente ha superado
las posibilidades del planeta, de tal manera que el estilo de vida actual, por
ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes“,advierte el papa Francisco. “La atenuación de los efectos del actual
desequilibrio depende de lo que hagamos ahora mismo, sobre todo si pensamos en
la responsabilidad que nos atribuirán los que deberán soportar las peores
consecuencias“,
subraya el pontífice pidiendo tomar consciencia sobre el futuro que le vamos a dejar a
las generaciones venideras.
El para Francisco denuncia en la
encíclica Laudato Si que el norte del planeta tiene una “deuda
ecológica” con el
sur debido al uso “desproporcionado” de los recursos naturales de los países
pobres, recursos que son explotados sin límites por la multinacionales que provocan verdaderos estragos
medioambientales por los que nunca responden. El pontífice critica duramente
que los países ricos continúen alimentando su desarrollo “a
costa” de los
países pobres.
La encíclica del papa Francisco ha
generado ciertas polémicas entre
los sectores más conservadores pues lanza una crítica directa hacia aquellos
que ostentan gran cantidad de riqueza mientras justifican que la pobreza
mundial es
un problema irreparable: “Dejamos
de advertir que algunos se arrastran en una degradante miseria, sin
posibilidades reales de superación, mientras otros ni siquiera saben qué hacer
con lo que poseen, ostentan vanidosamente una supuesta superioridad y dejan
tras de sí un nivel de desperdicio que sería imposible generalizar sin
destrozar el planeta“.
El pontífice urge a los gobiernos del
mundo a imponer
una limitación efectiva
de la emisión de gases tóxicos a la atmósfera, así como a permitir y apoyar
el desarrollo de energías limpias y alternativas para tratar de paliar los efectos del
cambio climático. “Las
Cumbres mundiales sobre el ambiente de los últimos años no respondieron a las
expectativas porque, por falta de decisión política, no alcanzaron acuerdos
ambientales globales realmente significativos y eficaces“, critica la encíclica.
“El drama del inmediatismo político,
sostenido también por poblaciones consumistas, provoca la necesidad de producir
crecimiento a corto plazo. Respondiendo a intereses electorales, los gobiernos
no se exponen fácilmente a irritar a la población con medidas que puedan
afectar al nivel de consumo o poner en riesgo inversiones extranjeras. La
miopía de la construcción de poder detiene la integración de la agenda
ambiental con mirada amplia en la agenda pública de los gobiernos“, sentencia Bergoglio.
El Ciudadano
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