Paramilitares invaden barrios de Venezuela para
desmovilizar base
electoral del chavismo
Recientemente hemos visto en la prensa denuncias acerca de algunos
“corredores de paz”, en donde grupos fuertemente armados toman parte de un
territorio en el que prohíben la entrada de la policía o de cualquier
funcionario del Estado venezolano.
Desde el año 2004 seviene denunciando la presencia de
grupos paramilitares en nuestro territorio nacional provenientes de Colombia,
con la misión de generar desestabilización política y establecer una red
lucrativa basada en el narcotráfico, contrabando, secuestro, extorsión, control
sindical y sicariato.
Desde hace 10 años estos grupos operan fuertemente en los
estados fronterizos como Zulia y Táchira, y en un enclave en el municipio Sucre
del Estado Miranda.
Sin embargo, en los últimos 2 años hemos visto un
despliegue en los territorios donde existe mayor población electoral, lo que
evidencia que desde entonces, el paramilitarismo tiene una misión netamente
política.
Una muestra más impactante es el establecimiento de estos grupos
en sus llamados “corredores de paz” en las zonas en donde el apoyo electoral a
la Revolución Bolivariana ha sido contundente. La misión es crear una red de
terror y miedo en los barrios, para desmovilizar la participación política y el
ejercicio del voto en un escenario electoral.
A estos espacios los han llamado, incluso, “Zonas de Paz” para
confundirlos con la iniciativa del Gobierno Bolivariano, en las que se
despliegan actividades e infraestructura (canchas de paz) para las
desmovilización de la violencia en los sectores populares.
Paramilitarismo y medios de
comunicación
Otra evidencia curiosa de la relación del paramilitarismo con
grupos políticos-empresariales venezolanos, es la generación de la matriz de
opinión que esas “zonas de paz” están asentadas en los urbanismos de la Gran
Misión Vivienda Venezuela y en los territorios donde la Gran Misión a Toda Vida
Venezuela ha establecido un diálogo para el desarme, para así
responsabilizar a la Revolución de la escalada de violencia.
Existe un apoyo sistemático de medios de comunicación, liderados
por El Nacional y La Patilla, a la actuación de estos grupos
paramilitares, cuando responsabilizan directamente al Gobierno con datos
imprecisos y fuentes anónimas.
El sobredimensionamiento, la inmediatez y el conocimiento de
causa de algunos casos de asesinatos a personas de clase media o localizados en
lugares percibidos como “seguros” por la clase media, hace sospechar que existe
una relación entre la banda organizada y el difusor.
Un ejemplo de ellos es la
agenda de violencia llevada a cabo en Caracas la semana del 4 mayo, que culminó
con un saldo de seis personas de clase media asesinadas por sicarios
profesionales, comenzando con el homicidio de Maritza del Valle Bravo el lunes
a las 6:45 AM en el corredor que lleva de Macaracuay a El Cafetal.
Las zonas de impacto de los disparos en este hecho dan muestras
que se trata de una persona con entrenamiento especial la los efectuó. Lo
curioso es que, en menos de una hora de consumarse el homicidio, la periodista
Yasmín Velazco publicó un tuit ya comenzaba a difundir la matriz del robo como
motivo del asesinato:
Otra
curiosidad en el caso es la colaboración de una cuenta llamada
@El_Cooperante. Esta cuenta twitter, cuando fue comprada, ya contaba con
350 mil seguidores; pertenecía a un consorcio en Miami que maneja cuentas como
@MasQuePalabras, con el financiamiento del mismo grupo económico que soporta a
Alberto Ravell, Miguel E. Otero y Nelsón Bocaranda
Recientemente hemos visto en la prensa denuncias acerca de algunos “corredores de paz”, en donde grupos fuertemente armados toman parte de un territorio en el que prohíben la entrada de la policía o de cualquier funcionario del Estado venezolano.
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