martes, 9 de junio de 2015

Cómo EEUU ha ayudado a ISIS


David Mizner

Fuente: How the US Helped ISIS, Jacobin, 1/06/2015



Un militante del ISIS con una bandera, en Raka, Siria. (Foto: Reuters)
En octubre de 2014, el vicepresidente de EEUU Joe Biden criticó públicamente a sus aliados por apoyar al ISIS [Estado Islámico]. El mes anterior, el general Dempsey dijo ante el Comité de Servicios Armados del Senado que los “aliados árabes” de EEUU estaban financiando al grupo.

Las autoridades estadounidenses trataban de distanciarse de las acciones de sus aliados en apoyo al ISIS sin condenarlas abiertamente. Biden sugirió que estos aliados estaban armando al ISIS involuntariamente y les disculpó rápidamente por ello. (Respondiendo a Dempsey, el senador Lindsey Graham les defendió claramente: “Estaban intentando derrotar a Asad. Creo que se dieron cuenta de la locura de sus métodos”.)
Estas dulces críticas de los aliados se produjeron cuando el gobierno de EEUU estaba intentando vender la idea de bombardear a las fuerzas del ISIS. Entonces el grupo se hallaba atrincherado en el este de Siria y el oeste de Irak. Pero no hay evidencias de que en los meses y años previos, el gobierno Obama haya hecho ningún intento para impedir que sus estados clientes ayuden al ISIS a convertirse en una potencia regional.

Los mismos Estados Unidos siguieron enviando armas a los rebeldes sirios, a pesar de tener la certeza de que algunas terminarían en manos del ISIS. “Tenemos buenas relaciones con nuestros hermanos del Ejército Sirio Libre (ELS)”, dijo ellíder del ISIS Abu Athir en 2013. Y añadió que el ISIS había comprado misiles antiaéreos y armas anti-tanques al ELS.

Un documento de los servicios de inteligencia militar de EEUU recientemente desclasificado aporta nuevas pruebas de la complicidad de Washington. Clasificado Anteriormente como “secreto”, el informe, de agosto de 2012 de la Agencia de Inteligencia Militar (DIA), era uno de una serie de documentos obtenidos por el grupo conservador Judicial Watch.

Los principales medios y los políticos republicanos han centrado su atención en otros documentos de esa colección: en concreto, en los relacionados con el ataque contra el consulado estadounidense de Bengasi, Libia, en 2012. Pero el informe que nos ocupa ha sido ampliamente ignorado, a pesar de que contradice la versión oficial tanto del auge del ISIS como de la composición de la oposición siria y sus relaciones con los gobiernos extranjeros que la apoyan.

“El informe del 5 de agosto de 2012 confirma buena parte de lo que Asad ha estado diciendo desde el principio sobre la oposición, tanto del interior como del exterior de Siria”, dice el analista Max Abrams.

El informe se refiere a un periodo de tiempo en el que la violencia en Irak había dejado de ser un tema de actualidad en la prensa de EEUU y, por otro lado, la información sobre la guerra en Siria —siguiendo el planteamiento de la Casa Blanca— se había centrado en el gobierno de Asad, no en las fuerzas que se unieron en contra de él. Esto puede ser difícil de imaginar ahora que el ISIS se ha convertido en el monstruo favorito de Washington, pero en aquellos meses el presidente Obama y su equipo dieron importantes discursos sobre Siria en los que ni siquiera se mencionaba al ISIS.

Incluso después de que el ISIS tomara el control de Faluya, en enero de 2014, los medios del establishment apenas se ocupaban del grupo. No fue hasta finales de 2014 —después de una serie de victorias en el campo de batalla y las decapitaciones de occidentales ampliamente difundidas en vídeos— que el Estado Islámico se convirtió en el Enemigo Público Número Uno.

Las autoridades norteamericanas dijeron que el ascenso del ISIS había cogido por sorpresa a los servicios de inteligencia. Sin embargo, en el informe de 2012 —que había circulado ampliamente por Washington—, la DIA contempló la posibilidad de que se creara un “principado salafista” en el este de Siria. Y también decía que el Estado Islámico de Irak podía “volver a sus feudos de Mosul y Ramadi” y declarar un “estado islámico” en el oeste de Irak y el este de Siria.

No solo eso. El informe dice que la creación de un estado islámico era, precisamente, el objetivo de los gobiernos extranjeros que apoyaban a la oposición:
Si la situación se aclara, existe la posibilidad de que se establezca un principado salafista, declarado o no, en el este de Siria (Hasaka y Der Zor) y esto es, exactamente, lo que quieren las potencias que apoyan a la oposición, con el fin de aislar al régimen sirio, que es considerado una avanzadilla de la expansión chiíta (Irak e Irán).

El documento identifica previamente, en un contexto ligeramente distinto, a las “potencias que apoyan” a la oposición siria como “países occidentales, los estados del Golfo y Turquía”. Aunque consideremos que el documento excluye a EEUU de dichas “potencias” —después de todo, ¿por qué habría de decir la DIA al gobierno de EEUU cuál era su política?—, revela que ya en 2012 Washington sabía que sus aliados querían establecer un “estado islámico”. Habrían de pasar dos años más antes de que EEUU protestara con la boca pequeña.

En resumen, EEUU ha participado en una guerra contra el gobierno sirio que ha convertido al Estado Islámico de Irak en una potencia regional que controla —y arrasa— grandes extensiones de los dos países. Este resultado era predecible y, de hecho, fue contemplado por el mismo gobierno estadounidense.

Mientras los políticos y los expertos norteamericanos han culpado al expresidente iraquí Nuri al Maliki y al presidente sirioBachar al Asad —o a la retirada de las tropas estadounidenses de Irak— del ascenso del ISIS, el informe de la DIA nos recuerda que el acontecimiento clave en el auge del ISIS fue el crecimiento concomitante de la insurgencia en Siria. Brad Hoff, del Levant Report, el primer periodista que analizó el informe de la DIA, dice que en este se muestra que “un naciente Estado Islámico se ha convertido en una realidad debido al crecimiento de la insurgencia siria […] no se menciona la retirada de las tropas estadounidenses de Irak como posible catalizador”.

Maliki advirtió que la guerra de Siria podía hundir a Irak, pero EEUU y sus aliados mantuvieron su apoyo a la insurgencia. Los escasos y débiles bombardeos estadounidenses contra efectivos del ISIS no han hecho más que consolidar la creencia de muchos iraquíes de que EEUU no quiere derrotar al grupo.

Según la versión oficial, Washington ha buscado debilitar al ISIS en Siria apoyando a los rebeldes “moderados”. (El presidente Obama ha recibido muchas críticas por no armar a los grupos de oposición en Siria, a pesar del hecho de que sí está armando a los grupos de la oposición.)

La decisión de Washington de entrenar a su propia fuerza fue un reconocimiento de que no había encontrado grupos moderados a los que dar su apoyo. El exembajador de EEUU Robert Ford lo ha admitido al decir que “durante mucho tiempo, hemos mirado para otro lado”, mientras los grupos apoyados por EEUU trabajaban con la franquicia de Al Qaeda, el vástago del Estado Islámico de Irak, el Frente al Nusra. Muchos rebeldes “moderados” —“todas las unidades rebeldes apoyadas por la CIA”— se han unido al Frente al Nusra y al ISIS. A comienzos de este año, el principal grupo apoyado por EEUU, Harakat al Hazem, no pudiendo vencer al Frente al Nusra, se unió a él.

El documento de 2012 de la DIA confirma que los reaccionarios dominaron la oposición desde los primeros días. “Los salafistas, los Hermanos Musulmanes y AQI [Al Qaeda de Irak] son las principales fuerzas que lideran la insurgencia en Siria”, dice. Y señala, además, que “AQI apoyó a la oposición siria desde el principio”.
Esta es la verdad, ocultada durante mucho tiempo, que el informe de la DIA ha puesto de relieve: que después de las etapas iniciales de la guerra en Siria, apoyar la guerra contra el gobierno sirio era ayudar al ISIS.
La complicidad de EEUU con el ascenso del ISIS no es una anomalía. Desde la Segunda Guerra Mundial —y sobre todo, en los años 70 y 80 en Afganistán—, EEUU ha armado, apoyado o fortalecido, en varias ocasiones, a los yihadistas (y a sus precursores), con el fin de debilitar a sus rivales más inmediatos.

No hace falta consultar la historia para encontrar antecedentes. En estos momentos, Washington está animando a sus aliados en Siria a trabajar con el Frente al Nusra y ha dado luz verde a un nuevo plan coordinado de los estados del Golfo y Turquía para armar a una coalición opositora que incluya al Frente al Nusra y otros grupos reaccionarios.
Si EEUU quisiera realmente derrotar al ISIS y a Al Qaeda, dejaría de fortalecerles.
Traducción: Javier Villate (@bouleusis)

TOMADO DE: http://blog.disenso.net/

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