Las iniciativas de boicot
preocupan en Israel
Daniela Cheslow
Ami
Appelbaum dirige una de las compañías de robótica más grandes de Israel,
KLA-Tencor, que ensambla semiconductores en la ciudad septentrional de Migal
Haemek. Dice que, hasta ahora, el volumen de negocios este año ha sido
excelente, con unos 398,5 millones de euros en exportaciones.
Sin
embargo, en medio de una oleada creciente de llamamientos a boicotear a Israel,
Appelbaum ve el futuro con preocupación.
“Estoy preocupado por los procesos básicos que se están
desarrollando aquí”, dijo.
“Veo cómo
se desarrollan esos procesos en las universidades y en la opinión pública y
veo, también, que la comprensión de la justicia de la causa judía está
desapareciendo en el mundo”.
Appelbaum
habló con DW [Deutsche Welle] en el marco de la Conferencia de Herzliya, una reunión
anual de los más importantes pensadores políticos y militares de Israel. La
conferencia de este año tuvo lugar después de una serie de intentos
internacionales para sancionar a Israel por lo que, según los críticos, son
políticas injustas hacia los palestinos.
Uno de esos intentos ha perseguido que la FIFA, el organismo internacional que dirige el fútbol en el mundo, expulsara a Israel.
Uno de esos intentos ha perseguido que la FIFA, el organismo internacional que dirige el fútbol en el mundo, expulsara a Israel.
En otro caso, una moción aprobada
por la Unión Nacional de Estudiantes del Reino Unido ha apoyado el boicot
contra Israel.
Muy conocidas han sido las
declaraciones del Stephane Richard, el presidente del grupo francés de
telecomunicaciones Orange, quien dijo que le gustaría poner fin a las relaciones de
su compañía con la israelí Partner Communications debido a sus actividades en los
asentamientos de Cisjordania.
Estas
iniciativas preocupan en Israel.
“Estamos sumergidos en una campaña global orquestada para
deslegitimar a Israel”, dijo el domingo el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Y el martes, la recién nombrada ministra de justicia Ayelet Chaked
descalificó a la campaña BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) contra Israel
como “mentiras e incitaciones al
antisemitismo”, y anunció que su ministerio estaba trabajando en un
proyecto legal internacional para combatirla.
“Este es el camino”,
dijo Chaked. “Atacar a todos los
boicoteadores”.
Aunque el tema del boicot ha dominado la opinión pública en Israel
en las últimas semanas, la campaña ha tenido poco efecto en la economía.
Un
informe del parlamento israelí, publicado en enero pasado, decía que, desde que
comenzó la campaña hace diez años, las exportaciones israelíes a la Unión
Europea se han multiplicado casi por dos, alcanzando los 13.850 millones de
euros.
Aunque los promotores del boicot persiguen fundamentalmente
símbolos visibles de Israel, como los productos del Mar Muerto fabricados en
Cisjordania o las famosas naranjas de Yafa, buena parte del comercio
internacional de Israel se centra en productos militares y tecnológicos, que
escapan a los esfuerzos de los activistas.
Sin embargo, las perspectivas de que la economía resulte dañada en
el futuro son reales.
Un
estudio publicado este mes por Rand Corporation ha concluido que si el
conflicto israelo-palestino se mantiene en el actual punto muerto, podría
provocar el aislamiento de Israel y una reducción de 80.000 millones de dólares
en inversiones y turismo.
La mayoría de los israelíes se oponen al movimiento de boicot,
incluido el líder de la oposición y presidente del Partido Laborista Isaac
Herzog.
Este
domingo se comprometió a luchar contra los intentos de marginar a Israel.
El partido comunista judeo-árabe Hadash dijo
el martes que “apoya todas las formas de solidaridad con el pueblo palestino y
su justa lucha, incluyendo el boicot a las empresas comerciales implicadas en
la ocupación”.
Fuera de Israel, los llamamientos a establecer restricciones
comerciales han obtenido respuestas diversas.
Los líderes franceses, alemanes y
británicos se han apresurado a distanciarse de los llamamientos de sus
ciudadanos para que se aprueben sanciones comerciales a Israel, pero
las cosas se están moviendo.
Johann Wadephul, portavoz del parlamento alemán para asuntos de
Oriente Próximo, subrayó que él se oponía a boicotear a Israel, pero añadió que
sus votantes tenían crecientes dudas sobre las intenciones del estado judío.
“No
quiero ser como Alemania [sic]
[…] los últimos en permanecer junto a Israel”, dijo el martes. “Vamos a ser los
últimos, por supuesto, debido a la situación histórica, el sentido común en
política en Alemania, sin duda, pero necesitamos una mayoría más amplia que
apoye a Israel y tener una mayor comprensión de la política israelí para
resolver los problemas de Palestina”.
Moisés Choham, jefe del laboratorio de robótica de la prestigiosa
Universidad Technion de Israel, dijo que dudaba de que los llamamientos al
boicot hicieran mella en su altamente especializado trabajo o en la cuenta de
resultados de Mazor Robotics, una compañía de robótica médica nacida en el
laboratorio de su universidad.
Ahora
bien, en su opinión se necesita una gran presión de relaciones públicas para
evitar un boicot más amplio a Israel.
“No
podemos ser la oveja negra del mundo”, añadió Choham. “Algo tiene que
cambiar y la gente empieza a comprender que tenemos que luchar por ello”.
Para Appelbaum, de KLA-Tencor, no basta con una campaña de relaciones públicas. Lo que Israel necesita
es dar pasos concretos para resolver las demandas palestinas.
“No hemos oído a los portavoces explicar qué está motivando al
mundo, además del antisemitismo”, dijo Appelbaum. “Tenemos que mirar las cosas
con una mente más abierta”.
Traducción: Javier Villate (@bouleusis)
TOMADO DE: http://blog.disenso.net/
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