Este 5 de mayo, miles de personas han participado en la iniciativa europea “El Abrazo de los Pueblos” en Durango. Una iniciativa a la que se han sumado varias ciudades y pueblos de Europa como símbolo de resistencia, lucha antirracista, solidaridad con las personas migradas y refugiadas y para frenar el avance del neofascismo.
El acto de apertura de la abrazada ha dado inicio al medio día en la Plaza Ezkurdi con la presentación de las 8 columnas que dieron forma al gran abrazo colectivo. Al ritmo de txalaparta, irrintzi y violín se trajo a la memoria a las más de 35.000 personas muertas en el Mediterráneo mientras se iban formando las columnas. Estas columnas atravesaron algunas calles de Durango para terminar en el Landako Gunea en la abrazada de los pueblos.
Una abrazada con latido propio que quiere romper con la “Europa fortaleza” que cada día condena a la muerte a miles de personas en sus mares.
MANIFIESTO
Por la defensa de la humanidad, de las personas migrantes y de su libre movimiento y acogida en Europa y contra el neofascismo
En estos momentos en Europa, de forma acelerada, ganan terreno fuerzas de extrema derecha y neofascistas entre importantes sectores de la población, arrojando olas de odio sobre las personas migrantes y refugiadas, a las que culpan de los males de nuestras sociedades, del desempleo, de los bajos salarios, de la crisis social y económica, del aumento de la delincuencia y del machismo.
Y en consecuencia esas fuerzas extremistas, junto a quienes desde sectores de centroizquierda y de derecha asumen algunos de sus postulados, incrementan las injustas políticas migratorias ya existentes, como las expulsiones masivas, cierran las fronteras y arrojan a la muerte a decenas de miles de migrantes en las aguas del Mediterráneo, en los desiertos de África y en otros lugares sin nombre, negándoles derechos humanos básicos, la vida y el derecho a migrar.
Ante esta situación manifestamos:
- Los responsables de esta crisis, producto del desarrollo de estrategias neoliberales, son las élites que gobiernan Europa y no las personas migrantes y refugiadas. Las políticas de esas elites generan paro y precariedad, eliminación de servicios públicos esenciales y recortes sociales, utilizan como chivo expiatorio a la inmigración y fomentan sentimientos xenófobos y la guerra entre pobres, para ganar votos y evadir la responsabilidad de quienes nos gobiernan.
La presencia de las personas migrantes y refugiadas en Europa es, sin embargo, positiva. Enriquece nuestras sociedades, nuestras formas de vida y nuestras actitudes frente a las otras, refuerza el desarrollo de la convivencia entre diferentes, e impulsa procesos de solidaridad y de búsqueda de la igualdad.
Por eso denunciamos la manipulación y falsedad del discurso que culpa a la migración de la crisis social y económica en Europa y oculta la responsabilidad de las elites europeas en dicha crisis.
- La UE, los gobiernos europeos y las grandes empresas trasnacionales son responsables del éxodo migratorio: millones de personas huyen de las guerras alimentadas con armas fabricadas en Europa, y de la miseria provocada por las políticas comerciales neocolonialistas, por la desestructuración social derivada de dichas políticas, por el saqueo de los recursos mineros y energéticos, por el acaparamiento de tierras que desplaza a cientos de miles de personas y por la destrucción ambiental responsable del cambio climático
Y son asimismo responsables de las consecuencias de dicho éxodo, de las muertes, prisión, esclavitud y trato inhumano de miles de personas en el largo viaje hacia Europa, y de la violencia que en él se ejerce contra menores, personas LGTBI y mujeres, a muchas de las cuales se les empuja a las redes de trata.
La violación de los Derechos Humanos de las personas refugiadas y migrantes es, asimismo, una constante también cuando se encuentran en Europa: aquí sufren violencia, discriminación y explotación, especialmente agravadas en las mujeres migrantes.
Por ello exigimos
– El cumplimiento estricto de la declaración universal de los Derechos humanos, que todas las personas migrantes puedan moverse libremente y que disfruten de los mismos derechos que el resto de quienes habitamos en Europa.
– El cese de la externalización de las fronteras, de la fabricación y venta de armas europeas, del saqueo de recursos y del acaparamiento de tierras, así como un cambio sustancial en las políticas económicas y comerciales actuales.
– Políticas migratorias acordes con los derechos humanos, cese de las expulsiones y establecimiento de vías de pasaje seguro para quienes quieren migrar de sus países.
- En Europa la solidaridad con las personas refugiadas y migrantes, expresada por gentes europeas y por redes de migrantes, está siendo criminalizada tanto por gobiernos autoritarios y extremistas, como por gobiernos conservadores y de centroizquierda.
Salvar vidas, solidarizarse y apoyar a personas a las que se les ha arrebatado todo, acogerlas, convivir con ellas, defenderlas legalmente y ayudarlas a encontrar una nueva oportunidad en una nueva tierra se ha convertido en delito.
Por ello planteamos que es hora no solo de frenar esta criminalización, sino de apoyar -en las esferas locales, nacionales, estatales e internacionales correspondientes- a estas personas y organizaciones y enaltecer los valores que defienden.
- El rechazo, las deportaciones y la creciente persecución violenta de migrantes y refugiadas liderada por las fuerzas de extrema derecha y neofascistas en Europa como un elemento central de su estrategia política, tienen como objetivos, en primer lugar, acabar con la vida social y política que lucha por establecer una sociedad de iguales en derechos y libertades, regida por los valores y prácticas de dignidad, respeto, solidaridad, inclusión y democracia, en definitiva valores de humanidad.
En segundo lugar esa estrategia pretende construir una sociedad autoritaria y patriarcal basada en el odio y en la exclusión de las personas vulnerables, empobrecidas, excluidas, diferentes, migrantes.
Enfrentarse a esas políticas institucionales racistas de exclusión y rechazo es hoy una actitud clave para hacer frente y detener la implantación en Europa del modo de vida antihumano que ante el fracaso de la Europa social, el recorte de derechos y la crisis de la democracia proponen las fuerzas extremistas de derecha y neofascistas y quienes las secundan.
– Por eso nos comprometemos a rechazar las políticas de odio y discriminación como norma de convivencia, y a defender los valores de humanidad y solidaridad como modo de vida en Europa.
Y mientras esas políticas de odio y exclusión no sean barridas de nuestras sociedades, eliminadas las causas de las migraciones y alcanzado el objetivo de todos los derechos para todas las persona – porque los derechos que no son para todas, son privilegios.
– Nos comprometemos a recordar que todas las personas siempre hemos sido migrantes: nuestros mayores, nuestras madres y padres sufrieron -y probablemente nuestras hijas, hijos y descendientes sufran- el dolor y la miseria de las migraciones, el exilio y la desigualdad.
– Y por todo ello nos comprometemos a manifestar una solidaridad activa con las personas que ahora padecen esa situación y a considerarlas una parte integral de nuestras sociedades.
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