“En las refinerías sucede la gran batalla”
David Paravisini
Verónica Díaz
Jair, mi compañero de trabajo pasó 12 horas en
una cola para llenar su tanque de gasolina.
Esta es nuestra cotidianidad desde
hace algunas semanas.
Otra vez la pesadilla revive.
Entre abril y marzo tampoco hubo
gasolina en Venezuela, escasez que se solucionó con la llegada de cinco buques
iraníes (Fortune, Forest, Petunia, Faxon y Clavel) cargados con 1,53 millones
de barriles de gasolina, que arribaron a los puertos venezolanos pese a las
amenazas del presidente Donald Trump, quien al igual que ahora había emitido
sanciones para impedir que se importe gasolina.
Otra vez los venezolanos esperamos la
llegada de tres embarcaciones iraníes (Forest, Fortune y Faxon), que navegan
por el Oceáno Atlántico desconectadas de los sistemas de rastreo, para evitar
ser detectadas.
Poseer la segunda refinería más
grande del planeta (el Centro Refinador Paraguaná) y no tener gasolina parece
una paradoja pero no lo es.
David Paravisini, integrante de la
subcomisión de Petróleo, Gas, Energía y Agua de la Asamblea Nacional
Constituyente, considera que nuestras inmensas riquezas petroleras son
precisamente la causa por la que escasea la gasolina, porque Venezuela está
siendo atacada por aquellos que pretenden retomar el control de las mayores reservas
de petróleo del planeta.
¿Qué papel juega el petróleo
venezolano en la geopolítica mundial? - Desde mediados del siglo IXX el
petróleo se transformó en una energía no renovable fundamental para el planeta
debido a que se logró producir de manera sostenida a través de procesos
industriales y procesarlo con tecnologías dominables y replicables, hasta
erigirse como la fuente de energía primaria por excelencia, desplazando al
carbón.
El petróleo hoy no tiene un
sustituto, debido a que existe una relación de 10 a 1 en eficiencia energética.
Mientras no haya otra fuente de
energía que lo supere bajo un modelo capitalista no habrá manera de cambiar el
parámetro de consumo mundial de los hidrocarburos.
Venezuela, por su parte, posee las
reservas de crudo más grandes del mundo y es el país más cercano a la nación
que consume más energía per cápita del planeta (EEUU) quien pese a que solo
posee el 3% de la población mundial consume el 25% del total de la energía.
Por esta razón permanentemente
Norteamérica está en la búsqueda de fuentes energéticas para mantener su
exagerado y exorbitante ritmo de consumo.
Su liderazgo se basa en la guerra,
por lo que necesita apoderarse de todas las fuentes energéticas del planeta.
Durante estos últimos 20 años ha
recurrido a la guerra para consolidar su control, por lo que todos los países
con riqueza petrolera son un objetivo político-militar y económico para el
imperialismo yankee.
Eso explica su apetencia por poseer
el petróleo venezolano. ¿Considera que controlar el petróleo venezolano sería
un trofeo electoral para Donald Trump? - En estos 150 años no se ha alterado
esta dependencia del petróleo, ya que es vital para mantener el patrón
energético mundial bajo el modelo capitalista, por ello su control es
estratégico, por lo que Venezuela es un objetivo prioritario con o sin
pandemia, o tiempos de elecciones.
La oposición afirma que la Revolución
no tiene capacidad de recuperar los niveles de producción… ¿Qué opina? - Desde
siempre nos han dicho que no somos capaces de manejar nuestras riquezas
petroleras y se ha demostrado una y varias veces que no es cierto.
Incluso cuando Carlos Andrés Pérez
nacionalizó el petróleo en 1975 hubo oposición a la creación de PDVSA, el
propio expresidente Rómulo Betancourt llegó a afirmar que el petróleo debía ser
manejado por los que “sabían”.
Aquella nacionalización fue “chucuta”
(defectuosa) porque las concesiones vencían en
1983, por lo que las propias transnacionales propiciaron su adelanto en
condiciones favorables para sus intereses.
Nuestra empresa petrolera para la
época (la CVP) fue dejada de lado y se crearon filiales controladas por
intereses foráneos.
El paro petrolero (2002-2003) fue una
apuesta “En las refinerías sucede la gran batalla” de la aristocracia
tecnócrata que manejaba a PDVSA para la época (la Gente del Petróleo) quienes
pensaron que tumbarían al gobierno de Hugo Chávez, ya que se creyeron que sólo
ellos podían manejar a PDVSA, lo que haría colapsar a un país cuya economía
depende de la renta petrolera.
Pero los trabajadores y trabajadoras
nacionalistas, junto a la Fuerza Armada y al pueblo organizado recuperaron la
industria.
Hoy estamos otra vez enfrentando un
ataque brutal desde adentro y desde afuera.
Hay sabotaje y un burocratismo
exagerado dentro de PDVSA, hay corrupción y quintas columnas que colaboran con
los factores externos, quienes son los determinantes para generar la aguda
crisis que estamos viviendo que impide la comercialización de nuestro petróleo
y dificulta la compra de los insumos que requiere la industria petrolera
nacional para funcionar.
Otra vez insisten en nuestra
incapacidad para producir petróleo, gasolina y manejar la petroquímica.
Pero una y otra vez se demostrará que
tenemos los trabajadores y trabajadoras con conocimientos suficientes y un
pueblo dispuesto a respaldar al presidente Maduro, quien emitió dos decretos el
20 de febrero de este año (creación del estado emergencia y excepción
energética y la conformación de la Comisión Presidencial Alí Rodríguez Araque
para la toma de decisiones en materia petrolera, gasífera, refinadora y
petroquímica), también fueron conformados los Consejos Productivos de
Trabajadores y Trabajadoras (CPT) para reto mar la dirección de la producción
de todas las actividades petroleras.
De manera que la oposición ofrece una
apuesta fraudulenta que además supone la guerra contra nuestro país.
Su estrategia se basa en quitarnos
mercados, impidiendo que tengamos acceso a las materias primas necesarias para
que funcione nuestra industria petrolera.
Pero están siendo derrotados, porque
en Venezuela se está produciendo petróleo, tanto el convencional como el de la
Faja, y además se está arrancando con paso firme, aunque con muchas
dificultades, la producción de gasolina, petroquímica y gas.
Pero, pese a ser dueños de una de las
refinerías más grandes del planeta, no hay gasolina en Venezuela… - Uno de los
sectores más afectados por las llamadas sanciones ha sido el petrolero.
Cuando EE. UU. dijo que atacaría a
PDVSA se estaba refiriendo a sus trabajadores y trabajadoras, quienes en las
condiciones más adversas están sustituyendo tecnología, Cuando EEUU dijo que
iba contra PDVSA se refería a sus trabajadores y trabajadoras nacionalistas,
quienes en las más adversas condiciones están luchando por recuperar la
producción de petróleo, gasolina y gas, porque hoy -al igual que ocurrió durante
el paro petrolero- la estatal está siendo atacada desde afuera y desde adentro
para rehacer sus unidades de producción.
Es una lucha extraordinaria de
ingeniería y compromiso patrio, porque es en las refinerías donde sucede la
gran batalla.
Esa lucha se está dando, pero como lo
reconoció el propio presidente Maduro, hay factores dentro de PDVSA
burocráticos y corruptos que sabotean.
Desde hace 4 años nuestras refinerías
fueron paralizadas, dos de los presidentes de PDVSA fueron detenidos por su
fraudulento manejo de la principal industria de Venezuela.
Reitero que a lo interno sucede una
lucha inmensa.
Poner a producir nuestras refinerías
es un asunto de amor patrio.
Se dice que fue el propio Rafael
Ramírez quien indujo al sabotaje que ocasionó la explosión de Amuay en Cardón.
También decidió no invertir más en
refinación, reforzando la dependencia.
Lo que nos hace independientes no es la
exportación de materias primas, sino de productos elaborados, lo que significa
no exportar más petróleo, prefiriendo gasolina, gasoil, y kerosén.
Es un asunto político esencial para
lograr nuestra soberanía, independencia y desarrollo.
¿Qué significado tiene la llegada del
crudo y la gasolina iraní? - Dentro de esta gran batalla está nuestra amistad
con nuestros socios con quienes hemos tenido una sólida relación (Irán, Rusia,
China, Turquía e India) que nos permite ir sustituyendo a EE. UU. y algunos
países de Europa que han sido nuestros principales proveedores de tecnología.
Por ejemplo, nuestros grandes
compresores para mover el gas por todo el país, operar refinerías y
petroquímicas, son Siemens (alemanes) país que no nos vende ni un tornillo, por
lo que nuestros trabajadores y trabajadoras apoyándose con nuestros aliados han
tenido que aprender a adaptar los equipos al actual escenario de guerra.
Irán es un aliado que también estuvo
sometido a un embargo tan brutal como el que hoy padece Venezuela, y para
aquella oportunidad el presidente Chávez, venciendo todas las amenazas, envió
buques a la nación persa.
Hoy Irán corresponde el gesto con
valentía enviando gasolina e insumos para la industria petrolera venezolana,
porque ambas naciones comparten esa lucha de dignidad contra un imperio que ha
exacerbado sus amenazas y la violación de todos los convenios internacionales
de no agresión y respeto a la autodeterminación de los pueblos.
De manera que la relación con Irán es muy
especial porque se trata de dos países a quienes se les aplica las sanciones
más brutales.
Esta alianza significa la creación de
un nuevo estadio en la construcción de la paz, basada en la reciprocidad y la
solidaridad, por lo que en mi opinión tenemos asegurado el triunfo por encima
de la guerra y el abuso extraterritorial e imperialista.
David Paravisini relata que Venezuela
inició su historia petrolera con un modelo extractivista, donde las empresas
extranjeras se llevaban el petróleo y dejaban la menor cantidad de ganancias a
su legítimo dueño, bajo el amparo de gobiernos entreguistas, como sucedió en
tiempos de Juan Vicente Gómez y sus complacientes concesiones a los capitales
foráneos.
El 15 de diciembre de 1922 el pozo
Los Barrosos No. 2, hoy R-4, reventó y por 9 días escupió 100.000 barriles
diarios de petróleo, proeza que despertó la avaricia de las transnacionales
petroleras que ya habían conformado poderosos oligopolios.
Venezuela se transformó en su súbdito
y el tutelaje corporativo impuso su tecnología y hasta la llegada del
comandante Hugo Chávez que se apropió del petróleo venezolano, no hubo avances
en educación, ciencia o tecnología.
¿Puede EEUU decidir que Venezuela no
reciba la gasolina iraní? -EEUU, como país imperialista aplica sanciones a
aquellos países que no le obedecen.
Cuba ha sido bloqueada por más de 60
años por leyes norteamericanas (Ley Helms-Burton- Ley Torricelli…).
Aplican medidas financieras a las
empresas que negocian con el país castigado, chantajeando a las empresas para
que no hagan negocios con los países que desean aislar.
A las empresas dueñas de los buques
petroleros les aplican sanciones financieras.
Los barcos iraníes son propiedad de
un estado igualmente sancionado, no obstante, se vive una gran tensión porque
EE. UU. Es capaz de cualquier cosa, porque está manejado por bestias, como los
definió el Che Guevara. ¿Aplican un bloqueo naval? - Lo que los irrita es que
lleguen los buques iraníes pese a sus medidas extraterritoriales para aislar a
Venezuela, porque se demuestra -como decía Mao- que EE. UU. es un tigre de
papel.
Hoy nos toca decidir si nos vamos a
doblegar y los dejemos imponer un gobierno en Venezuela que les entregue
nuestro petróleo.
¿Qué propone la oposición? - Hay un
grupo de venezolanos, aunque pequeño, que quieren entregar Venezuela a EE. UU.
Toda Venezuela, no solo el petróleo, también el oro, coltán, nuestros ríos,
todo…
Es nuestra soberanía y libertad lo
que nos estamos jugando. ¿Planean invadir a Venezuela? - No invadirán a
Venezuela porque no está dentro de sus intereses.
Prefieren financiar invasiones.
Utilizan grupos religiosos
extremistas, paramilitares.
Buscan que la conflictividad surja a
lo interno, por lo que financian el saboteo de los servicios, buscan que falle
el agua, van a tratar de reventar la paciencia de los venezolanos.
Pero hay un estado de nivel de
conciencia.
Todo dependerá si como país podemos
poner en marcha nuestro aparato productivo energético interno.
En estos momentos los mercados
petroleros están saturados ya que la demanda ha caído drásticamente a causa de
la pandemia.
Es desde adentro y hacia nuestra
economía hacia donde nos tenemos que enfocar.
Cualquier pretensión de producir
altos niveles de petróleo es absurda porque no hay mercado y los inventarios de
petróleo están saturados.
Yo sinceramente considero que estamos
a las puertas de una economía no rentista. •
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