Brasil: Un golpe parlamentario y el
retorno reaccionario de la religión,
familia, Dios y contra la corrupción
LA PAYASADA DE UNA CATERVA DE
CORRUPTOS HABILITA EL JUICIO POLÍTICO A
DILMA ROUSSEF. LA OFENSIVA IMPARABLE DE
LA DERECHA ORTODOXA TRAERÁ GRAVES
CONSECUENCIAS TANTO PARA LA IZQUIERDA
EXTRAPARLAMENTARIA Y DE INTENCIÓN
REVOLUCIONARIA DE BRASIL COMO PARA LA
DEL RESTO DEL CONTINENTE. -
Jorge Zabalza
por Leonardo Boff
ALAI AMLATINA, 18/04/2016.- Al observar el comportamiento de los parlamentarios en los tres días que discutieron la admisibilidad del impedimento de la presidente, Dilma Rousseff, nos parecía estar viendo niñitos divirtiéndose en un jardín de infantes. Gritos de todos lados. Coros recitando sus mantras en contra o a favor del impedimento. Algunos vinieron engalanados con los símbolos de sus causas. Gente vestida de la bandera nacional, como si fuera un día de carnaval. Letreros con sus consignas repetitivas. En fin, un espectáculo poco digno de personas decentes de quienes se esperaría un mínimo de seriedad. Se llegó incluso a hacer un juego de apuestas como si fuera una lotería o un partido el fútbol.
Pero lo más sorprendente fue la figura del presidente de la Cámara que presidió la sesión, el diputado Eduardo Cunha. Ha sido imputado de muchos crímenes y está acusado por el Tribunal Supremo: un gánster juzgando a una mujer decente contra quien nadie se atrevía a atribuirle algún delito.
Tenemos que cuestionar la responsabilidad del Tribunal Supremo Federal por haber permitido este acto que nos avergonzó nacional e internacionalmente, al punto que el New York Times del 15 de abril, escribió: "Ella no robó nada, pero está siendo juzgada por una banda de ladrones." ¿Qué interés secreto alimenta al Tribunal Supremo a cometer una omisión tan escandalosa? Nos negamos a pensar que esté participando en una conspiración.
Durante el razonamiento del voto ocurrió algo absolutamente escandaloso. Se trataba de juzgar si la presidenta había cometido un crimen de irresponsabilidad fiscal con otras gestiones administrativas de las finanzas, como base jurídica para un proceso político de impedimento que implicaría remover a la presidenta del cargo que había conseguido mediante el voto popular mayoritario. Gran parte de los diputados ni siquiera se refirieron a esta base jurídica, el famoso “pedaleo” de impuestos, etc. En lugar de apoyarse jurídicamente en el eventual delito, dieron alas a la politización de la insatisfacción generalizada que se extiende a través de la sociedad por la crisis económica, el desempleo y la corrupción en Petrobras. Esta insatisfacción puede representar un error político de la presidenta, pero no constituye ningún delito.
Como en un ritornello, la gran mayoría se centró en la corrupción y los efectos negativos de la crisis. Tildaron hipócritamente al gobierno de corrupto, cuando bien sabemos que un gran número de diputados está bajo sospecha de delitos de corrupción. Buena parte de ellos fue electa con el dinero de la corrupción política, sostenida por las empresas. Generalizando, con honrosas excepciones, los diputados no representan los intereses colectivos, sino los de las empresas que financian sus campañas.
Cabe señalar un hecho preocupante: surgió de nuevo como espantapájaros la vieja campaña que estimuló el golpe militar de 1964: las marchas de la religión, de la familia, de Dios y contra la corrupción.
Decenas de parlamentarios de la bancada evangélica lanzaron discursos en tono religioso, invocando el nombre de Dios.
Y todos, sin excepción, votaron por el impedimento. Pocas veces se ha ofendido tanto el segundo mandamiento de la ley de Dios que prohíbe usar el santo nombre de Dios en vano.
Gran parte de los parlamentarios, de forma pueril, dedicaron su voto a la familia, a la mujer, la abuela, los hijos y nietos, citando sus nombres, en una banal espectacularización de la política.
En cambio, quienes se pronunciaron contra el impedimento lo argumentaron y mostraron un comportamiento decente.
Se trató de un juicio de tintes políticos sin bases legales convincentes, lo cual viola el precepto constitucional. Lo que ocurrió fue un golpe parlamentario inaceptable.
Los votos en contra del impedimento no fueron suficientes. Todos salimos disminuidos como nación y con vergüenza de los representantes del pueblo que, en realidad, no lo representan ni tienen la intención de cambiar las reglas del juego político.
Ahora solo nos queda esperar la racionalidad del Senado, que examinará la validez o no de los argumentos legales, la base para un juicio político sobre un posible delito de responsabilidad, negado por destacados juristas del país.
Tal vez aún no hemos madurado como pueblo para poder llevar cabo una democracia digna de ese nombre: la traducción al campo de la política de la soberanía popular.
- Leonardo Boff es articulista de JB online y escritor.
URL de este artículo: http://www.alainet.org/es/
Derecha brasileña tira adelante Golpe institucional contra Dilma
18 abril, 2016 LibreRed / Prensa Latina
Cuando aún faltaban por votar más de 30 de los 511 legisladores presentes en el plenario, la oposición logró conseguir los 342 apoyos necesarios para encaminar la solicitud al Senado, que será el encargado de decidir si abre o no el proceso de destitución.
El clima que se vivía hoy en la cámara baja era de temor y expectativa, mientras la palabra de orden era traición, reseñó la Agencia Brasil, que citó como ejemplo al Partido Progresista (PP), 11 de cuyos congresistas habían prometido votar contra el impeachment y a última hora cambiaron de opinión.
También mencionó al peemedebista Mauro Lopes, quien fue exonerado esta semana de su cargo de ministro de la Aviación Civil para que pudiera retomar su escaño en la cámara y votar contra el pedido de juicio político y esta tarde votó a favor.
Algo similar ocurrió con el presidente nacional del Partido de la República (PR), Alfredo Nascimento, quien renunció a su cargo para desoír la orientación de su bancada y votar por la admisión del procedimiento de destitución de Rousseff.
El diario Folha de Sao Paulo, en tanto, publicó una nota en su edición digital según la cual varios diputados reconocieron haber sido presionados fuertemente por empresarios para que apoyaran la admisión del juicio político.
El pedido de impeachment fue aceptado por Cunha el pasado 2 de diciembre en una acción que el abogado general de la Unión, José Eduardo Cardozo, calificó de notorio desvío de poder y un acto de venganza por no recibir el apoyo de diputados del gobierno para frenar el proceso de casación que enfrenta en la Comisión de Etica.
Cunha debe responder ante ese órgano por mentir al Congreso, al negar que poseía cuentas bancarias secretas en Suiza. Además, fue denunciado por la Procuraduría General de la República por corrupción y lavado de dinero.
Una vez admitida por el plenario de la Cámara de Diputados, la solicitud de juicio político pasa al Senado, que deberá aprobar por mayoría simple si procede o no. En caso afirmativo, la Presidenta será apartada del cargo por un periodo de 180 días en el transcurso del cual será juzgada.
En un mensaje difundido ayer a través de las redes sociales, Dilma Rousseff denunció que el proceso que este domingo concluía en la cámara baja constituye el mayor fraude jurídico y político en la historia de Brasil.
No hay razón para un proceso como éste, pues me acusan sin ninguna base legal. Yo no cometí ningún delito de responsabilidad, ni hay denuncias contra mí por corrupción, desvío de dinero público o sobornos, dijo.
De acuerdo con versiones de prensa, Rousseff acompañó la votación desde la residencial oficial del Palacio da Alvorada junto el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, ministros y asesores. - Prensa Latina
Brasil: Diputados autorizan el juicio político para destituira la presidenta Dilma Rousseff
“Está autorizada la instauración del proceso (de impeachment)”, dijo el presidente de la cámara de Diputados y adversario de Rousseff, Eduardo Cunha, al cerrar la sesión poco antes de la medianoche del domingo.
Legisladores opositores comenzaron entonces a cantar el himno brasileño y hubo festejos en las calles de varias ciudades.
El pedido de juicio político pasará ahora al Senado, que si lo aprueba por mayoría simple obligaría a Rousseff a apartarse del cargo por hasta 180 días, mientras la juzga.
En ese caso el vicepresidente, Michel Temer, pasaría a ocupar la presidencia de forma interina y quizá hasta el fin del mandato en 2018 si Rousseff fuera destituida.
En una primera reacción del gobierno a la votación, el ministro jefe de gabinete, Jaques Wagner, afirmó que supone un riesgo para la democracia.
“La decisión de la Cámara de Diputados amenaza interrumpir 30 años de democracia en el país”, sostuvo Wagner en un comunicado.
Rousseff se pronunciará el lunes, anunció el abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo.
“Si alguien cree que ella se curvará, se equivoca”, dijo Cardozo, exministro de Justicia. “Luchará con todos aquellos que defienden la democracia”.
Tensión y gritos
La crucial sesión de diputados transcurrió en un clima por momentos tenso, comenzó con empujones y fuertes acusaciones entre legisladores, y gritos de “fuera Dilma” o “no va a haber golpe”.
Fuera del Congreso en Brasilia, como en decenas de ciudades del país, hubo actos masivos a favor y en contra de Rousseff, una ex guerrillera de izquierda de 68 años que asumió la presidencia en 2011.
En las elecciones de 2014 Rousseff renovó su mandato, pero ahora podría convertirse en el segundo presidente que pierde el cargo durante un juicio político desde el retorno de la democracia en 1985.
En 1992, el entonces presidente y actual senador conservador Fernando Collor renunció tras ser sometido a unimpeachment en medio de un escándalo de corrupción.
El pedido del juicio político a Rousseff fue presentado al Congreso en octubre, por tres juristas que la acusan de maquillar el déficit presupuestal al usar fondos de bancos públicos para financiar programas de gobierno.
Según la denuncia, eso violaría una ley de responsabilidad fiscal, dando pie a la apertura del juicio político.
Rousseff rechaza la acusación, afirma que gobiernos anteriores hicieron lo mismo y que Temer y Cunha conspiran para dar un golpe de Estado.
“Graves crisis”
El proceso de impeachment presidencial transcurre en medio de una feroz crisis económica en Brasil y un gigantesco escándalo de sobornos en la petrolera estatal Petrobras, que salpica al PT y a varios partidos
.
Rousseff no enfrenta cargos de corrupción o enriquecimiento ilícito, como ocurre con varios legisladores.
VideoBlog de Monedero Ni Lula ni Dilma son ya la izquierda vegetariana
http://especiales.publico.es/Un golpe que se vio en vivo y en directo (Brasil) –
Por Eric Nepomuceno
18 abr, 2016 - Página 12
Han sido 367 votos favorables y 137 contrarios a la destitución de Dilma Rousseff, que llegó al poder al amparo de 54 millones de votos. Otras nueve ausencias y abstenciones podrían ayudar a la mandataria a permanecer en su puesto, pero ni modo. Ayer, la Cámara de Diputados presidida por Eduardo Cunha, quien es reo en el Supremo Tribunal Federal por crímenes diversos, que van de la lisa y llana corrupción a mantener cuentas ocultas en Suiza, decidió poner un final al gobierno de quien ni siquiera está investigada.
En las justificaciones de votos de los que defenestraron a la mandataria apenas mencionan los crímenes de que es acusada. Han sido votos a nombre de Dios, de la Patria, de la familia, es decir, puras diversificaciones frente a un momento tan decisivo para el futuro del país.
El camino abierto ahora prevé pocas alternativas para Dilma Rousseff. Dentro de pocas semanas –la fecha inicialmente prevista es el miércoles, 11 de mayo– el Senado decidirá si acepta o no lo que indica la Cámara de Diputados, es decir, si abre o no el juicio a la mandataria. En caso positivo, Dilma Rousseff será apartada de la presidencia por un plazo que podrá llegar a 180 días, tiempo que tendrá para presentar su defensa.
Nadie cree que el Senado cambie la decisión de la Cámara de Diputados. O sea, el juicio a Dilma será instaurado. Y nadie cree que, en el Senado, ella logre cambiar el veredicto de los diputados.
En pocas palabras: Dilma Rousseff está liquidada. Los números de ayer han sido suficientemente elocuentes para fulminar de una vez su defensa. A ella le quedan alternativas como recurrir al Supremo Tribunal Federal, pero las posibilidades son muy cercanas a cero. El resultado de ayer superó las peores expectativas de sus defensores, inclusive en la opinión pública. Ha sido una derrota que superó a la anunciada.
La presidenta seguirá en su puesto hasta que el Senado defina si acepta o no la decisión de la Cámara. Eso significa algo entre dos o a lo sumo tres semanas. Será una presidenta fantasma. Nada de lo que haga en ese corto período de tiempo será considerado sólido o válido. Si el Senado acepta, y seguramente lo hará, la apertura del proceso de destitución, Michel Temer, el vicepresidente, asumirá el poder.
A la una de la madrugada de hoy, asesores muy cercanos a Dilma reafirmaron que la presidenta pretende dar batalla hasta el último instante (ver recuadro), o sea, no renunciará al puesto. Con eso, el país seguirá a la deriva, esperando por un vicepresidente sin legitimidad pero con el respaldo de una oposición dispersa, cuyo proyecto de gobierno es difuso.
Si se recuerda que Brasil vive una de las peores, si no la peor, recesión económica de sus últimos cien años, que viene de un período de año y medio en que el gobierno de Rousseff siquiera logró gobernar, lo que les espera a Michel Temer y sus aliados es un escenario nebuloso, de dudas y crisis. Y más: tendrá que enfrentarse con la anunciada oposición durísima de los movimientos sociales, de las principales agrupaciones sindicales y con todos los que no se resignan al golpe institucional que victimó a una presidenta inepta pero que no cometió ningún crimen que justificase su destitución.
En términos prácticos, hoy mismo empieza el gobierno –todavía no anunciado– de Michel Temer, el vicepresidente que se bandeó a la oposición. El país vivirá un fenómeno insólito: una presidenta en plenas y constitucionales funciones, hasta que el Senado de su veredicto, pero sin credibilidad alguna. Una presidenta fantoche.
Y un vicepresidente sin legitimidad alguna, a la espera de poder poner las manos sobre el bastón presidencial y empezar a gobernar.
Los llamados “agentes económicos” –empresarios, inversionistas, especuladores del mercado financiero– viven una expectativa que está en plena ebullición. Al mismo tiempo, las fuerzas que por tradición apoyan al PT –movimientos sociales, centrales sindicales– se preparan para responder a lo que clasifican como un “golpe blanco”.
Mucho más que defenestrar a una presidenta impopular, que condujo un gobierno inepto, lo que se abrió ayer en Brasil, con la decisión de la Cámara de Diputados, ha sido un período de profundas y graves incertidumbres.
Brasil entra en una zona de tinieblas, y las tensiones no harán más que reforzarse en los días que vendrán.
Michel Termer armó, en las últimas semanas, un gobierno que todavía no ha sido presentado al país. Lo hará pronto. Pero será siempre un gobierno nacido de un golpe institucional, que contará con el respaldo del gran capital pero sin ningún reconocimiento del electorado.
Eric Nepomuceno. Periodista y escritor brasileño. - Página 12
Bochorno en el Día Mundial de la
Lucha por la Tierra
Brasil: El Golpe de los esclavócratas
Por: Página 12 | Lunes, 18/04/2016 06:32 AM | Aporrea
Buenos aires, abril 18 - Al llamado de un señor con gemelos y sonrisa sardónica, los diputados iban pasando uno a uno para gritar su voto delante del micrófono.
Diez diputados del Estado de Pará votaron Sí a la admisibilidad del juicio político. Siete votaron No. Uno se abstuvo.
A las seis y media de la tarde, en Pará había ganado el golpe.
Ubicado al norte, recostado contra Surinam y el Atlántico, Pará cobija la mayor reserva de mineral de hierro del mundo y es una zona rural. En una superficie de 1.253.164 kilómetros cuadrados (cuatro provincias de Buenos Aires o una Colombia) viven casi ocho millones de habitantes.
El 17 de abril no es un día cualquiera para el Estado. Ayer se cumplían 20 años exactos de la masacre de Eldorado do Carajás, en Pará, cuando 19 trabajadores rurales fueron asesinados por la policía.
El periodista Eric Nepomuceno, uno de los corresponsales de Página/12, reconstruyó la historia en su maravilloso libro O Massacre. Califica los asesinatos como “una de las más frías y emblemáticas matanzas de la historia contemporánea de Brasil”. Todos pertenecían al Movimiento de los Sin Tierra, la mayor organización social fuera de los sindicatos.
Hace 20 años Pará tenía registrados 18 mil campesinos en estado de servidumbre. Como el salario no les alcanzaba, quedaban atados al patrón, el fazendeiro, por los vales de almacén.
Hace 20 años Pará tenía registrados 18 mil campesinos en estado de servidumbre. Como el salario no les alcanzaba, quedaban atados al patrón, el fazendeiro, por los vales de almacén.
Cuenta Eric que en 2004, ya durante el gobierno de Lula, la familia de hacendados Mutran fue multada en 435 mil dólares por trabajo esclavo. Según la Pastoral de Tierra del Episcopado, solo entre 1971 y 2004 fueron asesinados 772 campesinos por reclamar tierras. “Es más peligroso matar un buey que un hombre”, escribió Eric. “Los matadores de ganado normalmente son apresados y condenados; los matadores de hombres quedan impunes.”
A las cinco de la tarde del miércoles 17 de abril de 1996 155 efectivos de la Policía Militar y quizás también pistoleros parapoliciales dispararon contra 2500 manifestantes del MST.
El gobernador era Almir Gabriel, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, el mismo que encabezaba el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso. Lo recordó ayer Valmir Assunçao, diputado del PT por Bahía. Gabriel fue quien dio a la PM la orden de dispersar la marcha.
A las cinco de la tarde del miércoles 17 de abril de 1996 155 efectivos de la Policía Militar y quizás también pistoleros parapoliciales dispararon contra 2500 manifestantes del MST.
El gobernador era Almir Gabriel, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, el mismo que encabezaba el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso. Lo recordó ayer Valmir Assunçao, diputado del PT por Bahía. Gabriel fue quien dio a la PM la orden de dispersar la marcha.
Murió en 2013 sin haber sido investigado ni procesado. La Justicia solo condenó a un coronel y a un mayor. No la pasaron muy mal. Fueron detenidos en noviembre de 2004 y liberados al año siguiente.
El 17 de abril quedó consagrado como Día Mundial de la Lucha por la Tierra.
Ninguno de los diez diputados que ayer votó Sí recordó la matanza. Uno gritó que votaba Sí “contra los ladrones del PT”. Otro vociferó que votaría Sí porque “tengo una familia y un hijo de cuatro años y no quiero que le enseñen sexo en la escuela”.
Sin embargo, esos legisladores de Pará y los otros que votaron Sí comenzaron a cortar un proceso social de integración que necesitaba décadas para afirmarse y ahora puede quedar inconcluso.
Eduardo Cunha (foto), presidente de la Cámara de Diputados y dueño de la sonrisita a lo Giulio Andreotti, es la cara visible de la conspiración para tumbar a Dilma y destruir al Partido de los Trabajadores. La Corte Suprema lo procesó el mes pasado por corrupción en el sistema multimillonario de coimas de Petrobras. Ultraconservador, es autor de proyectos para instituir un Día del Orgullo Heterosexual y penar con 10 años a los médicos que ayuden a abortar.
Cunha pasó por partidos menores y terminó recalando en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, una constelación de jefes estaduales ligados a los poderes locales sin cuyos representantes en el Congreso nadie puede gobernar Brasil. El PMDB fue aliado de Cardoso, aliado pasivo de Lula y después aliado activo del PT, a tal punto que Lula promovió al pemedebista Michel Temer como vicepresidente de Dilma en 2010 y de nuevo en 2014. El PMDB cogobernó mientras pudo obtener ventajas y dejó de hacerlo cuando la crisis económica empezó a notarse en el PBI, que este año puede achicarse un 4 por ciento. El entramado de alianzas se basó en la confluencia de intereses y en la lubricación por coimas. Cuando la crisis y la impericia de Dilma en la gestión presidencial pusieron incómodo al principal aliado, salió a la superficie la lubricación compartida por legisladores del PMDB, del PSDB y por algunos legisladores o funcionarios del PT.
A la suma de corrupción más recesión más conspiración es difícil ganarle. Una presidenta paralizada políticamente quiso huir hacia adelante con un ajuste y un ajustador ortodoxo. El PMDB se corrió para que el descrédito cayera sobre el PT, Dilma y Lula. Si el Senado desplaza a Dilma por 180 días quedará Temer en el Planalto, que por cierto no promete continuar con las políticas neodesarrollistas de Lula sino superar la ortodoxia de Joaquim Levy, el primer ministro de Hacienda en el segundo mandato de Dilma.
Ni el PMDB en versión Cunha-Temer ni el PSDB de Aécio Neves están lejos de Almir Gabriel, aquel gobernador de Pará que ordenó matar. Pero el PT, que siempre encarnó a las fuerzas opuestas a los fazendeiros, quedó enredado y a la defensiva. Parecía imposible imaginar entonces este capítulo para un partido que solo siete años después de la matanza, en 2003, comenzó con Lula la reparación social más imponente de la historia de Brasil.
Los diputados que ayer gritaban como salvajes no son una rareza. Simplemente, su monstruosidad fue televisada. Así funciona Brasil. En circunstancias críticas afloran los valores racistas, clasistas y esclavócratas. Los trabajadores de hoy serían como los esclavos del siglo XIX o como los reducidos a servidumbre en Pará y no deberían molestar asomándose a la casa grande de los amos. Esos valores se trasladan a toda la elite y cubren con una ideología tradicionalista y grotesca los intereses de los bancos transnacionales, el gran empresariado nacional que enarbola la bandera “Renuncia ya” en la sede de la Federación de Industriales de San Pablo, los tránsfugas del sistema político y los medios gigantescos, que en el caso de la televisión abierta conforman un monopolio como Globo. Fue notorio ayer el tono prepolítico de muchos diputados que votaron por el Sí. Algunos invocaron a sus electores. Pero los más mencionaron a sus padres, a sus hijos, a su familia e incluso a sus amigos como fuente legitimadora del voto. O dijeron que votaban Sí “contra el comunismo”, como Jair Bolsonaro de Río, que honró al torturador de Dilma durante la dictadura Brilhante Ustra.
Los motivos del No fueron claros. Como dijo Marcelo Castro, un miembro dilmista del PMDB, Dilma es honesta, Dilma no robó, Dilma no tiene empresas ni cuentas en el exterior, o sea que no hay delito. Y sin delito el juicio es un golpe.
Si después de la admisibilidad votada ayer en Diputados el Senado desplaza a Dilma y, peor, si luego la echa, habrá que releer el análisis de Ciro Gomes. Ex ministro de Lula y opositor a Dilma, pero sobre todo contrario al impeachment, dijo en la revista Carta Capital que si el golpe se consuma “no veo posibilidades de gobierno estable en los próximos 20 años”. Describió que en el odio y la rabia confluyen tres grandes grupos: los electores frustrados de Neves, los afectados por la decadencia económica y los impactados por “novelización del escándalo a cargo de los grandes medios”. Cunha sería la síntesis de esa triple negación. Y Temer, la encarnación “de la ilegitimidad del gobernante y del entreguismo a los intereses internacionales, flagrantemente metidos en este asunto sobre todo cuando hablamos de petróleo”.
El voto de ayer es una horrible noticia para la Argentina. Mauricio Macri fue endiosado por los megaindustriales de la Fiesp. Pero la persistencia de la caída económica y la crisis política en el principal socio de la Argentina achicará aún más las chances de recuperación económica. Golpeará directamente en la industria automotriz y menguará las exportaciones industriales.
La admisibilidad del impeachment es una derrota propia para los millones de argentinos y de sudamericanos que simpatizan con la protección de derechos laborales, con una mayor intervención del Estado, con políticas reformistas, con la integración y con la carta de los Brics como alternativa en materia de financiamiento sin condicionalidades conservadoras.
El Congreso brasileño está retrasando la historia en Brasil y en toda Sudamérica.
Como dijo Patrus Ananias, del PT, voto número 100 contra el juicio político, “es un golpe contra los pobres”.
El golpe de los esclavócratas.
El 17 de abril quedó consagrado como Día Mundial de la Lucha por la Tierra.
Ninguno de los diez diputados que ayer votó Sí recordó la matanza. Uno gritó que votaba Sí “contra los ladrones del PT”. Otro vociferó que votaría Sí porque “tengo una familia y un hijo de cuatro años y no quiero que le enseñen sexo en la escuela”.
Sin embargo, esos legisladores de Pará y los otros que votaron Sí comenzaron a cortar un proceso social de integración que necesitaba décadas para afirmarse y ahora puede quedar inconcluso.
Eduardo Cunha (foto), presidente de la Cámara de Diputados y dueño de la sonrisita a lo Giulio Andreotti, es la cara visible de la conspiración para tumbar a Dilma y destruir al Partido de los Trabajadores. La Corte Suprema lo procesó el mes pasado por corrupción en el sistema multimillonario de coimas de Petrobras. Ultraconservador, es autor de proyectos para instituir un Día del Orgullo Heterosexual y penar con 10 años a los médicos que ayuden a abortar.
Cunha pasó por partidos menores y terminó recalando en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, una constelación de jefes estaduales ligados a los poderes locales sin cuyos representantes en el Congreso nadie puede gobernar Brasil. El PMDB fue aliado de Cardoso, aliado pasivo de Lula y después aliado activo del PT, a tal punto que Lula promovió al pemedebista Michel Temer como vicepresidente de Dilma en 2010 y de nuevo en 2014. El PMDB cogobernó mientras pudo obtener ventajas y dejó de hacerlo cuando la crisis económica empezó a notarse en el PBI, que este año puede achicarse un 4 por ciento. El entramado de alianzas se basó en la confluencia de intereses y en la lubricación por coimas. Cuando la crisis y la impericia de Dilma en la gestión presidencial pusieron incómodo al principal aliado, salió a la superficie la lubricación compartida por legisladores del PMDB, del PSDB y por algunos legisladores o funcionarios del PT.
A la suma de corrupción más recesión más conspiración es difícil ganarle. Una presidenta paralizada políticamente quiso huir hacia adelante con un ajuste y un ajustador ortodoxo. El PMDB se corrió para que el descrédito cayera sobre el PT, Dilma y Lula. Si el Senado desplaza a Dilma por 180 días quedará Temer en el Planalto, que por cierto no promete continuar con las políticas neodesarrollistas de Lula sino superar la ortodoxia de Joaquim Levy, el primer ministro de Hacienda en el segundo mandato de Dilma.
Ni el PMDB en versión Cunha-Temer ni el PSDB de Aécio Neves están lejos de Almir Gabriel, aquel gobernador de Pará que ordenó matar. Pero el PT, que siempre encarnó a las fuerzas opuestas a los fazendeiros, quedó enredado y a la defensiva. Parecía imposible imaginar entonces este capítulo para un partido que solo siete años después de la matanza, en 2003, comenzó con Lula la reparación social más imponente de la historia de Brasil.
Los diputados que ayer gritaban como salvajes no son una rareza. Simplemente, su monstruosidad fue televisada. Así funciona Brasil. En circunstancias críticas afloran los valores racistas, clasistas y esclavócratas. Los trabajadores de hoy serían como los esclavos del siglo XIX o como los reducidos a servidumbre en Pará y no deberían molestar asomándose a la casa grande de los amos. Esos valores se trasladan a toda la elite y cubren con una ideología tradicionalista y grotesca los intereses de los bancos transnacionales, el gran empresariado nacional que enarbola la bandera “Renuncia ya” en la sede de la Federación de Industriales de San Pablo, los tránsfugas del sistema político y los medios gigantescos, que en el caso de la televisión abierta conforman un monopolio como Globo. Fue notorio ayer el tono prepolítico de muchos diputados que votaron por el Sí. Algunos invocaron a sus electores. Pero los más mencionaron a sus padres, a sus hijos, a su familia e incluso a sus amigos como fuente legitimadora del voto. O dijeron que votaban Sí “contra el comunismo”, como Jair Bolsonaro de Río, que honró al torturador de Dilma durante la dictadura Brilhante Ustra.
Los motivos del No fueron claros. Como dijo Marcelo Castro, un miembro dilmista del PMDB, Dilma es honesta, Dilma no robó, Dilma no tiene empresas ni cuentas en el exterior, o sea que no hay delito. Y sin delito el juicio es un golpe.
Si después de la admisibilidad votada ayer en Diputados el Senado desplaza a Dilma y, peor, si luego la echa, habrá que releer el análisis de Ciro Gomes. Ex ministro de Lula y opositor a Dilma, pero sobre todo contrario al impeachment, dijo en la revista Carta Capital que si el golpe se consuma “no veo posibilidades de gobierno estable en los próximos 20 años”. Describió que en el odio y la rabia confluyen tres grandes grupos: los electores frustrados de Neves, los afectados por la decadencia económica y los impactados por “novelización del escándalo a cargo de los grandes medios”. Cunha sería la síntesis de esa triple negación. Y Temer, la encarnación “de la ilegitimidad del gobernante y del entreguismo a los intereses internacionales, flagrantemente metidos en este asunto sobre todo cuando hablamos de petróleo”.
El voto de ayer es una horrible noticia para la Argentina. Mauricio Macri fue endiosado por los megaindustriales de la Fiesp. Pero la persistencia de la caída económica y la crisis política en el principal socio de la Argentina achicará aún más las chances de recuperación económica. Golpeará directamente en la industria automotriz y menguará las exportaciones industriales.
La admisibilidad del impeachment es una derrota propia para los millones de argentinos y de sudamericanos que simpatizan con la protección de derechos laborales, con una mayor intervención del Estado, con políticas reformistas, con la integración y con la carta de los Brics como alternativa en materia de financiamiento sin condicionalidades conservadoras.
El Congreso brasileño está retrasando la historia en Brasil y en toda Sudamérica.
Como dijo Patrus Ananias, del PT, voto número 100 contra el juicio político, “es un golpe contra los pobres”.
El golpe de los esclavócratas.
“Vamos a derrotar el golpe en las
calles”
Frente Brasil Popular
Frente Pueblo Sin Miedo
18/04/2016
Declaración
Comunicado tras la votaciones en la Cámara de Diputados del proceso de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff
No aceptamos el golpe contra la democracia y nuestros derechos
Vamos a derrotar el golpe en las calles
Este 17 de abril, fecha que recordamos la Masacre de Eldorado dos Carajás, entrará una vez más en la historia de la nación brasileña como el día de la vergüenza. Eso porque una mayoría circunstancial de una Cámara de Diputados manchada por la corrupción se atrevió a autorizar el impeachment fraudulento de una presidenta de la República contra la cual no pesa ningún crimen de responsabilidad.
Las fuerzas económicas, políticas conservadoras y reaccionarias que alimentan esa farsa tiene el objetivo de liquidar derechos de los trabajadores y sociales del pueblo brasileño. Son las entidades empresariales, políticos como Eduardo Cunha, encausado en el Supremo Tribunal Federal por corrupción, partidos derrotados en las urnas como el PSDB, fuerzas exteriores al Brasil interesadas en apropiarse de nuestras riquezas y privatizar empresas estatales como Petrobras y entregar el Pré-sal a las multinacionales. Y hacen eso con ayuda de los medios de comunicación golpistas, que tienen como el centro de propaganda ideológica a la Rede Globo, y con la cobertura de una operación jurídico-policial volcada para atacar a determinados partidos y líderes, y no a otros.
Por eso el Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo Sin Miedo llaman a los trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad, y a las fuerzas democráticas y progresistas, juristas, abogados, artistas, religiosos a no dejar las calles y continuar el combate contra el golpe a través de todas las formas de movilización dentro y fuera del país.
Haremos presión ahora sobre el Senado, instancia que juzgará el impeachment de la presidenta Dilma sobre la conducción del ministro Lewandowski, del Supremo Tribunal Federal. La lucha continua contra el golpe en defensa de la democracia y nuestros derechos arrancados en la lucha, en nombre de un falto combate a la corrupción y de un impeachment sin crimen de responsabilidad.
Desde el Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo Sin Miedo, afirmamos que no se reconocerá la legitimidad de un gobierno de Temer, fruto de un golpe institucional, como pretende la mayoría de la Cámara al aprobar la admisibilidad del impeachment golpista.
No se reconocerá y se luchará contra tal gobierno ilegitimo, combatir cada una de las medidas que de él provengan contra nuestros empleos y salarios, programas sociales, derechos laborales duramente conquistados y en defensa de la democracia, de la soberanía nacional.
No nos dejaremos intimidar por el voto mayoritario de una Cámara llena de corruptos comprobados, cuyo jefe, Eduardo Cunha, es encausado por el Supremo Tribunal Federal y que aun así comandó la farsa del impeachmentcontra Dilma.
Continuamos en la lucha para revertir el golpe, ahora en curso en el Senado Federal, y avanzar a la plena democracia en nuestro país, lo que pasa por una profunda reforma del sistema político actual, verdadera forma de combatir efectivamente a la corrupción
En la historia de la República, en varios enfrentamientos las fuerzas del pueblo y de la democracia sufrieron reveces, pero luego enseguida, alcanzaron la victoria. Lo mismo se dará ahora: ¡venceremos el golpismo en las calles!
Por lo tanto, nuestra lucha continua con paralizaciones, actos, ocupaciones durante las próximas semanas y la realización de una gran Asamblea Nacional de la Clase Trabajadora, el próximo 1° de mayo.
¡La lucha continua! ¡No hay retroceso! ¡Viva la democracia!
Brasil, 18 de abril de 2016
Frente Brasil Popular
Frente Pueblo Sin Miedo
El vicepresidente brasileño Temer,
nuestro Macri: Stédile
Después de hoy Brasil será otro:
Movimiento Sin Tierra
Por: La Jornada | Domingo, 17/04/2016 09:01 AM | Aporrea
Después de este domingo Brasil será otro país, sostiene Joao Pedro Stédile, coordinador del Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra, que ayer movilizó a miles de militantes en una decena de estados contra el golpe institucional que se votará hoy en una sesión extraordinaria de diputados.
Este sábado, miles de partidarios de la presidenta Dilma Rousseff realizaron un mitin en Brasilia, en el cual Luiz Inacio Lula da Silva calificó el juicio político de intento para hacer retroceder los logros en favor de los pobres, por lo que llamó a defender la democracia. En la imagen, el ex presidente con Stédile.
Domingo 17 de abril de 2016.-
Brasilia.
Después del domingo Brasil será otro país, pero hasta entonces no se sabe cuál, sostiene João Pedro Stédile, coordinador del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, que ayer congregó a miles de simpatizantes de una decena de estados contra el golpe institucional que será votado hoy en una sesión extraordinaria de diputados.
Economista con posgrado en la Universidad Autónoma de México, Stédile es miembro de Vía Campesina, que reúne a organizaciones de decenas de países. Si se repele la escalada destituyente, la semana próxima comenzará a formarse el “gobierno Lula III”, prevé.
–¿Por qué Lula III?
–El gobierno de Rousseff, tal como lo conocemos actualmente, es decir, de 2014 y 2015, acabó como consecuencia del desgaste sufrido después de soportar la hostilidad del Congreso durante todo ese tiempo.
El gobierno que puede surgir después del domingo será uno que tendrá a Lula como coordinador. Uno surgido de una nueva alianza con la sociedad. Por eso en el movimiento popular lo llamamos gobierno Lula III.
Si se frena el golpe habrá un gabinete con una nueva política económica para remontar la crisis como forma de evitar males mayores a las clases trabajadoras. Por eso es muy importante la movilización de este domingo. Es parte de una disputa mayor, más prolongada por la hegemonía.
Estamos disputando un campeonato. Tendremos luchas por largo tiempo, probablemente hasta 2018 o hasta después de las elecciones de ese año. Ahora vamos a perder algunos partidos, otros los vamos a ganar. Ya tuvimos otras crisis históricas en las décadas de 1930, 1960 y 1980, y en esos momentos históricos demoramos 10 años, hasta encontrar una salida.
–¿Si vence el impeachment y asume el vicepresidente Temer?
–Un gobierno de Michel Temer y su partido, el Partido Movimiento Democrático Brasileño, representa el proyecto de las élites. Lo que está en juego es el regreso al neoliberalismo.
Ellos necesitan voltear a Rousseff para esa restauración neoliberal. Es ese el elemento central de este momento de la lucha de clases que se intensificó.
La votación del impeachment es fundamental, porque explicita los intereses de las clases dominantes y su decisión de descargar en las clases trabajadoras los perjuicios de la crisis económica mundial. Este domingo se juega un partido decisivo, como si fuera la final de la copa del mundo.
–¿Cómo definiría a Temer?
–Es nuestro Mauricio Macri. Temer es un lumpen burgués, tan vanidoso que quiere ser presidente antes de que termine su vida útil como político, que está acabándose.
Pero más que hablar de su figura, digamos que políticamente representa a las parcelas de la burguesía subordinadas a los intereses de Estados Unidos, los bancos y las corporaciones multinacionales que buscan recomponer sus tasas de ganancias a expensas de atacar los derechos y las conquistas de los trabajadores. Un gobierno de Temer sería insostenible. Se desatará el caos en el país, porque los trabajadores van a reaccionar. Por eso creo que Temer no será una solución a la crisis económica y política que estamos viviendo.
–Un personaje central del bloque opositor es el jefe de diputados, Eduardo Cunha, correligionario de Temer, figura ascendente a pesar de su prontuario penal y arquitecto del impeachment. ¿Quién es Cunha?
–Es otro lumpen burgués, como Temer. Cunha es alguien que vive regiamente de recursos públicos. Es reo en el Supremo Tribunal Federal y espero que esa instancia tenga el coraje de acelerar el proceso en su contra para pague rigurosamente por haber violado la ley. ¿Por qué tiene tanto poder en el Congreso? Su fuerza se debe a que él montó hace muchos años un esquema de corrupción a través de acuerdos con empresas que financiaron sus campañas electorales. Cunha es el que articula ese aparato donde hay muchos diputados, y éstos son los que le dan poder.
–Las clases medias levantan como principal bandera la lucha contra la corrupción e idolatran al juez del Petrolao Sergio Moro. ¿Ese es el problema principal de Brasil?
–El país vive una grave crisis económica, política, social y ambiental, y en ese contexto la corrupción es parte del modus operandi histórico de una burguesía que siempre se apropia de los recursos públicos en provecho de sus empresas o personal.
La causa judicial por el Petrolao, dirigida por Moro, no sirve para nada. Atacar a operadores de la cadena de corrupción no resuelve el problema. Lo que necesitamos es una reforma política surgida de una asamblea constituyente, pero para eso se necesita mucha presión popular de las calles. Es un proceso que puede demorar bastante tiempo, quizá años.
El problema de Brasil es que todavía somos una de las sociedades más desiguales e injustas del mundo.
Gobierno alineado a EU
–Barack Obama eludió respaldar a Rousseff, en lo que algunos interpretaron como forma disimulada de apoyo a Temer. ¿Qué opina de esa lectura?
–Un gobierno de Temer sería totalmente alineado a los intereses estadunidenses. Como ya dije Temer sería nuestro Macri, pero sin haber sido electo. Centrándonos en Estados Unidos, creo que lo más grave es que están aplicando una política para que sus empresas dominen nuestra economía.
El modus operandi consiste en aliarse con parlamentarios brasileños para lograr esa dominación.
Esto pasó con la petrolera Chevron, que a través del senador José Serra, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, impulsa la modificación de la ley para avanzar hacia la privatización de los recursos en aguas ultraprofundas.
Junto con estas maniobras privatizadoras hay otras articulaciones ideológicas amplias que relacionan el proyecto histórico de la burguesía, los intereses de Estados Unidos y los medios de comunicación defensores de las privatizaciones que son el partido ideológico del capital.
–¿Puede comentar esta crisis desde sus implicaciones internacionales?
–En años recientes se diseñaron tres grandes proyectos en América Latina.
El neoliberal, el neodesarrollismo, que fue un intento de conciliación de clases entre una parte de la burguesía que dependía del mercado interno y los trabajadores, pero este modelo se agotó porque el capitalismo periférico entró en crisis y tornó inviable esa conciliación.
Y luego tuvimos el proyecto capitaneado por el presidente Hugo Chávez, que proponía un modelo antineoliberal y antimperialista, pero ese modelo también entró en crisis.
Por tanto, ahora tenemos tres modelos en crisis y frente a esto lo importante es concientizar a las clases populares. Se deben rearticular y producir un gigantesco movimiento de masas para formular nuevas alternativas.
Combate contra el golpe en todas
las formas de movilización
Brasil: El pueblo se mantendrá en las
calles y no reconocerá un gobierno
del vicepresidente Michel Temer
Por: TeleSUR | Lunes, 18/04/2016 07:30 AM | Aporrea
El Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo Sin Miedo emitieron un comunicado en apoyo al Gobierno de Brasil, e invitaron a los ciudadanos a mantenerse en las calles para defender el orden democrático del país.
A través de un comunicado, aseguran que "fuerzas económicas, políticas conservadoras y reaccionarias" alimentan el pedido de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff; aprobado el domingo por la Cámara de Diputados.
Denuncian que "entidades empresariales" y políticos como el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha y "partidos derrotados en las urnas como el PSDB, fuerzas exteriores al Brasil" quieren apropiarse de las riquezas de Brasil y privatizar empresas como Petrobras.
Por tal motivo, los frentes convocan a trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad (...) fuerzas democráticas y progresistas, juristas, abogados, artistas, religiosos a no dejar las calles y continuar el combate contra el golpe a través de todas las formas de movilización dentro y fuera del país.
Inconstitucionalidad
Resaltan que las movilizaciones ejercerán llegarán hasta el Senado, instancia que decidirá sobre la continuidad del juicio político contra Rousseff; luego de que la Cámara de Diputados aprobó la solicitud con 367 votos a favor.
Insistieron en que no reconocerán un Gobierno liderado por el vicepresidente, Michel Temer, ni sus planes "contra nuestros empleos y salarios, programas sociales, derechos laborales duramente conquistados".
El pueblo brasileño se ha activado en diversas movilizaciones en "defensa de la democracia", no solo en apoyo a la actual mandataria, sino al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien también se enfrenta a la posibilidad de un juicio político por supuestos casos de corrupción.
El Congreso y la derecha de Brasil pusieron en marcha un plan para difamar al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y desprestigiar los logros alcanzados en beneficio del pueblo, mediante intentos de enjuiciar a la jefa de Estado por el caso de corrupción en la estatal Petrobras.
"Nuestra herramienta principal tiene
que ser la lucha de calle":
Paola Estrada
por María Julia Giménez
18/04/2016
Frente a la continuidad del impeachment contra Dilma, los movimientos populares afirman que no abandonarán las calles.
Tras la votación del proceso de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff en la Cámara de Diputados, movimientos populares y entidades sindicales manifestaron su repudio y afirmaron que no abandonarán las calles, en defensa de la democracia brasileña.
Brasil de Fato entrevistó a Paola Estrada, de la Secretaría Operativa de la Articulación Continental de los Movimientos Sociales hacia el Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), en Brasil, para conversar sobre la jornada de movilizaciones del domingo (17), y las perspectivas para los próximos meses.
Según Paola, esta batalla por la democracia brasileña es fundamental, no sólo para Brasil, sino para todo el continente. “No sólo por el sentido político, ideológico; pero también porque es una ofensiva neoliberal sobre nuestros recursos naturales, sobre nuestros territorios, una ofensiva de privatización, e incluso de reversión de muchos derechos sociales que fueron conquistados en los últimos años”, afirmó.
Brasil de Fato - Frente a la votación en la Cámara de Diputados, ¿Cuál es la posición que toman los movimientos que componen Alba?
Paola Estrada -
En Brasil, todos los movimientos de Alba hacemos parte del Frente Brasil Popular y, en los últimos meses, hemos hecho análisis de esos escenarios, tanto de Brasil cuanto de todo el continente, sobre cuáles eran las posibilidades. Entonces, me arriesgo a apuntar este análisis.
Hoy, creo que es una derrota, no sólo para el PT [Partido de los Trabajadores] y el gobierno Dilma, pero es una derrota más amplia. Una derrota para el movimiento popular y para todo un ciclo de avances que tuvimos en los últimos diez, quince años en todo el continente.
Pero, aunque acá en Brasil estamos muy tristes y, al mismo tiempo, revoltosos con todo lo que ha pasado, con todo ese escenario de más de 300 diputados [votando a favor del impeachment], es una cosa que nos damucha vergüenza, poniendo una presidenta y 54 millones de votos de los brasileños, tirados a la basura, sin ninguna justificativa, sin ningún crimen, sin nada. Entonces, fue una demostración de hipocresía todo el día, algo asqueroso, para todos nosotros que estuvimos asistiendo.
Y aunque eso sea muy triste, y que veamos ese movimiento que es un avance de ese proceso de golpe en Brasil, igualmente salimos con ese gran aprendizaje. Perdimos una batalla, habrá otras, y no se terminó ese proceso. Ahora va para el Senado, hay muchas batallas para hacer en las calles, para dialogar con la gente, para avanzar en ese movimiento por la democracia que ha crecido mucho en toda esa lucha. Yo estoy segura que ahora creció mucho más.
Porque ahora el pueblo brasileño asistió a esa votación. Mucha gente que no se interesaba por política asistió a las escenas de esos diputados votando por el impeachmet sin ningún crimen siendo juzgado. Yo creo que ese fue un aprendizaje grande y tenemos que recobrar las energías entre los compañeros y compañeras y seguir adelante.
Sabemos que ese movimiento en Brasil, no es sólo en Brasil, es algo articulado por una ofensiva del imperialismo y de los sectores conservadores en todo el continente, y que eso viene en una ofensiva bien orquestada.
Hemos sufrido la derrota electoral en Argentina, todo el proceso de la ofensiva en Venezuela y tenemos muchos otros ejemplos, pero creemos que esa batalla en Brasil es decisiva.
No solo para nuestro país, porque si ellos logran una victoria, que aún no la lograron por completo, en Brasil les abre más espacio para avanzar aún más en todo el continente. No sólo en el sentido político, ideológico, pero también en una ofensiva neoliberal sobre nuestros recursos naturales, sobre nuestros territorios, una ofensiva de privatización e, incluso, de reversión de muchos derechos sociales que fueron conquistados en los últimos años. Entonces, nosotros vemos ese movimiento de forma bien continental.
¿Cuál el mensaje para el pueblo brasileño y para el pueblo latinoamericano?
Creo que primero, un mensaje a los militantes de los movimientos populares, porque nuestros enemigos ganaron esa batalla, pero no la guerra.
Creo que primero, un mensaje a los militantes de los movimientos populares, porque nuestros enemigos ganaron esa batalla, pero no la guerra.
Esa fue una de las batallas, ellos tienen sus medios de comunicación que han actuado de forma muy organizada para, efectivamente, organizar los actos de calle y toda esa ofensiva de una forma distinta de la que veíamos en periodos anteriores.
Nosotros tenemos nuestros movimientos, nuestra lucha organizada, la gente, los trabajadores y trabajadoras de nuestros países para hacer la defensa de nuestras conquistas y la defensa de avances democráticos y populares en todo el continente.
Tenemos que usar todas nuestras herramientas ahora. Y nuestra herramienta principal tiene que ser la lucha de calle.
Tenemos que ir a la calle a dialogar con la gente que no es militante y que no está en las organizaciones.
Nuestros medios, las redes sociales, son muy importantes, pensar una política de comunicación, pero tenemos que ir a las calles hacer movilización y mostrar que el pueblo organizado puede hacer presión, puede hacer diálogos, puede lograr conquistas. Creo que ese es el mensaje para los militantes.
Y que no nos desanimemos. Eso para toda mi generación, que nació en los ´80, creo que es muy nuevo todo ese movimiento de estar viviendo toda esa ofensiva con tanta fuerza, nuestra generación que no vivió las dictaduras militares y todo eso. Pero tenemos que estar fuertes y estar juntos, y mostrar eso.
Hacer el acto de calle y difundir, poner en las redes, crear redes de comunicación y de difusión de información, porque eso nos deja más fuertes, y nos posibilita dialogar aún más con quien no está del otro lado - aunque no esté con nosotros -, tampoco está del otro lado. Así, yo creo que está la batalla en Brasil y en otros países.
Hay una gran masa que, aunque cada día tiene más conciencia de lo que está pasando en el país, aun está muy apartado, alejado de todo lo que está pasando. Eso es lo que queremos y tenemos que conquistar, traerlos para nuestro lado, que es el lado de la democracia, de los derechos y de los avances necesarios para el conjunto del pueblo, para todo el pueblo americano - no solo latinoamericano -, que es lo que tenemos como proyecto de integración continental; desde abajo, un proyecto de integración popular. Vamos a estar juntos y tener muchas batallas en las calles.
18 de abril de 2016
https://www.brasildefato.com.
Beto Almeida: “Estamos claros que
hay una injerencia de Estados
Unidoscontra el Gobierno de Dilma
Rousseff”
Por: TeleSUR | Lunes, 18/04/2016 07:44 AM | Aporrea
Brasilia, abril 18 -
El analista político, Carlos Alberto Almeida, señaló: “Estamos claros que hay una injerencia de Estados Unidos contra el Gobierno de Dilma Rousseff y por eso estamos teniendo una votación sin crimen constituido”, esto en el marco del proceso de votación de la Cámara de Diputados de Brasil.
Aseveró que este proceso se esta llevando a cabo por tener injerencia de entes de los Estados Unidos: “Lo que hay que analizar es que hay una conexión interna para esa tentativa de golpe contra la presidenta Dilma”.
El analista denunció que muchos de los parlamentarios están siendo “asesorados” por los Estados Unidos para dar este golpe: “Congresistas recibieron asesoría del departamento de estados de EEUU, que tiene intereses en privatizar la Petobras y por eso ha espiado las computadoras de Petrobras y el teléfono de Rousseff esta muy claro el interés norteamericano en paralizar Brasil”.
“Hay un dedo del imperio norteamericano y eso es el golpe, muchos de los diputados están siendo influenciados por EE UU para que voten por el juicio”, reiteró Almeida.
Resaltó que el pueblo brasileño se ha lanzado a las calles para mostrar su apoyo ha Rousseff ante esta situación “las calles están llenas de gente, están los trabajadores, estudiantes y jóvenes“.
Recordó que este mismo escenario se vio en el año 1964 con el golpe de Estado realizado al presidente João Goulart: “Los diputados fueron influenciados en ese entonces por la CIA”.
Reiteró que no existen pruebas para mantener la acusación contra la presidenta Rousseff y que es este hecho lo que permite pensar que esta discusión responde más a un golpe de estado: “no hay crimen constituido contra Rausseff, la falta de pruebas no importa, cuando hay un golpe este marcha sin importar las bases, lo que importa son los números que son los 342 votos que deben conseguir” como en efecto consiguieron.
Aseveró que este proceso se esta llevando a cabo por tener injerencia de entes de los Estados Unidos: “Lo que hay que analizar es que hay una conexión interna para esa tentativa de golpe contra la presidenta Dilma”.
El analista denunció que muchos de los parlamentarios están siendo “asesorados” por los Estados Unidos para dar este golpe: “Congresistas recibieron asesoría del departamento de estados de EEUU, que tiene intereses en privatizar la Petobras y por eso ha espiado las computadoras de Petrobras y el teléfono de Rousseff esta muy claro el interés norteamericano en paralizar Brasil”.
“Hay un dedo del imperio norteamericano y eso es el golpe, muchos de los diputados están siendo influenciados por EE UU para que voten por el juicio”, reiteró Almeida.
Resaltó que el pueblo brasileño se ha lanzado a las calles para mostrar su apoyo ha Rousseff ante esta situación “las calles están llenas de gente, están los trabajadores, estudiantes y jóvenes“.
Recordó que este mismo escenario se vio en el año 1964 con el golpe de Estado realizado al presidente João Goulart: “Los diputados fueron influenciados en ese entonces por la CIA”.
Reiteró que no existen pruebas para mantener la acusación contra la presidenta Rousseff y que es este hecho lo que permite pensar que esta discusión responde más a un golpe de estado: “no hay crimen constituido contra Rausseff, la falta de pruebas no importa, cuando hay un golpe este marcha sin importar las bases, lo que importa son los números que son los 342 votos que deben conseguir” como en efecto consiguieron.
A contracorriente
por Emir Sader
Los contrastes brasileños
18 abr 2016
La votación fue fijada el domingo por Eduardo Cunha, nefasto presidente de la Cámara, pues creía que los favorables al golpe colmarían los espacios públicos, en concreto los adyacentes al Congreso. Pero lo cierto es que el resultado no ha podido ser más opuesto a lo esperado, fueron cientos de miles los antigolpistas que se congregaron en cientos de ciudades.
Por primera vez Copacabana no fue el escenario de los derechistas, sino que fueron las comunidades que habitan las favelas los que acabaron por copar la playa.
Cualquiera que mire la sociedad brasileña puede decir que el golpe ha sido derrotado. Pero el Congreso es otro mundo.
Pese a que el Partido de los Trabajadores ganó por cuarta vez consecutiva las elecciones, lo cierto es que la composición del Congreso cambió considerablemente y lo hizo de forma muy negativa. La derecha, apoyada financieramente y por los grandes grupos mediáticos, ha terminado por imponer el peor Congreso que Brasil ha tenido en democracia. Un Congreso que ha quedado en manos de los lobbies del armamento, las religiones fundamentalistas, el agronegocio, los planes privados de salud, los medios privados de comunicación y la enseñanza privada.
Por otra parte, mientras los intereses privados en salud y educación tienen sus bancadas en el Parlamento desde donde ejercen su influencia, los movimientos sociales y populares no tienen costumbre de elegir para sus bancadas a representantes de la sanidad y la educación pública.
El resultado es, en gran medida, un Congreso blanco, de adultos, de hombres de clase media alta y de estratos ricos de la sociedad. Hay tres representantes de los trabajadores rurales frente a un enorme lobby conformado por dueños del agronegocio, un retrato que dista mucho de la situación real en el campo brasileño
Así es como se produce ese contraste tan notable entre las calles y el pleno de la Cámara de Diputados. Es el momento de que el movimiento popular, fortalecido como nunca con estas movilizaciones, saque la conclusión de que solo habrá un Congreso progresista si es capaz de elegir a sus propios representantes, solo así podrá contribuir a superar el grave nudo político que vive Brasil. El otro inmenso contraste es de carácter moral. El político más corrupto de Brasil, encarcelado por escándalos de desvío de dinero, incluyendo cuentas no declaradas en Suiza, promovió, por venganza contra el PT por haber permitido que fuera procesado por la comisión ética de la Cámara, lleva a cabo un proceso de impeachment contra una presidenta sobre la que no pesa ninguna acusación de improbidad administrativa pero se le acusa de irregularidades administrativas en el presupuesto.
No puede haber contraste humano y moral mas grande que entre Eduardo Cunha y Dilma Rousseff.
¿Qué pasará ahora en Brasil? La crisis, en lugar de superarse, parece que se agrava. Todo indica que Brasil se encamina a un periodo de indefinición institucional. Ahora el Senado tendrá que decidir con una nueva votación en la que una mayoría simple podría apartar a Rousseff de su cargo durante 180 días. Los senadores se tomarán ese tiempo de reflexión para después tomar una decisión definitiva.
Si ya estaba paralizado, el país ahora va a quedar en suspenso. Nadie cree que un gobierno de Michel Temer, en el caso de que finalmente se materialice, pueda tener un mínimo de estabilidad para sobrevivir a la crisis brasileña. Se las verá con una fuerte movilización social y con el liderazgo político de Lula. La perspectiva más probable es que se llegue, tras una crisis institucional que no tiene visos de concluir, a unas nuevas elecciones directas antes de 2018, donde el nombre de Lula, aún más si cabe con esta notable movilización popular, despunta como el candidato favorito. Un contraste más en un país de fuertes y variados contrastes.
TOMADO DE: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/
Y PUBLICADO EN: http://victorianoysocialist.blogspot.com/
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