Los túneles de contrabando de
Gaza, un trabajo arriesgado
Hana Salah
Desde que el antiguo presidente egipcio Mohamed Morsi fue
derrocado en junio de 2013, el ejército de ese país ha tratado de eliminar los túneles de contrabando que discurren por debajo de la
frontera con la Franja de Gaza y ampliar la zona de seguridad.
Algunos túneles siguen
funcionando, con cautela, dados los enormes riesgos que existen, como la
erosión del suelo en el interior de las estructuras, la vigilancia que se ejerce
sobre los contrabandistas y las bombas de gas que se utilizan contra ellos.
Estos túneles siguen siendo
la única forma de introducir bienes en Gaza cuya importación está prohibida por
Israel a través del único puesto fronterizo para mercancías que hay entre el
estado judío y Gaza, el de
Kerem Shalom.
El contrabando de los túneles es, también, una forma de evadir los
nuevos impuestos establecidos por Hamas sobre las mercancías importadas por
Kerem Shalom.
El corresponsal de Al-Monitor en Rafah se reunió con un operador de túneles, al que llamaremos Abú Raed.
El corresponsal de Al-Monitor en Rafah se reunió con un operador de túneles, al que llamaremos Abú Raed.
Tiene un túnel para introducir bienes por debajo de la frontera
con Egipto. “Gaza necesita más túneles,
pues la mayoría han sido destruidos”, dijo.
Abú Raed dijo a Al-Monitor que introduce de contrabando bienes
prohibidos por Israel y sometidos a elevados gravámenes por Hamas, añadiendo
que contrabandea cigarrillos, “dado su bajo precio y la ausencia de fábricas de
tabaco en Gaza. Los cigarrillos son importados desde Cisjordania y
Hamas carga un impuesto del 17 por ciento. Gaza también importa tabaco
extranjero, pero también está altamente gravado por Hamas”.
“El
trabajo en los túneles se ha vuelto más complicado [debido a la represión, así que] estamos contrabandeando, sobre
todo, cosas caras y ligeras muy demandadas en Gaza”, añadió.
Abú Raed
siguió explicando: “Estamos pasando piezas de repuesto de motocicletas, cuya
importación está prohibida por Israel, así como soldadores, prohibidos por
razones de seguridad.
Aunque
los soldadores son empleados por los herreros para fabricar puertas, también
pueden ser utilizados por la resistencia en la producción de cohetes, tal como
dice Israel”.
Según Abú Raed, también se
introducen de contrabando “motores para frigoríficos, altavoces de ordenador y
herramientas como taladros eléctricos, cuyo precio alcanza los 1.000 dólares en
la Franja de Gaza, ya que apenas se encuentran; podemos traerlos de Egipto por
380 dólares”. Y añadió: “A pesar de las dificultades, seguimos pasando varios
tipos de productos químicos, cuya entrada por el paso de Kerem Shalom está
prohibida por Israel, incluida la fibra de vidrio, que los pescadores utilizan para
reparar pequeñas embarcaciones, que son dañadas por los continuos ataques
israelíes”.
Aunque
Abú Raed tiene problemas de respiración debido al polvo que se crea en el
interior de los túneles, se ve obligado a trabajar en estos para mantener a su
familia, ya que el desempleo en Gaza es muy elevado.
El
contrabando se ha vuelto peligroso, dice un hombre que trabaja con Abú Raed y
que pide que le llamemos “Mohamed”.
“El ejército egipcio está abordando la
cuestión de los túneles con firmeza y brutalidad. Dispara directamente a los
trabajadores, como ya lo hiciera en una ocasión que un trabajador fue herido en
una emboscada tendida por soldados egipcios.
Nos sentimos constantemente
en peligro mientras trabajamos, pues vehículos militares circulan por encima de
nosotros. […] Esto puede afectar al suelo dentro de los túneles. Podemos morir
en cualquier momento”, dice Mohamed.
En su
opinión, el contrabando de los túneles es el único trabajo que puede encontrar,
a pesar de haber cursado estudios de contabilidad. Cree que hay menos riesgo de
que los túneles se hundan que de morir a manos de los soldados egipcios.
Explicó
que “el ejército egipcio lanza gas lacrimógeno o aguas residuales [al interior
de los túneles], donde el oxígeno es escaso, causando la muerte. El riesgo de
que un túnel se venga abajo es menor”.
En la mañana del 7 de mayo, siete trabajadores fueron
rescatados en Gaza
después de que fueran dados como desaparecidos en un túnel
parcialmente destruido por
el ejército egipcio.
Los medios de comunicación egipcios siguen hablando sin cesar de
una nueva destrucción de túneles en la frontera con Gaza.
Según Abú
Raed, la zona de seguridad en la que está trabajando el ejército egipcio tendrá
más de 1,5 kilómetros de largo.
El
contrabando de mercancías desde El Cairo a Rafah se está volviendo creativo:
incluye la transferencia de mercancías autorizadas desde almacenes de El Cairo
a almacenes situados en la Península de Sinaí que todavía no han sido
destruidos.
Desde el derrocamiento de Morsi,
la economía de los túneles ha decaído tras la destrucción por parte de las
fuerzas armadas egipcias de más del 80 por ciento de los túneles.
El paso
fronterizo israelí de Kerem Shalom es el único punto de entrada de mercancías,
pero no es suficiente para cubrir las necesidades de todos los gazatíes.
El portavoz del ministerio de
Economía Nacional controlado por Hamas, Tarik Labad, dijo a Al-Monitor:
“Las mercancías que entran
por Kerem Shalom no representan ni una tercera parte de las necesidades
cotidianas de Gaza.
Cada día, entran una media de 300 camiones con mercancías,
llegando en ocasiones a los 700 camiones.
Transportan algunos materiales de construcción, pero Gaza necesita unos 1.600 camiones al
día”.
Labad comenta que antes del
bloqueo había cinco pasos fronterizos de
mercancías en Gaza: el de Karni para productos comerciales, el de
Sufa para grava y materiales de construcción, el de Kerem Shalom para
mercancías, el de Nahal Oz para combustible y el de Rafah, que también se
utilizaba para artículos comerciales.
Se cerraron todos, salvo el de Kerem Shalom.
“El cruce
de Kerem Shalom es relativamente pequeño y no es suficiente para satisfacer las
necesidades de Gaza. […]
El ejército israelí elaboró una lista de
materiales prohibidos, tales como tablas de madera largas, tubos de plomo y
hierro, cuya entrada no está permitida”, dice Labad. Israel da “falsas excusas para [prohibir] estos
materiales, que la gente necesita de forma perentoria, diciendo que son
utilizados para fines militares”, añade.
A pesar de los riesgos, los habitantes
de Gaza siguen dependiendo de los túneles fronterizos.
Los
trabajadores seguirán pasando penalidades, a menos que se produzca un avance
político acordado con Israel y Egipto para cambiar las duras condiciones de
vida que Gaza viene sufriendo desde que comenzara el bloqueo en 2007.
Hana Salah es periodista palestina especializada en
temas financieros y vive en Gaza. Anteriormente, ha trabajado en varios
periódicos palestinos y en la Agencia de Noticias Anadolu de Turquía.
Traducción: Javier Villate (@bouleusis)
TOMADO DE: http://blog.disenso.net/
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