Tortura e impunidad en la
Asociación Estadounidense de Psicología
Sábado, julio 18, 2015
Amy Goodman y Denis Moynihan.—
Ha pasado más de un año desde que el Presidente Barack Obama
reconoció que “inmediatamente
después de los atentados del 11 de septiembre hicimos cosas equivocadas.
Hicimos muchas cosas bien, pero torturamos a algunas personas”.
El gobierno del predecesor de Obama, el Presidente George W. Bush,
diseñó cuidadosamente los fundamentos jurídicos para permitir lo que denominó “técnicas mejoradas de interrogatorio”, que no es más que un eufemismo para referirse
a la tortura.
Del complejo carcelario de Estados Unidos en la Bahía de
Guantánamo a los calabozos de Abu Ghraib en Irak y la base aérea de Bagram en
Afganistán, cientos, quizá miles de personas fueron sometidas a tortura en
nombre de la “Guerra
contra el terrorismo”.
A excepción de algunos soldados raso en Abu
Ghraib, ninguna persona ha sido responsabilizada de esto.
La única persona de jerarquía enviada a prisión por el programa de
torturas fue John Kiriakou, no por haber practicado la tortura, sino por haberla denunciado como informante.
La apariencia legal con la que se cometieron estos actos atroces se fundó en gran medida en la cooperación de psicólogos profesionales que capacitaron y asesoraron a los interrogadores y supervisaron el proceso de “quebrar” de los prisioneros.
La apariencia legal con la que se cometieron estos actos atroces se fundó en gran medida en la cooperación de psicólogos profesionales que capacitaron y asesoraron a los interrogadores y supervisaron el proceso de “quebrar” de los prisioneros.
Esta cooperación, a su vez, requirió la aprobación oficial de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), la mayor
organización de psicólogos profesionales del mundo.
En 2006, la
Asociación Estadounidense de Psiquiatría junto con la Asociación Estadounidense
de Medicina prohibieron que sus miembros participaran en interrogatorios
militares. No así la
APA.
Este mes, la APA publicó un sorprendente informe independiente que confirma lo que denunciantes y psicólogos disidentes han sostenido durante casi diez años: que la APA conspiró con el Departamento de Defensa de Estados Unidos y la CIA para manipular las políticas, reuniones y a los miembros de la asociación para lograr que la APA aprobara el programa de tortura del Pentágono.
Este mes, la APA publicó un sorprendente informe independiente que confirma lo que denunciantes y psicólogos disidentes han sostenido durante casi diez años: que la APA conspiró con el Departamento de Defensa de Estados Unidos y la CIA para manipular las políticas, reuniones y a los miembros de la asociación para lograr que la APA aprobara el programa de tortura del Pentágono.
La junta directiva de la asociación encargó el año pasado la
realización de una investigación independiente al ex fiscal federal adjunto
David Hoffman.
El informe de 542 páginas, conocido como “El informe Hoffman”, desmiente lo que la APA había afirmado en
varias oportunidades: que ninguno de sus 130.000 miembros había sido cómplice
de tortura.
Uno de los psicólogos disidentes es Stephen Soldz, catedrático de la Facultad de Psicoanálisis de Boston y cofundador de la Coalición por una Psicología Ética. “Desde al menos 2005 ha habido un gran debate en la asociación y entre colegas de la profesión acerca de la participación de psicólogos en los interrogatorios de seguridad nacional y en la práctica de la tortura", dijo Soldz en Democracy Now! tras la publicación del informe. Soldz añadió: "La asociación lo ha negado.
Uno de los psicólogos disidentes es Stephen Soldz, catedrático de la Facultad de Psicoanálisis de Boston y cofundador de la Coalición por una Psicología Ética. “Desde al menos 2005 ha habido un gran debate en la asociación y entre colegas de la profesión acerca de la participación de psicólogos en los interrogatorios de seguridad nacional y en la práctica de la tortura", dijo Soldz en Democracy Now! tras la publicación del informe. Soldz añadió: "La asociación lo ha negado.
El informe dice que la asociación se equivocó, los denominados
disidentes, los críticos teníamos razón. El informe concluye fundamentalmente
que hubo una conspiración que duró varios años entre los líderes de la
asociación y representantes de agencias de inteligencia del Gobierno de Bush:
el Departamento de Defensa y la CIA”.
El informe Hoffman investiga las prácticas de una un grupo de trabajo clave creado por la APA, el Grupo Presidencial de Trabajo sobre Ética Psicológica y Seguridad Nacional, también conocida como Grupo de Trabajo PENS.
El informe Hoffman investiga las prácticas de una un grupo de trabajo clave creado por la APA, el Grupo Presidencial de Trabajo sobre Ética Psicológica y Seguridad Nacional, también conocida como Grupo de Trabajo PENS.
El grupo fue creado en 2005 y, en teoría, debía reunirse para
establecer las normas éticas para los psicólogos que supervisaban los
interrogatorios. Después de solo dos días y medio de deliberaciones, el grupo
concluyó que los psicólogos estaban desempeñando un “papel valioso y ético” en su colaboración con las fuerzas armadas.
El grupo PENS alentó a la APA “a garantizar que las actividades de los psicólogos relacionadas con
la seguridad nacional son seguras, legales, éticas y eficaces”.
Posteriormente se reveló que seis de los nueve miembros del grupo
con derecho a voto eran funcionarios militares o de agencias de inteligencia
con vínculos directos con los interrogatorios llevados a cabo en Guantánamo y
otros lugares.
Jean María Arrigo, miembro del Grupo de Trabajo PENS afirmó en Democracy Now!: “Valoro que me diga que me invitaron para participar. En realidad, me nombraron para engañarme”.
Jean María Arrigo, miembro del Grupo de Trabajo PENS afirmó en Democracy Now!: “Valoro que me diga que me invitaron para participar. En realidad, me nombraron para engañarme”.
Arrigo fue la primera persona que denunció al grupo de trabajo
como una legitimación de la tortura. Arrigo añadió: “La manipulación comenzó desde el principio.
Por ejemplo, me sentaban, no aleatoriamente ni por elección propia, entre
Morgan Banks, director del Equipo de Asesoramiento en Ciencias del Comportamiento
(BSCT) y el ahora presidente de la APA, Barry Anton, que era entonces el
vínculo entre la junta directiva de la APA y el grupo de trabajo”.
Arrigo explicó que el grupo de trabajo era básicamente dirigido
por psicólogos del Pentágono, algunos de ellos incluso vestidos de uniforme.
A pesar de que se le pidió que no tomara notas, igualmente lo hizo
y desde entonces creó los archivos del Grupo de Trabajo PENS en la Universidad
de Colorado, Boulder. A Arrigo se le mintió sobre el proceso deliberativo del
grupo PENS al sugerirle que en reuniones futuras abordarían sus preocupaciones
acerca de la tortura.
El informe Hoffman está teniendo fuertes repercusiones en la APA. El director de la Oficina de Ética de la APA, Stephen Behnke, considerado el “jefe” de la conspiración entre la APA, el Pentágono y la CIA, ha sido destituido. Además, esta semana se jubilaron sorpresivamente el director ejecutivo de la APA, el Dr. Norman Anderson; el subdirector ejecutivo, el Dr. Michael Honaker; y la jefa de comunicaciones, Rhea Farberman.
Cuando le pregunté a Stephen Soldz si se deberían presentar acusaciones formales, respondió: “Se demostró que estas personas y las demás estuvieron muy involucradas en la conspiración. Trabajaban con Behnke, eran informadas de lo que Behnke hacía, lo ayudaron, ayudaron a seleccionar a los miembros del grupo de trabajo PENS, trabajaron en las políticas y socavaron sistemáticamente la voluntad de los miembros. Debería haber una investigación judicial”.
El informe Hoffman está teniendo fuertes repercusiones en la APA. El director de la Oficina de Ética de la APA, Stephen Behnke, considerado el “jefe” de la conspiración entre la APA, el Pentágono y la CIA, ha sido destituido. Además, esta semana se jubilaron sorpresivamente el director ejecutivo de la APA, el Dr. Norman Anderson; el subdirector ejecutivo, el Dr. Michael Honaker; y la jefa de comunicaciones, Rhea Farberman.
Cuando le pregunté a Stephen Soldz si se deberían presentar acusaciones formales, respondió: “Se demostró que estas personas y las demás estuvieron muy involucradas en la conspiración. Trabajaban con Behnke, eran informadas de lo que Behnke hacía, lo ayudaron, ayudaron a seleccionar a los miembros del grupo de trabajo PENS, trabajaron en las políticas y socavaron sistemáticamente la voluntad de los miembros. Debería haber una investigación judicial”.
Soldz está instando a que el FBI y el Departamento de Justicia
inicien una investigación. Mientras tanto, Stephen Behnke, el director de ética
de la APA que fue destituido esta semana, ha contratado como abogado al ex
director del FBI Louis Freeh.
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
© 2015 Amy Goodman
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Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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