Leopoldo es un producto para la prensa de EEUU
Con el sugerente título de The Making of Leopoldo López (La fabricación de Leopoldo López, en ajustada traducción) la revista de política internacional Foreign Policy, descubre una perspectiva del dirigente opositor que lo muestra como un producto de mercadeo de los medios de comunicación estadounidenses, al tiempo que aporta elementos que ponen en duda sus supuestos principios democráticos.
En el desarrollo de esa “estrella de la política” Newsweek escribió sobre sus “centelleantes ojos color chocolate y pómulos altos” y lo llamó un “revolucionario que lo tiene todo.” El New York Times publicó su foto, con la mandíbula afuera y el puño en el aire, gritando delante de una multitud de manifestantes y le dio una página en su plataforma editorial.
En Nueva York, el presidente Barack Obama lo mencionó entre un grupo de presos políticos de países como China y Egipto.
El inesperado perfil, de Roberto Lovato, un investigador de origen salvadoreño, en Foreign Policy revela que durante su estadía en varias escuelas para élites en EEUU, López adquirió estrechas relaciones con influyentes operadores políticos y empresariales que le han permitido forjarse una imagen que lo asemeja a una combinación de “Nelson Mandela, Gandhi, y su tío abuelo lejano, Simón Bolívar”.
En esas relaciones destacan los consultores políticos republicanos, Leonardo Alcivar y Rob Gluck, así como el antiguo ejecutivo venezolano del banco J.P. Morgan, Pedro Burelli, quien en la era pre-Chávez fue director de Pdvsa.
Burelli fue, según lo aseguró en una entrevista, quien llevó a López a trabajar en la estatal petrolera desde 1996 hasta 1999, cuando protagoniza con su madre el escándalo de una donación de 120 mil dólares para la organización política que precedió a la formación del partido Primero Justicia.
Burelli se considera un “muy buen amigo” de López, y dijo que ha proporcionado asesoramiento informal al líder de la oposición a través de sus muchas transiciones políticas polémicas, desde la época de Pdvsa a los más recientes enfrentamientos con el gobierno de Maduro, precisa el artículo que se publicó el pasado lunes.
De acuerdo con el perfil, López estudió en la Escuela Hun de Princeton, un internado privado de élite en Nueva Jersey, donde se relacionó con príncipes saudíes, el hijo de un presidente de EEUU, y el hijo de un CEO de Fortune 500.
Luego ingresó a Kenyon College, una universidad de artes liberales en Ohio, donde desarrolló algunas de las relaciones que le están sirviendo ahora. Fue un antiguo compañero de clase y consultor político, Rob Gluck, quien dirigió el esfuerzo para establecer Friends of a Free Venezuela, el grupo de defensa centrada en los medios de comunicación, que realiza en Estados Unidos, una campaña de alto perfil por la liberación de López.
IMAGEN PAGADA A LOS AMIGOS
Entre los compañeros de clase de Kenyon, que están ayudando a Free Leopoldo (otra campaña creada a favor de López) en Estados Unidos está el operador del Partido Republicano, Leonardo Alcívar, quien dirigió las estrategias de comunicación para la campaña de (el precandidato) Romney y la Convención Nacional Republicana 2004 y ahora trabaja en una empresa de comunicaciones especializada en estrategia online.
El mismo Gluck es también un ex-estratega republicano que trabajó en la campaña presidencial de Lamar Alexander y la exitosa campaña para el recordado gobernador de California, Gray Davis, que resultó en la elección de Arnold Schwarzenegger.
Actualmente es socio gerente de High Lantern Group, una firma de estrategia de comunicación basada en Pasadena. El dijo que López “siempre ha sido progresista,” y si se mide en el espectro políticos, estaría a “la izquierda del centro.”
Gluck apoya a Friends of a Free Venezuela pro bono –“tiempo personal, pasión, y las conexiones de” impulsar el trabajo, dijo− pero su empresa de comunicaciones también ha sido contratada por la familia de López, dijo, para “llevar el mensaje sobre la situación.”
LEOPOLDO TIENE MEJOR ASPECTO
La investigación de Foreign Policy perfila los elementos estéticos y simbólicos del “liderazgo” de López quien “se mantuvo como una estrella de rock entre los jóvenes activistas de la oposición, después de su arresto.”
Lovato destaca que “rara vez se señala en los medios de EEUU, las divisiones profundas entre la MUD y su líder, Henrique Capriles, y el ala más radical de la oposición encabezada por López…”. Refiere que esa confrontación es contada con la emoción de una telenovela y cita un episodio revelado por un cable de la embajada de EEUU en Caracas, filtrado por Wikileaks.
“María Ponte, miembro destacada del partido opositor de centro-derecha Primero Justicia, dijo una vez, según un cable diplomático de Estados Unidos en 2009 que “La única diferencia entre los dos es que López tiene mucho mejor aspecto.” (en referencia a Capriles.)
El mismo cable, en otra sección, titulada El problema López, cita a funcionarios del Departamento de Estado que describen a López como una “figura divisiva dentro de la oposición” que es “a menudo descrito como arrogante, vengativo y sediento de poder, pero funcionarios del partido también le reconocen su perdurable popularidad, carisma y talento como organizador.”
“Ciertamente, ningún líder anterior de la oposición venezolana ha logrado proyectarse en el escenario internacional como lo ha hecho López.”, agrega el reportaje.
El “demócrata” que apoyó un golpe de Estado en 2002
Foreign Policy explica que el apoyo internacional para López depende de su imagen como defensor incondicional de la democracia, visto desde una distancia segura del intento de golpe de abril de 2002.
El propio López a menudo se refiere a su lealtad a la Constitución, como en el artículo de opinión que apareció en el New York Times en marzo de 2014, en el que escribió: “Un cambio en el liderazgo se puede lograr por completo dentro de un marco constitucional y legal”.
Pero entrevistas con figuras claves en el golpe, una mirada a estrechos colaboradores, y una revisión de los reportes de la prensa venezolana, videos y documentos del Gobierno estadounidense pintan un cuadro más complejo acerca de estas afirmaciones, explica Lovato.
López ha subrayado que él no firmó el decreto de Carmona y que no tenía ningún papel en la organización de la tentativa de golpe de Estado.
Pero entrevistas con figuras claves en el golpe, una mirada a estrechos colaboradores, y una revisión de los reportes de la prensa venezolana, videos y documentos del Gobierno estadounidense pintan un cuadro más complejo acerca de estas afirmaciones, explica Lovato.
López ha subrayado que él no firmó el decreto de Carmona y que no tenía ningún papel en la organización de la tentativa de golpe de Estado.
Pero los informes de noticias, registros parlamentarios, documentos del Gobierno de Estados Unidos, grabaciones de vídeo y entrevistas muestran que López no estaba tan alejado del intento.
Entre los golpistas y signatarios del decreto Carmona se incluyen figuras que se encontraban en ese momento, o que son ahora, los miembros del círculo íntimo de López. Leopoldo Martínez, un diputado educado en Harvard y que militó en Primero Justicia con López, fue designado ministro de Finanzas del Gobierno de Carmona.
María Corina Machado, la más cercana aliada de López, fue signataria del decreto; al igual que Manuel Rosales, exdirigente de Un Nuevo Tiempo, un partido al que López se unió en 2007.
Incluso, descubre Lovato, entre los casi 400 firmantes está el padre del político, Leopoldo López Gil.
El más controvertido episodio de López, continua Lovato, sigue siendo el arresto del entonces ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacín. López, alcalde de Chacao en el momento, y Capriles, alcalde de Baruta, dijeron que habían sido alertados por los vecinos, y se presentaron en una casa donde se alojaba Chacín, sin escoltas, para acusarlo por su responsabilidad personal por las 19 muertes a tiros que habían tenido lugar el día anterior.
Cuando los partidarios de la oposición y los medios de comunicación se reunieron fuera de la casa en Baruta, los dos alcaldes se lo llevaron detenido.
López dijo a periodistas en el momento que Capriles y el había obtenido una orden de registro y había coordinado con la policía de Baruta la detención de Chacín.
Momentos después de que Chacín fue alejado, los videos de noticias captan cuando López dice que “el presidente Carmona sabe de la detención”.
Después Capriles y López fueron acusados de detención ilegal pero más tarde fueron indultados.
En un programa de entrevistas en 2012, López admitió que la detención había sido un error.
VÍCTOR HUGO MAJANO/CIUDAD CCS
ILUSTRACIÓN ETTEN CARVALLO
ILUSTRACIÓN ETTEN CARVALLO
TOMADO DE: http://www.ciudadccs.info/
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