LAS LECCIONES DE UNA DERROTA
(por Ye Shuhong y Zhao Yanyan)
El nuevo presidente argentino Mauricio Macri asumió el poder la mañana del jueves en la sede del Congreso, con lo cual se dio fin formalmente al mandato de 12 años consecutivos de la izquierda en Argentina.
El cambio del máximo poder de la segunda economía sudamericana, que pasó el cetro de la mano izquierda a la derecha, pone en marcha un ajuste al modelo de gobierno en el país.
En los últimos años Venezuela, Brasil, Chile y otros países gobernados por la izquierda han enfrentado graves problemas con una abrupta caída de la economía y un aumento de la inflación que inciden en la baja de la popularidad de sus representantes.
Apenas la semana pasada en Venezuela la oposición obtuvo una mayoría abrumadora en la Asamblea Nacional, perfilándose como el mayor grupo parlamentario.
Y el cambio de poder en Argentina, también se ve como otro acontecimiento que modifica el mapa político latinoamericano.
A finales de la década de 1990, los experimentos del neoliberalismo resultaron ser un fracaso total en América Latina, Brasil, Argentina y otros países, que entraron en crisis económica.
La concentración de riqueza en unos cuantos y la injusticia social provocaron protestas sociales, lo cual generó condiciones políticas para la asunción de la izquierda latinoamericana al poder.
En 1998, Hugo Chávez resultó electo presidente venezolano, con lo cual dio comienzo al mandato de la izquierda latinoamericana.
Al entrar en el nuevo siglo, los países gobernados por la izquierda lograron enormes progresos en la lucha contra la pobreza y el mejoramiento de calidad de vida.
Según datos del Banco Mundial emitidos en 2012, de 2003 a 2009 la población de la clase media se incrementó 50 por ciento en América Latina.
No obstante, afectada por las estelas de la crisis financiera global, en los últimos años la economía de países gobernados por la izquierda se desplomó para dar comienzo a un periodo difícil.
En Venezuela, la situación política se volvió inestable, con graves devaluaciones de su moneda nacional, inflación fuera de control y un gran desabastecimiento de productos, y el orden económico generó disturbios.
Ultimamente Brasil también sufre una recesión económica, diversos magnates políticos quedaron involucrados en escándalos de corrupción.
La presidenta Dilma Rousseff, quien sufrió una caída en sus niveles de popularidad, enfrenta un juicio político.
El empeoramiento de la situación económica de Argentina provocó directamente la caída del gobierno de izquierda.
Los países gobernados por la izquierda, sin importar si son radicales o “mesurados”, enfrentan una situación díficil pero común: la caída de precios de materias primas provocan crisis económica.
La economía de esos países ha dependido enormemente de las exportaciones de recursos, pero el aumento de precios de bienes primarios en los últimos 10 años tapó el grave problema estructural económico.
Pero una vez que se reduzca el comercio, y empeore el balance comercial, llegará entonces la crisis política, económica e incluso social.
En realidad, no sólo los países de izquierda, sino también la mayoría de los países latinoamericanos enfrentan el mismo desafío de cómo mejorar la estructura económica.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indicó en un informe que América Latina, si quiere mantener el crecimiento estable, debería realizar ajustes en la estructura económica, cambiar gradualmente el modo de crecimietno, incrementar la inversión productiva, aumentar el valor agregado de sus productos, además de elevar la competitividad para la exportación e ingresar verdaderamente a la cadena productiva global.
Los gobiernos de izquierda latinoamericana prestan mucha atención a las políticas sociales, con éxitos en el mejoramiento de la calidad de vida y la eliminación de la pobreza.
En los últimos 10 años también ha sido el periodo en que disminuye más rapidamente la pobreza y crece más rápido la clase media en América Latina.
Pero a medida del aumento de la demanda de la población de la clase media, entonces se hace más aguda la contradicción entre la demanda y el abastecimiento de productos.
En Argentina existe un grave problema entre la producción y el consumo.
Economistas han señalado que el gobierno argentino no ha podido aprovechar la oportunidad para aumentar la inversión y estimular la producción, sino que ha fortalecido el control del Estado y del capital, y ha empeorado las relaciones con el sector productivo, así ha agravado la contradicción entre la demanda y la producción.
Al encontrarse en un periodo de cambio social, se debe cambiar también el concepto de gobernación, ésta es otra lección del revés del movimiento latinoamericano de izquierda.
Al principio, gracias a la inversión a gran escala, el bienestar del gobierno de izquierda permitió que creciera la población de clase media, pero los partidos gobernantes no prestaron atención a esta capa social, con lo cual perdieron de manera gradual el apoyo de votantes de centro.
En Brasil, en los últimos 20 años la población de la clase media aumentó a 95 millones de personas, el equivalente al 52 por ciento de la población total, perfilando así una estructura social oval, pero el gobierno no ha prestado mucha atención a la demanda de servicio público planteado por la clase media, por lo cual ha perdido el apoyo de ese grupo que se convirtió en la fuerza principal contra el gobierno.
En Argentina, con el desarrollo económico y aumento de ocupaciones muchos habitantes del campo emigraron a las ciudades, lo cual produjo cambios en la estructura de votantes durante los últimos 10 años, pero el gobierno de izquierda no ha ajustado a tiempo la prioridad de gobernación y no ha prestado más atención a la inversión industrial y al desarrollo urbano, sino que ha tomado medidas de intervención en las reglas comerciales, de modo que en las elecciones grandes la mayoría de habitantes urbanos se inclinaron a partidos de centro-derecha que destacan la eficiencia económica.
Aunque la izquierda de América Latina ha entrado en un periodo de declive, no se puede determinar que se ha extinguido el fuego del movimiento de izquierda.
Después de sacar lecciones de los reveses y de las experiencias de éxito, el concepto de justicia social y el bienestar tiene una gran fuerza en América Latina. Entonces se puede esperar el regreso de la izquierda.
TOMADO DE: https://tenacarlos.wordpress.com
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