SOBERANÍAS SEXUALES
¿Y si tu hija sale choreta?
Comentario: Nuestra sociedad todavía no ha asimilado que la Diversidad Sexual ha existido desde siempre, son much@s de nuestr@ lideres o seres que hemos admirados tenían o tienen vidas "Ocultas" por la siempre incomprensión de la "Sociedad", si uno analiza a profundidad cualquiera de estos casos se da cuenta que indiferentemente de esta "Anormalidad" criterio de el común, del tipo de personas que quizás por taras o ñoñerismos o hipocresía ocultan o ocultaban taras o desperfectos mucho mas criticables que una sola de las "Desviaciones Sexuales" que tanto Critican. Yo en lo personal veo a las personas como, apruebo o critico un comportamiento que beneficie o perjudique a otros. En ningún momento opino, doy concepto o punto de vista de la vida intima de los demás, considero que cada quien es libre de decidir o de actuar de acuerdo a sus carencias, principios o sentimientos, son problemas (De haberlos) que afectan a ese ser y su voluntad hay que respetarla, se comparta o no.
NO ME VES
Recuerdo la primera vez que me caí con Berta. Responsable cien por ciento de mi crecimiento, atajó, como siempre, mi cambio de humor, mi relación constante con el teléfono, el privilegio del teclado; el mutismo de su voz-sermón y la alegría-tono sobre la que versaban los textos recibidos. Pero el chorro que derramó la ponchera fueron las sonrisas frente al aparato, como si este trabajara en algún stand up comedy de moda.
Veíamos TV juntas cuando… “¿Sonriéndole al teléfono?”, dijo ella. Sonrisas. “¿Tú cómo que estás enamorada?”. Alegría-mensaje recibido. Más sonrisas. “¿De un chico?”, preguntó. Anestesiada, muevo la cabeza de izquierda a derecha. Primera caída. “¿De una chica?”, insistió. Muevo la cabeza, esta vez hacia arriba y abajo, a lo headbanger de Led Zeppelin. ¡Tremendo beta, Navarrete! “¡Qué vaina, María Gabriela, eso no se había visto en la familia!”. Protegiéndome, condenaba su rechazo y posterior silencio, silencio que tardaría unos años en revelarse.
TE VEO
La segunda vez que tocamos el tema la tenía olvidada. La visitaba una vez al mes y por teléfono la ignoraba. “Cuando estás conmigo, te la pasas todo el día pegada al celular y cuando yo te llamo, estás ocupada”, reclamaba con razón. El Día de las Madres llegué en la noche a su casa. La cocina parecía un cuarto de interrogación. El pescado estuvo mucho tiempo bailándole al anzuelo hasta que se dejó apresar. “Hay algo que te tengo que decir, Bertica. No quería que pasara en esta fecha, pero ya no aguanto. Siento que me ves como si estuviera haciendo algo malo y, por el contrario, deberías sentirte orgullosa porque siempre contarás conmigo y mi ayuda. Si ser lesbiana es un problema para ti, lo lamento, porque serlo no es sinónimo de delincuente o inmoral”. “Dime algo, ¿fulana es tu novia?”. Me chorreé. Tuve las agallas de verla y decirle que era gay pero no de decirle con quién. “No”.
ME VES
De nuevo juntas viendo TV. Unos años más viejitas, más sabias, menos discriminadoras. Dejamos de esquivar miradas y buscar eufemismos para lo que ya sabemos. “Debes portarte bien, hija. Ninguna mujer te va a querer en serio si sigues manguareando”. Dejé el teléfono. Son otros tiempos. Sonreí. “¿Te estás escuchando, mamá?”. “Sí, lo sé. Ya estás grande y solo quiero lo mejor para ti”. “No te preocupes, estoy bien”.
VERNOS
Cámara de Gesell: cuarto de interrogación con un espejo traslúcido donde pueden verte pero tú no ves.
Sujetxs de estudio, iluminados a propósito, encandilados para desorientarlos, dividirlos, confundirlos. Para no vernos en ustedes. Vernos en nuestras diferencias, hacernos menos indiferentes. ¡Gracias, Berta!
POR MARÍA GABRIELA BLANCO
@EPALECCS
ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
@EPALECCS
ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
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