Hubris Destacado
(&)
Ni un solo funcionario de Estados
Unidos ha sido fiscalizado por los crímenes cometidos en 20 años de guerra
global contra el terror, denuncia Daniel Ellsberg –quien filtró los Papeles del
Pentágono–, acusando que sólo los que revelaron delitos–entre ellos Julian
Assange (en imagen de archivo), Chelsea Manning o Edward Snowden– han sido
perseguidos por la ley. Foto Afp
Ahora con la
salida ingloriosa de Afganistán junto con el vigésimo aniversario del 11-S y
sus secuelas, en Estados Unidos se reabre el debate sobre si esta coyuntura
marca el principio del fin de esta república/imperio y su pax (más bien,
bellum) americana.
Algunos
recomiendan que Estados Unidos debería recordar las lecciones del historiador
griego Tucídides en su opus magna Guerra de Peloponeso en la cual narra cómo
una república, la de Atenas,
se desmoronó al perpetuar sus guerras constantes, y donde de hecho, una
pandemia ayudó a desintegrar el consenso cívico que la sostenía.
Otros recuerdan
cómo se hundió la república romana al incrementarse la retórica política violenta, el creciente
desprecio de las normas y una creciente concentración de riqueza y poder,
y su transformación en el imperio romano bajo un gobierno con poder
centralizado en un emperador (los historiadores odian, con toda razón, este
tipo de resúmenes generales, pero se les pide un poquito de comprensión a
periodistas con espacios limitados).
Chalmers
Johnson, destacado politólogo y autor de una trilogía sobre el imperio
estadunidense y con una carrera que incluye haber sido asesor de la CIA a
finales de los años 60, advirtió en 2009 que “una nación puede ser… una democracia o imperialista,
pero no ambas cosas.
Si se apega al
imperialismo, como la vieja república romana sobre la cual tanto de nuestro
sistema fue basado, perderá su democracia al volverse una dictadura doméstica”.
Ya había
advertido anteriormente que "estamos en la cúspide de perder nuestra
democracia a cambio de mantener nuestro imperio".
Los atentados
del 11-S fueron usados
por la cúpula estadunidense para
"unir al país" ante un nuevo enemigo para sustituir al del comunismo
que se desmoronó con la Union Soviética 12 años antes.
George W. Bush
proclamaría una nueva guerra sagrada para imponer la visión neoconservadora
dentro y fuera del país, afirmando casi de inmediato que "o están con nosotros, o
están con los terroristas".
Han pasado 20
años de la llamada "guerra global contra el terror", con más de seis guerras, millones
de muertos, heridos y desplazados, la violación masiva de derechos humanos y libertades civiles.
“Ni un solo funcionario ha sido fiscalizado por
crímenes de Estados Unidos durante la ‘guerra sobre el terror’”, denuncia Daniel Ellsberg, acusando que sólo los
que revelaron estos delitos –entre ellos Chelsea Manning, Edward Snowden,
Julian Assange– han sido perseguidos por la ley.
El periodista
Premio Pulitzer Chris Hedges escribe que “los poderes imperiales no perdonan a
los que revelan sus debilidades o hacen públicos los mecanismos internos
sórdidos e inmorales del imperio…
Las virtudes
que proclaman apoyar y defender, usualmente en el nombre de su civilización
superior, son una máscara
del saqueo, la explotación de mano de obra barata, la violencia
indiscriminada y el terror estatal”.
Esta semana las
autoridades están contemplando reinstalar las bardas alrededor del Congreso y
autorizar el uso de fuerza letal por autoridades alrededor ante una
manifestación convocada por ultraderechistas simpatizantes del neofascista
Trump para demandar la liberación de cerca de 600 de sus compañeros arrestados
por las acciones de enero, cuando invadieron el Capitolio con la intención de
anular el proceso electoral presidencial.
Esto, en un
país donde el secretario de Seguridad Interna y el procurador general han
concluido que
la mayor amenaza terrorista a Estados Unidos proviene de extremistas blancos
estadunidenses.
Viente años
después de las guerras contra los "enemigos de la democracia"
alrededor del planeta, la democracia estadunidense hoy día se encuentra más amenazada que
nunca, pero ahora por fuerzas estadunidenses dentro de su propio país.
El hubris es el
ingrediente que detona todas las obras trágicas griegas, eso de atreverse de proclamarse un dios
("nación indispensable" o "faro de la democracia") acaba mal.
¿Otra
tragedia griega?
The
imperial march (tema de Darth Vader). https://open.spotify.com/track/2bw4WgXyXP90hIex7ur58y?si=7a46eaca644a409d
Jackson Browne. Lives in the Balance. https://open.spotify.com/track/2CP5ozMyA0pD2Sfz55LjFR?si=15bd3bbdcdc84729
(&)
NOTA: El término 'hubris' o 'hybris' (ὕβρις, hýbris) es un concepto griego que significa 'desmesura'. Es lo opuesto a la sobriedad, a
la moderación. Alude al ego desmedido, a la sensación de omnipotencia, al deseo
de transgredir los límites que los dioses inmortales impusieron al hombre
frágil y mortal
Tomado de: https://www.desdeabajo.info/
Y Publicado en: http://victorianoysocialista.blogspot.com,
En: Twtter@victorianoysocialista
En:Google; libertadbermeja..victorianoysocialista@gmail.com
En Fecebook: adolfo Leon libertad
No hay comentarios:
Publicar un comentario