Primero fue Cuba la que abandonó esta caduca e imperialista Organización de estados americanos; muchos años después lo hizo Venezuela y en este mes de Abril Nicaragua expulsa a ese organismo de su territorio.

Pronto habrá más naciones que dejen de obedecer las consignas de EEUU y sus socios más fascistas, como el Brasil de Bolsonaro y la Colombia de Duque.

Ojalá Petro en el país de la cumbia y Lula en el de la bossa nova, representen muy pronto el regreso a la democracia en esos dos países tan hermosos como tan golpeados por la pobreza, el narcotráfico en el ejército, la corrupción, la ultraderecha y los crímenes contra líderes sociales, representantes de pueblos originarios, sindicalistas, etc.

La actual crisis de la Organización de Estados Americanos es la manifestación concreta de las contradicciones y el deterioro creciente de las relaciones entre América Latina y el Caribe y los Estados Unidos.

No asistimos a la mera inoperancia administrativa de la OEA, sino que aquella es el producto de divergencias económicas, políticas y estratégico-militares profundas en el seno del sistema interamericano.

En términos muy sintéticos, y luego de más de un siglo de historia, se corrobora la incompatibilidad entre la verdadera democracia y el bolivarianismo latinoamericano ante la constante injerencia criminal norteamericana; dos proyectos alternativos que significan la antítesis entre un modelo hegemónico-imperial y una propuesta unitaria de federalismo posible y defendible entre países latinoamericanos y del Caribe insular.


Tomado de: https://tenacarlitos.wordpress.com/

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