PODCAST | Crónica de Ruperto Concha: Los buenos contra los malos
Eso que en castellano decimos "le salió el tiro por la culata", en inglés se dice "he shot himself in the foot". O sea, "se disparó él mismo en su propio pie".
Y, según ya muchos importantes analistas de todo el mundo y todas las tendencias, eso es lo que hizo el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, en su febril intento de someter a Rusia a un infierno de sanciones y aislamiento, tratando de convertirla, según sus propias palabras, "en una nación paria, aislada por todos y sumida en la miseria".
El analista estadounidense Michael Hudson, del medio digital OpEdNews, señaló con asombro que el gran Imperio Americano, que supuestamente dominaría al mundo entero durante por lo menos un siglo entero, está desmantelándose solito ¡y muy rápidamente! mientras se enfrenta en acciones supuestamente diplomáticas con sus propios aliados para castigar a Rusia en forma demoledora.
Por supuesto ha logrado golpear duro la economía de Rusia, sobre todo al apoderarse y retener o congelar, por trucos de burocracia financiera, casi la mitad de las reservas de divisas, en dólares y euros, que tenía el Banco Central Ruso depositadas en cuentas dentro del sistema bancario internacional, como respaldo del valor del rublo, su moneda nacional.
Eso es realmente muchísimo dinero. Nada menos que unos 315 mil millones de dólares que Rusia no podrá utilizar.
Pero Rusia, además, dispone de reservas de oro cuyo valor supera lejos los fondos congelados por Estados Unidos, y sus exportaciones esenciales obviamente siguen siendo muy rentables.
De ahí que China esté poniendo en marcha un sistema bancario alternativo, en reemplazo del sistema controlado por Estados Unidos y que por ello anularía por completo la efectividad de las sanciones estadounidenses.
En respuesta, Estados Unidos ya lanzó advertencias de aplicar contra China otro terrible paquete de sanciones económicas que, según Biden, serán "devastadoras" y destruirán irremediablemente la economía de China.
Y, bueno, ya veremos luego lo que pasará si Estados Unidos se atreve a aplicar sanciones también contra China, pero veamos por ahora cómo Joseph Biden se está quedando cada vez más solo, rodeado de muchos sirvientes a sueldo y muy pocos amigos.
Desde el estallido del conflicto de Ucrania, el presidente Joseph Biden enfrentó una seguidilla de situaciones en la que sus intentos de liderar una coalición letal contra Rusia... simplemente terminaron en fracasos humillantes.
De hecho, según informan los poderosos medios de prensa estadounidenses USA Today y el Wall Street Journal, los dos más poderosos príncipes petroleros del Oriente Medio, la semana pasada, oiga, ... ¡simplemente se negaron a contestarle el teléfono a Biden!
El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salmán, y el sheik Mohammed Bin Zayed, líder de los Emiratos Árabes Unidos, fueron contactados telefónicamente por personal de Washington que les anunciaron que el presidente Biden estaba al teléfono para conversar sobre la coalición anti rusa por el caso de Ucrania, y la necesidad de aumentar la producción de petróleo a fin de parar el alza desmesurada de su precio.
Oiga, y los funcionarios de la Casa Blanca no lo podían creer al escuchar que ambos príncipes petroleros simplemente no tenían ganas de hablar con el presidente de los Estados Unidos.
En tanto, en Pakistán, único país islámico que dispone de armamento atómico, el primer ministro Imran Khan rechazó en duros términos un llamamiento enviado por el gobierno de la Unión Europea, junto a la jefatura de la OTAN y representantes de Washington y Londres, en que lo instaban a unirse de inmediato a una plataforma de acción en la Asamblea General de las Naciones Unidas para condenar a Rusia por la guerra en Ucrania.
El primer ministro Imran Khan les replicó que su país no aceptaría una demanda que calificó de "insolente" por parte de la OTAN, Estados Unidos y la Unión Europea.
Y, en concreto, los acusó de intentar arrastrar a Pakistán, una vez más, a aventuras belicosas que ya anteriormente se han traducido en la muerte de más de 80 mil ciudadanos paquistaníes, el desplazamiento de tres millones y medio de su gente, y destrucción de bienes por más de cien mil millones de dólares.
Y recalcó que las relaciones de Pakistán con Rusia son apacibles, amistosas, y establecen una colaboración que es provechosa para ambas naciones.
Bueno, claro está, ahora los ilustres líderes de Washington y la OTAN están anunciando sanciones y represalias en contra de Pakistán al que califican como "desleal".
Pero el repudio de las naciones del Asia Occidental por la campaña anti rusa lanzada por Washington llega hasta lo imprevisible.
Por ejemplo, nada menos que Georgia, país que en 2008 protagonizó un episodio de guerra contra Rusia por la independencia de Osetia del Sur, ahora su gobierno rechazó unirse a las condenas y sanciones dispuestas por Estados Unidos contra Rusia.
La actual presidenta de Georgia, doña Salomé Zuravishvili, señaló que aquella desafortunada guerra fue lanzada por el expresidente Mijail Saakasjvili, instigada y financiada por elementos occidentales anti rusos, pero que hoy las relaciones de Georgia con Rusia y con Osetia del Sur son cordiales y provechosas para todos.
También el primer ministro, Irakli Garibashvili, reforzó que su país no está dispuesto a tomar decisiones que no van en favor de los intereses nacionales de Georgia.
Hay que recordar que el expresidente Saakashvili, que lanzó la guerra de Georgia contra Rusia por Osetia el Sur, actualmente está preso en su país por crímenes gravísimos que perpetró durante su gobierno.
Pero es preciso volver al campo de los "aliados" de Estados Unidos.
En Alemania, el país más pujante y fuerte de la Unión Europea, el Deutsche Bank, principal gigante financiero de Europa Central, el jueves pasado declaró formalmente que no acatará las instrucciones de retirar sus sucursales de Rusia.
Por el contrario, mantendrá sus negocios financieros en toda la gama de servicios a sus clientes, tanto alemanes como rusos.
El director financiero del Deutsche Bank en Berlín, James von Moltke, enfatizó que es necesario mantener la lealtad hacia los clientes, especialmente en estos momentos de mucha turbulencia.
Más allá de la política internacional, nos debemos a nuestros clientes, que confían en nosotros, dijo von Moltke.
Pero muchísimo más grave para la enorme estrategia anti rusa lanzada por Washington, ha sido el final de la Cumbre de Líderes Europeos, realizada en Versalles, Francia, para establecer una acción común frente a la invasión rusa sobre Ucrania.
Durante dos días, el viernes y el sábado, los gobernantes de toda la Unión Europea intercambiaron declaraciones de ardiente repudio a la guerra y su propósito de lograr cuanto antes un acuerdo de paz.
Sin embargo, en términos de acción concreta, los gobiernos de Europa tomaron dos decisiones que contravienen de plano y desafían la estrategia de acciones antirusas que intentan imponer Estados Unidos, con la OTAN y Gran Bretaña.
De partida, la cumbre de la Unión Europea rechazó aplicar sanciones de cualquier tipo contra Rusia en el campo de abastecimiento de gas y petróleo, y que procurará restablecer de inmediato la importación desde Rusia de esos combustibles esenciales.
Es decir, la Cumbre Europea desestimó por completo aplicar las sanciones impuestas por Washington que implican prohibir la importación de petróleo y gas de Rusia.
Ese abierto desafío a las medidas anunciadas por el presidente Joseph Biden se vincula claramente al descontento general de las bases sociales de toda Europa por el desastroso deterioro de la economía producto de las decisiones políticas antirusas aprobadas por la jefatura burocrática de la Unión Europea, que es obediente a los dictados de Washington y la OTAN.
De hecho, una gran encuesta realizada en Francia reveló que en estos momentos dos tercios de la población encuestada declaró que es indispensable llamar a referéndum para decidir si Francia sigue o no en la Unión Europea.
Fuera de negarse a aplicar las sanciones a la importación de gas y petróleo de Rusia, la Cumbre Europea se negó también a la petición respaldada por Washington y la OTAN de otorgar vía rápida a la incorporación de Ucrania a la Unión Europea.
No, Ucrania tendrá que esperar todo lo que sea necesario.
Es decir, más allá de las hermosas declaraciones ideológicas de condena moral por la invasión rusa sobre Ucrania... en realidad Europa ya le dio la espalda a la estrategia anti rusa lanzada por Estados Unidos.
En tanto, en Estados Unidos, la decisión de Joseph Biden de prohibir la importación de petróleo de Rusia está teniendo efectos económicos también dolorosos.
De hecho, importaba diariamente algo más de 118 mil barriles de petróleo desde Rusia, a un precio alrdedor de 70 dólares el barril. O sea, 7 millones 980 mil dólares diarios.
En estos momentos debe comprar ese volumen de petróleo a un precio del orden de 120 dólares. O sea, 21 millones 600 mil dólares diarios, y eso equivale a sólo un 8% aproximado de su consumo total de cada día.
En momentos en que la gente común de Estados Unidos está sintiendo la carestía inflacionaria, el gobierno demócrata que encabeza Biden percibe que ante el electorado actual el gobierno está siendo visto como una rápida decepción, a pesar de la desaforada e intensa propaganda.
De ahí los intentos de Biden de entablar negociaciones amistosas con los grandes productores de petróleo de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes, los mismos que la semana pasada no quisieron contestarle el teléfono.
En su desesperación por obtener petróleo barato y abundante, llegó al extremo de enviar una embajada a Venezuela, a reunirse con el gobierno que encabeza el presidente Nicolás Maduro y tentar algún acuerdo para que Venezuela pueda reactivar su producción y exportar petróleo a Estados Unidos y otros países.
La reunión fue cortés y sin rencores evidentes, pero no se llegó a ningún acuerdo.
De hecho, Maduro recalcó que la alianza de Venezuela con Rusia es fuerte y exige lealtad en lo diplomático, lo económico, lo cultural y lo militar, a pesar de que Rusia tiene una economía liberal que es distinta del socialismo bolivariano que tiene Venezuela.
Pero, pese al fracaso de ese primer encuentro, quedó estruendosamente claro que aquel personaje Juan Guaidó, autoproclamado presidente en Ejercicio de Venezuela, en realidad, en estos momentos, es nadie.
Y eso ha tenido una dramática resonancia en Colombia, que se siente traicionada ahora por Washington después de haberse dejado convertir en el país enemigo jurado, irreconciliable, de Venezuela.
En estos momentos está culminando la jornada electoral colombiana en que se renueva la totalidad del Senado y los 172 diputados de la Cámara Baja.
Las encuestas muestran una dispersión del electorado en muchos grupos, alianzas y movimientos además de los partidos políticos tradicionales que, en general, aparecen muy reducidos.
De hecho, el movimiento de Uribe, de ultraderecha, en estos momentos aparece con sólo un 8% de respaldo.
Se espera, entonces, que los parlamentarios que sean elegidos hoy serán los que definan las alianzas para la elección presidencial del domingo 29 de mayo. En apenas un puñado de semanas más.
Decíamos que al parecer al gobierno del presidente de Estados Unidos Joseph Biden le salió el tiro por la culata en su intento de rescatar la supremacía imperial global de su país.
Entre las últimas cartas que está jugando en su mesa estratégica se incluye la amenaza de iniciar también una arremetida de sanciones económica contra China, si esta efectivamente establece un procedimiento bancario ultra rápido que sea alternativa al "Swift" estadounidense y que, de hecho, reduciría a la nada la capacidad actual de Estados Unidos para imponer sanciones.
Las monedas digitales, como el bitcoin, y sus variantes con respaldo del estado, como el Yuan digital chino o el Rublo digital ruso, son las variantes más poderosas para burlar las sanciones y prescindir del aparato bancario Swift que controla Estados Unidos.
No sólo China, sino también Japón, se dan cuenta de la importancia que tendrá esa alternativa, y de cómo eso le restaría valor a los bonos soberanos de deuda que emite Estados Unidos para financiar cada año su déficit presupuestario.
Entre Japón y la China tienen alrededor de dos billones 400 mil millones de dólares que les debe Estados Unidos.
Si se llega a una crisis definitiva por una guerra de sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, tanto Japón como la China pondrán en venta sus bonos soberanos, y con ello esos bonos norteamericanos se depreciarán. Valdrán cada vez menos.
Si eso llega a producirse, Estados Unidos puede llegar a quedar en bancarrota. Nadie le seguiría prestando plata.
¿Se fija Ud?… Estados Unidos ha optado por jugarse a fondo, a la desesperada, en un intento de conservar sus exorbitantes atribuciones de control financiero mundial y con respaldo militar en todas partes.
Al parecer, está fracasando en ese intento. El tiro le está saliendo por la culata, o se ha disparado a su propio pie.
Como ya se venía diciendo, toda esta cosa de la guerra en Ucrania, incluyendo sus clandestinos laboratorios de guerra biológica, no es más que un gran escenario de la verdadera guerra, que es de ambición y riqueza.
En todas las guerras, los enemigos se acusan mutuamente de que el otro es el Mal y que ellos son el Bien.
Y siempre eso ha sido una mentira.
Las guerras no son de los buenos contra los malos.
Son de los ambiciosos que ganan contra los ambiciosos que pierden.
Dice que "La Fe mueve Montañas". Y eso es mentira. La Ambición es la que mueve montañas. Después viene el Miedo, que mueve cerros más chicos.
Y por último viene la Necesidad, que trabaja con palas y azadones.
Hasta la próxima, gente amiga.
Cuídense. ¡Hay peligro! Y junto con el peligro siempre está también la posibilidad realmente buena de hacer en paz lo que sea necesario.
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