lunes, 3 de agosto de 2015

CAP, chivo expiatorio con apoyo de Acción Democrática

GERÓNIMO PÉREZ RESCANIERE


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Situémonos en los días o meses siguientes al “Por ahora”, por ejemplo en el Carnaval que vino apenas una semana después del cuatro de febrero y que vio el metro de Caracas y las calles llenos de niños disfrazados de Chávez. Los domingos, el cuartel San Carlos está lleno con las visitas de personas del pueblo y de otras, con poder, los patios no dan abasto. Llegan abogados ofreciéndose a defender a Chávez y comienza a decirse que hay dos gobiernos en Venezuela, uno en el Palacio de Miraflores y otro en el cuartel San Carlos.
Pero a la vez se mueve un discurso contrario que es el que queremos destacar en esta nota. Más que un discurso es una estrategia nacional mediática. La difunden todos los canales de TV pero sobre todo Globovisión, y la mueve la derecha. Va contra Carlos Andrés Pérez, como la chavista. En ella, el dolor traído por el neoliberalismo es identificado como producto del “paternalismo” de los partidos y de Carlos Andrés Pérez. Recuérdelo. La verdad es justamente lo contrario, Pérez abandonó el capitalismo keynesiano (nombre real de lo que la retórica neoliberal –de estreno en esos meses– llama paternalismo). No sólo lo abandonó, sino que lo combate y es contra ello que el pueblo está furioso. La matriz de opinión avanza y se enriquece con nuevos elementos: Acción Democrática es la mata de la corrupción. Antes no la hubo, o si la hubo fue el fruto de los partidos, porque los partidos, según los nuevos catones, son todavía más malos que Pérez.
La operación tiene varios objetivos. Por un lado se está exculpando al capitalismo y al neoliberalismo, pues la culpa del mal vivir del venezolano se debe a la corrupción. El mensaje implícito es que un capitalismo sin corrupción haría una Venezuela feliz. Es un mensaje astutamente hipócrita, falaz.
Segundo, se está secuestrando el dolor, son los ricos, son los niños bonitos de Primero Justicia, los que denuncian. También los “notables”, ricos igualmente. Y si ellos denuncian, no pueden ser ellos los culpables. Tercero, se está creando el chivo expiatorio: “Pérez nos ha jodido, pero será castigado”. Lo urgente es un juicio a Carlos Andrés Pérez en el Congreso que lo lleve a la destitución. Nueva falacia, sin Pérez sucedería igual si continuara el capitalismo. Pero destituir a Pérez es imposible, porque el Congreso es de Acción Democrática y porque para juzgar a un presidente se requiere que lo autorice la Corte Suprema de Justicia y la Corte Suprema es adeca, jamás traicionará a Carlos Andrés Pérez. Y está blindada, no hay poder legal que pueda remover a los miembros de sus cargos. O acaso sí. Aunque parezca mentira, ello se logrará gastando unos pares de zapatos.
Eso es lo que hacen Uslar Pietri y otros señores no tan ilustres como el dicho, pero a los que ningún banco les rebotaría un cheque por mil millones de bolívares. Son los “Notables”. Le gritan a los adecos:
“¡Fuera, corruptos!” Y es sincera la frase, porque, aunque el dinero de los denunciantes viene del mismo pote, se distingue del anterior en que es viejo, cien años transcurridos desde Crespo, o ciento cincuenta desde Páez lo han “descorruptizado”. O apenas ochenta, desde Gómez, o cincuenta desde la década de Medina Angarita. El de los adecos viene de los tiempos de Betancourt para acá. los Notables desfilan por la avenida Baralt, cuadras y cuadras, a depositar documentos críticos a Pérez ante la Corte Suprema de Justicia.
UNA FORMA ADECUADA
Claro que los miembros de la Corte Suprema son abogados muy resabiados, no beatas que se asusten con la labia de un doctor ni de cinco, y a documentos como el de los Notables, si bien no les tirarían mocos encima porque ello no iría con la dignidad de una Corte, les aplicarían el recurso de ordenarle a un secretario que emita un papel timbrado haciendo constar la recepción y señalando que los contenidos serán estudiados en forma adecuada. Una forma adecuada que puede tomar sesenta años. No pasó así.
Pocos días después los jueces sacaban sus propiedades personales de los escritorios y abandonaban la Corte Suprema. ¿Qué cosa los había convencido? Misterio.
En su última declaración de prensa dada a El Nacional cuando comprende que pronto va a morir, Arturo Uslar Pietri revela un secreto:
—Yo estuve detrás de la destitución de Carlos Andrés Pérez. Ese fue el único error de mi vida y mucho me arrepiento de él.
QUEBRAR EL CANDADO LEGAL QUE PROTEGÍA A CAP
Es un principio de explicación. En verdad, un buen día salen extraños papeles de financiamiento a Violeta Chamorro, presidenta “escuálida” —como se diría hoy— de Nicaragua y CAP es acusado de manejos dolosos con los dineros nacionales. Un general y gran maestre de la masonería resumió en un artículo de El Globo titulado El Cascabel al gato, la historia secreta de esto:
“Una anécdota de Juan Liscano abre luces sobre el asunto: reunidos en cónclave, uno de los Notables preguntó:
—El objetivo es tumbar a Pérez. Ahora bien, ¿quién le pone el cascabel al gato?
—En este caso —observó el jurista— no hay un solo gato sino dos: AD y la Embajada Americana.
—De Alfaro me ocupo yo —respondió el político.
—De los gringos me encargo yo —afirmó el escritor.
Y así lo hicieron”.
“Los gringos”, como dijo el autor del cuento, actuaron para quebrar el candado legal que protegía a Pérez. ¿Quién actuó sobre Acción Democrática?
La plana mayor de ese partido apoyó la defenestración de Pérez. Nadie explicó el alucinante cambiazo ni dijo el motivo usado por la persona que la anécdota masónica denomina “el político”, que, al parecer, fue Liscano. Pero es lo cierto que el Congreso era quien podía designar nuevos jueces de la Corte Suprema y los designó. El hecho es que se echa a andar un golpe de Estado, nuevo y legal.
Al ciudadano común no le importan detalles de financiamiento a la Chamorro, tampoco si no es nada su montante en relación a los 35 mil millones de dólares de endeudamiento que firmó el encartado para una industrialización que nunca llegó; tampoco se pregunta cómo arribó la documentación probatoria al diputado del MAS —partido taxi de los poderosos— que la presenta en el Congreso solicitando la defenestración presidencial. El espectáculo de sacrificio del chivo expiatorio desata en las gentes alegría de catarsis.
Hubo otros réditos en el asunto para el grupo derechista, secundarios, pero interesantes. Con la defenestración de Pérez se aplicaba e introducía, de paso, el paquete de desdemocratización que acompañaba al paquete económico. Desdemocratización que incorporó el uso masivo de la palabra democracia, pero era recorte efectivo de esta. Por ejemplo, Pérez era electo por millones de votos y Acción Democrática también, barrerlos del poder era destituir de significado las elecciones y avanzar en sustituirlas por las ONG como medio de ejercer el poder. Medio antidemocrático, porque las ONG son asociaciones de ocho o diez personas a las que, en un bufete de abogados, se les redacta un acta constitutiva. No representan a nadie, numéricamente son ínfimas. Y su financiamiento viene de fundaciones norteamericanas o directamente del Estado yanqui.
Esos “cuatro gatos” se declaran representantes de la sociedad civil, y la televisión y los periódicos los destacan mucho. Hablan a nombre de Venezuela; su verdad se verá cuando, llegado el momento, increpen al gobierno de Chávez electo por millones de personas. En esa línea actuaba el Grupo de los Notables, apoyado en la notabilidad personal de Arturo Uslar Pietri.
EL ÚNICO ERROR DE LA VIDA DE USLAR
Los nuevos jueces de la Corte Suprema acataron la representación de Venezuela por los Notables, aceptaron el juicio a Carlos Andrés Pérez. Y el Congreso defenestró a Pérez con los votos de Acción Democrática. Entró de presidente Ramón J. Velásquez, un hombre de derecha muy cercano a CAP.
¿Cuál fue el único error de la vida de Uslar? Que en vez de él o de alguien señalado por él, entró de presidente Hugo Chávez Frías.
ILUSTRACIÓN ETTEN CARVALLO 
TOMADO DE: http://www.ciudadccs.info/

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