Prohibido olvidar: Marcos Pérez Jiménez.
Gobierno
Durante las elecciones del 30 de noviembre de 1952 el gobierno impuso al Frente Electoral Independiente (FEI) con una supuesta mayoría de 60 diputados frente a 29 de URD y 14 de COPEI.
El 2 de diciembre, oportunamente, renunció la Junta de Gobierno ante las Fuerzas Armadas y sus representantes nombraron al general Marcos Pérez Jiménez presidente provisional de la república.
Un año después, la Constituyente nombró al general Pérez Jiménez presidente de la república y a su vez nombró a los miembros de los organismos legislativos, cortes de justicia y de casación y concejos.
Pérez Jiménez tomó posesión el 19 de abril y anunció en su discurso la vuelta a la constitucionalidad bajo la orientación de lo que llamó el Nuevo Ideal Nacional.
Por decreto presidencial se creó una efeméride singular: la Semana de la Patria, a celebrarse entre los días 27 de junio y 6 de julio de cada año.
Esta celebración tenía como objetivo rememorar a los héroes patrios del pasado y rendir culto a la gestión de Marcos Pérez Jiménez y su ideal: «la transformación del medio físico y el mejoramiento de las condiciones morales, intelectuales y materiales de los venezolanos».
La Resistencia
Durante el gobierno de Pérez Jiménez los sectores de beligerancia política se mantuvieron activos, tanto en el país como en el exterior: estudiantes, intelectuales, políticos, la Iglesia, los exiliados, la gente en las barriadas y los obreros rechazaron al régimen, a pesar de la represión.
La oposición en el exterior se fue conformando por los exiliados que se encontraban en México, Chile, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Bolivia, Trinidad, Argentina, Uruguay, Cuba, España, Italia, Francia y Estados Unidos.
Por su parte, el PCV tenía dos medios divulgativos impresos: en el exterior, Noticias de Venezuela, y en la clandestinidad, Tribuna Popular.
AD divulgaba sus opiniones a través de Venezuela Democrática y en el exterior, a través de Resistencia.
Mientras tanto el gobierno trabajaba de forma persistente en el aislamiento político de la disidencia.
Los detenidos eran enviados a las cárceles modelo, a la penitenciaría de San Juan de los Morros, El Obispo, la Cárcel Nueva de Ciudad Bolívar y las de Trujillo y Anzoátegui, entre otras.
La Seguridad Nacional fue el instrumento de represión y control de la dictadura.
Dos personajes emblemáticos de esta realidad fueron Pedro Estrada y Jesús Faría.
El primero porque era el director de dicho organismo y, por ende, su nombre infundía temor en la población.
Jesús Faría, por su parte, era sinónimo de la resistencia toda vez que estuvo preso desde mayo de 1950 hasta enero de 1958.
A manos de la Seguridad Nacional perecieron miles de venezolanos, entre ellos Alberto Carnevalli, Antonio Pinto Salinas y Leonardo Ruiz Pineda.
Dirección de Seguridad Nacional
La historia de la Seguridad Nacional en Venezuela, tiene muchas páginas negras para los venezolanos y venezolanas que vivieron esa época, un cuerpo que crece torcido por los cambios a los que fue sometido, encargándose del trabajo sucio en el marco de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Un 4 de agosto de 1.938 fue sancionada la Ley de Servicio Nacional de Seguridad decretada por el Congreso de los Estados Unidos de Venezuela y a partir de esa fecha, empezó a funcionar en Venezuela, el Cuerpo de Investigación Nacional.
Para 1.945 este servicio fue reorganizado y a raíz del golpe militar del 18 de octubre de ese año, la Junta Revolucionaria de Gobierno empezó a utilizarlo para ejercer una fuerte represión contra la oposición política del país.
Al ser derrocada la Presidencia de Rómulo Gallegos, cambia la denominación para tecnificar al cuerpo y pasa a ser la Dirección de Seguridad Nacional dependiente del Ministerio de Relaciones Interiores.
Es entonces cuando la Dirección de Seguridad Nacional asume la responsabilidad de las persecuciones políticas creadas mediante Decreto Ejecutivo N° 162, de fecha 22 de junio de 1949.
Represión, uno de los crimines más crueles de la Seguridad Nacional, ocurrió un 29 de septiembre de 1.952 en el estado Portuguesa donde muchos campesinos murieron a manos de este grupo.
Se escenifican insurrecciones populares en la Colonia Agrícola de Turén y en Villa Bruzual, los campesinos armados atacan los puestos de la Guardia Nacional y de la Prefectura Municipal en contra del régimen pérejimenista.
La represión confiada al sargento Monteniorro es implacable, la Dirección de Seguridad Nacional acaba con la vida de muchos inocentes.
El comunicado emanado de la Jefatura del Estado Mayor General, señala como autores intelectuales y materiales de estos episodios a grupos de terroristas que forman los disueltos partidos Acción Democrática y Partido Comunista de Venezuela.
Con esta versión, igual que en todos los casos de masacres y agresiones de la Seguridad Nacional, se da una versión oficial de defensa y no muestran realmente lo sucedido.
Este hecho quedó inmortalizado como la "Masacre de Turen".
Persecución
Durante su funcionamiento, la Seguridad Nacional se encargó de enviar a 822 venezolanos acusados de ser militantes de Acción Democrática y a comunistas, al Campo de Concentración de Guasina, en el Delta del Orinoco, el cual funcionó hasta diciembre de 1952.
Posteriormente deportó a estas personas a las diferentes cárceles venezolanas.
Se organizó la tortura y desaparición como método sistemático de interrogatorio así como la detención y allanamientos a domicilios sin necesidad de orden judicial.
Entre sus crímenes se cuentan: los asesinatos del Dr. Leonardo Ruiz Pineda, el Dr. Antonio Pinto Salinas, Luis Hurtado Higuera, el Dr. Germán González, Teniente (Ej.) León Droz Blanco, Capitán (Ej.) Wilfrido Omaña, Jesús Alberto Blanco, Castor Nieves Ríos, Rafael Simón Urbina, Genaro Salinas, Ramón Alirio García entre otros.
Sin duda hoy es un día para recordar y dar gracias por los cambios que se han vivido en Venezuela, donde se vive en libertad y sin ningún tipo de represión.
La caída
El 23 de enero de 1958, un movimiento cívico-militar derrocó al gobierno de Marcos Pérez Jiménez, quien abandonaría el país con rumbo a República Dominicana a bordo del avión presidencial la «Vaca Sagrada».
El antecedente más cercano de dicho acontecimiento se produjo el primero de enero del mismo año, cuando aviones de guerra surcaron los cielos despertando a toda Caracas.
El asombro fue mayúsculo, incluso para los propios partidarios del gobierno, ya que hacía exactamente un mes, se había efectuado un plebiscito para prolongar el mandato de Pérez Jiménez, darle cierta solidez a su régimen y legitimidad ante las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, a pesar de que el alzamiento fue develado, a medida que se fueron revelando los nombres de los implicados se pudo apreciar cuán extendido y profundo era el malestar entre los oficiales de las tres fuerzas.
Por tal motivo, aunque el golpe fracasó no fortaleció al gobierno, sino que aceleró el proceso de deterioro que terminaría 23 días más tarde con su caída.
Esto último fue producto de una acumulación de oposiciones que, al final convirtieron el derrocamiento de la dictadura en una causa nacional.
Profundizando un poco en las causas que derivaron en la caída de Pérez Jiménez, hay que señalar fundamentalmente 2 aspectos.
En primer lugar, la crisis militar, originada a partir de los mencionados sucesos del 1 de enero de 1958, los cuales trastocaron el poder absoluto que hasta entonces tenía el primer mandatario en el seno de las Fuerzas Armadas.
En tal sentido, el alzamiento de los oficiales de la Fuerza Aérea en la Base de Boca de Río, cercana a la ciudad de Maracay y del cuerpo de blindados del cuartel Urdaneta de Caracas al mando del teniente coronel Hugo Trejo, produjo o evidenció una crisis de liderazgo en la institución castrense.
En segundo lugar, la crisis política en el propio seno del gobierno producto de la descomposición y fraccionamiento del mismo a raíz del plebiscito de diciembre de 1957 y que originó 2 cambios de gabinete sucesivos, los días 10 y 13 de enero de 1958 respectivamente y la salida hacia el exterior de los personeros más cercanos a Pérez Jiménez vetados por las Fuerzas Armadas, Laureano Vallenilla Lanz, ministro hasta entonces del Interior, y Pedro Estrada, jefe de la policía política del régimen, la Seguridad Nacional.
A partir de los sucesos del 1 de enero y ante la manifiesta crisis política y militar del régimen perejimenista, comenzaron a publicarse diversos manifiestos en contra del gobierno tambaleante, firmados por hombres y mujeres representativos de diferentes campos de la actividad económica, profesional y cultural, así como pronunciamientos públicos de instituciones nacionales como el Colegio de Ingenieros, la Asociación Venezolana de Periodistas, federaciones obreras y sectores empresariales que hasta ese momento no habían manifestado abiertamente su repudio a la dictadura.
Todas las acciones de calle en contra del régimen, tendrán su momento cumbre en la huelga general del 21 de enero, movilizada por la Junta Patriótica (unión de los diversos partidos políticos), junto a los estudiantes, empresarios y las masas populares, la cual tomó un carácter unitario que prestó el apoyo necesario a los oficiales alzados.
En la madrugada del 23 de enero, pese a contar con el apoyo de un importante sector de las Fuerzas Armadas, Pérez Jiménez decide abandonar el Palacio de Miraflores y trasladarse al aeropuerto de La Carlota (situado en plena ciudad de Caracas), para tomar el avión que lo conduciría a la República Dominicana.
Al conocerse la noticia del derrocamiento, el pueblo se lanzó a la calle, saqueando las casas de los adeptos al régimen; atacando la sede de la Seguridad Nacional y linchando a algunos funcionarios.
Asimismo, destruyeron la sede y los equipos del periódico oficialista El Heraldo.
Por otra parte, en pocas horas el Palacio de Miraflores se convirtió en el sitio de reunión de los sublevados y de innumerables dirigentes políticos y personalidades, quienes procedieron a nombrar una Junta de Gobierno Provisional que reemplazara al régimen derrocado.
La Junta la constituyeron el contralmirante Wolfang Larrazabal como presidente y los coroneles Carlos Luis Araque, Pedro José Quevedo, Roberto Casanova y Abel Romero Villate.
Al amanecer del día 23, los venezolanos celebran la caída de Pérez Jiménez, a la vez que protestan por la presencia en la Junta de Gobierno de Casanova y Romero Villate, reconocidos miembros del perejimenismo; los cuales finalmente fueron obligados a renunciar y reemplazados el día 24 de enero por los empresarios Eugenio Mendoza y Blas Lamberti.
Con el objeto de facilitar el trabajo de la Junta de Gobierno y restablecer la democracia en Venezuela, se designó también un gabinete provisional compuesto por juristas, empresarios y ejecutivos, reservándose a un militar, el coronel Jesús María Castro León, el ministerio de la Defensa.
Posteriormente, la Junta de Gobierno convoca a elecciones para diciembre de ese mismo año; se liberan a los presos políticos en todo el país, se amplía la Junta Patriótica con representantes de sectores independientes, ratificándose en la presidencia de la misma al periodista Fabricio Ojeda; se abre el proceso de castigo a los personeros del gobierno perejimenista y regresan los exiliados.
En esos días se iniciaba de manera definitiva, una nueva etapa en la historia de la Venezuela contemporánea.
Fuentes: Distintas páginas de Internet y libros de historia en mi posesión.
Libro recomendado sobre el tema: Se Llamaba SN - José Vicente Abreu
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