Ocho datos sobre la salud mental en España: la otra pandemia de la que hay que hablar
España es, junto a Portugal, el país de la Unión Europea que más ansiolíticos, sedantes e hipnóticos consume.
La COVID-19 ha pasado factura a nivel emocional y más de un tercio de los españoles ha llorado por la situación.
Hace años que la Organización Mundial de la Salud da razones para pensar que la próxima pandemia —al menos en países occidentales— puede ser de problemas de salud mental, y la situación generada por la COVID-19 no ha hecho más que reforzar esa hipótesis.
En España, no solo se han agravado los trastornos previamente diagnosticados sino que además se han disparado los casos de ansiedad y depresión, siendo uno de los países de la Unión Europea que más ansiolíticos, sedantes e hipnóticos consume y donde la rama sanitaria que puede resolver el problema ha permanecido siempre en segundo plano.
Quizá por eso ha sorprendido que este miércoles la salud mental fuera asunto de debate en el Congreso, aunque finalmente haya sido un comentario despectivo lo que ha hecho que el tema resuene.
El diputado Carmelo Romero (PP) ha gritado durante el Pleno un «vete al médico» al portavoz de Mas País, Iñigo Errejón, cuando preguntaba al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por la salud mental de los españoles.
Tras el revuelo, Sánchez se ha comprometido a actualizar la estrategia nacional de atención psicológica y psiquiátrica del Sistema Nacional de Salud para que garantice, al fin, un tratamiento rápido y universal a los ciudadanos.
Mientras eso sucede, lo que demuestran los datos y los hechos es que la salud mental sigue siendo el “patito feo” de la Sanidad Pública y que España se enfrenta a un gran reto para lograr que su protección se equipare a la de la salud física.
6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes
Hay un dato muy significativo al respecto: España apenas cuenta con una ratio de 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, frente a los 18 por cada 100.000 que tiene como media la Unión Europea.
Ese es uno de los argumentos en los que se basan numerosos expertos consultados por RTVE.es en los últimos meses para afirmar que no estamos preparados para un posible aumento de patologías mentales.
Gran parte del peso de la atención a los problemas de salud mental recae actualmente en un servicio sanitario privado que no todos los afectados pueden pagar.
Más de dos millones de españoles toman ansiolíticos a diario
Aumentar la ratio de psicólogos en la atención primaria sería fundamental tanto para tratar todos los trastornos que ya se han desarrollado como para detectar y prevenir problemas incipientes que pueden terminar siendo graves.
Además, según el estudio clínico PsicAP (Psicología en Atención Primaria), el tratamiento psicológico consigue la disminución del consumo de psicofármacos, algo especialmente necesario en España por ser el país de la UE, junto con Portugal, que más medicamentos de este tipo consume.
Los datos sobre esto último son alarmantes: más de dos millones de españoles toman a diario ansiolíticos, que son de fácil acceso en farmacias sin necesidad de que exista un diagnóstico específico.
Las mujeres doblan a los hombres en el consumo de psicofármacos y son más proclives al diagnóstico de ansiedad, insomnio o depresión, trastornos que conllevan a una mayor prescripción de estas sustancias.
De no hacer una inversión en salud mental dentro del Sistema Nacional de Salud Pública, advierten los expertos, a medio-largo plazo el país sufrirá las consecuencias de tener una sociedad medicalizada.
Unas 10 personas se suicidan al día y otras 200 lo intentan
El suicidio es otra de las realidades calladas que se vinculan a la salud mental.
Es, desde hace años, la primera causa de muerte no natural en España y, según los últimos datos de 2018, sus víctimas casi doblan a las de los accidentes de tráfico.
Cada día se suicidan unas 10 personas y se estima que otras 200 lo intentan, sin que haya un plan nacional para prevenirlo.
Ahora mismo, según la Fundación española para la prevención del suicidio, solo nueve comunidades autónomas tienen planes específicos para atajar este problema sobre el que es posible aportar otro dato relevante: más hombres se suicidan, pero más mujeres lo intentan.
Así lo refleja el INE.
«Está estudiado en varios países europeos que si dotamos de más medios a la atención primaria los suicidios disminuyen.
Los médicos de cabecera son la primera línea en la detección del riesgo», señaló el psiquiatra e investigador Lucas Giner en una entrevista con RTVE.es.
Una de cada diez personas ha sido diagnosticada
En España, una de cada diez personas mayores de 15 años ha sido diagnosticada con algún problema de salud mental, según datos del Ministerio de Sanidad.
El 6,7 % de la población del país está afectada por la ansiedad, exactamente la misma cifra de personas con depresión, y en ambas más del doble se da en mujeres (9,2 %) que en hombres (4 %).
Tan importante como prevenir que los casos aumenten es ofrecer un tratamiento adecuado a esas personas y a las que padecen un trastorno o enfermedad mental grave.
Sin embargo, numerosas asociaciones de salud mental han denunciado la falta de medios y han pedido insistentemente que esta rama sanitaria sea objeto de Atención Primaria.
Durante la pandemia de coronavirus, que ha agravado la situación de quienes padecen enfermedades como alzhéimer, esquizofrenia o trastorno bipolar, los especialistas han velado por mantener la comunicación y realizar terapias online, pero el refuerzo no ha llegado y es clave, aseguran, para mejorar la atención.
La COVID-19 ha pasado factura a la salud mental
En general, la pandemia de COVID-19 ha pasado una amplia factura a la salud mental de los españoles.
Un 41,9% ha tenido problemas de sueño, mientras que más de la mitad de los ciudadanos —un 51,9%— confiesa sentirse «cansado o con pocas energías», según una reciente encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y que se realizó entre el 19 y el 25 de febrero.
Un estudio del Consejo Nacional de Psicología ha alertado también de que un 40% de los encuestados tenía síntomas de depresión moderados y graves y otro 30% presentaba problemas de ansiedad.
El caso de los sanitarios, en primera línea de la lucha contra la pandemia, es muy preocupante; la mitad de ellos puede tener estrés postraumático y casi un tercio se ha planteado en los últimos meses dejar la profesión.
Más de un tercio de los españoles ha llorado por la pandemia
El sondeo del CIS sobre salud mental también desvela que un 38,7% de los españoles sufre dolores de cabeza debido a la situación emocional provocada por la pandemia, aunque también apunta a otros problemas como taquicardias, mareos o desmayos.
Asimismo, señala que un 35,1% de los españoles ha llorado por la situación.
El «trastorno ansioso» fue el más común para estos pacientes, con un porcentaje del 43,7%, junto al depresivo, que reconoce el 35,5%, de manera que ambos agrupan un 79,2% de las patologías mentales, en las que figuran con mucha menor incidencia los trastornos de conducta (5,1%) y los de personalidad (3%).
Peor salud mental entre la población más humilde
La encuesta del CiS también analizó el impacto de la pandemia en la salud mental atendiendo a otros criterios como la demografía o la economía y desveló que las personas más humildes han tenido más miedo a morir y a contagiarse, a perder el trabajo o a perder ingresos.
También han llorado más por la pandemia y también han somatizado en mayor medida todo su desasosiego, porque se han visto más aquejados por problemas físicos.
Un 6,4% ha acudido a consulta desde que empezó la pandemia
Desde que comenzó la pandemia, un 6,4% de los españoles ha acudido al psicólogo o al psiquiatra por algún problema, sobre todo trastornos depresivos o de ansiedad, y al 5,8% de la población se le prescribieron psicofármacos, como ansiolíticos, antidepresivos y reguladores del sueño.
María Paz García-Vera, miembro de la Academia de Psicología de España y catedrática de Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid, asegura que «la salud mental en nuestro país está completamente sobrepasada», en parte por la llamada «fatiga pandémica», con un sentimiento de tristeza colectivo producido por todas las pérdidas y una ansiedad provocada por el miedo y la incertidumbre.
Fue la OMS el organismo que acuñó ese término que en Europa afecta, según las primeras estimaciones, a seis de cada diez personas.
En España la ciudadanía está dando ya muestras de una importante «fatiga pandémica», un cansancio especialmente acusado por los más jóvenes, en los que el estado anímico está más deteriorado que en el resto de la población, según un reciente estudio realizado por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
RTVE
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