En
la historia de Cuba existieron cuatro momentos que pudieron haber cambiado todo
por completo, y todos relacionados con la posible anexión de la isla a los
Estados Unidos de América, y estos momentos fueron: La toma de La Habana por
los ingleses, las guerras napoleónicas, las expediciones de Narciso López y,
por supuesto, la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana de 1898.
La
oportunidad perdida de los ingleses
A mediados del siglo XVIII, en 1762, un contingente
inglés de gran fuerza atacó La Habana, y a pesar de la importante resistencia
de las fuerzas españolas, que se encontraba compuesta por regulares y las
milicias, logró la victoria.
Luego de que ocurriera la rendición de la plaza, los
británicos, en teoría, se volvieron dueños de la parte más occidental de Cuba,
aunque en la realidad este control no pasó de La Habana y sus zonas aledañas.
Luego de esto, los ingleses comenzaron una inteligente
política de atracción dirigida a las clases más ricas del país, basada en la
libertad de comercio, lo que le permitió a los cubanos, por primera vez, vender
su azúcar y tabaco a Londres y a las colonias norteamericanas, quienes pagaban
precios realmente elevados a los cubanos.
A pesar de esta bonanza económica, esta ocupación no
gozaba popularidad entre los cubanos y las diversas autoridades eclesiásticas,
quienes mostraron una actitud hostil hacia los ingleses, lo que, junto a las
diversas enfermedades tropicales y la dificultad económica que suponía mantener
a la armada y a un ejército de ocupación en una plaza difícil de defender,
motivó a los británicos cambiar La Habana por la Florida.
Este breve dominio de los ingleses sobre La Habana ha
hecho que muchos se pregunten sobre los efectos a largo plazo que hubiese
tenido una ocupación británica de mayor duración, ya que posiblemente Cuba se
hubiese terminado convirtiendo en otro estado de los Estados Unidos al aceptar,
los británicos, la independencia de las colonias del norte en 1783.
No obstante, este escenario parece poco probable, a que
existía, por una parte, una falta de continuidad geográfica debido a que La
Florida pertenecía a España y, por otra, estaba el carácter insular del país y
la cultura española de los cubanos, lo que, junto al increíble poder naval de
los británicos, hubiera hecho que fuese imposible convertir a Cuba en la
estrella 14 de los Estados Unidos.
Toma de La Habana por los ingleses en 1762
Las
Guerras Napoleónicas
Uno
de los momentos más cruciales que pudo haber convertido a Cuba en parte de los
Estados Unidos, ocurrió durante las Guerras Napoleónicas, ya que en esta época
España experimentó una gran cantidad de vaivenes políticos, primero por la
guerra contra Francia, luego al aliarse con Napoleón y, posteriormente, una nueva
guerra contra el Imperio Francés.
Todo
esto ocasionó que los políticos estadounidenses de entonces tuvieran la idea de
conquistar y apropiarse de la isla.
En
ese entonces, Inglaterra y Francia se encontraban ocupadas en las guerras de
Europa, y España atravesaba una de sus más grandes crisis, por lo que no
existía, virtualmente, ningún poder que pudiera hacerle frente a los
norteamericanos dentro del Caribe.
Este
hubiera sido un escenario probable, si Napoleón, al ver la trágica aventura que
estaba viviendo su ejército, no le hubiese vendido el territorio de Luisiana a
los Estados Unidos por un total de 15 millones de dólares, ya que abrió el
apetito de Washington por conseguir anexar al país tierras más allá del
Misisipi, lo que hizo que se descartara cualquier proyecto relacionado con la
conquista de Cuba.
El
fracaso de Narciso López
A
mediados de 1800, volvió a tomar la fuerza integrar a Cuba como otro estado de
la Unión, y esto se debió a la conjugación de una serie de factores a nivel
externo e interno:
Por
una parte, España estaba en un período de franca decadencia, además de que el
reino gobernaba con mano ensangrentada las últimas posesiones insulares de Cuba
y Puerto Rico, por lo que los cubanos se encontraban desesperados debido al
desastre económico que amenazaba su metrópolis.
Este
control español incluía un inquebrantable monopolio comercial, por lo que la
anexión a los Estados Unidos, una nación que se promovía como un terreno ideal
para las empresas libres.
Además
de esto, los hacendados cubanos temían que, eventualmente, España cediera a las
presiones de la corona inglesa por abolir la esclavitud, por lo que
consideraban como un terreno más seguro, especialmente para sus bolsillos, que la isla formara parte
del vecino del norte, ya que el
“rey algodón”
garantizaba y promovía esta cruel práctica.
Así
mismo, el sur de los Estados Unidos miraba con buenos ojos que Cuba se
integrara a la Unión, ya que esto les permitiría sumar entre uno y tres estados
esclavistas con voto dentro del Congreso, lo que rompería el delicado
equilibrio que mantenían con los abolicionistas del norte.
Debido
a esto, el general español Narciso
López, quien se había
alineado con los anexionistas de Cuba, se encontró con muchos oídos receptivos
con las autoridades del sur estadounidense al comentar la idea de invadir esta
isla para anexarla a los Estados Unidos una vez lograran separarla de España.
En
este momento López, con la ayuda de algunos cuantos gobiernos sudistas, lideró
tres expediciones con la intención de derribar el poder de los españoles en la
isla; en la primera el Gobierno Federal frustró este movimiento, ya que no
deseaba que se rompiera el equilibrio dominante hasta ese momento.
La
segunda expedición logró desembarcar en la costa norte de Matanzas, donde
lograron ocupar la ciudad de Cárdenas y enarbolar lo que eventualmente sería la
bandera nacional de Cuba, pero se encontró con un escaso apoyo de los cubanos,
por lo que López debió reembarcarse para ser perseguido por un barco de guerra
español.
La
última expedición llevó a López a desembarcar en la costa norte de Pinar del
Río, cerca de Bahía Honda, pero estando Narciso López derrotado por las fuerzas
españolas, las cuales se destacaron a la hora de perseguirlo, fue capturado y
ejecutado en garrote vil en La Habana, el 31 de agosto de 1851, lo que acabó
con sus planes de anexión de la isla a los Estados Unidos.
Ejecución de Narciso López en la
explanada de La Punta
El
epílogo de la anexión
Ya
para 1989 fue el último momento en el que la historia de Cuba se pudo haber
unido a la de los Estados Unidos para siempre, y fue, de hecho, la oportunidad
más real de que la isla fuese una anexión de la nación norteamericana como un
estado más.
Luego
de la derrota fulminante que experimentó España durante el enfrentamiento épico
que, sería llamado con menosprecio, “nuestra espléndida guerrita” por los norteamericanos,
Cuba fue ocupada militarmente por los Estados Unidos, por lo que la idea de la
anexión volvió a recobrar fuerza en los cerebros de más de uno a ambos lados
del Estrecho de la Florida.
Edificio del
Gobierno de Santiago de Cuba con las banderas de Estados Unidos y Cuba
No
obstante, Estados Unidos no aplicó en Cuba el derecho de conquista como si lo
hizo con las Filipinas y Puerto Rico, pero esto no se debe en si a que Cuba
tuviese un Ejército Libertador en armas que no lo hubiese permitido.
Este
factor influyó, pero no fue determinante, ya que realmente el ejército cubano
no tenía muchas probabilidades en contra del ejército norteamericano, y, de
hecho, entrar en guerra con la ya entonces más grande nación de América habría
sido un sacrificio inútil, el cual hubiese dejado a Cuba destruida en su
totalidad y habría abierto, de manera definitiva, las puertas de la anexión.
Los
productores de azúcar de Estados Unidos se opusieron en el Congreso a la
anexión de Cuba
Esta
unión no se llevó a cabo en 1898 fue por tres factores determinantes:
- Los Estados Unidos conocían
(gracias a la prensa) y respetaban el enorme esfuerzo heroico que
había realizado la isla para independizarse, por lo que les profesaban una
gran simpatía.
- Los productores de azúcar ejercieron una gran
- presión ante el Congreso de los Estados
- Unidos para impedir que Cuba entrara en la
- unión y pudieran competir sin aranceles.
- El gobierno de los Estados Unidos decidió
- ejercer otros mecanismos de control que
- resultaban más efectivos sin necesidad de
- asumir, en el presupuesto federal, la
- reconstrucción de un país ajeno al que la
- guerra había dejado en ruinas.
Tomado de: https://www.todocuba.org/
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