Periodista alemán revela plan manipulador de medios
> Udo Ulfkotte publicó un libro en el que detalla hechos y nombres vinculados con el pago de información conveniente para justificar guerras
El afan de involucrar a Rusia en la guerra civil que vive Ucrania puede estar orquestado por una manipulación mediática de Estados Unidos que le permite aplicar sanciones económicas y justificar ataques bélicos contra ese país.
Así lo cree el periodista alemán Udo Ulfkotte, autor del libro Periodistas comprados, bestseller y éxito de ventas en Alemania desde octubre de 2014, pero silenciado en el resto del mundo.
Sobre el conflicto en el este de Ucrania, Ulfkotte cree que la manipulación de las noticias es masiva. Según él, no hay dudas de que, cuando el semanario alemán Der Spiegel publicó la información de que el Boeing malayo (vuelo MH 17) fue derribado el 17 de julio de 2014 sobre Ucrania por un misil ruso, lo hizo bajo el dictado de los servicios especiales de EEUU sin presentar ninguna prueba.
Ulfkotte recuerda que esa noticia sirvió de pretexto para que Occidente impusiera sanciones económicas contra Rusia, algo que para él debe ser interpretado directamente como “una declaración de guerra económica a gran escala, luego complementada con la reducción artificial del precio del petróleo y la depreciación del rublo, todo orquestado con el mismo fin”.
Nueve meses después de editado, el libro de Ulfkotte sigue siendo casi desconocido, mientras la guerra en el este de Ucrania avanza.
Confesiones en el libro
Ulfkotte detalla en su publicación como el Gobierno de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) pagaron a periodistas alemanes para moldear la opinión pública, sobre todo para crear la “necesidad” de una guerra contra Rusia.
El autor del libro no negó su participación en el llamado “periodismo negro” y aceptó que tuvo que mentir en reiteradas ocasiones.
“Mentía, traicionaba, recibía sobornos y ocultaba la
verdad a la opinión pública”, enfatizando que “lo que estaba haciendo no era periodismo, sino propaganda”, dijo.
verdad a la opinión pública”, enfatizando que “lo que estaba haciendo no era periodismo, sino propaganda”, dijo.
La obra documenta envíos de sobres desde la Embajada estadounidense en Berlín, en dirección a las principales redacciones de medios alemanes. “Pasan la información o directamente mandan redactado el artículo o el editorial que quieren publicar”, detalla.
“¡Es repugnante!”, exclama en el texto. “Si observamos desde fuera el trabajo de las redacciones de los principales medios a uno le da la sensación de que los editores y periodistas se han puesto cascos virtuales impermeables al sonido y repiten sin cesar ‘¡La guerra contra Rusia!’”, citó RT.
Relata que en innumerables ocasiones puso su firma en notas que le entregaron los servicios de inteligencia del Gobierno de Obama, de Alemania o la OTAN.
“Mentí, traicioné, recibí sobornos y oculté la verdad a la opinión pública. No hacía periodismo sino propaganda. Me avergüenzo aunque sea tarde para revertirlo”.
Advirtió que estas acciones se mantienen actualmente: “Hoy pasa lo mismo: hay periodistas sobornados para mentir y convencer a la gente sobre la necesidad de una guerra contra Rusia”.
Abiertamente admite haber recibido dinero de los servicios de inteligencia de Estados Unidos por enfocar varios temas desde un cierto punto de vista y denuncia que, gracias a este tipo de práctica, no son pocos los medios de comunicación alemanes que se han convertido en sucursales del servicio de propaganda de la OTAN.
El periodista considera que al permitir tal nivel de manipulación, Alemania se perfila como inestable, empobrecida y atrasada políticamente, dice estar harto de este nivel de mentiras solo propio de las “repúblicas bananeras”.
El exasesor denuncia que todos los noticieros de televisión y los principales periódicos que fomentan la opinión en Occidente están siendo manipulados.
En su libro, publicado en octubre de 2014, ofrece un informe sistemático que identifica qué periodistas están relacionados con organizaciones de lobby, periodistas a los que se les puede comprar.
“Existen comunicadores a los que se les puede llamar para determinadas campañas de imagen y que sirven para orquestar artículos de información, editoriales, intervenciones en tertulias radiofónicas y televisivas para moldear la opinión pública alemana”, revela el periodista alemán en su publicación.
Ejemplos claros de la guerra
Aquí un texto completo sobre un hecho concreto de los que puede leerse en el libro de Ulfkotte:
“Libia, febrero de 2011. Los diarios “serios” del mundo anunciaban, con títulos alarmantes, que Muammar Khadafi estaba bombardeando a su pueblo, que iba a envenenar las aguas del país y que por las calles corrían ríos de sangre.
Salvo voces solitarias como la de Jordán Rodríguez, corresponsal de la venezolana Telesur, los medios masivos de gran tirada repetían la noticia sin chequear su veracidad.
Peor aún: publicaban falsedades a sabiendas, por dinero, con el objetivo de crear el clima propicio para que la ONU, pocas semanas después, el 17 de marzo de 2011, autorizara los bombardeos de la OTAN sobre Libia”.
Hechos más recientes
En la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada en febrero de este año, Europa presentó su actual doctrina militar bajo el ojo vigilante y los buenos consejos de EEUU, representado por su vicepresidente, Joe Biden, y su canciller, John Kerry.
Uno de los debates se centró sobre la entrega de armas a Ucrania. EEUU apostó por la opción bélica. La canciller Angela Merkel rechazó de plano el suministro de armamento. Pero el presidente ucraniano, el prooccidental Petro Poroshenko, usó el foro de Múnich para mostrar unos pasaportes rusos que supuestamente portaban soldados en el este de Ucrania.
Por qué la confesión
“Lo pensé durante cuatro años y me decidí a escribir la verdad sobre lo que hacen los medios y los periodistas alemanes. Ahora están buscando una guerra en Europa con el pretexto de Ucrania. Y eso me preocupa. No quiero más guerras. No quiero ser parte del largo brazo de propaganda de la OTAN. Estoy preparado para asumir las consecuencias”, manifestó Ulfkotte en recientes entrevistas a RT.
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Sobre el autor
Udo Ulfkotte, de 55 años de edad, estudió jurisprudencia y ciencias políticas en Freiburg y Londres. Tiene 25 años de ejercicio en el periodismo, 17 de los cuales trabajó como editor en el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung. Como corresponsal de prensa vivió en Irak, Irán, Afganistán, Arabia Saudita, Egipto, entre otros países del Medio Oriente. En el 2003 recibió el premio cívico de la fundación Annette Barthelt por su destacado trabajo en los temas de medio oriente y África sobre el terrorismo.
CARMEN LA RIVA / CIUDAD CCS
TOMADO DE: http://www.ciudadccs.info/
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