viernes, 18 de junio de 2021

Carabobo (II)

 















Carabobo (II)

 

·         Junio 15, 2021

Vladimir Acosta

Mientras avanza en definir el liderazgo, Bolívar se ciñe a la urgencia de lo esencial: sin perder su fuerza popular, debe convertir esa valiente, indisciplinada y mal armada tropa republicana con la que cuenta, en un verdadero ejército, profesional, disciplinado, organizado y bien armado, capaz de vencer a su poderoso adversario colonial.

Tiene claro que ese pueblo en armas que lo sigue, necesita como refuerzo soldados europeos, combatientes profesionales organizados y experimentados.

Y que, de unir su tropa venezolana con ese indispensable refuerzo europeo en un solo cuerpo militar, debe salir en poco tiempo el requerido ejército republicano que bajo su mando y en pos de su visión de Patria logre pronto la ansiada independencia en el campo de batalla.

Hay algo aprovechable en la nueva situación europea.

Liquidado Napoleón, Europa recobra la paz tras 20 años de guerras napoleónicas.

 Y aunque el dominio de la reaccionaria Santa Alianza, que ahora dirige Europa restableciendo el Antiguo Régimen, representa una potencial amenaza para la lucha independentista sudamericana, lo aprovechable es que la paz fuerza a los países europeos, y concretamente a Gran Bretaña, a reducir al mínimo sus tropas, llenándose de decenas de miles de soldados experimentados que no encuentran trabajo y buscan desesperados otro país en guerra que los necesite.

Ese país, del que no tienen idea, es Venezuela.

Pero desde 1810, en Londres está Luis López Méndez, representante venezolano, firme patriota, para contratarlos por orden de Bolívar, hablarles maravillas del país y de su clima, ofrecerles reconocer sus grados militares y pagarles con regularidad los sueldos que reclaman.

Así, en 1818, Guayana se llena de soldados europeos, sobre todo ingleses, escoceses e irlandeses.

También llegan varios franceses, alemanes y polacos.

No cabe aquí detallar los serios problemas que surgen.

La mayoría de ellos se siente engañada por el infernal clima, la temible fauna, la pobre y poca comida, la pobreza, la falta de pago y por el choque idiomático y cultural con los llaneros y el de éstos con ellos.

Bolívar debe calmarlos.

Hay de todo, aventureros, tramposos, mercenarios que intrigan y crean problemas, como los coroneles Hyppesley y Wilson y muchos borrachos irlandeses.

 Pero también abundan, y son mayoría, los que vienen a luchar por la libertad americana, como O´Leary y Fergusson, que se adaptan a todo y terminan convirtiendo a Venezuela en su nueva patria y a la guerra de independencia en su guerra, por la que están dispuestos a morir y por la que muchos, como los coroneles Rook y Farriar, mueren como héroes, aquél en el paso de los Andes, y éste al frente de la Legión Británica en Carabobo.

Lo de concentrarse en Guayana para forjar ese nuevo ejército ha sido posible porque después del Rincón de los Toros, Bolívar se ha replegado a los llanos y luego a Guayana, pero también porque ha fijado como política evitar todo choque decisivo con los españoles limitándose a roces o escaramuzas, pues no quiere arriesgar otra derrota que lo arruine todo.

Para fines de año, el proceso de integrar el nuevo ejército, que sigue en marcha, se considera ya exitoso, la integración entre llaneros, orientales y europeos va dando sus frutos y se han creado brigadas, británicas o integradas, se han importado armas, fabricado uniformes, y logrado vestir y hasta calzar sin mucha protesta a los llaneros.

Tarea heroica esta.

He insistido antes en el papel que tuvieron los zapatos en nuestra Guerra de independencia.

Y la camaradería lograda es otra garantía de éxito.

Bolívar no olvida la importancia esencial de la prensa y de la propaganda comprometidas con la revolución, a las que luego califica de artillería del pensamiento.


Desde Trinidad, en septiembre de 1817, Fernando Peñalver le envía a Angostura una sólida imprenta; y en junio de 1818 se empieza a editar El Correo del Orinoco, publicación semanal que será el vocero periodístico de la causa independentista, difundirá sus propuestas y sus logros, y refutará las mentiras que difunde La Gaceta de Caracas, que para entonces es órgano del poder realista que domina en Venezuela.


Llega así, en febrero de 1819, con el Congreso de Angostura, el momento inaplazable de dar necesaria forma a la otra gran tarea pendiente: renovar y legitimar el mando político y militar de la revolución de independencia. 

Tampoco tiene aquí cabida el examen de ese Congreso, que es a un tiempo momento decisivo para dar a la lucha independentista el alcance y proyección continentales que está exigiendo con urgencia y para que se ratifique en forma clara e indiscutible el necesario liderazgo de Bolívar.

El Congreso, que declara la creación de Colombia, es producto de la difícil elección de diputados venezolanos y neogranadinos que deben elegir a su vez un nuevo poder civil y constitucional.

Como jefe militar, Bolívar debe entregar el poder al Congreso.

Lo hace mediante un discurso magistral aclamado por todos, que da un balance de la lucha librada y propone ideas centrales para la nueva Constitución que debe convertirse en Ley fundamental de esa nueva gran república libre que será Colombia.

Y aunque luego de la merecida aclamación, los congresistas, en sus ulteriores reuniones, dejan de lado las principales propuestas de Bolívar (presidencia y vicepresidencia vitalicias, senado elitesco y hereditario, censores, poder moral), todas ellas producto de su búsqueda de estabilidad y su temor a la anarquía, y también sus propuestas sobre educación popular y abolición de la esclavitud, se lo elige presidente, y su liderazgo como jefe militar es confirmado en forma unánime.  

Y pronto surge una situación algo confusa que deriva en acción trascendental.

Luego de Angostura, tras la admirable batalla de Las queseras del medio, en la que Páez aplasta a la vanguardia de la caballería española ante el grueso de las tropas de Morillo y de Bolívar, todo indica que éste, en marzo-abril de 1819 prepara con su nuevo ejército otra campaña para vencer a Morillo liberando Caracas e independizando al fin a Venezuela.

El proyecto no cuaja al fallar la incorporación de Páez por occidente y la coordinación con Urdaneta en oriente para dividir a las fuerzas de Morillo.

Bolívar se queda en el centro del llano con su mediano ejército llanero que incluye una brigada británica.

Y entonces toma una inesperada decisión que va a cambiarlo todo.

Ha estado pensando en la independencia de Nueva Granada.

Morillo no fue tan brutal en Venezuela pues Boves ya había aplastado a los patriotas.

Pero en Nueva Granada debió aplastar la lucha republicana.

Ahogó en sangre a Cartagena, sometió brutalmente a Bogotá, asesinó a los líderes independentistas e impuso el terror, para regresar luego a Venezuela a enfrentar a los llaneros de Páez, Monagas, Cedeño, Bermúdez y Zaraza.

Y pronto a Bolívar.

El odio neogranadino contra los españoles se mantuvo vivo desde entonces, incrementado por el brutal virrey Sámano.

La lucha sobrevivió en guerrillas populares en los llanos de Casanare. 

Líderes suyos habían contactado a Bolívar, que redactó en 1818 una proclama en la que prometía a los neogranadinos llevarles la libertad en menos de un año.

Aún no tenía fuerzas para hacerlo, pero encargó a Santander, a quien proporcionó armas y ascendió a general de brigada, de preparar el terreno, unir a los guerrilleros y asumir su mando.

Santander lo logró a plenitud y Casanare, libre, resistió un intento español de someterla.

Bolívar decide entonces que el camino para liberar a Caracas y a Venezuela pasa por liberar antes a Bogotá y Nueva Granada, dándole así al fin forma material a su proyecto de Patria Grande, a la Colombia que ha sido proclamada en Angostura, de la él que es presidente y cuyo vicepresidente es el neogranadino Zea.

Tomado de: https://ultimasnoticias.com.ve/

Y Publicado en: http://victorianoysocialista.blogspot.com,
En: Twtter@victorianoysocialista
En:Google; libertadbermeja..victorianoysocialista@gmail.com

En Fecebook: adolfo Leon libertad

No hay comentarios:

Publicar un comentario