El dilema del Mercosur: integración o entreguismo
la propuesta de flexibilización del Mercosur y la rebaja del Arancel Externo Común (AEC).
implica en los hechos y por sus consecuencias si se aprobara, un nefasto retroceso político.
Sería la vuelta a la concepción neoliberal de los años ‘90
16/06/2021
Los motivos presentes e históricos de la parálisis.
La reunión de los cancilleres de los cuatro países miembros del Mercosur prevista para el día de hoy fue pospuesta por segunda vez y ahora sin fecha.
El motivo
de esta situación de parálisis radica en las sustanciales diferencias en
materia comercial planteadas hoy dentro del bloque. Ellas están referidas a dos
temas fundamentales: la propuesta de flexibilización del Mercosur y la rebaja
del Arancel Externo Común (AEC).
Cuando
se cumplen 30 años de su fundación, el 26 de marzo de 1991, y para comprender
el porqué del título, es bueno hacer una breve introducción histórica. No es
menor recordar la realidad política continental en general y en particular la
de los cuatro países fundadores del Mercosur cuando se firmó el Tratado de
Asunción en la fecha antes citada.
En
la década de los años 90, vivíamos un período de despliegue de una nueva fase
de dominación imperialista, mediante la estrategia global del neoliberalismo.
Luego del derrumbe de la URSS y su área de influencia en los llamados países
del socialismo real, se proclamó a los cuatro vientos el fin de la historia y
de las ideologías; y que la humanidad habría llegado en su desarrollo a su
etapa superior y permanente: el capitalismo neoliberal.
Repasemos
quiénes fueron los Presidentes que firmaron el Tratado de Asunción: Carlos
Menem por Argentina, Fernando Collor de Mello por Brasil, Andrés Rodríguez
(quien derrocara a su suegro Alfredo Stroessner) por Paraguay y Luis A. Lacalle
Herrera (padre del actual Presidente) por Uruguay.
Todos
acérrimos partidarios del neoliberalismo expresado en el achicamiento del
Estado mediante la ruinosa privatización de sus empresas estratégicas y el
cercenamiento de sus funciones de motor económico y de protección social.
Sumado a ello, una política fiscal que gravaba los ingresos salariales dejando
intactos los intereses de grandes empresarios y terratenientes y una política
de endeudamiento externo (muchas veces innecesario como en el caso de Uruguay)
con los organismos financieros internacionales (FMI, BM), aceptando de buen
grado los condicionamientos en materia política y económica impuestos para el
otorgamiento de los préstamos; e incluso tomándolos como excusa para la “ineludible”
aplicación de esta política económica regresiva.
En
síntesis, el objetivo de los cuatro firmantes del tratado era que el Mercosur
fuera el instrumento para la construcción de una zona de libre comercio
mediante desgravaciones progresivas entre sus socios.
Algunas
cifras elocuentes
El
Mercosur compuesto hoy por seis miembros -los 4 fundadores más Venezuela y
Bolivia (con voz y sin voto hasta que el Parlamento paraguayo apruebe
formalmente su ingreso) es de por sí una potencia económica a nivel mundial.
Cubriendo
un área de 12.795.579 kilómetros cuadrados, tiene una población de más de 275
millones de habitantes (casi el 70% de América del Sur).
Tiene
un PIB de 4.580.000.000.000 de dólares (4.580 billones) que representa el 82,3%
del PIB total de toda Sudamérica. Está considerado como el cuarto bloque
económico del mundo, en importancia y volumen de negocios, y la quinta economía
mundial, si se considera el PIB nominal producido por todo el bloque.
Posee
las mayores reservas energéticas, minerales, naturales, de recursos hídricos y
de petróleo del planeta; y también la selva
tropical más grande, la selva amazónica.
Es
el mayor productor de alimentos del mundo. Vende el 63 por ciento de la soja y
es el principal exportador mundial de carne vacuna y de pollo, de café y maíz.
En materia industrial, es el principal exportador de hierro y el octavo
productor de automotores.
Las
tareas inconclusas del progresismo
Hoy, la propuesta de “flexibilización
del Mercosur” formulada por Uruguay (con el respaldo de Brasil)
en la
reunión virtual del Consejo del Mercado Común (CMC) celebratoria del 30º
aniversario de su fundación, implica en los hechos y por sus consecuencias si
se aprobara, un nefasto retroceso político.
Sería la
vuelta a la concepción neoliberal de los años ‘90 de los
cuatro presidentes que firmaron el Tratado de Asunción.
Previo a referirme a los aspectos medulares de esta
propuesta, creo necesario insistir en que la actual situación creada - que debemos enfrentar
enérgicamente desde ya - es en gran parte una consecuencia no deseada de las
carencias y limitaciones que mostraron los gobiernos progresistas que gobernaron
la región del Mercosur por más de un período a partir de finales del siglo XX y
los primeros años del presente siglo (Venezuela en 1999, Brasil y
Argentina en 2003, Uruguay en 2005, Bolivia en 2006, Paraguay en 2008).
Para ello transcribiré un pasaje referido a la
integración regional y extra-regional, parte de un ensayo que escribí en el año
2018 (“Sobre derrotas
previsibles y desafíos inmediatos: un debate urgente para la izquierda”)
para la antología Los gobiernos progresistas y de izquierda en América
Latina[1]:
“Analizar cada una de las experiencias de
integración excedería el espacio disponible para este ensayo.
Sí podemos decir
que no supimos aprovechar la pasada década de auge de los gobiernos
progresistas en la región para avanzar en la consolidación de las mismas.
Es de innegable
importancia política que se hayan creado el ALBA (2004), la UNASUR (2008), y la
CELAC (2010).
Pero nos quedó en él debe el no haber acompasado el
discurso político con la acción concreta; o para ser más específicos, la
superestructura con la correspondiente infraestructura.
Esto se hace
evidente en el caso del Banco del Sur.
Fue creado en diciembre de 2007 con el objetivo de
ser la banca al servicio de la integración regional, financiando proyectos y
programas de desarrollo de infraestructuras básicas, proporcionando asesoría y
asistencia técnicas y capacitación en la preparación de proyectos.
Pero lamentablemente la mayoría de sus miembros, a
pesar de tener importantes reservas internacionales netas disponibles, no
proveyeron los fondos necesarios para su puesta en marcha.
En el caso del Mercosur, cabe recordarse su ‘partida
de nacimiento’ bajo la impronta neoliberal de la década de los años 90; con la única
intención de una aproximación al logro de una zona de libre comercio mediante
un programa de liberalización comercial con desgravaciones progresivas entre
sus países miembros.
Desaprovechamos
el momento histórico de confluencia de gobiernos progresistas y sólo avanzamos
en aspectos de coordinación de políticas sociales.
No supimos avanzar en una visión regional de
conjunto que abordara de lleno aspectos sustanciales de planificación de
complementariedad y costos, financiación y política de inversiones; como única forma efectiva de
eliminar las asimetrías hasta hoy existentes y que atentan contra cualquier
proyecto auténticamente integrador.
Lamentablemente, hoy la restauración
neoliberal en los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay echan por tierra
por ahora este propósito.
A modo de síntesis de este punto, nos debe quedar
claro que estas derrotas políticas parciales no pueden hacer que perdamos
claridad en el objetivo a alcanzar: el de revertir la situación y encaminarnos
definitivamente en el proceso de dar el salto en calidad y pasar de una
concepción de Estado Nación a una superior de Estado Región.
Por los mismos motivos antes expuestos, la
integración extra regional se nos presenta como un fenómeno lleno de complejidades
y amenazas.
En un escenario en el cual el gobierno de Donald
Trump apuesta a salirse de los acuerdos multilaterales y propiciar a cambio los
bilaterales en los que pueda hacer sentir a la contraparte la prepotencia de su
fuerza negociadora asimétrica, el movimiento popular organizado de nuestros
países deberá movilizarse fuertemente a los efectos de desalentar cualquier
intención gubernamental de firmar este tipo de acuerdos en aras ‘de dar señales positivas a los mercados y atraer a los inversores
extranjeros’.
El actual estado de situación de la negociación
para la firma de un TLC entre
el Mercosur y la UE – con los términos lesivos que pretende
imponer esta última - es un claro ejemplo al que hay que oponer la enérgica movilización coordinada
de los sindicatos, organizaciones sociales y fuerzas políticas de la región.”
Las
propuestas concretas
La “flexibilización” planteada por el
gobierno de Uruguay (conformado por una coalición neoliberal de todos los partidos excepto
el Frente Amplio) el 26 de abril radica en que cada país miembro tenga la
potestad de negociar la apertura hacia otros mercados en forma individual, más
allá de la opinión que puedan tener los otros socios al respecto.
Implica ni más ni menos que torpedear una de las disposiciones fundacionales que hacen a la esencia
misma de la integración regional y la razón de ser del Mercosur: actuar
como bloque para tener más fuerza en las negociaciones internacionales.
Esta propuesta, que cuenta con el respaldo del gobierno
derechista de Brasil de Jair Bolsonaro y su ministro de economía Paulo Guedes, un neoliberal a ultranza, no
concita el apoyo de importantes sectores empresariales brasileños.
Asimismo, los ex-presidentes Lula Da Silva,
Fernando Henrique Cardoso y José Sarney se manifestaron claramente en contra de
la misma. Tiene además la firme oposición de los gobiernos de Argentina y
Paraguay.
Hace cinco días, en el evento “Mercosur:
presente y futuro” en el cual participaron más de 500 representantes empresariales y del
mundo de los negocios, Jorge Neme, Secretario de Relaciones Económicas de la
Cancillería argentina, fue tajante en sus dichos:
“Argentina
no comparte la posición de que cada país inicie negociaciones de manera
individual.
El Mercosur constituye la plataforma de proyección
internacional por excelencia para la Argentina y la región.
Como bloque tenemos otra palabra y otro peso en el
contexto internacional a la hora de iniciar negociaciones con el resto de los
bloques regionales y terceros países.
Es fundamental para la industria argentina
resguardar el Mercosur, que tiene como primer destino internacional los países
del bloque.
Desde este punto de vista es clave pensar que para
la reconstrucción del tejido social y productivo es necesario fortalecernos
como bloque y no pensar en salidas individuales.”
A su vez, el mismo día se llevó a cabo la primera
reunión plenaria de 2021 del Consejo Empresario Argentina-Brasil -denominado
CEMBRAR- donde la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación Nacional
de la Industria de Brasil (CNI) rubricaron una declaración conjunta con apoyo a
la posición argentina.
Por último, podemos afirmar que la propuesta de “flexibilización” es
absolutamente falaz.
El Mercosur no es rígido en sus instrumentos de
negociaciones con otros países o bloques de países.
Justamente
teniendo en cuenta que los diferentes grados de relaciones entre países son
producto de factores históricos, culturales y comerciales y que, en
consecuencia, un país miembro del Mercosur podría tener una mayor facilidad de
relacionamiento con uno u otro país extra regional respecto a los otros países
socios, es que existe la posibilidad que dicho país pueda iniciar con el aval previo y en nombre de todo
el Mercosur las gestiones de aproximación que se estimaren más
convenientes.
Así lo está
haciendo el propio Uruguay con Corea del Sur en nombre de todo el bloque.
La otra propuesta formulada por Brasil es reducir
el Arancel Externo Común en un 20% en todos los rubros, lo que facilitaría aún más la entrada
de productos del exterior en muchos casos competitivos con los de nuestra
región.
En
la cruz de los caminos
Definitivamente de la aprobación o no de estas
propuestas dependerá el futuro del Mercosur, de las economías de cada país
socio y de sus pueblos.
Si se
aprobaran, sería el fin del Mercosur como instrumento de integración económica
y social y la ruina de las industrias de nuestros países, en aras de
condenarnos a ser eternos exportadores de materias primas, para mayor ganancia
de los ya poderosos sectores del agronegocio, principales beneficiarios y
auspiciantes de la estrategia neoliberal dictada por el imperialismo y los
organismos internacionales de crédito que a él responden.
Desde ya todos los partidos de izquierda y
progresistas de la región (comenzando por el Frente Amplio en Uruguay) deberían
estar denunciando en todos los ámbitos posibles esta política
de entreguismo, a la vez que informando en detalle a la militancia sobre sus
contenidos para poder así difundirlos masivamente a nuestros pueblos.
Sin dudas, el papel que en el campo internacional
está jugando el gobierno de Uruguay es lamentable y retrógrado frente a sus
posiciones históricas en diversos ámbitos, que le dieran justa fama y una incidencia política mucho
mayor que la que correspondería a su tamaño como país.
El
otro yo del Presidente
“Luis” (Lacalle Pou), como le gusta que lo llamen,
afirmó en un reportaje: "Tengo un uruguayo, un ciudadano que me camina
adentro todo el día y que todo el tiempo me dice: ‘no te olvides para qué
llegaste, no te olvides para qué te votaron, no te olvides del mandato’. Lo
tengo ahí agazapado, al cual le agradezco".
En realidad me temo que tiene a un viejo tocayo
(Luis XIV) que todo el tiempo le dice: “el Estado soy yo” y
no me importan otras opiniones[2].
Y que en vez de darnos erradas metáforas
ciclísticas sobre el “malla oro” o de juego de cartas como el del “truco”, en
cualquier momento se vuelva tanguero y nos aconseje: “porque
ya comprendo que en la vida se cuidan los zapatos andando de rodillas”[3].
[1] Regalado, Roberto (comp) (2018). Los
gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina. Partido del
Trabajo de México, Ciudad de México.
[2]“Létat c'est moi”. Famosa frase de Luis XIV rey de
Francia (1638-1715).
[3]“Qué me van a hablar de amor” tango de Homero
Expósito y Héctor Stamponi.
https://www.alainet.org/es/articulo/212673?language=es
Tomado de: https://www.alainet.org/
Y Publicado en: http://victorianoysocialista.blogspot.com,
En: Twtter@victorianoysocialista
En:Google; libertadbermeja..victorianoysocialista@gmail.com
En Fecebook: adolfo
Leon libertad
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